La cebada permitió la conquista del Tíbet
La llegada del trigo y la cebada permitió a los agricultores llegar a cultivar a más de 2500 m de altura y a establecerse permanentemente en la meseta del Tíbet.
Cuando el ser humano dejó de ser cazador y recolector y se pasó a la agricultura y ganadería como modo de vida, el mundo y la vida humana no volvieron a ser los mismos. Este cambio no ocurrió simultáneamente en todas partes, sino que fue mucho más complejo.
El clima ha cambiado un poco en estos 10.000 años, los cultivos han ido de un lugar a otro, hemos seleccionado y cruzado distintas especies de plantas y nos hemos adaptado genéticamente a los cambios en la dieta que todo esto supuso. Pero, incluso todavía hoy, quedan humanos que viven de la caza y la recolección.
La vida por encima de los 3000 metros de altura es dura. La baja presión produce fatiga y, a veces, puede producir el mal de altura y matar a las personas que se aventuran por allí sin hacer una adaptación previa. Pero la gente que vive en el Tíbet o en los Andes lleva ahí desde hace miles de años y se han adaptado a esas condiciones.
Según unos análisis genéticos los tibetanos adquirieron la resistencia a la altura hace unos 10.000 años, pero, según otros, esto sucedió hace entre 2750 y 5500 años. Para poder resolver esta disparidad y saber cuándo el Tíbet fue colonizado también se pueden realizar estudios arqueológicos.
El altiplano tibetano es un lugar duro en el que es complicado cultivar, pero, según un estudio arqueológico reciente, la agricultura ya se empezó a dar en esa región hace 3600 años gracias a la cebada.
En el valle del río Amarillo, que está contiguo al Tíbet, el cultivo tradicional era el mijo, pero el mijo no tolera las bajas temperaturas y una helada puede matarlo. Sin embargo, el trigo y la cebada que procedían del oeste son más resistentes a las bajas temperaturas.
La meseta del Tibet, de 2,5 millones de kilómetros cuadrados, estaba ocupada desde hace 10.000 años, pero hasta hace 3600 años los grupos nómadas que había allí fueron reemplazados por agricultores que, gracias a la cebada, podían ya cultivar a esas altitudes en donde las temperaturas pueden ser muy bajas.
Estas comunidades representan un importante desplazamiento en las historia de la humanidad, pues los humanos que las componían tuvieron que evolucionar para así adaptarse a la altura.
Hasta ahora se creía que, según el clima se hacía más benigno, estas personas fueron moviéndose cada vez más arriba, pero, según el nuevo estudio realizado, entre otros, por Fahu Chen y Guanghui Dong (Universidad de Lanzhou, China), estos agricultores se fueron estableciendo en el Tíbet mientras que el clima era frío.
Para llegar a esta conclusión estos investigadores analizaron granos de cereales carbonizados, artefactos arqueológicos, huesos animales y restos de plantas en 53 localizaciones a más de 2500 m de altura en la parte noreste del Tíbet, justo en donde empieza la pendiente hacia el río amarillo.
Según las pruebas encontradas, la cebada y le trigo llegaron (posiblemente también junto con las ovejas) a la región hace unos 3600 años fruto de los intercambios culturales de vecino a vecino. Por aquel entonces los agricultores ya habían superpoblado el valle del río Amarillo cuando estos nuevos cereales empezaron a estar disponibles.
Posiblemente experimentaron con los cereales disponibles según emigraban, pero el trigo y cebada fueron los que les permitieron subir hacia el altiplano del Tíbet y conquistar para la agricultura terrenos más elevados. Todo ello ocurrió según el clima de la región se hacía más frío. Todavía hoy en día el trigo y la cebada se siguen cultivando ampliamente en el Tíbet.
Hasta entonces la agricultura estaba limitada hasta alturas de 2500 m como máximo, pero hace 3600 años se empezó a cultivar trigo y cebada a 3400 m de altura. Por debajo de esa cota de los 2500 m se siguió cultivando mijo principalmente (en un 98%), que, a veces, era complementado por trigo y cebada.
De todos modos, quizás el asunto fue un poco más complicado y la agricultura en el Tíbet fue al principio algo estacional sin que hubiera asentamientos permanentes.
Este fenómeno se dio en un tiempo en el que hubo un intensivo intercambio de cultivos a nivel mundial, particularmente en Asia. Los agricultores experimentaron con cultivos foráneos en un tiempo expansionista en el que la gente buscaba nuevas opciones para ambientes extremos. El trigo y la cebada se movieron hacia el este, los cultivos africanos alcanzaban la India y el cultivo del arroz se extendía por Asía. Esta dispersión de cultivos refleja la apertura de rutas comerciales en Asia Central hace unos 4500-4000 años. La llegada del trigo y la cebada a China sucedió cuando el mismo mijo chino, sus albericoques, melocotones y sus variedades de arroz alcanzaban Asia Central y el valle del Indo.
El trigo y la cebada fueron domesticados en creciente fértil hace 10.500 años en un ambiente que era muy distinto al del Tíbet. Que el trigo y la cebada fueran tan resistentes al frío y a la altura fue un accidente afortunado.
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Fuentes y referencias:
Artículo original
Foto: Wikimedia Commons.
4 Comentarios
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viernes 19 diciembre, 2014 @ 10:20 am
Por si alguien me puede contestar:
Al Creciente Fértil se le llama así, creo, porque su forma recuerda algo a la media luna. Pero, por su parte superior a mayor latitud (sobre los 28º N, en la orilla E del Golfo Pérsico) que la inferior, (muy entrado el Nilo a unos 25º N), más bien es fase menguante. Entonces ¿por qué se le llama Creciente?
domingo 21 diciembre, 2014 @ 10:58 am
Emulando a Cesar: ¿Tampoco tú, Neo?
domingo 21 diciembre, 2014 @ 12:55 pm
Que el creciente sea a derechas o a izquierdas depende del hemisferio desde el que se observe.
Pero «creciente» es más positivo y políticamente correcto que «menguante». Además, une el significado de «comienzo» con la aparición de civilizaciones que se dio allí.
lunes 22 diciembre, 2014 @ 12:13 pm
Muchas gracias, ¡muchísimas! ¡No había caído en ello!