El ibuprofeno alarga la vida en seres simples
Un estudio demuestra que el ibuprofeno alarga un poco la vida de levaduras, nematodos y moscas de la fruta, pero está por ver si se da lo mismo en ratones o en humanos.
El tema de alargamiento de la vida es interesante no sólo porque quizás al final se pueda aplicar al ser humano, sino porque podemos aprender mucho de cómo funciona la biología de los seres vivos.
Un resultado interesante que se publicó hace ya unas semanas fue el del alargamiento de la vida de animales sencillos mediante la administración de ibuprofeno, sí el mismo compuesto que los humanos tomamos para combatir los dolores. Se cree que el mismo mecanismo podría alargar también la vida en seres humanos.
Se sabe que la aspirina o los antidiabéticos como el metformin alargan la vida de gusanos y ratones y ciertos estudios sugerían que el ibuprofeno podrían tener los mismos efectos. Este compuesto actúa eliminando la inflamación que muchas veces es la causante del dolor. Se empieza a sospechar que las inflamaciones son una fuente de problemas de salud para los organismos y en el ser humano en particular. Se especula que su proliferación acorta la vida y la salud de los que las sufren. Además se sabe que el ibuprofeno tomado por largos periodos reduce el desarrollo de enfermedades relacionadas con la vejez, como el Alzheimer o el Parkinson.
Así que Michael Polymenis (Texas A&M University) y sus colaboradores se pusieron manos a la obra y ensayaron el ibuprofeno como alargador de la vida en levaduras, nematodos y moscas de la fruta, que son los organismos por los que se empieza a investigar este tema por ser muy sencillos. La dosis administrada era a escala de lo que se suele dar a humanos. Resultó que las levaduras vivían un 17% más y los nematodos y moscas ganaban un 10% más de tiempo de vida.
El mecanismo de operación es todo un misterio, pues el ibuprofeno ataca la inflamación en humanos mediante el bloqueo de las enzimas ciclooxigenasas que ayudan a la generación de la inflamación. Pero las levaduras y nematodos carecen de estas enzimas y no sufren de inflaciones.
En estudios previos se mostró que el ibuprofeno envenena a las células de levadura que y no pueden sintetizar al mismo ritmo el aminoácido triptofan, que es necesario para sintetizar proteínas. Lo que ocurre es que los niveles de triptofan declinan con la edad en las levaduras bajo el tratamiento de ibuprofeno y que este además bloquea la absorción del aminoácido. Aunque el impacto que tiene el ibuprofeno sobre la producción de triptofan es relativamente pequeño, pues es de sólo reduce su producción en un 15% o 20%.
Los investigadores especulan que el efecto del ibuprofeno se debe a que no es suficiente para matar la célula, pero aumenta el estrés sobre la misma. Varios estudios sostienen que un estrés moderado provoca un alargamiento de la vida porque desencadena la activación de mecanismos de protección. Un deficiencia pequeña de tryptophan puede ser el estrés justo que actúe de ese manera.
Otra posibilidad es que en el proceso de envejecimiento estén involucradas las proteínas que transportan amioácidos al interior de la célula.
Básicamente hay dos ideas que inspiran este estudio. Por una parte que los anti-inflamatorios pueden actuar como agentes alargadores de la vida al reducir las presencia de inflamaciones y, por otro lado, un poco de estrés celular no es malo.
El próximo paso a dar será comprobar el efecto del ibuprofeno en ratones para ver si tiene un efecto sobre su esperanza de vida. En el pasado se ensayó con nitroflurbiprofeno, un compuesto similar, pero no igual, sin que se notaran efectos positivos en este aspecto.
Pero uno de los problemas obvios es el de los efectos secundarios que tomar un fármaco a largo plazo tendría sobre el ser humano. Entre otras cosas el ibuprofeno puede provocar hemorragias en el estómago.
En general los anti-inflamatorios suelen ser efectivos, pero tienen demasiados efectos secundarios que, a veces, han resultado ser fatales.
Copyleft: atribuir con enlace a http://neofronteras.com/?p=4593
Fuentes y referencias:
Artículo original
Esquema: Wikipedia.
5 Comentarios
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miércoles 21 enero, 2015 @ 11:59 am
Pues no sé qué decir. Yo tengo una deficiencia (severa) congénita de una sustancia, y si entendí correctamente (que no estoy seguro), los episodios de inflamación (básicamente infecciones) sobreproducen esa sustancia en la medida de las capadas posbilidades de mi cuerpo (creando problemas en otros sitios), pero eso disminuye mis probabilidades de tener daños por una carencia severa. Teniendo en cuenta que mi genotipo no es en absoluto marginal (se concentra geográficamente en la cornisa atlántica de Europa, en toda la península es más alto que en otras zonas de Europa), es de suponer que alguna ventaja evolutiva debe presentar en el contexto de grupos humanos (incluyendo obviamente la transmisión).
Es todo tan complejo, ¿verdad? xD. De todos modos yo siempre he sido de la cofradía del AAS, el IPF es que no me hace nada. Y ahora todos los médicos están contra el AAS como si fuese el asesino de estógamos (agradecidos, supongo).
jueves 22 enero, 2015 @ 11:10 am
Querido amigo Dr. Thriller:
No me tomo a broma tu comentario y supongo que con las siglas IPF quieres decir ibuprofeno -supongo que se escribe con minúscula por ser el nombre de una molécula, porque si fuese el nombre (comercial) de un medicamento, mi opinión es que habría de ir con mayúscula-.
El caso es que si te fijas en el título del artículo, se refiere a «seres simples». Pero tú, puedo asegurar que de eso no tienes nada. Así que no te extrañes de que el IPF no te haga mucho caso.
Yo también le «pego» a los anti.
Un abrazo antiinflamatorio.
viernes 23 enero, 2015 @ 8:39 pm
Como dice Dr. Thriller la fisiología humana es compleja, no queda otra que esperar a que se hagan más estudios.
Ya a priori, veo varios inconvenientes:
1- Como señala la noticia, el ibuprofeno tiene efectos lesivos sobre la mucosa gastrointestinal de modo que, si planteamos un tratamiento crónico, podría ser necesario tomar antisecretores tipo omeprazol o similares. El problema es que los antisecretores son muy efectivos para prevenir el ulcus gastroduodenal, pero no para prevenir la gastritis asociada a la toma de antiinflamatorios.
Por otra parte, los antisecretores provocan disminución de la absorción de vitamina B12, pudiendo causar efectos secundarios cerebrales.
2- Efecto tóxico sobre el riñón, especialmente en tratamientos largos: si llega a provocar insuficiencia renal, habría que suspender el tratamiento para que el paciente no termine necesitando diálisis.
3- Elevación de la tensión arterial.
Un efecto interesante del ibuprofeno (y si no me falla la memoria, de todos los antiinflamatorios no esteroideos como aspirina (AAS), naproxeno, diclofenaco, etc) es el efecto antiagregante plaquetario. Por eso se usan pequeñas dosis de aspirina para prevenir los infartos cerebrales o cardiacos.
En este punto, debo advertir que hay un estudio reciente que ha reportado una disminución del efecto antiagregante de los pacientes tratados con AAS cuando se agregaba ibuprofeno, cosa soprendente cuando, por separado, ambos tienen efecto antiagregante.
Por otra parte hay estudios que han reportado una relentización envenjecimiento del genoma cuando se toma AAS, lo que condiciona una menor incidencia de cánceres. Habrá que ver si el ibuprofeno comparte, o no, estos efectos.
sábado 24 enero, 2015 @ 10:06 am
Querido Miguel Ángel:
Siempre he procurado no aprovecharme de mis amistades -compañeros de colegio y tal- médicas, y menos en este foro que expresamente advierte sobre el tema. Pero ya que, con tanta generosidad informas, te diré que los protectores de estómago, especialmente el omeprazol me produce alergia y unos fuertes dolores en las articulaciones, aunque yo diría que en todo el esqueleto; también otros protectores. Como he de tomar naproxeno -uno al día- lo hago con mucho alimento: algo así como 1,5 l de leche -durante una hora más o menos-, pero creo que consultaré a mi médica ya que tengo visita la próxima semana, para ver si lo tomo en días alternos o bien ocasionalmente; en fin, para que me aconseje si puedo disminuir las tomas.
No es preciso que me contestes salvo que me veas en peligro de R.I.P., y gracias por la información que viertes tanto altruismo.
Un fuerte abrazo.
domingo 25 enero, 2015 @ 1:51 am
Mi amigo Tomas:
Mañana te vuelvo a llamar y charlamos. Sólo un pequeño apunte: la leche no está exenta de peligros, un consumo excesivo puede acabar produciendo el «síndrome de leche y alcalinos» porque provoca mayor secreción de gastrina y ésta, a su vez, aumenta la secreción de ácido en el estómago.
Abrazos siderales.