Moscas manipuladas genéticamente viven más
Mediante la inserción de una tercera copia de un gen que elimina células defectuosas, un equipo de investigadores consigue alargar la vida de unas moscas en hasta en un 60%.
Desde hace unos años se viene investigando en cómo alargar la vida en modelos animales de laboratorio (nematodos, levaduras, moscas de la fruta o ratones) con cierto éxito. Lo que nos acerca de las historias mitológicas del pasado. Se han usado distintas aproximaciones y varias de ellas realmente funcionan. Que estos resultados sean o no extrapolables a la vida humana es otro asunto.
El último hallazgo al respecto se ha realizado con moscas de la fruta y lo han conseguido unos investigadores de la universidad de Berna (Suiza) liderados por Eduardo Moreno.
En este caso se ha alargado la vida en moscas de la fruta mediante la manipulación de cierto gen implicado en la destrucción de las células que no están sanas.
La idea se basa en ir seleccionando a las mejores células del cuerpo para que se vayan dividiendo y eliminar las defectuosas para que no dejen descendencia. Este mecanismo es un sistema natural que tienen los organismos pluricelulares para minimizar problemas como la proliferación de células cancerosas.
Durante el proceso de envejecimiento las divisiones celulares van acumulando mutaciones al azar que pueden afectar a las células y a los tejidos que construyen. Estos errores no afectan a todas las células por igual, sino a unas más que a otras por simple estadística. Pero esos errores se van acumulando en el tiempo. Si se seleccionan las mejores para que tengan descendencia se minimiza esta acumulación de errores y cabría pensar que con ello se larga la vida del organismo. Esto es lo que pensaron estos investigadores y se pusieron a ensayarlo en moscas de la fruta Drosophila melanogaster.
Para ello tuvieron que identificar qué genes controlan este mecanismo y lo primero fue identificar las células más sanas y las menos sanas. Identificaron un gen al que denominaron ahuizotl en honor de una criatura mitológica azteca. Este gen tiene como blanco las células menos sanas y su función es proteger la integridad y salud del tejido en el que se encuentran mediante la “muerte programada” de estas células.
Normalmente sólo hay dos copias de este gen en cada célula, pero estos investigadores insertaron una tercera copia para ver qué pasaba. De este modo esperaban mejorar el proceso de eliminación de células defectuosas y alargar la vida del organismo. Recordemos que este tipo de manipulaciones no se efectúa en el ejemplar adulto, sino al poco de darse la fecundación.
Las consecuencias fueron excitantes según los investigadores, pues las moscas así manipuladas vivieron entre un 50% y un 60% más que las moscas normales. Además, parece que los tejidos se conservaban más sanos y que las moscas envejecían más despacio.
Este gen también se encuentra en humanos, así que el resultado abre la posibilidad de que se pueda aplicar a humanos en un futuro distante. Si de algún modo se pudiera controlar este gen se evitarían algunas de las enfermedades degenerativas que nos afectan.
Sin embargo, para poder portar más copias de genes de este tipo sería necesaria la manipulación genética de humanos (algo que parece ser que es discutible) y hacerlo en la etapa de embrión.
Copyleft: atribuir con enlace a http://neofronteras.com/?p=4594
Fuentes y referencias:
Artículo original.
Foto: André Karwath/ Wikipedia.
5 Comentarios
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miércoles 21 enero, 2015 @ 11:44 am
Antes de tocar nada uno debería tener claro por qué la evolución ha puesto 2 en vez de 3… Tenemos una amplia experiencia en comprobar remedios que son (infinitamente) peores que las enfermedades.
De todos modos, la posibilidad de controlar genes (activarlos, desactivarlos) sin alterar la dotación (el genotipo) es algo que ni se contempla actualmente (en términos amplios). Y es un campo mucho más interesante, hasta es más fácil de patontar y todo. Pero como todo, está virgen porque Monsanto no mete pasta (es un decir, Monsanto, Sanofi o quien sea).
viernes 23 enero, 2015 @ 8:33 am
Creo que lo normal es que, de un gen concreto, haya sólo dos copias; una procedente de la madre y otra del padre.
La frase «Normalmente sólo hay dos copias de este gen en cada célula…» me hace dudar si tengo algún error de concepto, porque llevo un tanto olvidada la genética.
Otra cosa es que de una función determinada se ocupen varios genes.
De todas formas el «tres» se me hace raro, porque ¿en qué cadena ponen ese gen extra? ¿Es indiferente?
sábado 24 enero, 2015 @ 7:22 pm
Por un lado se quiere contener el crecimiento de la población mundial. Pero por otro, se quiere alargar la vida. Sera de unos pocos, de las elites, no de la población media, o la del pueblo llano.
Por otro lado Adol Uxley, ya trataba el tema de la manipulación genética, en un Mundo Feliz. Creo que la familia del autor, estaba metida en cosas tales como la masonería, y algo de las ideas que tenían en mente estos grupos, sabían. El que escribió El Mago de Oz, era también teosofista, y el relato fantástico, eran enseñanzas de este tipo, junto con una critica velada de la sociedad estadounidense (el león, el hombre de paja, o el de lata, que representaba a los trabajadores del metal).
sábado 31 enero, 2015 @ 12:51 am
Queridos Dr. Thriller y «tomás»:
La norma general es como dice «tomás», pero hay muchas excepciones. Un ejemplo que ha citado Neo en alguna ocasión es el gen de la amilasa: los chimpancés tienen sólo dos copias porque comen pocos cereales, en cambio los humanos tenemos del orden de 15 copias (que pueden ser más, o menos, en función de la raza y el tipo de dieta).
Algo similar ocurre con el gen para metabolizar la lactosa del que también tenemos copias extra.
Otro buen ejemplo lo tenemos en el cromosoma X: las mujeres tienen dos y los hombres sólo uno. Ello condiciona que los hombres podamos evolucionar algo más rápido.
Si pretendemos alargar la vida de modo significativo, seguramente la Genética sea la única puerta.
Abrazos
sábado 31 enero, 2015 @ 11:17 am
Muchas gracias, amigo Miguel, porque yo pensaba que ese tipo de cosas que describes se debían más a la acción de proteínas influidas por el ambiente -es decir, cuestión epigenética- que directamente por genes supernumerarios.
Un abrazo biológico.