Abejas y neonicotinoides
Dos artículos recientes hacen aumentar la preocupación sobre el efecto de los neonicotinoides sobre las abejas y abejorros.
Desde hace un tiempo se está produciendo el colapso de las colmenas de abejas. Esto puede poner en aprietos la producción mundial de alimentos, pues la polinización realizada por estos insectos es crucial para la formación de frutos de todo tipo.
Desde el año pasado se señala a los insecticidas de tipo neonicotinoides (clothianidin, imidacloprid, thiamethoxam…) de este problema. Se ha demostrado que estos pesticidas desorientan a las abejas, lo que termina afectando a la colmena.
Debido a estos resultados la Unión Europea ha restringido temporalmente su uso para cierto tipo de cultivos en época de floración. Una decisión que no gusta a las compañías de agroquímicos y a algunos gobiernos nacionales, pues ambos cuestionan los resultados científicos sobre el asunto.
Ahora, un nuevo estudio señala que estos insecticidas tienen un impacto negativo en las abejas silvestres y abejorros. Algo grave si tenemos en cuenta el papel fundamental que cumplen estos insectos en el ecosistema natural.
Maj Rundlöf (Universidad de Lund) y colaboradores han podido apreciar un impacto negativo en el crecimiento y capacidad reproductora en las colonias de abejorros situadas cerca de campos de cultivo tratados con este tipo de insecticidas. Además, apreciaron una menor presencia de abejas silvestres en esas localizaciones.
Aunque no reparemos en ello, los abejorros son más importantes que las abejas a la hora de polinizar ciertas plantas, como los tomates o bayas de diverso tipo.
Anteriores estudios habían sido criticados por grupos de interés por estar basados en pruebas de laboratorio, pero este resultado esta basado en pruebas de campo en escenarios reales.
El problema es que normalmente se usan abejas melíferas para saber si un pesticida es demasiado negativo para este tipo de insectos, pero no se evalúa con abejas silvestres o abejorros. Este estudio demuestra la necesidad de nuevas maneras de evaluar los riesgos de los pesticidas antes de que sean aprobados. Además, demuestra, una vez más, que los neonicotinoides afectan gravemente a estos insectos.
Pero este resultado no ha sido el único publicado esta semana sobre el asunto. Otro estudio apunta a que las abejas se ven atraídas por el néctar de las flores que han sido tratadas con pesticidas.
Según el grupo de investigadores de Newcastle University y Trinity College Dublin que ha descubierto el fenómeno, esto podría aumentar las posibilidades de una alta exposición a los pesticidas por parte de estos insectos.
Tanto las abejas melíferas como los abejorros no son capaces de oler o saborear los neonicotinoides más comunes y, por tanto, no los evitan. Y lo que es más, de hecho, prefieren alimentarse de las flores contaminadas por ellos.
En los experimentos de laboratorio realizados se proporcionaba una disolución azucarada que simulaba ser néctar y la misma disolución con neonicotinoides. Los investigadores comprobaron que los insectos preferían la segundo. Tienen incluso sus prefencias dentro de estos pesticidas. Al parecer, prefieren imidacloprid o thiamethoxam frente a clothianidin.
Estos insecticidas tienen como blanco cerebral de estas sustancias el mismo que en el cerebro humano es sensible a la nicotina del tabaco. Así que el resultado sugiere que las abejas y abejorros posiblemente se hacen drogodependientes de estas sustancias y al ingerirlos buscan disparar el mismo mecanismo de recompensa cerebral que los humanos cuando fuman.
Este nuevo resultado señala que efecto de los neonicotinoides podría ser aún mayor de lo esperado sobre estos insectos, aunque su aplicación sea inferior o limitada geográficamente, pues las abejas podrían buscarlos en el campo de cultivo cercano pese a tener más cerca flores silvestres no contaminadas. El efecto final sería un mayor impacto de estos insecticidas sobre la dieta de las abejas al haber una ingestión superior a la esperada.
Copyleft: atribuir con enlace a http://neofronteras.com/?p=4653
Fuentes y referencias:
Artículo original I.
Artículo original II.
Foto: “The Bee in Tradescantia” por fesoj, vía flickr.
1 Comentario
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sábado 2 mayo, 2015 @ 9:26 am
«Una decisión que no gusta a las compañías de agroquímicos…»; «Anteriores estudios habían sido criticados por grupos de interés…»: es la condición humana y no podremos erradicar esta faceta; sólo luchar contra ella. Y la ciencia parece una buena estrategia.