Las fuentes hidrotermales de Pescadero
Descubren fuentes hidrotermales submarinas a casi 4000 metros de profundidad en el golfo de California.
La cuenca de Pescadero se encuentra a 3800 metros de profundidad en golfo de California a 150 km de La Paz (México). Fueron descubiertas en la primavera de este año por investigadores del Monterey Bay Aquarium Research Institute (MBARI).
En este lugar del fondo del mar están las fuentes hidrotermales de alta temperatura más profundas del Pacífico oriental. Son además las únicas fuentes hidrotermales conocidas del Pacífico en emitir tanto carbonatos como hidrocarburos. Estas fuentes de la cuenca de Pescadero han sido además colonizadas por seres vivos de distinto tipo según la naturaleza de los materiales expelidos por las mismas.
Todo empezó en 2012, cuando estas fuentes fueron identificadas gracias a datos de sonar de alta resolución. Posteriormente un torpedo de investigación estuvo nadando a 50 metros por encima durante dos días para levantar un mapa barimétrico más preciso de la zona.
El ingeniero del MBARI David Caress pudo identificar, a partir de esos mapas, numerosas formaciones rocosas en el lugar. Además, los datos de temperatura indicaban que el agua era más cálido sobre esa zona, lo que sugería que podía haber actividad en la misma.
Así que emplearon un vehículo de operación remota (ROV) para descender al lecho marino y tomar muestras del agua expelida por las chimeneas, muestras de roca de las mismas y tomar unos vídeos.
Antes de este descubrimiento se creía que esta zona era un lugar aburrido relleno de sedimentos, aunque se tenía la esperanza de encontrar algún afloramiento de roca volcánica.
Sin embargo, hubo suerte y se encontró esta región de chimeneas a lo largo de 400 metros de la falla y al borde oeste de la cuenca. Hay al menos tres chimeneas activas que miden 12 metros de altas, pero también hay restos de docenas de ellas que parecen que han colapsado.
Las muestras de roca que subieron a la superficie eran más pálidas de lo habitual y compuestas por carbonatos en lugar de por los compuestos de azufre que abundan en las otras chimeneas hidrotermales del golfo.
Se trataba, por tanto, de chimeneas de carbonatos. La cuenca de Pescadero es el segundo lugar del mundo en el que hay chimeneas de carbonatos. El otro es “Lost City” en la dorsal del océano Atlántico.
Los investigadores notaron un olor a gasoil en estas rocas y supusieron que de las chimeneas debía de emanar materia orgánica arrastrada de los sedimentos antiguos, sustancias que eran “cocinadas” hasta generar hidrocarburos similares al petróleo. Este es un proceso que ya había sido observado en otros lugares del Pacífico. Estos hidrocarburos pueden constituir la base del sistema nutritivo de los inusuales microorganismos que viven en estos lugares.
El biólogo del MBARI Robert Vrijenhoek realizó varias expediciones con el ROV para tomar muestras biológicas. El objetivo era determinar cómo eran las comunidades animales en la cuenca de Pescadero.
Se tomaron muestras en tres tipos distintas de fuentes hidrotermales de la región: fumarolas negras, chimeneas carbonatadas y fisuras hidrotermales.
Vrijenhoek descubrió que cada una de estas fuentes hidrotermales poseía su propia comunidad de vida animal.
Las fumarolas negras estaban en las áreas volcánicas activas, como el levantamiento de Alarcón, a 160 km de la cuenca de Pescadero. La roca en este caso está oscuramente coloreada de sulfuros y forma chimeneas de hasta 37 m de altura. Expelen fluidos de color negro a unos 350 grados centígrados que portan sulfuros y metales pesados. Al contactar con el agua fría del mar estos minerales precipitan formando la propia chimenea. Las fumarolas negras son colonizadas por gusanos tubículas del género Riftia que llegan a medir 2 metros de longitud, así como por crustáceos y gusanos Alvinella.
Las chimeneas de carbonato de la cuenca de Pescadero son más bajas que las anteriores y más delicadas. Emiten fluidos a 250-290 grados y no forman nubes negras. Estos fluidos son ricos en hidrocarburos que forman una película aceitosa oscura sobre la costra de carbonado de color pálido de la chimenea. Poseen una comunidad animal distinta, como máximos representantes están los gusanos tubículas, pero, en este caso, son del género Oasisia.
Las fisuras hidrotermales expelen fluidos a una temperatura de solamente 30-60 grados que portan fluidos volcánicos y cieno procedente los sedimentos. La comunidad animal es muy distinta y consta de anémonas, gusanos tubícolas del género Lamellibrachia y Escarpia y tapetes bacterianos. Además, soportan solamente una especie de bivalvos, a diferencia de las cuatros especies presentes en los demás casos.
Algo en común en estas comunidades es que todos los gusanos tubícolas y bivalvos contienen bacterias endosimbióticas especializadas que aprovechan los compuestos químicos expelidos por todas estas fuentes hidrotermales como nutrientes. Compuestos que para otras formas de vida serían tóxicos.
Todavía queda mucho por investigar en este lugar, sobre todo los detalles biológicos.
En todo caso, no deja de ser sorprendente hasta donde llega la vida en la Tierra y cómo de rica y sorprendente puede llegar a ser. A veces es como viajar a otro planeta.
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Fuentes y referencias:
Nota de prensa.
Fotos: MBARI.
1 Comentario
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jueves 18 junio, 2015 @ 8:57 am
Muy cierta la última frase. Si en nuestra -cariñosamente, no que seamos sus propietarios tal como expuso el famoso jefe Seattle- lacerada Tierra, donde las condiciones ambientales no pueden variar excesivamente, pueden darse ambientes y formas de vida tan distintas, no somos capaces, ni por asomo, de imaginar cuales podrán ser las de otro planeta; menos aún si pertenece a otro sistema estelar. Solo un concepto seguro: vida, y una condición, diría que casi imprescindible: el agua.
En cuanto a la zona donde se dan esas chimeneas, supongo que pertenece al límite entre las placas Pacífica y Norteamericana, es decir, una continuación de la celestial falla transformante que acoge en San Andrés, a Los Ángeles y a San Francisco. Es de imaginar que allí el espesor de la corteza oceánica, en algunas zonas del golfo, sea pequeño: algo menos que la media y eso permita que el magma caliente el fondo en algunas zonas. A esa presión y temperatura me parece que el agua ha de estar por encima del punto crítico, al menos en las aberturas; poco más arriba creo que habrá disminuido mucho la temperatura y es donde me paree que se dará la vida.