Objetos entre planetas y estrellas
Dos estudios recientes tratan de saber más sobre esos objetos que no son planetas pero no llegan a la categoría de estrella convencional.
En los años ochenta del pasado siglo el Universo parecía sencillo. Dejando las cuestiones cosmológicas a un lado y fijándose en el caso de los planetas, la cosa parecía sencilla. Debía de haber otros planetas fuera de nuestro Sistema Solar, aunque no se había detectado aún. Además, debían ser rocosos y situados cerca de su sol y gaseosos, pero situados lejos de su sol. Básicamente se extrapolaba nuestro sistema planetario a cualquier otro sitio.
Luego nos hemos dado cuenta de que la Naturaleza no responde necesariamente a nuestros prejuicios o clasificaciones y que hay toda una gran variedad de objetos planetarios sobre los que no tenemos ningún ejemplo en nuestro Sistema Solar u objetos que están a medio camino entre una estrella y un planeta. Dos estudios menores recientes nos hablan de este tipo de objetos.
Hemos llegado a tal punto que el ser humano ha sido capaz de revelar el sistema climático de un objeto gaseoso gigante. Allí, entre distintas capas de nubes, llueven gotas de hierro fundido.
PSO J318.5-22 está a 75 años luz de nosotros y se estima que tiene solamente unos 20 millones de años de edad, tiene un tamaño similar al de Júpiter, pero es 8 veces más masivo. PSO J318.5-22 no orbita ninguna estrella, es demasiado grande para considerarse un planeta joviano y demasiado pequeño para ser considerado una estrella.
El estudio fue realizado gracias a los telescopios que la comunidad internacional tiene en Chile y sienta las bases para que en el futuro se puedan estudiar las condiciones atmosféricas de otros planetas más fríos que sí puedan sustentar vida.
Los astrónomos pudieron capturar imágenes en el infrarrojo cercano según PSO J318.5-22 rotaba sobre sí mismo cada 5 horas. Comparando su brillo con el de los cuerpos cercanos pudieron descubrir varias capas de nubes delgadas y gruesas. Estas capas nubosas eran la causa de que el brillo del objeto cambiara según rotaba bajo nuestra perspectiva. Estiman que la temperatura en ese sistema nuboso supera los 800 grados centígrados.
Esto nos dice que las nubes son ubicuas incluso en objetos que no pueden ser calificados como planetas.
Esta labor de investigación pudo realizarse porque la imagen de este objeto no se ve cegada por el resplandor de una estrella, al no orbitar ninguna. Así que los investigadores esperan que esta misma técnica pueda ser usada en planetas normales más ligeros, fríos y pequeños cuando seamos capaces de tapar la luz de su estrella. Primero se hará con planetas gaseosos gigantes y luego con planetas rocosos que puedan contener vida.
Si se sigue acumulando hidrógeno y helio en este tipo de objetos pueden llegar a convertirse en enanas marrones, un tipo de estrella que no puede mantener reacciones nucleares como las de nuestros Sol, pero sí que pueden realizar la fusión del deuterio por un tiempo. Este tipo de objeto se descubrió hace unos veinte años y comparte características con los planetas y las estrellas.
Las enanas marrones son demasiado frías y lejanas como para poder estudiarse en detalle, pues su baja temperatura implica una baja emisión de luz (en el infrarrojo). Aunque se supone que son relativamente abundantes no hay pruebas observacionales de ello. Se ha propuesto que debe de haber una enana marrón por cada estrella normal.
Así que para saber más de las condiciones reinantes en su interior lo ideal es hacer experimentos de laboratorio, ya que esas condiciones sí son alcanzables con la actual tecnología.
Para ello un grupo de investigadores del York Plasma Institute (University of York) ha usado un láser de Petavatio para recrear las condiciones del plasma en el interior de estos objetos. Con ello querían medir la viscosidad y resistividad en el interior de las enanas marrones a través de las emisiones de rayos X, que permiten levantar un perfil de la densidad de plasma.
La idea es saber cómo de denso es ese material interior y cómo de caliente está, lo que determina la ausencia de condiciones para reacciones de fusión nuclear convencionales y que no lleguen a ser estrellas verdaderas.
Si es verdad que hay cientos de miles de millones de enanas marrones quizás tengamos pruebas de ello cuando el telescopio espacial James Webb empiece a funcionar. Si es así, este tipo de estudios permitirán interpretar mejor las medidas que de ellas se tomen, como por ejemplo sabiendo cómo la energía es transportada en el interior de estas enanas marrones.
Copyleft: atribuir con enlace a http://neofronteras.com/?p=4805
Fuentes y referencias:
Artículo original I.
Artículo original II.
Ilustración: MPIA/V.Ch.Quetz.
14 Comentarios
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lunes 9 noviembre, 2015 @ 7:58 pm
– Las emisiones de rayos-X permiten levantar un perfil de la densidad de plasma de «esos objetos,», por simulación en laboratorio. ¡Que curioso!, esto recuerda las típicas densitometrías que se les hacen a las personas para averiguar la densidad de su masa ósea.
martes 10 noviembre, 2015 @ 10:10 am
¡Lluvia de hierro fundido! Me he quedado «hipertérrito» -por lo de la Tierra-. La prefiero y me niego a ir allí. A mi difunto suegro le cayó una gota de soldadura en medio del pecho -si sería inocente que se puso a soldar quedando él debajo- que casi le atraviesa el esternón. Nunca se le curó y aguantó la lesión más de treinta años. Creo que se le transformó en cáncer de piel o algo así. El caso es que había de hacerse curas casi diarias. Aunque como antes se iba tan poco al médico… Igual con una pequeña operación se hubiera solucionado.
Nada, que no voy.
martes 10 noviembre, 2015 @ 8:01 pm
Me intriga saber cuánto tiempo tarda un planeta sin sol que lo caliente, pongamos como la tierra, en enfriarse por efecto de la radiación al espacio de su calor interno. ¿ Esas estrellas fallidas llevarán miles de millones de años radiando calor al espacio y todavía están como para llover hierro ?. Plutón y otros astros lejanos están ya fríos, aunque son menores, claro…
miércoles 11 noviembre, 2015 @ 2:55 am
Aunque no dispongamos de datos, supongo que lo lógico es estimar que el número de enanas marrones sea similar al de enanas rojas de pequeño tamaño, o sea, muy alto.
miércoles 11 noviembre, 2015 @ 9:31 am
Querido amigo Miguel Ángel:
Estoy de acuerdo con tu breve comentario, pero creo que el artículo se refiere más a algo distinto que no es enana de ninguna clase, ni siquiera planeta, aunque, pienso que en algún caso pudiera serlo.
Habrá que investigar.
jueves 12 noviembre, 2015 @ 2:55 am
Mi querido amigo Tomás:
Eso es, yo solo me estaba refiriendo al punto donde hablan de las enanas marrones. En cuanto al PSO J-318.5-22 tiene el tamaño de Júpiter y como tal me parece más próximo a un planeta, a pesar de que la temperatura de sus nubes sea notablemente superior y tenga un poco más de masa.
Sin embargo, podríamos aplicar un criterio de la temperatura y decir que estrella es aquel cuerpo capaz de mantener por sí mismo la temperatura de su superficie por encima de los 200 grados, pongamos el ejemplo.
Lo que no me gusta nada es la nomenclatura de astros con letras y números en vez de nombres: es mejor idea ponerles nombre de personajes de Barrio Sésamo, como vimos en aquella noticia pasada, o de personajes mitológicos o lo que sea. Se recuerda mejor.
Un abrazo a caballo entre planetario y estelar.
jueves 12 noviembre, 2015 @ 9:09 am
Querido amigo Miguel Ángel:
Lo de los nombres, me parece bastante bien, pero habríamos de reducirlo a casos muy especiales o a un entorno suficientemente pequeño, porque con cada nuevo y mejor sistema de detección, van a tender a infinito, Es decir que no vamos a tener más remedio que acudir a sistemas como los de los automóviles. Es decir, dividir la galaxia en zonas, que a eso aún se le puede asignar un nombre, luego algo así como autonomías -esperando que no reclamen la independencia y quieran marcharse de la vía láctea- y por fin a números. Es una idea a desarrollar.
Una abraçada molt aragonesa.
jueves 12 noviembre, 2015 @ 1:16 pm
No se si seria descabellado debido a nuestra física actual y lo que nos dice sobre el viaje espacial pero imaginaba futuras sociedades avanzadas en una galaxia sin producción de nuevas estrellas y con las que tienen agotándose preocupadas por hacer chocar estas enanas marrones para asegurarse seguir teniendo estrellas cerca de las cuales vivir.
viernes 13 noviembre, 2015 @ 8:04 am
JavierL:
Estuviste ultraimaginativo. ¿Cómo es posible «hacer» chocar estrellas, ni enanas marrones ni de cualquier color que se nos ocurra?
Puedo pensar en extraer toda la energía de una estrella y emplearla en trasladar a otra, pero ¿como?
domingo 15 noviembre, 2015 @ 6:43 pm
Ni tan imaginativo amigo tomas pues obviamente no se me ocurre un «¿cómo hacerlo?». Solo imaginaba la cantidad de hidrógeno que quedará en esos planetas aún cuando no haya extrellas. Y en esas «civilizaciones del fin de los tiempos».
Quizás (si siguen allí) solo terminen viviendo cerca de esos planetas para usar el hidrógeno.
martes 17 noviembre, 2015 @ 1:25 am
Querido amigo Tomás:
Ciertamente. No tendríamos nombres suficientes para asignar a cada estrella aunque usásemos la totalidad de términos de todas las lenguas conocidas. Pero mi propuesta sería ponerles nombre a todas las que sea posible, al menos a las más grandes, a las más cercanas o a las más relevantes por lo razón que fuese.
Las personas que se dedican a memorizar la secuencia de una baraja de naipes no lo hacen directamente empollándose la secuencia (rey de copas, cinco de oros, dos de oros…), sino que usan interrelaciones. En el ejemplo anterior lo que se memoriza podría ser: «el rey borracho se acerca a la barra a pagar sus copas con un billete de cinco euros y le devuelven dos». Es así como asimila mejor al información nuestro cerebro que es intuitivo.
En este punto, no me parecería descabellado usar todos los vocablos disponibles, aunque hubiese estrellas que se llamasen «de», «fuera», «aloha» o «harakiri». Posiblemente seas incapaz de recordar en este momento el código del astro que nos ocupa, pero es mucho más probable que la estrella «harakiri» se haya hecho ya un hueco en tu memoria, aunque solo haya sido un ejemplo.
Abrazos intuitivos
martes 17 noviembre, 2015 @ 9:56 am
Sí, en eso es muy conocido el ejemplo de «Vive y domina el rey que filosofa en clase…» para recordar «vivo, dominio, reino, filo, clase, orden, familia género y especie». Yo no sé, muy acertado Miguel Ángel, si «harakiri» habrá hecho un hueco en mi cerebro, o estaría ya, pero seguro que no me lo hago en el estómago. ¡Qué brutos estos fieles al honor japonés! Siempre dicho sin racismo, como es natural.
Pues ese truco que mencionas, si se domina es muy útil. Hubo un tiempo en que lo practiqué, aunque no con el juego, que no me gusta. Se trata de que si recuerdas una secuencia como la que comentas, pero de forma exagerada, da como resultado que puedes memorizar decenas de palabras. Conocí a algunos que superaban las treinta o más con solo decírselas una vez. Por ejemplo sería: «El rey borracho (imaginado con su corona ladeada y muy tambaleante), se acerca a la barra (una barra superllena de botellas, por ejemplo) a pagar (con un billete muy arrugado de cinco euros) y le devuelven dos (monedas cuadradas de un euro cada una).
Y ya que va de eso os cuento que un matrimonio, por la calle, se encuentra con un amigo:
-¿Como te fue con el médico ese con la memoria? -pregunta este.
-¡Fabuloso! ¡Sencillamente fabuloso!
-Pues, por favor, dime su nombre, que también ando flojillo.
-A ver… Es que… Es un nombre como de flor… -dice mientras intenta recordar.
-¿Narciso?
-No, no… -se impacienta.
-¿Floreal?
-No, tampoco…
-¿Nardo?
-Que no, que no…
-¿Florencio?
-Nada, no, no…
Ya mosqueado, el amigo, ironiza:
-Pues como no sea Rosa…
-¡Eso! Rosa -dice a su señora-: ¿cómo se llama el médico ese?
Mil perdones a todo el que lo recordase y otros tantos abrazos.
martes 17 noviembre, 2015 @ 4:58 pm
He visto por encima, un articuloo que parece interesante, sobre el tema este del espacio, en un blog nex big future: http://nextbigfuture.com/2015/09/getting-functions-and-benefits-of-star.html
Un saludo a tod@s.
miércoles 18 noviembre, 2015 @ 2:55 pm
El articulo que vi en la web-blog, sobre enanas marrones, no era el anterior, que habla sobre una implementación teórica o hipotética, de algunas de las tecnologías de la serie de TV y película de Sci-Fi, Estar Trek, que parece inspirar a inventores e investigadores (físicos, quimicos teoricos y los de ciencias aplicadas, los tecnologos), mas serios. Tema, que aquí, no viene al caso (no tiene nada que ver). Por otra parte, el ingles y las lenguas extranjeras, nunca fueron mi fuerte. !Menos mal que tenemos a los traductores de texto automáticos, que aunque todavía lo hacen regular, al menos algo es mucho mejor que nada.! (Algo, que no es poco.)
El articulo sobre el tema este, de las enanas marones, eshttp://nextbigfuture.com/2012/06/wise-space-telescope-finds-only-one.html
Pido disculpas a todos por el error.
Un saludo a todas.