NeoFronteras

Posiblemente Kepler-438b no es habitable

Área: Espacio — sábado, 21 de noviembre de 2015

Un estudio apunta a que las supererupciones de su estrella hacen que la atmósfera de Kepler-438b sea barrida y sus posibilidades de albergar vida desaparezcan.

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Los científicos que opinan sobre la existencia de vida en otros planetas se dividen, más o menos, en dos: los biólogos y los astrónomos.
Los primeros son más bien pesimistas y creen que algo tan complejo como la vida o la propia abiogénesis es algo muy difícil que se dé en otros lugares del Cosmos.
Los segundos opinan que el Universo está lleno de vida pues hay cientos de miles de millones de estrellas y un número incontable de galaxias.
En los últimos tiempos hemos visto cómo hemos podido detectar miles de exoplanetas, algunos de ellos en la zona de habitabilidad de su estrella.
Muchos de ellos orbitan enanas rojas, que son estrellas más frías que el Sol. Aquellos que están en la zona de habitabilidad de una enana roja necesariamente están muy cerca de su estrella, por lo que posiblemente sincronicen su día y su año de tal modo que presenten siempre la misma cara a su estrella.
Lo peor de las enanas rojas es que tienen juventudes muy turbulentas en las que emiten gran cantidad de radiación y viento solar que puede afectar a los planetas que estén cerca. Este fenómeno puede esterilizar cualquier vida que aparezca (o evitar su aparición) e incluso barrer la atmósfera del planeta de tal modo que la vida sea imposible en él. Se cree que una atmósfera es imprescindible para que pueda haber vida tal y como la conocemos.
Lo malo es que tampoco sabemos cómo de grande es la ventana de oportunidad en la que puede aparecer la vida. En la Tierra la vida aparició muy pronto, al poco que el planeta se enfrió lo suficiente. Esto sugiere que quizás se necesiten las condiciones de aquel entonces para que aparezca la vida: intenso bombardeo de cometas que depositen sustancias complejas, temperatura alta, atmósfera de composición especial, etc.
Si esta ventana de oportunidad existe y es corta entonces puede que alrededor de las enanas rojas no haya vida, pues cuando la enana deja atrás su etapa juvenil turbulenta la ventana de oportunidad para la vida se ha cerrado.
Si la ventana es lo suficientemente amplia y la etapa turbulenta lo suficientemente corta entonces la vida podría aparecer siempre y cuando quede atmósfera, claro.
Uno de los planetas de este tipo que está en la zona de habitabilidad de su estrella enana roja es Kepler-438b, el planeta que ahora mismo tiene la máxima puntuación en la escala ESI (Earth Similarity Index) o índice de similitud con la Tierra.
Kepler-438b está a sólo 25 millones de km de su sol (Kepler-438, estrella también denominada KOI-3284 o KIC 6497146), más o menos a la mitad de distancia a la que se encuentra Mercurio del Sol, y tarda 35,2 días en completar una órbita.
Kepler-438 es una enana roja situada hacia la región del cielo que llamamos constelación de Lira y a 470 años luz de nosotros.
Según investigadores de la Universidad de Warwick, la estrella Kepler-438 debe de haber eliminado la posible atmósfera de Kepler-438b, por lo que uno de los mejora candidatos a planetas con posible vida quedaría tachado de la lista.
Cada 100 días más o menos una supererupción solar, unas 10 veces mayor que la máxima conocida que se ha dado en nuestro Sol, es emitida por Kepler-438. Su energía sería del orden de 100.000 millones de megatones.
El problema no es estrictamente estas supererupciones, sino las eyecciones coronales asociadas a ellas. Serían precisamente estas eyecciones coronales las que potencialmente podría eliminar la atmósfera del planeta en cuestión.
Estas eyecciones consisten en una nube de plasma en forma de arco que se desplaza desde la superficie del Sol hacia afuera en una dirección más o menos al azar. No hay nada que nos impida pensar que algo así no pase en otras estrellas.
La probabilidad de que se den eyecciones coronales aumenta conforme aumenta la energía de las erupciones. Así que es altamente probable que Kepler-438 emita fuertes eyecciones coronales aunque no las podamos ver.
Si Kepler-438b tiene un campo magnético como el de la Tierra entonces puede evitar en parte los efectos, pero, si no es así, su atmósfera habrá quedado barrida y su superficie irradiada hasta unos niveles en los que la vida tal y como la conocemos sería absolutamente imposible. Sin atmósfera, o con una atmósfera reducida, llegarían a la superficie grandes cantidades de rayos UV y rayos X que son perjudiciales para la vida, así como protones de alta energía y sus subproductos.
Lo malo de todo esto es que puede que sea la tónica general en el caso de las enanas rojas, que son las estrellas más abundantes de la galaxia. Además, da igual lo que ocurra en otras galaxias, porque nunca tendremos tecnología para detectar vida en ellas, incluso las más cercanas. Por tanto, se reducirían mucho las posibilidades de vida en nuestra galaxia o que la podamos detectar si es que existe.
Esto supone un jarro de agua fría para los optimistas que creen en un Universo en el que pulula la vida.
Puede que un planeta de tipo supertierra (no es el caso de Kepler-438b) tenga un campo magnético más potente que pueda evitar el fenómeno si le ha dado tiempo a que aparezca. Incluso si no es así, un planeta de ese tamaño tiene que tener una tectónica más potente y puede que sea capaz de regenerar su atmósfera. Que a partir de entonces sea posible la biogénesis es algo que no sabemos.
Es decir, desconocemos mucho sobre todo este asunto por falta de medidas directas y lo único que tenemos es una estadística de planetas reducida a sus masas, tamaños y parámetros orbitales.
No tenemos ni idea de si la vida es abundante y el optimismo que nos dice que es así está basandose sólo en su fe y no en las mediciones y la ciencia.
Pudiera ser que la vida fuera en realidad muy escasa. Entonces, la paradoja de Fermi no sería tal y si no vemos a seres de otras civilizaciones ni sus efectos es porque en realidad no están ahí fuera. El Gran Filtro se aplicaría muy pronto y sería pocos los planetas con vida, incluso con solamente vida microbiana.
Lo peor no es que la vida sea muy escasa, sino que si es así entonces nunca la podremos encontrar. Es una cuestión de desafíos técnicos y lejanía.
Si la vida es abundante veremos sus huellas dentro de poco en estrellas cercanas cuando la nueva generación de telescopios empiecen a funcionar. Con telescopios mayores, que de momento están solamente sobre el papel, se podrían incluso ver algunos de estos planetas como puntitos azul pálidos, siempre y cuando algo así se financie, claro, lo que no está nada claro que se haga pronto.
Urge que se invierta dinero en este asunto para tener así datos directos experimentales sobre la abundancia de atmósferas y sus composiciones. De este modo dejaríamos a un lado los estudios demasiado teóricos sobre el asunto para hacer investigar desde el positivismo científico.
Pero si no es así, y la vida es escasa, entonces es una cuestión gnoseológica. Da igual que haya vida por ahí si no la podemos detectar. Para la ciencia si un árbol cae en el bosque y nadie lo oye entonces no ha caído ningún árbol.
En todo caso, si somos unas de las pocas muestras de vida de la galaxia o incluso la única, entonces el peso de la responsabilidad que recae sobre el ser humano es gigantesco.

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Fuentes y referencias:
Artículo original.
Ilustración: Mark A Garlick/University of Warwick.

Salvo que se exprese lo contrario esta obra está bajo una licencia Creative Commons.
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2 Comentarios

  1. Gerardo:

    La verdad es que esas 2 ultimas lineas son matadoras

  2. tomás:

    Pues a mí no me lo parecen tanto. Hemos de asumir la realidad y si es así, debemos aceptarla y no hay más, como aceptamos que, haya vida o no, por el devenir que prevemos para el universo, dejará de haberla alguna vez en todo él. O como hemos de aceptar que hemos de morir más tarde o más temprano y dejaremos de sentir la belleza de nuestro mundo, con sus alegrías o sus sufrimientos.
    No obstante, creo que alguna forma de vida debe existir, aunque quizás nunca podamos conocerla. Sólo, si hay suerte y la hubiese en el Sistema Solar.
    Dice el artículo que «una atmósfera es imprescindible». Entonces ¿por qué elucubramos sobre vida en Encelado que casi no tiene atmósfera y representa un mundo tan distinto al nuestro? La vida habría de ser acuática por la bajísima temperatura exterior encima del hielo.

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