Proyecto Génesis
Proponen la siembra con vida terrestre de exoplanetas no habitados en la zona de habitabilidad.
Hace ya bastante tiempo que propusimos por aquí que quizás la única manera de conquistar otros planetas fuera del Sistema Solar fuera a través de la inoculación con vida terrestre microbiana.
Ahora, Claudius Gros (Universidad de Goethe de Frankfurt, Instituto de Física Teórica) se plantea si es posible hacer esto en planetas que no estén permanentemente habitados.
A lo largo de los últimos años hemos podido ver cómo se descubrían nuevos exoplanetas. Ahora podemos afirmar que casi todas las estrellas de nuestra galaxia posiblemente tengan planetas a su alrededor. Además, algunos de los planetas están en la zona de habitabilidad de la estrella, en donde el agua puede estar en estado líquido.
Pero que haya condiciones para la vida no significa que necesariamente estos planetas en la zona de habitabilidad tengan vida. Aún no hemos descubierto un exoplaneta con vida. Tampoco hay garantía para que las condiciones de habitabilidad se mantengan de forma indefinida. Puede ser que las condiciones para la vida sean sólo temporales y que a esta no le dé tiempo a aparecer. Además, parte de la habitabilidad de un planeta es mantenida por la propia vida, así que dicha habitabilidad puede desaparecer si la vida no aparece.
Tarde o temprano descubriremos planetas que presenten condiciones para la vida, pero para los que no haya pruebas de que esta haya aparecido. Si la vida es posible allí, entonces, ¿por qué no llevarla desde la Tierra? Gros ha investigado cómo podría realizarse esto.
Una misión Génesis de esta clase podría alcanzar un planeta cercano de este tipo en unas décadas si se puede lograr una fracción de la velocidad de la luz. Se trataría de una misión no tripulada que portaría un laboratorio capaz de sintetizar organismos unicelulares. El sistema empezaría a funcionar una vez estuviera sobre la superficie del planeta.
Estos microorganismos así sintetizados y liberados crearían el primer ecosistema del planeta, que evolucionaría durante millones de años de forma autónoma hasta conseguir formas de vida complejas. Se podría transplantar un estadio de la vida similar al que tenía la Tierra en el Precámbrico. Incluso se podrían ahorrar cuatro mil de millones de años de lenta evolución, según Gros.
Considerando una suerte de ética cósmica, no todo planeta propicio cercano sería elegido, pues dentro de los posibles planetas blanco para este tipo de misiones no estarían los que ya tuvieran vida. De este modo, no se interferiría con la vida ya establecida.
Dados los tiempos implicados, una misión o misiones Génesis no proporcionarían beneficios directos a los constructores y tampoco al género humano en general. Según Gros sería algo así como dar a la vida algo a cambio de lo que ya nos ha dado ella.
Si nos paramos a pensar, la idea no está tan lejos de la de una nave multigeneracional o es incluso mejor. Al fin y al cabo, nunca conoceremos a los posibles descendientes que vayan a un hipotético planeta habitado en una misión multigeneracional. En el proyecto Génesis sólo hay que esperar unos cientos de millones de años para que, quizás, surjan seres inteligentes. Estos, en algún sentido, serían nuestros descendientes.
Además, una misión con humanos (congelados o vivos) que pudieran sobrevivir a un viaje interestelar (en el caso de que algo así sea posible) para llegar a un plantea habitable tendría nulas posibilidades de éxito en un planeta que contase con una bioquímica totalmente distinta a la nuestra. Una misión Génesis portaría su propia bioquímica específica (la nuestra).
Lo que no es fácil de conseguir en la misión Génesis es llegar hasta el planeta en cuestión y, sobre todo, poder frenar para poder inyectar la sonda en la atmósfera planetaria. Aunque se ha propuesto recientemente una misión de nanovelas láser para Alpha Centauri, no se pretende frenar y llegar, sino observar y pasar de largo. Aunque en el pasado se han propuesto métodos para frenar una vela láser, no está claro que puedan ser técnicamente posible. Además, se tiene que gastar tanta energía (o más) y tiempo en el frenado como se necesitó para acelerar la nave.
Otra posibilidad es que se use un viaje lento con tecnología tradicional, pues, total, los miles de años de duración del viaje son pocos comparados con los millones de años de evolución biológica necesarios para crear vida compleja o seres inteligentes.
En todo caso, la idea no deja de ser romántica al convertirnos en una suerte de semidioses que van sembrando la vida por la galaxia. Además, nuestros descendientes sabrían de su origen no natural al no haber pruebas fósiles de vida temprana en su planeta. Quizás incluso podríamos dejarles algún tipo de mensaje en la maquinaria bioquímica para hacérselo saber.
Copyleft: atribuir con enlace a http://neofronteras.com/?p=5028
Fuentes y referencias:
Artículo original
Ilustración de cabecera: fotograma extraído de este vídeo.
21 Comentarios
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domingo 4 septiembre, 2016 @ 3:13 pm
Y si enviamos embriones humanos, y otros animales terrestres, que al llegar a un nuevo ambiente planetario, pudieran ser modificados, para adaptarlos a ese nuevo ambiente en el que serian trasplantados desde la Tierra? Ya tendríamos a seres inteligentes andando sobre el planeta entonces.
domingo 4 septiembre, 2016 @ 5:03 pm
Excelente artículo. Yo me pregunto ¿Hay pruebas fociles que excluyan un origen no natural de la vida en la tierra?
domingo 4 septiembre, 2016 @ 7:40 pm
Hola a todos.
¿Que tal un poco de polémica?
Observo en este artículo un cierto despego a la contingencia evolutiva.
De los tres Dominios biológicos solo en algunos Reinos de Eurcaya se han producido organismos complejos. Y solo en uno de los numerosos Filos del Reino Animalia se producen unos cuantos Géneros con capacidad de transmisión memética.
Dotar a la evolución de una intencionalidad por llegar a ese punto: ¿No será mucho dotar?
¿No esta suficientemente claro que cualquier linea evolutiva puede evolucionar tanto a la complejidad, como a la simplicidad?
¿Cual sería la posibilidad de que en otro planeta de nuestra galaxia se produjeran las mismas contingencia que en este?
¿No se podría interpretar tambien que el estar basada toda la vida de este planeta en RNA/DNA y solo con determinados aminoácidos como una señal de un origen intencional?
¿No habrá tambien algo o mucho de antropocentrismo en esto de querer ser los los adalides de la panspermia?
¿Acaso no es la propia vida en forma de este «Homo tecnotribalis supersticiosos» la que se pone en riesgo a si misma?
¿No será mejor empezar por respetar un poco más la vida que tenemos aquí?
Agradeciendo de antemano cualquier alusión por critica que sea, abrazos y o saludos para todos.
domingo 4 septiembre, 2016 @ 9:46 pm
Ignacio:
El problema es que para que llevar seres inteligentes tienes que crear primero el ecosistema que los acoja. Lo de los embriones ya fue propuesto por Arthur C. Clark en «Cantos de una lejana Tierra».
domingo 4 septiembre, 2016 @ 9:48 pm
Estimado Pocosé:
Pudiera ser que sembráramos uno de esos mundos con vida y que esta fuera microbiana para siempre. O que surgiera la vida multicelular y que nunca apareciera una especie inteligente. Tenemos un experimento ya hecho en la Tierra al respecto con Australia. Allí la vida siguió su camino independiente y no dio lugar a seres inteligentes.
Pero, ¿y si siembran mil o un millón de planetas?
Y sí, como muchas veces hemos mantenido por aquí, es más rentable invertir recursos en conservar la vida de la Tierra.
lunes 5 septiembre, 2016 @ 1:58 am
Oportuna la respuesta de Neo a «Ignacio»: para plantear ese tipo de viajes, haría falta preparar con anterioridad el planeta de destino. Y, para prepararlo, precisamente habría que hacer lo que proponen en la noticia o algo muy similar.
En cualquier caso, hay que llevar obligatoriamente unicelulares por dos motivos: porque son los que tienen capacidad de empezar a colonizar un planeta inerte y porque no podemos prescindir de ellos si queremos que se desarrolle un ecosistema.
martes 6 septiembre, 2016 @ 8:04 am
Querido amigo Pocosé:
-«Cualquier línea evolutiva puede evolucionar tanto a la complicidad como a la simplicidad»: compatible con el enfoque de Gould de una evolución ciega. Sin embargo, tenemos muchos más ejemplos de evolución hacia formas más complejas que hacia la simplificación (de hecho, la inmensa mayoría de estos ejemplos se limitan a parásitos). Y el motivo es que para que un organismo evolucione hacia la simplificación hay dos obstáculos: que la simplificación puede conllevar que el organismo no pueda desarrrolar sus funciones vitales, y que el nuevo organismo simplificado puede encontrarse con que el nicho que podría ocupar, está ya ocupado por otra/s especies.
Neo lo explica fenomenal aquí http://neofronteras.com/?p=3880
-En cuanto al posible origen intencionado de la vida en este planeta, que también plantea «Solavera» (¿antes Isaak?), es una posibilidad que no podemos descartar por completo. Además daría explicación a esos estromatolitos tan antiguos de 3.700 m.a.
-Y sobre lo de arreglar antes el planeta, también estoy de acuerdo. Pero teniendo en cuenta que el proyecto se realizaría con una millonésima de lo que gastamos en armamento (entre otros gastos idiotas), no me parece tan descabellado.
De hecho, yo imagino civilizaciones avanzadas que emprenden proyectos como el que nos ocupa y civilizaciones inteligentes pero no avanzadas que se lo gastan en armamento, fronteras o pesticidas y nunca llegan a serlo.
Abrazos.
martes 6 septiembre, 2016 @ 8:06 am
*En la noticia que enlazo (Rebobinando la película evolutiva), me refiero especialmente al comentario 21 de Neo.
miércoles 7 septiembre, 2016 @ 5:02 pm
La idea me parece apasionante.Se podría incluso escribir un magnífico relato o guión de película de «ciencia-ficción», con más ciencia que ficción,en, almenos, los fundamentos de su planteamiento, y dejando de lado todos los impedimintos tecnológicos que pueden impedir la realización de dicha idea.
– No obstante y para los que aquí se refieren a cuestiones evolutivas me parece conveniente recordar al matemático John H. Conway y su «juego de la vida»:
Conway considera y demuestra con tal juego que la vida es un buen ejemplo de emergencia y autoorganización, así de unas reglas muy elementales, muy sencillas, pueden perfectamente surgir patrones de alta complejidad. No echaría en saco roto, los trabajos de Conway al respecto de las «pegas» evolucionistas que se leen por aquí. Que no surgieran seres inteligentes de la » cosa multicelular»,en Australia no significa que eso mismo resultado se diera siempre y en todos los planetas que se sembraran.
– Incluso en la Tierra, se podría recrear el experimento de Australia, con algunas variantes y conseguir vida inteligente.
Saludos, gente.
jueves 8 septiembre, 2016 @ 12:38 am
Pues, para poder tan siquiera pensar en sembrar vida en un exoplaneta, deberiamos empezar a hacer ese trabajito en planetas/lunas del sistema solar
jueves 8 septiembre, 2016 @ 1:29 pm
Totalmente de acuerdo con Gerardo. ¿Porqué no en el sistema solar? Tendríamos un laboratorio natural muy cerca de casa y nos permitiría observar muchos aspectos de la evolución (a corto plazo, si es que estamos para verlo). Tampoco descarto el proyecto de la panspermia a distancias mayores, pero hacerlo sin entender del todo los procesos evolutivos me parece un posible gasto innecesario de recursos que, sinceramente, creo que no tenemos. (refiriéndome a esto con que estoy de acuerdo en tu punto,»Pocosé»).
De todas formas, me parece interesante la idea de que «la vida se abra camino» con proyectos como este. Al fin y al cabo, no deja de ser expansión de nuevas fronteras y el descubrimiento de nuevos territorios por parte de la «materia viva», sea lo que sea esto. Puede ser, incluso, que la vida no tenga otra manera para expandirse que no sea mediante la panspermia, y que la responsabilidad de tal mecanismo la posean los seres inteligentes. Esto podría incluirnos a nosotros, o no. Ya se verá.
Lo que está claro es que es importante conservar las especies vivas en este planeta (si nos incluimos de una manera no destructiva, mejor, pero si no, tampoco se acaba el mundo), pero cuanto más se expanda la vida, mayor probabilidad de supervivencia. Al fin y al cabo, nuestro sistema solar, como todos, tiene los días contados, y nunca sabemos cuando podría suceder un cataclismo cósmico que borrase todo ser vivo de la faz de la tierra. En conclusión: Expandirse es bueno; Destruir es malo; El antropocentrismo es nuestra naturaleza, pero la motivación es secundaria mientras se cumpla el objetivo.
Ah, y con respecto al tema de llevar seres vivos de naturaleza «simple», como unicelulares, estoy de acuerdo en que habría que empezar por ahí. Es como el dicho «no se debe empezar la casa por el tejado».
jueves 8 septiembre, 2016 @ 9:32 pm
Pues porque en nuestro Sistema Solar no hay planetas apropiados.
viernes 9 septiembre, 2016 @ 1:30 am
Así es, querido Neo. Solo sería planteable en Europa o Encélado, pero en estos dos satélites la vida quedaría restringida al hábito submarino, y, si es inviable la fotosíntesis, adiós a la presencia de oxígeno.
Sin oxígeno para quemar, probablemente solo se desarrollen unicelulares y, como mucho, pluricelulares muy pequeños.
viernes 9 septiembre, 2016 @ 2:53 am
Interesante el tema. Y si diseñamos seres complejos para esos ecosistemas diferentes o los tuneamos, para adaptarlos a esos ambientes nuevos? Respirar esas atmósferas, comer esas plantas comestibles y cazar los posibles animales que se den en esos lugares, para comer o alimentarnos. Podríamos derivar la especie humana hacia otras especies diferentes, adaptada a entornos muy diferentes. (Lo mismo podríamos hacer, con los animales terrestres).
Un saludo.
viernes 9 septiembre, 2016 @ 8:36 am
Aún más del 80% de la especie pone sus designios en inventados dioses y unos cuantos ya queremos jugar a serlos.
¿Constituye la especie humana una civilización?
¿Se nos puede catalogar de inteligente como especie?
viernes 9 septiembre, 2016 @ 8:51 am
Pienso que sería más barato buscar un lugar apropiado en la Tierra, esterilizarlo de forma muy segura, aislarlo, tanto del suelo como de todos sus límites, poner tierra y agua, también bien esterilizados y sembrar luego lo que nos parezca apropiado. No creo que el tamaño fuese determinante, y la inspección constante sería posible y nada cara.
De todas formas viendo la nueva noticia que sigue a esta, de la que solo he visto el resumen inicial, parece bastante absurdo no remediar esa acción con absoluta prioridad.
viernes 9 septiembre, 2016 @ 9:19 am
Además, podrían ponerse varios, en distintos lugares, para que la insolación fuese distinta. Y con distintos soportes materiales, copiando un poco lo que haya en otros lugares de nuestro sistema. Incluso podrían añadirse algunos satélites. Un conjunto así seguiría siendo más barato y eficaz que el control de una siembra y evolución lejana.
viernes 9 septiembre, 2016 @ 5:01 pm
Pues todo depende de lo que se busque, si se busca aprender de la evolución y ver lo que sucede podemos esterilizar una parte de la tierra o poner, que se yo, una cúpula en Marte que conserve la atmósfera.
Pero enviar vida a planetas lejanos se trata de ser altruista, es quizás tonto poner esperanzas en lo que sucederá cientos o quizás miles de millones de años después de sembrados, no sacaremos absolutamente nada de allí, si hablamos de sembrarlos para habitarlos en ese futuro es posible como civilización ya no existamos para ese entonces o que mucho más pronto tengamos métodos para hacer una terraformacion más avanzada
pero aun así me parece éticamente correcto (con la vida) el hacerlo. Y lo apoyaría.
Hay dos puntos que me quedan sonando
– sus descendientes podrían saber que la vida fue creada al no tener un registro de vida temprana… ¡Quizás su religión si!, pero un espíritu científico similia al nuestro no permitiría esa deducción por los mismos argumentos que ponemos a la creación y a la parspemia
– acá nuestro registro fósil da a entender una vida inicial muy compleja (con genes y adn) en una época muy pronta y quizás fue la firma de nuestros creadores
sábado 10 septiembre, 2016 @ 9:18 am
Dices, JavierL, que todo depende de lo que se busque. según el primer párrafo del artículo sería «conquistar otros planetas fuera del Sistema Solar». Precisamente eso ya me parece un sin sentido habida cuenta del método, es decir, mediante la siembra de vida unicelular y esperar a ver qué pasa. Para empezar, conquistar y altruismo no concuerdan muy bien. Sinceramente pienso que ninguna de las dos palabras son acertadas para ese empeño; tampoco creo que pueda aplicársele alguna virtud ética.
Es mi opinión que si en la Tierra, desde los primeros unicelulares, hace 3800 Ma hasta los primeros pluricelulares debieron transcurrir algo así como unos 2000 Ma -y aunque fuesen 1500- y resulta que se ha calculado que en ese tiempo la vida en la Tierra, por la evolución del Sol, será imposible, resulta que nadie va a poder conocer el resultado de esta empresa.
Aunque no solo por eso, sino porque también se ha calculado que el máximo que una especie de mamífero ha durado sobre la tierra ha sido menor de 25 Ma. Claro que los humanos podríamos dejar el lugar preeminente en inteligencia a otra especie más inteligente, pero me parece dudoso en grado sumo que alcancemos, ni de lejos, tal longevidad.
Resumiendo, que si la labor de la ciencia es el conocimiento, esa empresa no va a redundar en ello. Y si lo que se trata es de un acto generoso ¿? más nos valdría dedicar nuestros recursos a las necesidades terrestres que son incontables.
Por ello estoy de acuerdo con el penúltimo párrafo del 2 de Pocosé: «¿No sería mejor empezar por respetar un poco más la vida que tenemos aquí?», o el 5 de Neo: «… es más rentable invertir recursos en conservar la vida de la Tierra», o el 7 de Miguel Ángel: «Y sobre lo de arreglar antes el planeta, también estoy de acuerdo».
El mejor de mis saludos, querido compañero.
sábado 10 septiembre, 2016 @ 7:24 pm
Ciertamente conquista y altruismo no concuerda, pero es que tampoco me parece llamarlo conquista con ese método.
Y ¿como debatir que deberíamos usar los recursos en preservar lo que tenemos? Total acuerdo… Pero no sé qué tan costosa podría ser una empresa de ese tipo, o si Quizás en un futuro podría ser rentable.
Por otro lado y juzgando por cómo se toman las decisiones no creo que se trate de escoger entre una cosa y la otra… Si por ejemplo Se puede proponer esa «colonización» sacar los recursos y luego si se cancela irá a otro lado pero no al ambiente. ¿Así que porque no proponer las dos cosas?
domingo 11 septiembre, 2016 @ 8:22 am
Vale, JavierL. Veo que la idea te hace ilusión. Eso es lo importante. Nada como tener una ilusión. El tenerla es positivo, bello y, seguramente, bueno para el estado mental. Se ve que no tengo tengo tanta suerte.
Recibe un cálido abrazo.