La rata gigante de Vanguno
Logran encontrar para la ciencia la rata gigante de la isla Vanguno.
A 1500 kilómetros al noroeste de Australia está Vanguno, una isla del archipiélago de las Salomón. En su primer viaje a esta isla en 2010, Tyrone Lavery oyó rumores de los locales sobre la existencia de una rata gigante que vivía en la selva. Según estos habitantes, la rata gigante o vika podían abrir los cocos con sus dientes. Además, esta rata forma parte del folclore local, pues es un personaje de las canciones de cuna de los bebés de la isla.
Desde los años noventa del pasado siglo los investigadores habían oído sobre este animal, pero ninguno de ellos había visto ningún ejemplar. Sin embargo, Lavery se propuso encontrar uno. La tarea resultó más difícil de lo pensado. Durante un tiempo, colocaron cámaras automáticas, trampas, miraron en el interior de los árboles huecos y usaron linternas por la noche para evidenciar el reflejo de sus ojos. Pero nada de esto funcionó. No lograron encontrar pruebas de su existencia, salvo unos excrementos.
La suerte hizo que el guarda Hikuna Judge de la reserva Zaira estuviera en el sitio adecuado en el momento justo. Logró capturar un ejemplar cuando huía de un árbol que caía. Los viejos confirmaron que se trataba de un vika. Lavery confirmó que el animal no había sido documentado científicamente, así que se trataría de una nueva especie. La denominó Uromys vika. Es el primer roedor en ser descrito en ochenta años en las islas Salomón. Sólo hay ochos especies de ratas nativas en las Salomón. La mitad de los mamíferos de las islas Salomón no se encuentran en ningún otro sitio.
«Este proyecto realmente muestra la importancia de la colaboración con la gente local», dice Lavery.
A diferencia de los 200 gramos de ratas habituales, el vika pesa un kilogramo y mide medio metro de nariz a la punta de la cola. Ocupa el mismo nicho ecológico que animales el oposum o el monos pequeños ocupan en las selvas de otros lugares. Su único depredador es el águila de las Salomón.
«Los ancestros de vika probablemente llegaron a la isla encima de un poco de vegetación flotante, una vez allí, evolucionó en nuevas especies maravillosas, nada como lo que vivo de tierra firme», dice Lavery.
Pero el ser humano es ahora su máximo enemigo. Como en la mayoría de las islas del archipiélago, la gente posee el 90 por ciento de los terrenos. Estos locales cultivan vegetales, pescan en los arroyos o cazan en el bosque como forma de subsistencia. Pero el mayor problema son compañías madereras extranjeras, que tienen concesiones para talar los bosques.
La única esperanza para este roedor es la reserva Zaira, en donde sólo se permite la caza y sólo en una de las zonas cada vez. Esto permite que en unos años se recuperen las zonas cazadas. Esta reserva es una de los pocos lugares de la isla en donde la rata puede sobrevivir.
Este roedor ya ha sido declarado especie en peligro crítico de extinción. La importancia de este animal no sólo es ecológica, sino también humana. Forma parte de la cultura del lugar y su desaparición supondría una amputación de dicho acervo.
Lavery quiere ahora investigar en la isla de Malaita la existencia de un murciélago sobre el cual los locales dicen que tiene cara de mono. Aunque puede que ya se haya extinguido.
Copyleft: atribuir con enlace a http://neofronteras.com/?p=5732
Fuentes y referencias:
Artículo original
Ilustración: Velizar Simeonovski / The Field Museum
15 Comentarios
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domingo 1 octubre, 2017 @ 11:55 pm
Recuerdo que Neo comentó en una ocasión sobre lo sorprendente de que, todavía en el tercer milenio, sigamos descubriendo especies de animales grandes. Pero no de los que viven en el fondo oceánico que hemos explorado poco, sino de las que conviven con nosotros, incluso en espacios pequeños y limitados como es la isla sobre la que hablamos. El comentario vino a propósito del descubrimiento del «lesula», un primate que vive en las selvas del Congo y del que no teníamos conocimiento hasta hace solo unos años: eso significa que ni siquiera tenemos completo nuestro propio álbum familiar, ni el de los primates, ni el de los otros homínidos que habitaron el planeta.
Grande es nuestra ignorancia, pardiez.
lunes 2 octubre, 2017 @ 10:03 am
Pardiez y hasta pardoce -porque el once es impar y no nos sirve, aunque, para mí, sea un número que compite en curiosidades con el ¿0?, el 1 o el 2, tan especiales.
Es que somos muy, pero que muy ignorantes, mi querido amigo. Uno se asombra de la magnitud de ese defecto. Las más de las veces alcanzamos la estupidez de creernos sapiens.
Un fuerte abrazo.
martes 3 octubre, 2017 @ 8:02 pm
De hecho, las ratas nos han calado muy bien (a nosotros, no a los vangununos o cómo sea el gentilicio), y bien que se esconden de nuestros cachivaches.
De hecho conozco historias locales de lobos (no folklore, historias contadas por individuos) donde se repite el curioso patrón de un lobo siguiendo a una persona, permaneciendo oculto, durante una considerable distancia (historias antiguas, ahora lo que cunde son las de jabalíes). Dado que no da la impresión de que el lobo quisiera atacar, más que nada porque en muchas parece que pudo haberlo hecho en varias ocasiones, sino «controlar» qué hace ese bicho grande por ahí. Y no siempre las personas iban solas.
miércoles 4 octubre, 2017 @ 1:02 am
De los emblemáticos:
– El lobo está cada vez más presente en la mitad norte.
– El oso pardo ha pasado de unos 70 ejemplares en los años 80 a más de 200 en la actualidad. Lo que desconizco es si también ha logrado recuperarse algo la pequeña población que hay en los Pirineos.
– De cifras parecidas hablaríamos respecto al lince ibérico.
– La población de visón europeo, según mis últimas informaciones que son de hace 4 o 5 años, se mantiene estable y sigue en muy grave peligro de extinción.
– El águila real lleva ya años fuera de peligro con más de 1.500 parejas en la península ibérica.
miércoles 4 octubre, 2017 @ 8:55 am
Son buenas noticias en medio del chorreo de malas noticias. Pero esto por supuesto tendrá una relación directa con la desertificación poblacional de España , que ya empieza a ser más que preocupante, muchos de esos animales prosperan en territorios donde no sólo prácticamente no vive nadie, sino que la poca gente que queda es de edad muy avanzada. Se dice que cuando colapsó el imperio romano las ciudades se vaciaron en una recolonización del medio rural, es difícil verificar esto, primero porque no existen datos fiables y porque en realidad, me temo que la mayoría de la población era rural (de hecho las ciudades son técnicamente destructoras de excedentes), lo que sí parece ser cierto es que había fuertes zonas extensamente despobladas, motivadas por edictos imperiales de tipo socioeconómico (p.ej. prohibición de cambiar de oficio según tu origen social), que obviamente fueron rellenadas eventualmente de alguna manera.
Horror vacui, creo que le dicen. Se da en todos los campos.
jueves 5 octubre, 2017 @ 6:56 pm
Construyendo gentilicios, optaría por «vangunenses», por parecerme más sencillo, aunque caben un montón de posibles más. Pero lo importante es el recuerdo del hecho, por todos conocido, de que en las islas suceden tanto casos de gigantismo como de enanismo. El más conspicuo y casi terrorífico es el dragón de Komodo, aunque en el tamaño, también las tortugas se las traen, Y en cuanto a nuestra propia especie, el pequeño tamaño de los andamanenses también es otro buen ejemplo. Hay muchos más, pero no quiero ser cansino (y menos s-Assens, que ya me hubiera gustado)
jueves 5 octubre, 2017 @ 10:09 pm
Lo de hombre de Flores eso sí que fue un culebrón. Ptero para enanos mentales basta pasar por cualquier corte occidental. Otra demostración de la evolución, si lo único que haces es decir sandeces, hacer majaderías, despilfarrar excedentes y robar, ¿para qué se necesita la inteligencia? Seguro que se puede hacer una Rajoy IA con tres algoritmos y un dado.
Del pobre dragón leí alguna vez otro tarado que tenía uno en su casa de mascota, el hedor por lo visto era mucho peor que la autopsia que Gerald Durrell le hizo al cadáver de la tortuga cuando era pequeño.
La verdad que me parece que hoy sí que estoy un poco alterado porque me han dado un petardo que se llama Foster 200 (nuevo, además, según el de la farmacia), y trae un listado de contraindicaciones morboso como una revista de las vísceras, me puede pasar de tó (además terrorista, 1 de cada 10 casos o eso creemos, si le explota el hígado recoja los pedazos y acuda a su médico), y además deja un aliento asqueroso. Me ha dejado tan preocupado que no he tomado ni ibupropeno, ni paracacamol ni aspirrina, de hecho el posprecto ya dice que allá yo si tomo esas cosas. Como decía un médico que tuve, del sistema por supuesto, y muy bueno, no deberían poner esas cosas en los prospectos porque luego gente como yo las lee y les da el efecto nocebo.
viernes 6 octubre, 2017 @ 6:53 pm
Pero ¿Porqué complicarse la vida?. Hay que ser prácticos, como los norteamericanos; siempre buscando simplificar las cosas. Lo digo por los gentiliceos escogidos aquí. Vangunos, es corto e incluso diría que más correcto que los propuestos. A los de Teruel, nadie les denomina «tereluenses» «teruelunos» ni «tereluanos». Turolenses, y listo.
En cuanto a la rataza no sé hasta que punto se puede hablar de «nueva especie». En general lo de nueva especie siempre me ha parecido algo problemático. Creo que con decir que no estaba documentada científicamente se es más preciso.
sábado 7 octubre, 2017 @ 10:08 am
Me parece muy bien, Lluís. Tienes toda y la mejor razón.
¡No m`odas, Dr.!
1º Si no puedes respirar no te pongas nervioso.
2º Considera la filosofía budista. Gautama consiguió no respirar en su nirvana definitivo, o sea, una vez muerto. Pero no hace falta que llegues a ese extremo; con media horita seguro que te basta.
3º No leas los prospectos. A mí me lo han dicho todos los médicos: si la gente se leyera los prospectos no se tomarían la medicación y cascarían.
Así que olvídate del cabreo, serénate y respira como si nada.
Ala, un abrazo de los mejores deseos, para que respires aromas celestiales. ¡No, no me interpretes mal, que no quiero que vayas al cielo, que te echaría mucho de menos!
sábado 7 octubre, 2017 @ 1:28 pm
No, nervioso no me pongo por eso, aunque dormir a veces es complicado. Lo que me altera es el terrorismo del panfleto. Particularmente el concepto «declaración de autoeximirse de responsabilidades», este tipo de cosas las considero peligrosas y no me gustan. Todo el tema habría que enfocarlo de otra manera, es de suponer que hay que saber que un medicamento no es una cosa buena, sucede que es infinitamente peor no tomarlo. Como tantas otras cosas.
Es que soy muy picajoso, yo. Como los del procès. Bueno, algunos. Como tantas otras cosas. En realidad estoy todo el día echando pestes del platonismo y sin embargo no me resigno a perseguir utopías. Se supone que dejarán de serlo algún día. U-topos, o sea, pasarán a ser pantopías, que también sucede con tantas cosas otras.
La diosa Fortuna, vaya.
Leo los prospectos de los demás con fruición, como otros el marca. Pero claro, ver los toros desde la barrera…
lunes 9 octubre, 2017 @ 9:48 am
Pues no sabes cuanto lamento lo que me dices. Eso de dormir con dificultades ha de ser muy fastidioso. Porque no se trata de insomnio… Bueno, a cada uno le toca su personal problema, ya sea de salud o de otros asuntos. Llévalo con el mejor humor que puedas, porque, a pesar de ser un poco cascarrabias, a veces demuestras envidiable ingenio.
Brazos mil.
lunes 9 octubre, 2017 @ 8:56 pm
¡Pero si soy un santo! Pero sí, ahora duermo bien.
jueves 12 octubre, 2017 @ 9:52 am
Me alegro muchísimo.
Mi hija ayer me endosó su gata y no sé que hacer con ella. Lo menos he hablado con cien personas, pero no hay forma de engatusar a nadie.
Las protectoras de animales me dicen que la lleve a la policía, pero ni lo intento, no cosa me apunten y aprieten el gatillo; preferí pasarme por algún taller de coches, pero ya tenían gatos… hidráulicos, claro. Un calvario, porque tengo alergia a sus pelos.
sábado 14 octubre, 2017 @ 12:17 am
Querido amigo Tomás:
Si es solo por unos días, hay residencias para mascotas. Algunas las ofrecen los propios centros veterinarios. Yo dejo el hamster en uno cuando me voy de vacaciones y me cobran bastante poco (creo recordar que unos 6 euros/día).
Abrazos.
sábado 14 octubre, 2017 @ 10:16 am
Gracias, querido Miguel. Ya lo he resuelto. A través de un amigo, se la ha quedado una viejecita que vive sola. Espero que no me la devuelva.
Un fuerte abrazo.