Resultados sobre Ultima Thule
El equipo de New Horizons publica los resultados del encuentro con 2014 MU69, el mundo más lejano nunca visitado por una misión espacial.
El pasado año nuevo la sonda New Horizon visitó un objeto típico del cinturón de Kuiper (2014 MU69, apodado Ultima Thule) después de que unos años antes visitara Plutón.
Durante estos meses, los responsables de la misión han estado analizando el primer conjunto de datos sobre Ultima Thule. Este 17 de mayo han publicado el primer artículo sobre este hito en Science. Artículo que es portada en la revista.
El objeto resultó ser mucho más fascinante y complejo de lo que se suponía, pese a su pequeño tamaño. Es un objeto interesante porque, básicamente, es como los planetesimales a partir de los cuales se formaron por planetas por agregación. Al ser un objeto muy pequeño la gravedad no ha podido hacer que tenga diferenciación, por lo que la composición superficial debe ser muy parecida a la interior.
El artículo publicado en Science habla de la composición, geología y desarrollo de 2014 MU69. Es un objeto binario de contacto con dos lóbulos y 36 km de longitud. El lóbulo grande se ha apodado «Ultima», mientras que el pequeño se ha apodado «Thule». A la región de unión entre los dos se le llama «the neck» (el cuello).
Es muy posible que los dos lóbulos fueran objetos separados que orbitaban alrededor del centro de masas común, como posiblemente muchos objetos del cinturón de Kuiper, hasta que chocaron suavemente. Para que algo así ocurra es necesario que se disipe momento angular de algún modo, pero los científicos no saben aún si esto se debió a fuerza aerodinámicas en la nebulosa original o si Ultima y Thule eyectaron otros objetos que se formaron con ellos por lo que se disipó energía y la órbita se encogió.
La alineación de los ejes de estos de Ultima y Thule indica que antes de la unión los dos lóbulos sufrían de acoplamiento por marea y enfrentaban siempre la misma cara uno al otro.
«Estamos mirando a un remanente bien conservado del pasado remoto. No hay duda de que los descubrimientos realizados sobre Ultima Thule van a hacer avanzar la teorías de la formación del Sistema Solar», ha declarado Alan Stern (Southwest Research Institute).
En el artículo también se habla sobre la superficie de este objeto, sobre todo de los parches brillantes y oscuros, colinas, depresiones, cráteres y hoyos que hay sobre ella.
La depresión de mayor tamaño tiene 8 km de ancho y se la ha apodado cráter Maryland. Posiblemente se formó tras un impacto con un meteorito. Algunos hoyos, sin embargo, puede que se hayan formado por material que se haya colapsado en el subsuelo o que sea debido a la sublimación de hielos exóticos que dejaron huecos en el interior.
En cuanto al color y composición, Ultima Thule recuerda a otros objetos de esa zona del Sistema Solar como Plutón, aunque es incluso un poco más rojizo. Es el objeto más rojizo del Sistema Solar exterior estudiado hasta el momento.
Este color se debe a las tolinas, material rico en hidrocarburos que se formaría por la acción de la luz sobre los hielos de metanol y agua de la superficie. Compuestos, estos dos, que se han podido detectar gracias a esta misión. Esta mezcla de metanol y agua es diferente a la de otros objetos de la región visitados por la sonda.
La transmisión de datos desde New Horizon todavía continua hasta que acabe de hacerlo en el verano de 2020. Mientras tanto, la sonda observa de lejos otros objetos del cinturón de Kuiper. Aunque, debido a su lejanía y escasa luz presente en la zona, no puede hacer estudios en detalle como en el caso de Ultima Thule. Además la sonda sigue midiendo la radiación de partículas cargadas y polvo ambiental de las zonas que atraviesa.
Ahora mismo se encuentra a 6600 millones de km de la Tierra adentrándose a 53000 km/h en el Cinturón de Kuiper.
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Fuentes y referencias:
Artículo original. href=»https://www.nasa.gov/sites/default/files/styles/full_width/public/thumbnails/image/ca06_color_m-h_desmear_destrip_contrast-selected_cover.png?itok=Z6crf6Zt» target=»_blank»>Foto en alta resolución.
Foto: NASA/Johns Hopkins University Applied Physics Laboratory/Southwest Research Institute/Roman Tkachenko.
2 Comentarios
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lunes 20 mayo, 2019 @ 11:41 pm
Estaba pensando en el tiempo que ha tenido que esperar Alan Stern: 27 años desde que empezó a concebir este proyecto. Si queremos postularnos como aspirantes a llegar a ser una civilización avanzada en el futuro, ese es el camino: tener proyectos para dentro de 100, 1.000, 10.000 años ( y no solo para los 4 años que duran las legislaturas).
martes 21 mayo, 2019 @ 1:24 pm
Por eso soy partidario de una autoridad democrática pero mucho más duradera que una legislatura y con algunos poderes muy generales sobre separación de poderes, p. e. y cosas así. Claro que 1000 años…