Debilitamiento en las corrientes marinas
Un par de artículos recientes alertan sobre cambios en las corrientes oceánicas.
Hay unos ríos profundos de agua marina que circulan por los océanos del mundo. Estas corrientes termohalinas llevan calor de unos lugares a otros y se activan por un gradiente de densidad en el agua que depende de la temperatura y la salinidad.
El caso más conocido es el de la corriente del Golfo de México, que se origina en ese lugar de América y que circula hacia el norte. Está controlada principalmente por la densa agua salada de Groenlandia y la península de Labrador y se hunde en el fondo de Atlántico Norte. Cuando estas aguas saladas y cálidas de latitudes bajas pierden temperatura van ganando densidad y cuando llegan al Atlántico Norte descienden al fondo del mar. Luego circulan por el Atlántico norte hasta que llegan a Europa occidental.
Allí esta corriente deposita calor en la atmósfera y hace que las temperaturas en Europa sean más templadas, sobre todo en invierno. Las aguas así enfriadas se hunden más en las profundidades y viajan hasta la Antártida en donde la corriente circula de vuela hasta llegar de nuevo al Golfo de México. Este conjunto de corrientes se denomina Circulación Meridional Atlántica o AMOC en sus siglas en inglés.
Esta corriente global influye en el intercambio de calor entre los trópicos y la altas latitudes, por lo que regula la temperatura y sirve como de termostato de la Tierra. Es muy importante porque influye en el clima de Europa, EEUU y el Sahel africano. Su debilitamiento traería graves consecuencias para esas regiones del globo y produciría una elevación del nivel del mar, en especial de forma crítica en la costa este de EEUU.
Los testigos de hielo de extraídos de Groenlandia muestran abruptas alteraciones en la fuerza de esta corriente debidas a las fluctuaciones de temperatura en el último periodo glacial. Afortunadamente, esas fluctuaciones no se han dado a esa escala durante el Holoceno actual, que es un periodo interglaciar.
Desde mediados de los cincuenta del pasado siglo los geológos y oceanógrafos han estado recolectado pruebas de que esta circulación oceánica está alterándose y un factor importante parece ser el cambio climático
La primera alarma sobre una posible alteración de esta corriente se dio en
un artículo de 2005 de H. L. Bryden y colaboradores, en donde se apuntaba que la actividad humana estaba detrás de esta alteración.
Observaciones posteriores obtenidas a partir de datos de sensores marinos colocados a lo largo de Atlántico Norte indicaban que las variaciones en esta corriente se dan normalmente y que un instantánea tomada en un momento dado no es representativa de lo que realmente está ocurriendo a medio y largo plazo. Así que había que considerar periodos de tiempo mayores para poder dar una representación del fenómeno y realizar mejores estudios.
Un artículo reciente sostiene que esta circulación oceánica atlántica no ha estado funcionando a su máxima intensidad desde mediados del XIX y que ha alcanzado ahora su mayor debilidad en los últimos 1600 años.
El estudio está basado en el análisis del registro de sedimentos marinos. Para ello examinaron el tamaño de grano de los sedimentos marinos, pues este tamaño se correlaciona con la fuerza de la corriente, a mayor tamaño de grano mayor fuerza. Además, se puede reconstruir la temperatura cerca de la superficie usando varios métodos.
El estudio parece demostrar que el debilitamiento de la corriente meridional atlántica empezó al final de la pequeña edad del hielo, un periodo de clima frío que duró hasta 1850.
Este cambio comenzó cuando el aporte de agua dulce alteró este sistema. El fenómeno se dio por culpa de los glaciares árticos, que empezaron a fundirse y a aportar esta agua hacia el Atlántico norte. Esta agua dulce diluye el agua marina salada que se hace más ligera y menos propensa a bajar a mayor a gran profundidad, lo que produce una ralentización de la corriente. Los resultados indican que la corriente AMOC se ha debilitado entre un 15% a un 20% en los últimos 150 años.
La circulación del atlántico norte es mucho más variable que lo que se había pensado y el resultado entra en contradicción con los modelos existentes, pues estos infravaloran el debilitamiento de la AMOC. Los autores especulan que esto podría deberse a que los modelos no consideran lo suficientemente bien las cubiertas de hielo o a que se derrite más hielo del que se cree y hay más agua dulce entrando en el sistema de lo estimado.
Otro estudio analiza más en detalle el debilitamiento de esta corriente centrándose en el periodo de tiempo transcurrido desde 1950. Este estudio se basa tanto en en datos marinos de temperatura superficial recolectados in situ como en modelos. Según sus resultados, la corriente ha estado debilitándose aún más rápido en este periodo de tiempo en respuesta al cambio climático inducido por el ser humano.
El debilitamiento es más pronunciado durante el invierno y primavera y da lugar a una temperatura superficial más fría en ciertas regiones del Atlántico Norte. Además señala que se produce un desvío más hacia norte de la corriente del Golfo.
Los dos estudios proporcionan pruebas complementarias de que en la actualidad AMOC es excepcionalmente débil. Lo común de ambos debilitamientos, al final de la pequeña edad del hielo y ahora, es que en los dos casos se produjo una calentamiento y una fusión de hielo.
Las simulaciones computacionales ya predecían este fenómeno, pero ha sido ahora cuando se pueden ofrecer pruebas más sólidas al respecto.
Lo malo es que, debido a las emisiones de origen antropogénico de gases de efecto invernadero, el calentamiento y la fusión de hielo continuarán en el futuro, por lo que es de esperar una mayor alteración de esta corriente. La subida de temperaturas, debida al cambio climático, reduce la densidad del agua en la superficie y con ella la circulación. Además, la fusión de hielo en Groenlandia y los glaciares árticos también disminuye esa densidad.
Un mayor debilitamiento de la corriente puede tener efectos importantes en el clima europeo. «Simulaciones del futuro bajo las condiciones de cambio climático muestran un potencial colapso completo de esta circulación”, dice Alexander Robinson (UCM).
La circulación oceánica es sensible al cambio climático, así que es de esperar que haya una respuesta abrupta por parte de esta corriente, pero los expertos no saben si esta respuesta será violenta en algún punto o si la transición será suave. En todo caso, no sucederá un escenario apocalíptico como el retratado en la película «El día de mañana», que se daba en unos días.
Para poder entender mejor un sistema tan complejo es imprescindible más estudios y recursos para la toma de datos, tanto los tradicionales como otros, como lo de la química oceánica.
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Fuentes y referencias:
Artículo original I.
Artículo original II.
Foto: Karsten Schneider/SPL.
31 Comentarios
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domingo 15 abril, 2018 @ 1:38 pm
Vamos a intentar buscar algunas pistas.
El planeta está, digamos sin intervención de la civilización así llamada Occidental (que no es el ser humano, es una de las múltiples variantes posibles), que ya es planetaria y hegemónica (y en proceso de bifurcación y seguramente de disgregación), con un leve efecto invernadero. Es decir, está un poco más caliente de lo que debería para la radiación solar que recibe. Los cambios que están teniendo lugar están más allá no sólo de nuestra capacidad de cálculo y previsión, sino que en realidad ni sabemos qué efectos van a ser directores y cuáles van a ser secundarios (y ni estos siquiera podemos calibrar).
Dado que el efecto que más percibimos es de verter gases invernadero, tendemos a pensar que esto llevará a un incremento global de las temperaturas, idea basada en la clara prueba de que estas, efectivamente, se están incrementando, de forma además bien correlada. Pero esto no significa que este proceso continue por esa vía. Por ejemplo, hasta hace poco se pasaba por alto la acidificación oceánica, algo mucho más grave que el aumento de temperaturas. Muchos otros efectos con certeza se nos están despistando y sólo los detectaremos cuando sean obvios y el proceso de cambio sea ya irreversible.
Yo parto de la idea (que tampoco está probada ni mucho menos) de que el clima es básicamente un buffer, una disolución tampón. Por supuesto un buffer te lo puedes cargar con un frasco de sulfúrico fumante, pero a pesar de toda nuestra estupidez no nos hemos situado en esa situación (por impotencia, no por gestión). No hacemos más daño porque no podemos. Yo creo que la Tierra va a encontrar la vía de evacuar el calor hasta más o menos restablecer el equilibrio, igual que tengo claro que la acidificación se resolverá con la subida del nivel del mar lo que obviamente será un chollo para las biotas que prosperen con carbonatos, lo que está claro es que cuánto más viaje le pegues al péndulo, mayor es la hostia que te devuelve cuando vuelva al punto de elongación cero.
En suma, el cambio climático va a ser eso: cambio. Globalmente no creo que nos vayamos a escenarios dantescos ni hollywoodianos, localmente no va a quedar títere con cabeza. Va a sobrar para tumbar una civilización como esta incluso si estuviera en su punto álgido, que resulta además que está en sus estertores.
Vamos, que los mapas va a haber que rehacerlos por completo. Todos, los políticos, los biotópicos, los climáticos y hasta los físicos. Porque evidente, si Florida se va bajo las aguas, si el norte de Europa se vuelve como el Canadá, si Asia Central se desertiza aún más o la costa africana subsahariana se vuelve un mangle a lo bestia, yo diría que hay que desplazar a miles de millones de personas, pero desplazar-desplazar, sin retorno, sin infraestructuras y a saber sin qué más.
Este cambio va a ser el más brutal, y si al otro poco caso se le hace, a este, «el que venga detrás que arree». Si existiera una máquina del tiempo, lo que habría es un Nürnberg espaciotemporal. Claro que según las religiones ese ajuste de cuentas se produce en el más allá. «Ahí me las den todas».
domingo 15 abril, 2018 @ 6:04 pm
Y ¿cuál sería ese mecanismo por el que «la Tierra va a encontrar la vía de evacuar el calor hasta más o menos restablecer el equilibrio? ¿ Qué tienes en mente,Dr.Thriller?
un abrazo, amigo.
domingo 15 abril, 2018 @ 7:44 pm
El «equilibrio», no, un equilibrio nuevo. Lo que quiero decir es que se está extendiendo la idea, no sé hasta qué punto deliberada, de que el cambio será un planeta más caluroso y unas costas más castigadas. En mi opinión, el aumento de temperatura eventualmente se amortiguará globalmente, claro que eso llevaría siglos, el clima va a quedar irreconocible localmente respecto a la serie histórica, y desde luego la línea costera y muchos valles fluviales, irreconocibles. A medida que el clima comience a trastocarse a gran escala, algo que aún no hemos visto, el incremento térmico se iría absorbiendo. Realmente no sabemos qué margen de oscilación natural tiene el sistema, probablemente en valores numéricos estemos dentro del margen, pero como digo las causas del trastoque van más allá del mero efecto invernadero, incluyendo alteraciones masivas de superficie terrestre no negligible.
Como dice el refrán el demonio está en los detalles, y los detalles no tenemos simplemente ni noción. Un sistema tan complejo como este ha resistido fenómenos mucho más agresivos, lo que quiero recalcar es que el desastre para nosotros, como especie, está muy por ver que le podamos hacer frente. La evolución no dejó de funcionar cuando aparecimos sobre este planeta, que más de uno, en puestos de mando, se cree naturalmente que sí.
lunes 16 abril, 2018 @ 12:54 am
Muy oportuna la aclaración de que, aunque se termine alcanzando un punto de equilibrio, no significa que se vuelva a las temperaturas de antes, sino que el nuevo punto de equilibrio podría situarse 8 grados, o más, por encima del actual.
Está previsto que para 2.042 la temperatura global se haya incrementado en 2 grados. A partir de entonces comenzará un periodo en el que los mecanismos de retroalimentación positiva predominarán durante un tiempo. Eso provocará un incremento todavía mayor del calentamiento, de modo que para 2.100, la temperatura habrá subido 4 o 5 grados y continuará durante el siglo siguiente.
lunes 16 abril, 2018 @ 1:03 am
Greenpeace destaca dos buenas noticias para la sección de medio ambiente:
1- La creación del parque nacional Islotes de Ladoga, de 122.00 hectáreas, entre Finlandia y Rusia.
2- Una sentencia judicial prohíbe la tala de árboles en 150.00 hectáreas de la región de Salta, al norte de Argentina.
lunes 16 abril, 2018 @ 1:04 am
*Perdón: 122.000 y 150.000 hectáreas.
lunes 16 abril, 2018 @ 9:23 am
No es la idea que intento transmitir. No creo que las temperaturas lleguen a incrementarse tanto, habrá un mecanismo de amortiguación antes o después. El problema es muy otro.
Supongamos simplemente que a consecuencia del cambio, la producción agrícola global se hunde a la mitad, zonas aptas para unos cultivos dejan de serlo por la misma razón que ahora lo son, porque el nuevo clima, no lo permite. Acabar con cosechas es algo muy sencillo, climatológicamente hablando, y no hay *nada* que podamos hacer para evitarlo, y menos desde una tecnología productivista total enfrascada en una carrera química de toxinas que a la larga se va a perder también. Basta simplemente trastocar el régimen de lluvias e insolación, y puede uno regar lo que quiera.
Lo mismo a todo lo que gira alrededor. Cambios relativamente menores del clima afectan a todo el ecosistema, obligando a desplazarse a toda clase de animales, por no hablar de especies invasoras. La pesca lo mismo, cambios pequeños en las corrientes y en la temperatura y salinidad pueden provocar una hecatombe en las pesquerías, que ya están «muy bien» gestionadas. A esto le sumamos el colapso del paradigma social y el pico de Hubbert y tenemos un cuadro de joyería.
Nos creemos la repanocha y somos tan vulnerables, si no más, que egipcios, hititas, asirios, romanos y demás circos de la historia. Yo creo que la temperatura dejará de subir, y será relativamente pronto, cuando el clima global empiece a trastocarse de verdad, es decir, cuando el equilibrio global ya no pueda absorber las lechatelieradas y tenga forzosamente que moverse al nuevo equilibrio. Para entonces, como digo, los mapas habrá que rehacerlos por completo.
lunes 16 abril, 2018 @ 9:45 am
Pienso que el artículo no describe bien la causa de la llamada corriente del Golfo. A mi modo de ver, la principal causa es el efecto Coriolis, originado por fuerzas más básicas aún: la fuerza centrífuga que eleva más las aguas en el ecuador que en el Atlántico Norte, a su vez causada por la rotación terrestre que «retrasa» más las aguas en el ecuador que en el paralelo 40, por lo que no se detendrá nunca por completo aunque se calienten las aguas del Ártico. Otra cuestión es que la existencia de las masas de hielo, las diferencias de temperatura y salinidad con las aguas ecuatoriales, den mayor caudal y velocidad a tal corriente. Para empezar, no creo que se origine en el mismo golfo de México, sino que toma su mayor caudal y velocidad en las costas de Cuba y Florida. Para mi, el Golfo no tiene entidad suficiente como para ser su origen. Su origen está en toda la gran masa de agua del Atlántico del hemisferio norte.
Una de las razones que me llevan a esta conclusión es la comparación con la corriente del Pacífico septentrional de tan exiguo aporte frío a la gran corriente Kuro Shivo, equivalente a la nuestra del Golfo.
lunes 16 abril, 2018 @ 9:59 am
Dr, Thriller: venimos de una glaciación, por lo tanto , lo que es de esperar como evolución normal , a medio plazo al menos, es que la temperatura media suba. De hecho, el Sáhara parece ser que estaba poblado de gacelas y cebras hace menos diez mil años, o sea que hasta las pirámides pudieron hacerse en un clima muy diferente del actual, mucho más frío . Que nuestra Química y nuestra abundancia de detritos humanos, CO2 incluido ayuden al proceso, desde luego, pero tal vez solo lo apoyan. Como no considero a la Tierra como una propiedad de los humanos sino como un préstamo, igual que la propia vida, nuestra responsabilidad y posibilidad es lograr que la administración que hacemos, personal y colectiva, sea respetuosa. Más allá de ello, cualquier supernova inesperada puede arreglar todos esos problemas en 24 horas, lo que tardemos en pasar todos y cada uno por la cara expuesta. Algún submarino sí se salvará pero cuando emerjan, un par de meses más tarde, solo podrán comer conservas… por otra parte perfectamente esterilizadas, mientras los marinos no las toquen. Y vuelta a empezar ?
lunes 16 abril, 2018 @ 7:40 pm
No veo muy claro el mecanismo de amortiguación que haría que el aumento de temperatura se «equilibrara» de alguna manera. Pero, seguramente, en miles de años pudiera ser así.Al fin y al cabo la vida se da entre glaciación y glaciación. Incluso leí por ahí (leo tantas cosas que no recuerdo dónde) que un modelo matemático predecía una «pequeña edad de hielo» en Europa, hacia el año 2.030 antes del «calentón final».
Y gracias por tu explicación,Dr. Thriller.
lunes 16 abril, 2018 @ 10:40 pm
A ver si consigo explicarme mejor.
No sabemos las causas de las glaciaciones. Siempre se ha supuesto que estamos en un período interglacial. Hay muchad hipótesis, no necesariamente excluyentes.
Mi idea es sencilla: el clima es un sistema complejo y homeostático. Hay cosas que puede autorregular y cosas que no puede. Que físicamente varíe la cantidad total de energía recibida por el sistema, bien porque el Sol tenga algún tipo de mínimo, bien por la orientación del planeta (la precesión del eje combinada con la acumulación de hielo en una superficie continental), todo esto el buffer del sistema puede hacer algo, y lo hará, pero básicamente es bajar la temperatura del hornillo y el sistema no puede retener más calor, sin duda lo hará, pero con unos límites.
Sin embargo el comportamiento de la atmósfera misma sí está dentro de sus equilibrios regulatorios. Pienso que debe funcionar como un Le Chatelier de libro. Por supuesto, también dentro de unos márgenes, pero no creo que estemos sobrepasando esos márgenes.
Y como en todo buffer, al principio la temperatura sube porque el buffer respeta la distribución climática tal y como está, porque puede ser una fluctuación, como no va a serlo, el sistema comenzará a funcionar (disparado por el propio incremento de temperatura que no va a revertir por sí mismo), entonces para intentar recobrar el actual equilibrio energético, que entre y salga el mismo flujo, el clima comenzará a cambiar hacia un equilibrio nuevo en el que obviamente el CO2 tendrá que ser capturado al máximo y la circulación atmosférica y otros deberán evacuar más calor que ahora, me imagino que con otro régimen de corrientes, lluvias y fenómenos violentos atmosféricos.
Qué cantidad de tiempo y con qué rapidez, en términos humanos, no tengo ni pajolera. Como dije, no era este punto el que quería subrayar.
martes 17 abril, 2018 @ 6:12 am
Estoy muy de acuerdo con el 3 de Dr. y el 4 de Miguel Ángel. Es elemental que ha de ser así. Basta observar cualquier fenómeno de aumento de temperatura: pones a calentar agua incluso en un recipiente herméticamente cerrado; superará los 100 ºC el vapor generado, pero llegará un momento en que se establecerá un equilibrio y, si no aumenta más la temperatura aportada, ese vapor no incrementará la suya porque el recipiente emitirá lo suficiente para el equilibrio. Y de forma similar en cualquier caso que contemplemos. Se trata de un nuevo equilibrio correspondiente a las nuevas condiciones.
viernes 20 abril, 2018 @ 12:49 am
Parece ser que nos espera una ola de calor para el lunes y el martes próximos en España, con temperaturas superiores a 30 grados y mínimas veraniegas también.
viernes 20 abril, 2018 @ 1:36 am
Ojalá tengas razón, querido Dr. Thriller, pero hablando del peor pronóstico del que tengo conocimiento, señalaba que nos pasaría lo que a Venus y que el nuevo punto de equilibrio se alcanzaría con una temperatura media planetaria que ahora no recuerdo si era de 60 o de 80 grados.
Un refrescante abrazo.
viernes 20 abril, 2018 @ 9:31 am
Por eso digo, que emplear la tecnología a gran escala es imprescindible.
viernes 20 abril, 2018 @ 10:11 am
No puede haber márgenes tan estrechos, sino ya se habrían traspasado hace mucho. Basta imaginar las coladas de las Deccan Traps, por ejemplo. Por otro lado, estamos liberando C atrapado que en su día no estaba atrapado y formaba parte del ciclo, por lo tanto no puede ser. En Venus la cantidad de CO2 está más allá de lo que se podría liberar en la Tierra, incluso atacando directamente depósitos minerales. Dicho sea de paso, necesitamos con urgencia una auditoría y unos balances químicos, porque igual que se ha comentado aquí recientemente con el nitrógeno, las cuentas que tenemos no son de recibo. En realidad yo creo que muchas de nuestras bases hacen agua por todos lados.
El planeta tiene una enorme capacidad de alterar la cantidad de radiación que absorbe y refleja, estoy convencido de mi teoría de buffer porque la veo funcionar todos los días en sistemas totalmente inorgánicos, no sé por qué, nos da por despreciar olímpicamente la entropía como si fuese una cosa petarda que está para molestar.
En general el sistema de información al público en Occidente gripa por todos los lados, como el nazismo en los estertores bunkeritas, y es muy difícil siquiera que se puedan plantear debates. El tema es que en la recomposición climática zonas habitables y dentro de estas extremadamente cómodas se van a volver insufribles o directamente inhabitables. A eso hay que sumarle múltiples disrupciones de ecosistemas y lo que vamos a tener es una demostración a gran escala de lo que la evolución y como toda nuestra arrogancia no da ni para escoñar un planeta. Trastocarlo sí, pero es que eso es su mecanismo permanente de evolución, y curiosamente movemos los trastoques de forma que nos sean, particularmente a nosotros, perjudiciales al máximo.
A lo mojó es otro buffer. Operando a niveles más complejos. Puerta con estos y vamos a dar oportunidad a las ardillas urbanas o los coyotes de los basureros. O las colonias de lo que sea que se adapten a comerse las ingentes cantidades de basura que hemos creado. Es lo que tiene la causalidad, encima contingente.
sábado 21 abril, 2018 @ 5:50 am
Querido amigo Dr. Thriller:
No me cuadra que estés tan convencido como dices, cuando acabas de señalar que no tenemos ni puñeteril idea. Asumiendo lo último, no deja de ser una apuesta intuitiva apoyándote en el pasado climático del planeta.
Lo único que no me genera dudas, es la segunda de la termodinámica a la que has hecho referencia. Por eso, solo puedo apelar al pasado climático de los jóvenes Marte y Venus (sujetos a la misma entropía y también a las contigencias): pero solo apelar, porque tampoco está demostrado que el clima del joven Venus fuese tan similar al de la Tierra.
También discrepo con que no tengamos capacidad para escoñar el planeta, a menos que con escoñar te refieras explotar como una bomba o algo así. Tenemos armas nucleares para sumir en inviernos nucleares a decenas de planetas como el nuestro. Otra cosa es que lo logremos solo con la arrogancia, pero me parece que también entran en juego el egoísmo, la ignorancia o nuestra incapacidad para colaborar estrechamente en aras del bien común.
sábado 21 abril, 2018 @ 9:47 am
Sí, evidentemente comportamientos pasados no determinan comportamientos futuros, pero ayudan a enfocar. Hubo eventos mucho más destructivos en el pasado, y el sistema funcionó como digo. Puede ser que haya problema con el término, pero como hablar en términos generales no puede prentender establecer hechos, quedémonos entonces con homeostático, que no tiene los matices de artificialidad (histórica) de buffer.
Es importante asumir que un sistema homeostático es lo que es. No es algo deliberadamente diseñado, ni con un propósito, sino que obedece a intentar mantenerse en un equilibrio termodinámico.
Escoñar tampoco es un término académico. Supongo que la transición entre períodos geológicos puede entrar en ese término dominguero. Para la Tierra como sistema homeostático es un mero lifting, tomándose el tiempo que necesita tomarse, para los dinosaurios o los trilobites o lo mamuts pues es un exiunt de escena. Tampoco ninguna tragedia, vamos, en un universo de estas dimensiones.
Las sociedades tienen también sus sistemas homeostáticos, que responden además de a las leyes de la física, a las estupideces que los humanos tenemos en la cabeza, a la larga las segundas acaban quebradas ante las primeras, está claro, y la comunicación del rebaño, o el catecismo, es decir el mecanismo por el cual los grupos que tienen el control buscan perpetuarlo vía deformar la realidad, que por sí misma ya nos resulta muy indigerible, digamos que son muy poco eficientes para el propósito pretendido y que introducen más ruido que otra cosa, con efectos usualmente impredecibles. La propaganda de esto deriva en reventar las costuras de esto otro, y en la mayoría de las veces en cosas improcedentes y contraproducentes. Me remito a la primera frase, por más que contingentemente apenas podamos tener un cuadro.
Hablando en claro:
La idea que se intenta transmitir sobre el cambio climático, desde las maquinarias que más inercia introducen, es la de que es cosa mala, desde luego para nosotros, que no sabemos muy bien qué va a pasar pero que debemos confiar en las sabias decisiones de nuestros dirigentes y la ciencia, pues depende de lo que diga, a ver si me conviene o no. Esto es más prosaico, como la guerra: que no tienen idea de lo que va a pasar es palmario, porque no están haciendo absolutamente nada, que además es poco o nada lo que puedan hacer, también, que el problema principal va a ser sujetar a la gente (como siempre) cuando empiece la fiesta, que tengo fuertes indicios que es lo que esperan. Nadie puede decir cómo se reconfigurará el clima, de la última glaciación para aquí por decir algo el Sáhara pasó de sabana a desierto, otros territorios de glaciar a bosque boreal, lo que sí sé es que no hay tecnología ni por entropía puede haberla que reconstruya instantáneamente lo que se destruye, salvo la platónica.
La civilización es muchísimo más frágil que la naturaleza, de hecho, es el eslabón más débil de todos los gravísimos problemas creados. Difícilmente se puede encarar ninguno sin esa conjunción de recursos. Y los romanos se vinieron abajo a plomo cuando ya no hubo más oro fácil de extraer, y esto es otro más, resultado del pasado que no determina resultados del futuro.
sábado 21 abril, 2018 @ 5:01 pm
Nuevo director de la Nasa es escéptico del cambio climático
¿Como quedarán las investigaciones al respecto?
http://m.eltiempo.com/vida/ciencia/nuevo-director-de-la-nasa-es-esceptico-del-cambio-climatico-207638
domingo 22 abril, 2018 @ 2:55 am
¡¡Un lince!!, ¡ahora a ver si pone de jefe de Cardiología a uno que niegue las arritmias y los infartos! Muchas gracias por la pésima noticia, querido JavierL.
Querido Dr., tu apuesta no me parece descabellada. La persistencia de la vida durante más de 4.000 millones de años es un aval de consistencia innegable. La tomo en consideración, pero mi apuesta intuitiva es justo al contraria: creo que nos estamos volviendo a quedar cortos y que la disminución del albedo, unido a las emisiones, va a precipitar un calentamiento mayor que los 4 o 5 grados pronosticados para 2.100
Pero encantadísimo de perder el debate en este caso.
Otro buen abrazo.
domingo 22 abril, 2018 @ 4:29 am
Chile y Argentina se unen para la protección de la Antártida:
https://www.efeverde.com/noticias/chile-creacion-santuario-marino-antartica-greenpeace/
Otra buena.
domingo 22 abril, 2018 @ 10:38 am
Hoy es el día de la Tierra. Mala cosa si solo dedicamos 1/365 partes del año a celebrarlo. Deberíamos invertir la fracción.
domingo 22 abril, 2018 @ 8:12 pm
Y Trump sigue con las suyas:
http://www.sciencemag.org/news/2018/04/trump-administration-takes-first-steps-toward-drilling-alaska-s-arctic-refuge
domingo 22 abril, 2018 @ 10:17 pm
Qué manía le teneis al pobre Trump. Es mucho más peligroso M.Rajoy. Con un poco de suerte le pone un embargo petrolero a Rusia, el petróleo se va a 24.000 USD la cucharilla (de café) y el consumo colapsa. Total, con la guerra in crescendo «comercial» más pronto que tarde se va a cargar el engendro, que son excelentes noticias para el planeta.
Además de terminar de desprestigiar un sistema social que ya no da más de sí. Es una suerte que sea quien es, una mezcla de payaso arrogante sin el menor interés por la doblez, un tipo más sofisticado haría mucho más daño.
En cuanto al jefe de la NASA, le va a durar dos días. Luego podrá a una echadora de cartas o a un chorizo compulsivo o a Albert Rivera. O un híbrido de los tres. Eso sí, que le tenga lealtad perruna y le diga sí bwana. Cada vez tengo peores rollos sobre el JWST. Deberían regalárselo a los chinos y que lo gestionen ellos.
lunes 23 abril, 2018 @ 2:36 am
Pues nada que objetar por mi parte, querido Dr. Thriller. Buen retrato del que a mis ojos es un panorama absurdo y dantesco. Miro hacia un lado y me estrello de bruces con Trump-Rajoy-Rivera…miro un poco hacia otro lado, pero cerca, y veo que se están jugando las castañas con los no menos mafiosos Puyol-Puigdemont-MultiJordis…miro un poco más lejos, y me empotro contra Putin y China…miro al lado que se supone más opuesto, y me pego el batacazo con Castro, Maduro y Kim.
Me produce desasosiego lo alejados de ese mundo de colaboración que imagino. Un sueño imposible que me sirve para reconfortarme un poco cuando pienso que las tribus tipo Paleolítico eran más felices y empáticas.
La evolución nos ha conducido hacia la revolución científico-tecnológica, pero sin que se hayan producido modificaciones cerebrales con respecto a lo que había hace 50.000 años. Según estudios recientes, el cerebro humano ha comenzado a disminuir de tamaño con la llegada de la sociedad del «bienestán» porque tenemos muchas cosas solucionadas, y lo que no se usa, se atrofia.
lunes 23 abril, 2018 @ 6:31 am
En efecto, Miguel Ángel, Dr., dantesco panorama el que mostráis. Pero os olvidáis de la parte terrible: Oriente Medio, África, etc.
En cuanto a la disminución de tamaño del cerebro humano, hace algún tiempo supe algo de ello. Internet nos permite recabar datos que antes teníamos en la memoria o en los libros cuyos títulos, al menos, habíamos de recordar. Creo que la mayor desaparición corresponderá a la memoria, aunque también ha podido aumentar la creatividad, pero claro, con una TV idiotizante, el gran público, el que se contenta con el entretenimiento no me extraña que pierda cerebro. Al fin y al cabo, no le sirve para nada. ¡Qué pena! Ha de ser la ley de Newton sobre acción y reacción: la ciencia avanza, luego ha de existir algo que se oponga al avance: ¡Ya, la TV!
Abrazos mil, queridos amigos.
lunes 23 abril, 2018 @ 4:59 pm
Varietés y frivolités, querido Tomás; rumores morbosos sobre asuntos triviales en vez de información verídica sobre problemas trascendentes. Son las preferencias del mono desnudo.
No creo que se deba confiar ciegamente en el ser humano, dado nuestro pasado y el Mr.Hyde que llevamos dentro. En eso me gustaría poderme acercar un poco más a Dr. Thriller, o la propio Carl Sagan cuando decía que tenemos la capacidad de redirigir nuestra inteligencia y nuestra empatía para dejar de estropear el planeta que nos acoge y una existencia significativa.
lunes 23 abril, 2018 @ 5:01 pm
*Conseguir una existencia significativa.
martes 24 abril, 2018 @ 7:38 am
Querido Miguel: Me hacen mucha gracia tus breves autocorrecciones, muchas veces innecesarias. No te lo reprocho: eres así de escrupuloso.
Un fortísimo abrazo.
martes 24 abril, 2018 @ 10:09 am
Bueno, M.A., yo veo enormes asimetrías entre unos y otros personajes. De hecho la banda oficial de malos son claramente reactivos, por citar una de ellas (hay decenas, todas significativas), y la banda oficial de buenos son proactivos… Para lo que no deberían. Además, los malos en realidad quieren colaborar, sólo quieren su trozo de tarta, son los «buenos» los que se la niegan. Porque ese es realmente el problema, como ya lo dijo Neo varias veces, la tarta está menguando, menos kJ per capita, y la inanición de algunos no es la solución. Sigo insistiendo que todo esto son síntomas de ese mismo y único problema, y que aceptar relatos de epiciclos no nos lleva a ninguna parte.
Unos malos que son buenos que son malos, o sea, son malos pero no se les puede morder (o ya sí, es que el sistema cada día peor), son los chinos, y acabar de nombrar mandarín a Xi, tirando por mi instrumento favorito (el retrete) las sabias políticas sociológicas de los sucesores de Mao que, sociológicamente, entendieron muy bien que limitar el período (como bien apunta Tomás) de estancia en el poder de la gente (individuos) modera mucho su comportamiento, porque cuando eventualmente lo dejen no estarán en condiciones de hacer l’Etat c’est moi, y eso por fuerza lleva a intentar hacer amiwitos. Si quitamos esta restricción, el mandarín hará lo que le dé la gana, porque no habrá forma de pedirle cuentas en ningún momento sin desplazarlo de su puesto. Es algo deliberado, y para nada gratuito, muy tasado y pensado. Es algo que la prensa de los buenos pasa de puntillas porque en el fondo, los buenos, están intentando hacer lo mismo lo que pasa es que no pueden. No así, vaya.
Pero todo se llegará.
En el ser humano podemos confiar. Son sus agregados sociales el problema. Sus «emergencias».
miércoles 25 abril, 2018 @ 4:48 am
Coincido con tu conclusión final, querido Dr.: yo también señalaría el tablero de juego y su inercia como principales responsables.