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Según un estudio reciente los chimpancés pueden pasar conocimiento de un individuo a otro con mucha precisión a través de varias «generaciones» de profesor y alumno.
Esta habilidad, que no se había demostrado en chimpancés anteriormente, significa que en los simios se da una de las claves principales de las habilidades necesarias para crear y mantener diferencias culturales verdaderas entre distintos grupos.
Los etólogos saben desde hace años que las diferentes comunidades de chimpancés se comportan de manera diferente. Sin embargo, sin un experimento controlado, no es posible saber con certeza si esto representa una adaptación aun medio distinto o son tradiciones heredadas culturalmente dentro de un grupo.
Victoria Horner de University of St Andrews (RU) y sus colaboradores comprobaron si los chimpancés eran capaces de transmitir conocimiento a través de una cadena de aprendizaje en un ambiente controlado.
Los investigadores dispusieron de una caja cuya puerta podía ser abierta de dos maneras: levantando una pestaña o deslizándola de lado.
Entrenaron a un chimpancé a levantar la solapa y así conseguir una recompensa en forma de comida. Entonces permitieron a un segundo chimpancé a mirar varias veces al primero cómo era la forma de obtener la comida. Se eliminó al “maestro” de la escena y se permitió a un nuevo aprendiz a ver cómo lo hacía el primero que ahora era «maestro»… Y así sucesivamente.
Una segunda línea de conocimiento se creo enseñando a un individuo a obtener el premio deslizando la puerta, es decir, utilizando la otra técnica.
En ambos casos el conocimiento pasaba perfectamente a las distintas seis “generaciones” de maestros y pupilos. Cada grupo utilizaba una sola técnica para abrir la puerta tal y cómo se le había enseñado al primero.
Sólo se dio un error. En uno de 20 casos uno de los chimpancés aprendió a deslizar la puerta cuando en su grupo se hacía lo contrario.
Los resultados muestran que el aprendizaje cultural es muy importante en chimpancés. Si no fuese así se esperaría una degradación del 50% en la manera de actuar frente a la prueba. Sin embargo, y después de varias “generaciones” maestro-alumno, se mantenía al 100% el modo original en el que los animales abrían la puerta.
Parece por tanto que la distancia escasa entre humanos y chimpances no sólo es genética.

Referencia: Proceedings of the National Academy of Sciences (DOI: 10.1073/pnas.0606015103).

Fuente: University of St Andrews.