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Una planta parásita encuentra anfitrión por el olfato

Área: Biología — viernes, 6 de octubre de 2006

Foto
Plantón de tomatera con la planta parásita enrollada en el tronco. Foto: J. Runyon.

Una planta parásita identifica a los posibles anfitriones a través de los químicos volátiles que desprenden.
Es importante saber cómo funcionan los parásitos de las plantas. Muchas plantas tiene gran valor comercial y este tipo de plagas producen mermas en la producción.
La Cuscuta pentagona es una planta parásita que infecta los cultivos de tomate, zanahorias, cebollas, cítricos, alfalfa y otros cultivos. Es una plaga difícil de eliminar porque los productos químicos que matan la planta parásita también matan la planta anfitrión. Se estima que sólo en California la producción de los cultivos de tomate es reducida en un 25% por culpa de esta plaga, causando pérdidas de 4 millones de dólares.
Consuelo M. De Moraes de Penn State University normalmente estudia la relación entre insectos y plantas, pero se propuso también estudiar a la Cuscuta pentagona y su relación de parasitismo.
El tiempo que esta planta puede sobrevivir sin parasitar nada más nacer está determinado por la cantidad de alimento almacenado en la semilla y sólo puede crecer unos 10 cm antes de morir. Casi no tiene raíces, casi no tiene ni hojas y sus flores son minúsculas. Encontrar un anfitrión lo antes posible es cuestión de supervivencia y hacerlo al azar, como antes se creía que ocurría, puede ser arriesgado. Para determinar cómo lo hace la investigadora dispuso unas semillas en un vial de agua en el centro de un filtro de papel. Una planta de tomate fue situada cerca del borde y pudo observar como el crecimiento del parásito era en un 80% de las veces en dirección del posible anfitrión, es decir la tomatera. Lo que no sabían era cómo lo lograba.
Finalmente descubrieron que si en lugar de planta de tomate se colocaba una disolución de los compuestos volátiles que la tomatera normalmente expele el efecto era el mismo.
Por tanto la planta parásita olía de alguna manera al anfitrión. Esto no deja de ser sorprendente pues las plantas no tienen sistema nervioso que provea del sentido del olfato.
El experimento funcionó en otras plantas pero la preferida del parásito era la planta de tomates. Al parecer podía discernir entre una planta que podría ser un buen anfitrión de otra que no. Por tanto también tiene “capacidad de decisión”.
Ahora las investigaciones se orientan a encontrar un compuesto que repela a las plantas parásitas y que no afecte a las plantas de interés comercial. Más adelante pretenden identificar el mecanismo sensor y de decisión de la Cuscuta pentagona.

Referencias y fuentes:
Penn State University.
Resumen en Science.

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