Más sobre el despoblamiento de insectos
El número de especies de insectos en algunas áreas se ha reducido en un 30% en la última década.
Desde hace unos pocos años los científicos están alarmados por el declive en la población de insectos. Hasta el presente los estudios se han centrado solamente en la cantidad total de insectos, su masa total. Así, hay varios estudios que apuntan a una reducción grave en las poblaciones de insectos en Alemania que se ha dado en los últimos 25 años.
Ahora un equipo internacional de investigadores liderados por científicos de la Universidad de Munich (TUM) sostiene en un artículo reciente que el número de especies de insectos en algunas áreas se ha reducido en un 30% en la última década. Una pérdida de esa magnitud en sólo 10 años es algo que debería preocupar a cualquiera.
La pérdida de especies afecta principalmente a las praderas de hierba que se sitúan cerca de tierras agrícolas, pero también afecta a los bosques y a áreas protegidas.
En estudios previos, sin embargo, se centraron exclusivamente en la biomasa, es decir en el peso total de todos los insectos o de especies en concreto o grupos de especies. El hecho de que una gran parte de de los grupos de insectos están realmente afectados no estaba claro», dice Sebastian Seibold (TUM). Es decir, se hablaba de cantidad de insectos, pero no de su diversidad.
En un gran estudio sobre la biodiversidad este grupo de investigadores estudió un gran número de grupos de insectos en Brandenburgo, Turingia y Baden-Württemberg entre 2008 y 2017. Hace unos días publicaron sus resultados en Nature.
Recolectaron más de un millón de insectos en 300 localizaciones sobre 2700 especies. Demuestran que muchas de las especies estudiadas están en declive y que algunas especies raras ya no pueden ser encontradas en algunas de las regiones estudiadas. Tanto en bosques como en praderas contabilizaron ahora un tercio menos de especies que hace 10 años.
Antes de nuestra campaña no estaba claro si los bosques estaban afectados y a qué nivel por este declive de insectos», dice Seibold.
Desde 2008 midieron la disminución de cerca de un 40% de la biomasa de insectos en los bosques estudiados, mientras que en las praderas el resultado es más alarmante: al final del periodo de estudio la biomasa de insectos se redujo hasta ser un 30% la original que había a comienzo del periodo estudiado.
Un declive de esta escala sobre un periodo de sólo 10 años ha sido una sorpresa para todos nosotros, es aterrador, pero encaja en el panorama presentado por numerosos estudios», dice Wolfgang Weisser (TUM)
Cada lugar del bosque o pradera estudiado por el equipo estaba afectado: pastos de ovejas, prados que son segados y fertilizados tres o cuatro veces al año, bosques dominados por coníferas o incluso bosques protegidos que no son explotados. En particular los prados en las cercanías de agricultura intensiva son los que sufren de mayor pérdida de especies, en donde las especies que han sufrido mayor impacto son aquellas que no pueden viajar muy lejos.
En las áreas boscosas, por el contrario, los insectos más afectados son precisamente los pueden cubrir grandes distancias, quizás porque están más expuestos o en contacto con la agricultura, aunque sea lejana. Sin embargo, los investigadores no pueden descartar si la causa es intrínseca al propio bosque.
Según Seibold las actuales iniciativas para remediar la pérdida de insectos consideran que las distintas áreas de terreno pueden tratarse de manera independiente de las demás partes, pero que, sin embargo, para detener este declive los resultados del estudio indican que es necesario actuar a nivel nacional o regional.
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Fuentes y referencias:
Artículo original.
Foto: Martin Fellendorf / Universität Ulm.
6 Comentarios
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martes 5 noviembre, 2019 @ 5:33 pm
¿Nacional? Continental. Como mínimo.
Pero esto difícilmente puede deberse a la propia actividad agrícola, que incluso ha disminuido significativamente (de hecho, en Europa ha aumentao la superficie forestal en el último siglo). Más bien encaja con envenenamiento generalizado.
martes 5 noviembre, 2019 @ 8:04 pm
Hay un factor en la economía biológica , un nutriente significativo que ha desaparecido prácticamente de la naturaleza. Hace cien años, ese nutriente estaba presente en casi todas las explotaciones agrarias, pero hoy es difícil encontrarlo. Existía en grandes cantidades, más o menos en una proporción de, calculando a ojo, 1/500 de la masa de los seres vivos presentes en el ecosistema. Al margen de los fitosanitarios tan nocivos que hoy usamos, ese factor desaparecido puede estar jugando un papel importante al no figurar en la dieta de muchos de los seres vivos actuales. Y ya sabemos que en una cadena viva, lo que come uno acaba siendo comido por otro, sea un piretroide o un álcali. Y sí, el elemento ausente son las heces, tanto de humanos como ganado, gallinas incluidas, que siempre estaba presente en los abonados orgánicos, que eran casi únicos. Cuentes los humanos, multipliquen por 0.1Kg diarios ( cálculo libre, según días) y vean cuántos kilos dejan de ser utilizados como abono y alimento en el mundo actual.
martes 5 noviembre, 2019 @ 8:11 pm
Para los 9x1oE9 seres humanos, peso medio 50Kg, producción diaria 0.1 Kg, resultan 9x10E8 Kg/día. ( 900 000 000 Kg /día )
Por fortuna, los demás seres vivos del grupo ganadería y salvajes, la cosa sigue casi como antes, pero el factor humano debe pesar lo suyo.
miércoles 6 noviembre, 2019 @ 5:13 am
Eufemísticamente escatológico, querido Petrus, no me atrevo a discutirte ante el peso de la montaña que nos dibujas.
Observando el entorno en el que resido (comarca de La Mancha), este año ha habido pocos insectos en primavera y verano. Pero ahora sigue habiendo moscas y mosquitos, está florenciendo los rosales y las fresas que tengo en el patio, siguen dando fruto y flores (son una variedad autofloreciente muy apreciada: Mara des bois). Vamos, que sigue el veroño con altas temperaturas.
miércoles 6 noviembre, 2019 @ 10:35 am
Con todo, hay ambientes y rincones donde los insectos siguen siendo la plaga que eran antes. Lo viví hace pocos meses en las afueras de un pueblo cercano, a un Km del poblado ( <100habitantes), orilla de un arroyo, verano, era imposible permanecer sin protección, tal era la cantidad de moscas y asimilables , mosquitos y abejas presentes… Tengo la impresión de que es la agricultura actual la que va diezmando poco a poco la resistencia del insecto… habría que crear reservas sin química alguna como se hace en los mares, para garantizar la supervivencia de todas las especies. eso sí, cada una con su lago o laguna también impoluto.
jueves 7 noviembre, 2019 @ 11:18 am
Si realmente el problema está en la teoría de «petrus» el mejor remedio es llevar a pastar al monte y los bosques los rebaños, porque no veo que dejar de utilizar el inodoro vaya a tener mucha aceptación. Quizá esparcir las heces de las granjas pudiera ayudar. Todo menos echarlas al río que ya sabemos acaba en el mar, y tampoco echarlas a un pozo y tapar con tierra.