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Sólo ha habido cuatro extinciones masivas

Área: Paleontología — lunes, 20 de enero de 2020

Un estudio confirma la sospecha de que la extinción masiva que supuestamente se dio hace 375 millones de años al final de Devónico se dío en un priodo tan largo que no puede ser calificada como tal.

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El pasado de la vida en este planeta es extenso. Solamente la vida compleja ocupa más de 500 millones de años. Pero durante este tiempo han pasado muchas cosas. Entre otras vicisitudes, la biodiversidad sufrió 5 grandes extinciones masivas.

En estos eventos y durante un periodo muy corto de tiempo, un gran número de especies desaparecieron. El caso más famoso es el de la extinción de los dinosaurios hace 65 millones de años por culpa de la caída de una gran meteorito, pero la más grave de estas extinciones masivas fue la del Pérmico, que se llevó por delante al 95 por cierto de las especies marinas.

En los años sesenta del pasado siglo se empezó a considerar la existencia de las extinciones masivas. La idea concreta de las 5 grandes extinciones masivas se propuso en 1982, pero estudios posteriores sugieren que pudo haber entre 3 y 20 de estas extinciones. Todo depende de lo que se entienda por «masiva». El problema es que no existe una buena definición para este tipo de eventos y que la intensidad y duración de los mismos son variados.

Pero todo esto lo sabemos a través del registro fósil y este es siempre incompleto y muchas veces impreciso. Los cuerpos blandos no suelen dejar fósiles y muchos de los que sabemos está sesgado por los seres con esqueleto calcáreo o por sus conchas o caparazones.

Un estudio reciente pone en entredicho una de estas extinciones masivas, la que se dio hace 375 millones de año hacia el final de Devónico. Ya en 2004 se apuntó a que quizás esta extinción masiva no fue tal.

Hasta ahora se creía que esta extinción se dio por culpa de la toxicidad de las aguas marinas. En esta extinción desaparecieron casi todas las especies de trilobites, por ejemplo.

Sin embargo, este nuevo estudio sostiene que, aunque la pérdida de especies es real, estas desaparecieron a lo largo de un gran periodo de tiempo, de unos 50 millones de años. El declive habría sido gradual. Por tanto, no se podría decir que el fenómeno fuera súbito y, por consiguiente, no cabría hablar de un evento de extinción masiva.

«La extinción masiva del Devónico tardío no está ahí. Hay una disminución en la diversidad durante el Devónico, como algunos habían sugerido previamente», dice Doug Erwin (National Museum of Natural History en Washington DC).

Muchas veces se usan los mismos fósiles para datar las rocas. Como muchas especies sólo existen durante unos pocos millones de años, si los fósiles de una especie aparecen en rocas en diferentes sitios se asume que,más o menos, tienen la misma edad. El problema está en el «más o menos» anterior y por eso la Paleontología es imprecisa. Hasta hace poco, tomar como la unidad de escala paleogeológica los 10 millones de años ya se consideraba preciso.

Shuzhong Shen (Instituto de Geología y Paleontología Nanjing en China) y sus colaboradores han conseguido mejorar muchísimo esta precisión hasta alcanzar unidades de 26000 años. Para ello han usado una aproximación estadística desarrollada durante 10 años y han empleado 100000 registros de 11000 especies marinas fósiles encontradas en China y Europa

Para poder manjar semejante cantidad de datos y encontrar relaciones han usado un análisis computacional especial y así poder llegar a conclusiones. En este caso han usado un procedimiento de aprendizaje y el supercomputador Tianhe-2. Sin esta asistencia no podrían haber realizado el estudio, pues les hubiera llevado muchos años hacer el cálculo de las correspondientes 7 millones de horas de CPU con un computador corriente.

La registro analizado va desde hace 540 millones de años hasta hace 240 millones de años. La idea era que el programa aprendiera cómo es el ritmo habitual de extinción y cómo es en el caso de las extinciones masivas.

Se vio que el decrecimiento en el Devónico tardío es real, pero se da en un periodo de tiempo muy largo y no concentrado en un punto, como sería en el caso de una extinción masiva.

Ya en 2004 Richard Bambach publico un trabajo sobre este tema en el que discutía si este evento de extinción realmente se dio realmente. El actual trabajo corroboraría su conclusión en este aspecto. Sin embargo, no confirma otra de sus predicciones sobre la inexistencia de la extinción del Triásico.

Este estudio confirma, eso sí, las otras extinciones que cubre en el periodo temporal estudiado, como la del Pérmico de hace 250 millones de años. En este caso determinan que casi todas las especies perdidas desaparecieron en sólo 63 000 años.

Además, el análisis permitió saber más detalles sobre la extinción masiva del final del Cámbrico. Arroja también dudas sobre la extinción de hace 260 millones de años al final del Guadalupiense.

Los expertos esperan que este análisis se pueda extender a tiempos más recientes, en particular a hace 100 millones de años, pues hay una gran polémica académica al respecto que este tipo de estudio podría dilucidar.

También podría servir para encontrar patrones temporales en la biodiversidad y hacerlos corresponder con cambios ambientales o climáticos a lo largo del tiempo. Saber, además, si una gran extinción se da en 100 000 años o en una semana y si esto depende de las especies a considerar.

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Fuentes y referencias:
Artículo original.
Foto: DzidekLasek (pixabay.com).

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2 Comentarios

  1. Dr. Thriller:

    Es sorprendente cómo se afina un cuadro, desde una impresión general (borrosa) hasta resolver detalles finos. Cambia mucho. A veces totalmente. También sabemos (prensa generalista, incluso), que la extinción dinokiller fue obra y gracia de Chicxulub, y que las coladas del Decán pues, o sea, no. Ni tuvieron que ver, siquiera.

    Y esto nos abre otra perspectiva inesperada, la extinción seudomasiva en fotogramas a lo Peckinpah (inventor de reducir el presupuesto gracias a la cámara lenta, truco viejo pero que yo sepa, nunca usado hasta entonces en tal profusión). Da la impresión de que el nicho desaparece, y el ocupante «tarda» en enterarse, lo cual era previsible para darle oportunidad de adaptarse, además se supone que una extinción masiva que se precie se carga más bien el ocupante que el nicho (es una forma de ver la mayor carga del impacto, a fin de cuentas mano y guante es lo mismo), aunque la nuestra es muy exhaustiva.

  2. tomás:

    Lo que pasa entonces es que sólo se citan dos partes de un fenómeno que tiene tres:
    Extinción: que hace desaparecer de la biosfera.
    Masiva: que afecta a muchas especies.
    Y nos falta algo similar a «rápida» o «veloz», o cualquier otro sinónimo.
    Porque tal como se dice: «extinción masiva», el tiempo no cuenta.

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