Burbujas y mascarillas en diferentes situaciones
La distancia física es efectiva a la hora de reducir la expansión de la COVID-19, mientras que las burbujas sociales y la mascarillas son efectivas dependiendo de la situación.
Los profesores de la Universidad Simon Fraser, Paul Tupper y Caroline Colijn, han encontrado que la distancia física es universalmente efectiva a la hora de reducir la expansión de la COVID-19, mientras que la efectividad de las burbujas sociales y la mascarillas dependen de la situación.
Los investigadores desarrollaron un modelo para poner a prueba la efectividad de medidas como distancia física, mascarillas y burbujas sociales cuando se usan en varias situaciones.
El artículo correspondiente fue publicado el pasado 19 de noviembre en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America (PNAS).
Introducen el concepto de «evento R», que es el número esperado de personas que son infectadas de COVID-19 por un sólo individuo en evento dado.
Tupper y Colijn miraron factores como intensidad de transmisión, duración de la exposición, la proximidad de los individuos y su grado de mezcolanza. Entonces examinaron qué métodos son más efectivos para prevenir la transmisión en cada circunstancia.
Los investigadores incorporaron datos de informes de brotes en una gama de eventos, como fiestas particulares, comidas, clubs nocturnos, transporte público y restaurantes. Los investigadores dicen que las posibilidades de un individuo de terminar siendo infectado por COVID-19 depende fuertemente del ritmo de transmisión y del tiempo que se haya estado en una situación la particular.
Los eventos fueron categorizados como saturantes (alta probabilidad de transmisión) o lineales (baja probabilidad de transmisión). Ejemplos de situaciones de alta transmisión incluyen bares, clubs nocturnos o lugares de trabajo sobresaturados; mientras que situaciones de baja transmisión incluyen los transportes públicos con mascarilla, restaurantes con distancia social o actividades al aire libre.
Los modelos sugieren que la distancia física fue efectiva a la hora de reducir la transmisión de la COVID-19 en todas las situaciones, pero la efectividad de las burbujas sociales depende de si las probabilidades de transmisión son altas o bajas.
En situaciones en donde hay una mezcla y la probabilidad de transmisión es alta, como lugares de trabajo abarrotados en interiores, bares, clubes nocturnos e institutos de bachillerato, tener burbujas sociales estrictas puede ayudar a reducir la difusión de la COVID-19.
Los investigadores encontraron que las burbujas sociales son menos efectivas en situaciones de baja transmisión o para actividades donde hay una mezcla, como actividades al aire libre atractivas, trabajar en oficinas espaciosas o viajando en transporte público llevando mascarillas.
Notaron que las mascarillas y otras barreras físicas pueden ser menos efectivas en situaciones saturantes, como disposiciones de alta transmisión (fiestas, coros, cocinas de restaurantes, oficinas abarrotadas, clubs nocturnos y bares), porque, incluso cuando las mascarillas dividan a la mitad el ritmo de transmisión, puede que no tengan gran impacto sobre la probabilidad de transmisión (y por tanto sobre el número de infecciones).
Este último coronavirus es relativamente nuevo, pero la ciencia evoluciona y aumenta nuestro conocimiento sobre cómo tratarlo efectivamente y prevenir este virus altamente contagioso. Hay todavía mucho que no conocemos y muchas áreas que requieren más estudios.
«Sería estupendo comenzar a recolectar información de exposiciones y brotes: el número de gente que había, el grado de mezcla, los niveles de congestión, el nivel de ruido y la duración del evento», dice Colijn, que mantiene la cátedra en Matemática evolutiva, infección y salud pública.
Nota: esta entrada es una traducción literal de la nota de prensa.
Copyleft: atribuir con enlace a https://neofronteras.com
Fuentes y referencias:
Artículo original.
Foto: Pixabay.
17 Comentarios
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jueves 3 diciembre, 2020 @ 10:43 am
Yo estoy francamente preocupado por la irresponsabilidad personal. Ayer entré a una tienda donde solo había dos personas- No llevaban mascarilla aunque se la pusieron al entrar yo. Pero eso no es lo aconsejable porque el local está super-respirado, y si se la quitan cuando me voy, les puedo contagiar yo. Hay muy poco cuidado y así, en Cataluña, la pandemia lleva dos días creciendo.
Abrazos.
jueves 3 diciembre, 2020 @ 12:06 pm
Acabo de escuchar que ya son 3 los días de crecimiento.
jueves 3 diciembre, 2020 @ 6:21 pm
La mascarilla que se usa normalmente por la calle (la que te exigen al entrar en un centro de salud) NO te protege de ser contagiado, o muy poco. Esa mascarilla evita que una persona contagie a las demás, digamos que actúa como freno/filtro dentro-afuera, no fuera-adentro. Obviamente, si todo el mundo lleva mascarilla, cada uno retiene sus propias miasmas, como decían muy antes, pero si uno sólo no la lleva, podría infectar a todo el mundo con o sin mascarilla.
Yo cuando voy por la calle y estoy en espacio abierto sin personas en las proximidades, me la bajo para asomar la nariz. Se convierte en una actividad lúdica que rápidamente degenera. Me explico, supongamos que estoy en una calle donde no hay nadie, pues me la bajo. Supongamos que a 50 m aparece un/a señor/a, pues entonces rápidamente me la subo y procuro mantener una distancia física que siempre intenta ser la máxima posible. Es decir, si p.ej. vamos uno hacia a otro por el mismo lado de la calle, pues «ostentóreamente» me cambio de acera para dejar la mayor distancia. Por algún efecto social desconocido, el conciudadano hace exactamente lo mismo y se dispone tal cual si quisiera cerrarme el paso, lo que me obliga entonces a volver a la trayectoria original para comprobar que parecemos destinados a una fatídica colisión. Llegados acá, o me doy la vuelta para volver por donde venía (que sería muy de cine de terror) o simplemente me paro para que no se pueda tener en cuenta mi trayectoria. Esto último sí funciona, porque el individuo queda desconcertado y se ve forzado a tomar la iniciativa, entonces yo ¡zas! maniobro para mantener la máxima distancia.
Esto queda muy gracioso en espacios de tránsito elevado, de suyo mal diseñados y además repletos de objetos absurdos que dificultan el paso. Otro día hablamos de los ascensores.
viernes 4 diciembre, 2020 @ 11:09 am
Mi comportamiento es el mismo, escogiendo las calles menos frecuentadas, por lo que rara pero inevitablemente alguno, o me adelanta o no hay forma de evitar algo así como un metro en muy contadas ocasiones. Mis mascarillas protegen tanto a mí como a los demás. Pero el mayor problema lo encuentro en las tiendas. En Mercadona procuro la máxima distancia posible, pero en Spar, hay una bella muchacha de preciosa nariz que siempre la lleva al aire por mucho que siempre se lo reprocho y hay una frutería donde solo compro lo que no encuentro en otros lugares y en buena cantidad para tardar lo más posible en volver que está abarrotada de género y no tiene más de un metro cuadrado para el cliente. Una vez una me tosió en el cuello y me molestó mucho, aunque no dije nada por lo inevitable del hecho. Pero el dueño y su empleado, hasta que no les afeo su conducta, funcionan con la mascarilla como barboquejo.
Compré una bombilla de UV. Su luz es fuerte y yo, que apenas tengo olfato por el mucho fumar aunque hace más de cuarenta años que lo dejé, noto perfectamente el olor a ozono. Por ello cierro la puerta en la habitación donde la empleo. Si hay sol, las expongo a él. Lo que no sé es el efecto de estas acciones.
De todas formas no debo hacerlo muy mal -gran ventilación casera- cuando he estado en contacto, sin sospech<rlo, claro, con un albañil que tenía que hacer cosas en el domicilio -yo con mi mascarilla y ventilación y él con la suya- pero se la quitó y, al preguntarle, me dijo que se fatigaba por el trabajo, lo que acepté. Al día siguiente no vino y al llamarlo me dijo que se encontraba mal por lo que le aconsejé ir a urgencias, pero con solo una leve sospecha de que pudiera ser el virus. Me llamó su esposa diciendo que estaba en observación y a los dos días que era el temido. Así que me hice la prueba y salió negativa, por lo que no debes temer mis comentarios.
Ni los abrazos que te envío.
viernes 4 diciembre, 2020 @ 5:47 pm
Las tiendas corramos un estúpido velo.
El virus en general dura poco sobre superficies, hasta donde sé, en determinados plásticos 3 días, por aquello de la porosidad estructural, en las monedas en 4 horas sin tocarlas é finita la commedia, las dejas de noche y por la mañana (auto)esterilizadas, el cobre, ese gran biocida (y eso que es un oligometal presente en infinidad de proteínas, o quizá por eso). Los billetes ni idea, la borra de algodón debe ser estupenda para darle vidilla a la cápside, y los billetes de plástico (libra esterlina sin ir, literalmente, más lejos) más estupendos aún. Y el policarbonato de una tarjeta bancaria el Abu Dabi de la CoViD.
Yo tengo la teoría, de la que no existe suficiente probatura (o negatura) por ahora, de que el tabaco desempeña un gran papel en la difusión. No sé si las pirotoxinas hacen buenas compañeras de viaje al salir con el virus exaladas de los pulmones, pero tengo mi idea de que tal cantidad de puntos de nucleación aéreos junto con la forma de exalar el humo facilitan el contagio. Sólo un estornudo alcanza más lejos, pero es más ariete, fumar es más cónico.
Respecto a la luz UV, pues no sé, yo con agua y jabón (tipo Lagarto) me apaño, si el caso lo requiere un poco de lejía para no dejar zonas inaccesibles, pero para desinfecciones a gran escala creo que irradiar UV es mucho mejor que andar regando en plan jardinete.
Lo que no acabo de entender es por qué no se usan escafandras y lo digo en serio. Si vas a China ahora mismo, te bajan del avión de a uno y con el pico sellado, y te atienden (es un decir) unos tipos vestidos de ABQ, es decir, de astronautas, literal. Te empaquetan en un transporte plastificado hasta tu casa / hotel / sitio donde donde pases la cuarentena, del que no puedes salir y todo lo tienes que pedir por teléfono, y te ponen (tal cual) una cámara de vídeo en la puerta para asegurarse de que no sales. Trato estándar, idéntico para nacionales y extranjeros.
Pero claro, China se quedó muy debajo de los 100.000 infectados y otros van ya por no sé cuántos millones.
Los abrazos no contagian. Vestidos de astronauta desde luego que no. Abrazos taikonautas pues.
viernes 4 diciembre, 2020 @ 9:13 pm
A mi me dio y ni me entere, y me da mucha flojera ahora usar mascarilla… Aunque no dejo de hacerlo para que no me vean feo y estar dando explicaciones…
Hace un mes saliendo del banco vi un sitio donde estaban haciendo test rápido… Los que detectan anticuerpos.
Asi que me la hice y salió positivo… Fue interesante porque salieron corriendo mandaron a cerrar el banco, me metieron en la ambulancia y me hicieron el pcr. Y luego me mandaron a mi casa (en transporte publico, así que no entiendo o del banco).
Dos días después el correo me indica que el pcr fue negativo… De lo que concluyó que si tengo los anticuerpos pero no tengo el virus, es porque me dio y no me entere.
sábado 5 diciembre, 2020 @ 9:39 am
Puede ser que seas, lejano amigo Javier, asintomático. Pero mi ignorancia me hace preguntar a nuestros doctos si los antígenos de una gripe común pueden confundirse con los del malvado.
sábado 5 diciembre, 2020 @ 7:39 pm
Querido amigo Tomás:
No, son virus muy diferentes: ni los confunde el cuerpo, ni las pruebas que usamos. Otro bulo que se ha difundido es que la PCR puede dar positivo para otros tipos de coronavirus y no es cierto: es específica.
Querido amigo JavierL:
Aunque hayas pasado la infección, ten en cuenta que hay un segundo serotipo de coronavirus que también está circulando. En España solo tenemos confirmado el caso de una mujer que se ha contagiado por segunda vez (la segunda por un serotipo un poco diferente).
En cuanto a las medidas de protección: lo más importante es proteger la vía aérea y evitar las aglomeraciones.
En mi casa somos tres: dos médicos de urgencias altamente expuestos y una niña de 8 años que va al colegio: ninguno de los 3 hemos tenidos síntomas desde que empezó la pandemia y las pruebas de antígenos han sido todas negativas. No usamos ozono, ni UVC.
Abrazos.
domingo 6 diciembre, 2020 @ 9:30 am
Pues yo he de usar cosas así, porque una moza ecuatoriana y bondadosa viene a limpiar y de paso, y con la mejor intención, a mejorar mi desorden tan descomunal que mi amigo, vecino y paisano, me ha llegado a llamar Diógenes, lo cual acepto con propósito de enmienda, pero que luego no cumplo porque siempre tengo otra cosa más importante o urgente que hacer. Y como últimamente también vienen operarios de una u otra ocupación pues tengo que preparar una habitación para mi hija en la que hay un armario descomunal -cuatro cuerpos- lleno de libros hasta el techo y la cama ocupada del suelo al somier, también llena de libros, además de la cama de otra habitación en el mismo estado -eso sin contar la pequeña librería a mi lado con no menos de 60 ejemplares. ¡Y menos mal que ya regalé hace más de diez años algo así como un metro cúbico de libros a una biblioteca! Me parece que ahora no los admiten. Y, de todas formas, voy dejando de cuando en cuando alguno en una especie de media columna cuadrada de las dos que hay frente a la entrada de mi domicilio y, afortunadamente, desaparecen.
El otro día, en una librería de viejo, un señor llegó con un gran, antiguo y grueso libro, muy bien encuadernado y le ofrecieron el precio estándar para cualquier libro, así se tratara de un manuscrito ilustrado con pan de oro que de una novela de vaqueros de esas de Estefanía: veinte céntimos.
Investigué a ver si encontraba alguna Torá, o sea el Pentateuco judío, por ser fiel a la cosa en un cuento que estoy acabando, porque hay tantas versiones de la Biblia que ya no sabes cual puede tener alguna certeza. Yo tengo tres, una de ellas, preciosa, de nueve tomos, en papel couché, magníficamente ilustrada con los más famosos cuadros. pero otra, editada por los Testigos de Jehová, dulcifica las cosas de forma irreconocible. Y la otra es la antigua Nácar Colunga casi oficial en mis tiempos.
En fin, una pena que los libros no tengan algún valor, no excesivo, pero ¡viente céntimos!
Chao.
lunes 7 diciembre, 2020 @ 12:14 am
«Pues yo he de usar cosas así, porque una moza ecuatoriana y bondadosa viene a limpiar y de paso…»
Depende de qué lámpara, querido amigo: ¿cuántos vatios tiene la tuya? Ya has planteado esa misma cuestión en otras ocasiones y señalamos que las que son claramente efectivas son las lámparas UVC que se usan en los quirófanos. Estás suelen ser de 80 vatios en adelante.
Las que venden a 40 euros en el Amazon son de 3 vatios y no están recomendadas (en el mejor de los casos, solo servirían para un objeto muy pequeño, situadas a cortísima distancia y con bastante tiempo de exposición). Daba por supuesto que sabías que los efectos de cualquier radiación dependen de esos 3 factores. En esta noticia estuvimos hablando del asunto haciendo referencia a un estudio publicado en Nationalgeographic:
https://neofronteras.com/?p=7103
Centrándome en tu caso: es mucho más probable que la asistenta te contagie POR VíA AÉREA incluso aunque lleve una mascarilla quirúrgica (se escapan aerosoles por la parte de atrás), si lleva una FP-2 es mucho más improbable.
Ahora se está diciendo que se requieren 15 o más minutos de exposición a menos de un metro de la persona infectada, pero de ese dato sí que desconfío: viendo los datos, apostaría a que ese tiempo será acortado sensiblemente cuando se hagan estudios posteriores.
Con los objetos que toque es menos probable porque el coronavirus no sale por la piel: las manos solo trasladan altas concentraciones de virus si toses directamente sobre ellas o estás respirando un rato por la nariz cubriéndote con las manos.
Conclusión y consejo: que se ponga guantes y use FP-2. Después puedes ponerte la FP-2 y ventilar, mucho mejor si te vas de casa mientras tanto. Jabón o lejía solo para los objetos que vayas a tocar, si no vas detrás del virus, véase el siguiente ejemplo:
También hemos repetido que está desaconsejado limpiar las ruedas del carro de la compra. Si lleva alguna partícula viral, no pasa nada: no salta hasta la nariz. De todos modos, es poco probable que lleve partículas virales suficientes, porque el mismo proceso de roce contra el suelo hace que aunque algunas partículas se incorporen, otras son arracadas hacia el suelo. Pero ponerse a limpiar las ruedas, sobretodo si es sin mascarilla, es la forma más «inteligente» de acercarlas a la nariz o a la boca.
Similar podemos decir de la suela de los zapatos.
Algunos se han vuelto obsesivos con los zapatos y el carro, pero después te dicen que «¿cómo no le voy a dar un beso a mi hijo o mi nieta?): mala decisión.
Abrazos.
lunes 7 diciembre, 2020 @ 12:51 am
*En los comentarios del enlace que he puesto discrepé con la OMS sobre el contagio a través de objetos porque al principio de la pandemia se publicitó bastante aquel estudio que decía que podía permanecer más de una semana en algunas superficies como el plástico. No obstante, señalé que transcurrida una semana serían ya muy pocas las partículas virales. Ahora me baso en los estudios que se han hecho después.
lunes 7 diciembre, 2020 @ 8:34 am
La lámpara que yo tengo y que pensaba comprar más para regalarlas a mi familia es de 60 W, aunque, como todo se hace en China admite ser utilizada entre 100 y 270 V. Imagino que la máxima potencia la alcanzará al mayor voltaje mencionado. En lo que respecta a la aireación cumplo con excesivo exceso, expresión que no es redundante tratándose de mi manía «aireadora» que imagino fue la que me salvó cuando pase el día junto a un infectado que se quitó la mascarilla porque se fatigaba -yo mantuve mi FP2, que debió contribuir en gran manera a mi posterior negativo-. El caso es que ya ha salido de la UCI pero tiene para un mes en casa. Es que lo que más me preocupan son las secuelas. Uso la lámpara para desinfectar las mascarillas durante varias horas y cuando no hay sol, que es el más utilizado. La luz es muy fuerte y no estoy en su zona más de unos -pongamos- cinco segundos; lo mismo que para el ozono, pues siempre cierro la habitación donde la utilizo, además de que aguanto la respiración.
Gracias por el envío a esa página.
Un fuerte abrazo.
martes 8 diciembre, 2020 @ 11:55 pm
Con 60 vatios, sí. Haciendo una estimación intuitiva, creo que bastarán unos 10-20 minutos a una distancia de hasta un metro. Pero mejor calcularlo con más de precisión.
Ahora bien, dado que la radiación UV tiene un poder de penetración muy escaso, es más efectiva para esterilizar superficies lisas que materiales porosos como los de las mascarillas.
Duplicando tu singular: dos fuertes abrazos.
miércoles 9 diciembre, 2020 @ 10:09 am
De acuerdo, pero también es cuestión de tiempo. La potencia, en estos casos, al tratarse de una radiación luminosa pierde con el cuadrado de la distancia, o sea que si está más cerca es más efectiva al cuadrado.
Esperemos los resultados de este fin de semana que se sabrán dentro de un par de ellas, más o menos. Eso nos dará una idea de qué hay que hacer en Navidades. De todas formas, la gente ya se lanzó a comprar como si se fuese a acabar el mundo. En fin…
Pues hala, hasta adios.
jueves 10 diciembre, 2020 @ 4:07 am
Discúlpame de nuevo, sé que no es problema de ignorancia, sino de que hayas escrito demasiado rápido. Pero decir que es cuestión de tiempo, sin especificar más, es incorrecto: dependiendo del material en cuestión, a partir de cierto espesor no llega radiación aunque aumentes el tiempo de exposición hasta el infinito y metas un millón de vatios. Para el caso del mármol, rocas graníticas o cualquier metal noble, a 2 mm de espesor ya no llega nada (no sé la cifra exacta, pero por ahí ronda). Aunque a esa profundidad tampoco se colarán los coronavirus.
Hay distintas mascarillas, algunas está compuestas por varias capas superpuestas como si fuesen telarañas:
http://neofronteras.com/especiales/?p=244
Más abrazos.
jueves 10 diciembre, 2020 @ 8:19 am
Posiblemente, más que haber leído demasiado rápido sea haber olvidado parte del muy buen artículo de Neo que señalas. Así que te agradezco que me lo hayas recordado, pues he vuelto a releerlo -que no es redundancia, pues ya lo había releído alguna vez-, pero mi memoria es floja y más al lado de la tuya. Bueno, de todas formas, me defiendo señalando que las «más carillas» (así lo dice el artículo en algún momento) tienen -pienso, luego existo- diría que menos de 2 mm de espesor y, además no son de mármol, que serían incómodas de llevar. Un abrazo de aquí a la Luna que es lo que me decía mi hija para decirme lo mucho que me quería.
jueves 24 diciembre, 2020 @ 9:40 am
Ayer me enviaron un was de esos despreciables en el que una rabiosa mujer de unos treinta años denostaba la vacuna anticobi acusándola de perjudicar a la médula espinal. Aderezaba el tema acusando de corrupción política y de la intención del Estado de someternos en nuestros domicilios. No presentaba prueba alguna salvo esas acusaciones, que no son pruebas. Sin que podamos confiar a ciegas en la vacuna, el efecto que causan esos was es pernicioso, porque quien propaga eso, suele suceder que lo cree y su intención será no vacunarse, con el consiguiente peligro indirecto para todos los demás. Tal cosa me recuerda a los que negaban el cambio climático que ya nadie puede negar, pero en ese caso había empresas muy interesadas en seguir contaminando para mantener sus economías. Ahora no sé qué puede motivar ese comportamiento. A ver si alguien lee hasta aquí y adivina el motivo. Por cierto: se nos viene encima otra variante del cobi, esta vez de Sudáfrica. ¡Jolín con tal capacidad de mutar!
Abrazos.
Abrazos.