Problemas con la variante sudafricana
Las vacunas y cócteles de anticuerpos actuales tienen una efectividad muy baja contra la variante sudafricana del virus SARS-CoV-2.
El mayor descubrimiento de la humanidad fue el método científico. En estos cuatros siglos los logros alcanzados son indiscutibles, pero la irracionalidad, el pensamiento mágico, los seres imaginarios y los intereses siguen presentado resistencia.
A estas alturas todavía quedan terraplanistas y negacionistas de todo tipo, incluyendo los antivacunas o aquellos que deciden no creer en la evolución, como si esto fuera materia de creencia. Negar la evolución es equivalente a negar la gravedad, pues ambos son hechos, no teorías, aunque se expliquen mediante teorías científicas. La evolución, sin embargo, no cree en nada, incluyendo los humanos.
La ciencia tiene la capacidad de hacer predicciones fiables. Así, podemos saber cuándo será el próximo eclipse o en qué posición orbital se encontrará Saturno el 15 de marzo de 2079. Ahora nos estamos acercando a un momento en el que la ciencia predice el fin de la civilización humana tal y como la conocemos.
La ciencia nos dice que la destrucción de la Naturaleza que el ser humano está realizando ya afecta al mismo. Predijo la subida de la temperatura global y el subsiguiente incremento de la fuerza y número de tormentas tropicales, así como la subida del nivel del mar. Todo ello se está cumpliendo con precisión.
También predijo que la superpoblación, la concentración de humanos y su invasión depredadora de los ecosistemas produciría nuevas enfermedades infecciosas. Esto es algo que ya estamos sufriendo con el COVID. Lo mismo se puede decir de las enfermedades tropicales, que ya se están extendiendo a las zonas templadas.
Ahora, un estudio sobre el virus SARS-CoV-2 que causa el COVID predice que las actuales vacunas y los anticuerpos monoclonales que se están usando para combatirlo serán cada vez menos efectivos según evolucionen nuevas variantes del virus y que, además, aparecerán las reinfecciones.
Un ejemplo lo tenemos en la vacuna Novavax, que tenía una efectividad de cerca del 90% en las pruebas que hicieron en su día con voluntarios del Reino Unido y que ahora tienen una efectividad del 49,4% en las pruebas realizadas en Sudáfrica, que es donde ha aparecido la variante B.1.351.
Según este estudio, los datos muestran que el virus evoluciona en una dirección que le permite escapar de las actuales vacunas y terapias que están dirigidas hacia las espículas del virus.
Según los autores, si la vertiginosa expansión del virus continua de esta manera y se acumulan más mutaciones, estaremos condenados a ir detrás del SARS-CoV-2 desarrollando nuevas vacunas según este vaya evolucionando de una manera similar a lo que ocurre con la gripe.
Sostienen que para mitigar este efecto se necesita que detengamos la transmisión del virus lo más rápido posible, redoblando nuestras medidas de mitigación y acelerando el lanzamiento de vacunas.
Las vacunas consiguen que el sistema inmunitario respondan con la fabricación de anticuerpos que neutralizan al virus. Pero, tras el análisis de muestras de sangre recolectadas de personas vacunadas con las vacunas de Pfizer y Moderna, estos investigadores han descubierto que son menos efectivas neutralizando las variantes inglesa (B.1.1.7) y sudafricana (B.1.351), surgidas recientemente.
Para el primer caso, aunque la bajada en eficacia es notable, no tiene un impacto al haber un colchón de anticuerpos suficiente que neutralizan el virus, siendo su efectividad de un 85.6%. Sin embargo, la gran bajada de efectividad contra la variante sudafricana es preocupante.
«La caída en la actividad neutralizante contra la variante de sudáfrica es apreciable y ahora estamos viendo, según los resultados, que esto está causando una reducción en la eficacia protectora», dice David Ho (Aaron Diamond AIDS Research Center).
El nuevo estudio no examinó la variante más reciente encontrada en Brasil (B.1.1.28), pero, dado que las mutaciones de la variante de Brasil y de Sudáfrica son similares, Ho dice que la variante de Brasil debería comportarse de manera similar a la variante de Sudáfrica.
«Tenemos que detener la replicación del virus y eso significa lanzar la vacuna más rápido y aplicar medidas de mitigación, como el uso de mascarillas y el distanciamiento físico. Detener la propagación del virus detendrá el desarrollo de más mutaciones», dice Ho.
El estudio también encontró que ciertos anticuerpos monoclonales que se usan ahora para tratar a los pacientes con COVID pueden que no funcione contra la variante de Sudáfrica. Y, según los resultados con plasma de pacientes con COVID que se infectaron antes en la pandemia, la variante B.1.351 de Sudáfrica tiene el potencial de causar reinfección.
Para este estudio los investigadores crearon pseudovirus SARS-CoV-2 (virus que producen la proteína de espícula del coronavirus pero que no pueden causar infección) con las ocho mutaciones encontradas en la variante del Reino Unido y las nueve mutaciones encontradas en la variante sudafricana.
Luego midieron la sensibilidad de los pseudovirus a los anticuerpos monoclonales desarrollados para tratar pacientes con COVID, suero convaleciente de pacientes que se infectaron anteriormente en la pandemia y suero de pacientes que habían sido vacunados con la vacuna de Moderna o de Pfizer. Encontraron la reducción en efectividad, sobre todo frente a la variante sudafricana.
También midieron la actividad neutralizante de 18 anticuerpos monoclonales diferentes, incluidos los anticuerpos de dos productos autorizados para su uso en los Estados Unidos.
Los cócteles de anticuerpos fueron nada o muy poco efectivos contra la variante sudafricana. El suero de la mayoría de los pacientes que se habían recuperado de COVID antes en la pandemia tenía 11 veces menos actividad neutralizante contra la variante de Sudáfrica y 4 veces menos actividad neutralizante contra la variante del Reino Unido.
«La preocupación aquí es que la reinfección podría ser más probable si uno se enfrenta a estas variantes, particularmente a la de Sudáfrica», dice Ho.
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Fuentes y referencias:
Artículo original.
Foto: Unsplash/CC0 Domino Público.
12 Comentarios
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domingo 14 marzo, 2021 @ 8:01 pm
Ya se han detectado 9 o 10 variantes. Cada una de ellas cuales seguirá mutando hasta que se acumulen cambios suficientes en el virus para que que un determinado serotipo deje de ser reconocido por el sistema inmune y pueda originar otra pandemia.
lunes 15 marzo, 2021 @ 9:10 am
Fatídica profecía, mi buen amigo. Si embargo también podríamos suponer-digo yo en mi profunda ignorancia- que si su meta evolucionista es multiplicarse, como todo bicho medioviviente, lo que debe hacer es tornarse menos virulento, o sea, más tolerable, para que pueda infectarnos con relativa seguridad para él de que casi no vamos a incordiarle con terribles vacunas.
Ayer mismo, pregunté a un catalán amigo cómo creía que se encontraría una vez hubiésemos alcanzado la inmunidad de rebaño y me contestó muy ilusionado: «behehehe».
Chao.
lunes 15 marzo, 2021 @ 12:42 pm
Pienso como Miguel, creo que es cuestión de tiempo (no mucho) de que el virus evolucione para variante que supere el sistema inmune, de tal forma que, este no tenga tiempo de evolucionar lo suficiente rápido, para eliminarlo a tiempo de ser letal. En cierto grado e individuos, esto ya está sucediendo en la actualidad aquí con la variante Brasileira. Mas rápida y letal que las anteriores.
Este mismo razonamiento, personalmente lo amplio a las vacunas. Creo que por este camino (con vacunas constantemente actualizadas) estamos condenados al fracaso (por lo menos importante) en esta guerra. El virus siempre estará en nuestra delantera.
Me parece que hemos llegado a un punto en que debemos cambiar de estrategia de lucha.
Voy a colocar en el siguiente comentario, lo que se me ocurre al respecto. Puede que sea descabellado, dada mi Quijotesca imaginación. No obstante, lo pongo por si alguien de las altas esferas ejecutivas se interesa por ella. O alguien del sector de salud la hace llegar a buen puerto.
lunes 15 marzo, 2021 @ 12:44 pm
Lo que digo a continuación seguramente tiene bastantes errores de gramática, es una traducción do Google del comentario en portugués, que le envié a mi hija (medica) creo que se entiende.
Desde el inicio de la pandemia temí que llegáramos a esta situación, no tan pronto, y con esa intensidad.
Varias veces defendí la propuesta de protección mecánica, ya que la inmunológica natural, ya está siendo ineficaz. Es cuestión de tiempo que las nuevas mutaciones también eludan las vacunas actuales. Seguir perfeccionando nuevas vacunas siempre será correr tras el virus.
Necesitamos desarrollar (lo cual es bastante fácil) y entregar, el máximo número posible de PROTECCIONES, mecánicas, 100% eficientes.
¿Cómo serían estas PROTECCIONES?
–Primero: Fornecer el aire a respirar, con presión positiva, (tal vez algo como 2% por encima de la atmosférica) mediante un ventilador. El valor de esta sobrepresión habría que estudiarlo atendiendo a varios detalles. Flujo de aire de escape necesario para la protección tamaño y perdida de carga en el filtro, y potencia que requiere del ventilador.
¿Qué quiere decir eso?
Teniendo en cuenta que el volumen de aire aspirado en cada ciclo por los adultos, (6 litros) unos 12 ciclos por minuto, el volumen a suministrar por el ventilador es pequeño. Algo como 75 l / minuto
Un pequeño ventilador a batería, creo que sería suficiente, (ya existe algo similar en el mercado, con autonomía de hasta 5 horas, incluso recarga desde el portátil)) aspira el aire del exterior a través de un filtro totalmente eficiente.
. El filtro (generoso, amplio en superficie) y el ventilador se colocarían en una mochila pequeña y leve en la espalda.
El aire filtrado llega a través de un conducto elástico a la PROTECCIÓN, que es impermeable al aire. Semejante a las mascarillas actuales, pero esta no filtra.
Esta PROTECCIÓN, aunque se ajuste en el rostro, no necesita ser completamente sellada, de hecho, debe dejar salir algo del aire (sobrante inhalado y expirado) que es suministrado por el ventilador.
Esta PROTECCIÓN de presión positiva tiene las siguientes ventajas.
– El virus nunca puede entrar en el volumen de la PROTECCIÓN porque siempre hay un flujo de aire que sale de él.
-No llegar a los ojos, por el mismo motivo.
– Elimina las molestias y el cansancio de forzar, a través de los músculos pulmonares, la entrada del aire para respirar. Lo cual contribuye a aceptar mejor el uso del mismo porque es más fácil respirar, que con la actual mascarilla.
– Para mayor sofisticación, el aire después de pasar por el filtro, se puede esterilizar, ya sea con radiación o con algún otro medio.
– Este sistema permite salir de la residencia, ir y permanecer en el lugar de trabajo de forma segura, permitiendo una actividad económica o social casi normal. Sería como llevar el llamado Lock-Down, encima del individuo, ser portátil,
– Quien no quiera usar, correrá los riesgos personales de contaminación, pero no podrá transmitir esta, a los usuarios con esta PROTECCIÓN. El virus no podría propagarse, ya que los contaminados o se curan o mueren.
– El costo económico, aunque relativamente importante, representaría una parte muy pequeña del costo actual resultante del tratamiento sanitario, además de permitir una actividad económica normal. Esto representa una economía de más del 10% del PIB. Sin mencionar el costo emocional de la enfermedad y la pérdida de vidas. Actual y en futuras pandemias.
¿Y cómo implementar esta propuesta?
Para mí es difícil, tal vez Paloma tenga alguna condición de exponer en el Hospital para llegar a las altas esferas del Departamento de Salud.
Si se aceptada, el siguiente paso es desarrollar el prototipo y el proyecto de fabricación, junto con alguna Universidad que se interese. Después encontrar fabricante adecuado. En esta fase puedo ayudar.
Ya me diréis
lunes 15 marzo, 2021 @ 4:06 pm
Amigo Miguel.
Referente a lo que preguntas sobre el pico de la pandemia, por lo que se está noticiando, y como se ven las curvas de contagios y óbitos, su evolución está en franco ascenso.
Para empeorar, prácticamente no existen vacunas, ni previsión de llegada maciza a corto plazo.
Las medidas de aislamiento y protección son flojas y poco efectivas, pues el Gobierno Federal es negacionista con respecto a la intensidad de esta, pasa este mensaje, y gran parte de la población la asimila.
Estos días atrás ha empezado una revuelta por parte los gobernadores de casi todos los estados, uniendo sen para acelerar las compras y efectivar medidas de aislamiento más eficaces. O sea, además del problema sanitario tenemos el político.
Parece que este país se va a convertir en un laboratorio natural, para que el virus pueda mutar libremente a su aire. Lo que representa un peligro para el resto del mundo. Tal vez por este motivo la comunidad internacional se preocupe en ayudar, ya que, el país solamente por sus medios es incapaz de controlar. Tengo un cierto bies pesimista, pero el futuro se lo veo aterrador.
Con respecto a Curitiba como espejo de sostenibilidad, no sé nada sobre algún plan en este sentido. Hace unos 15/20 años hubo un gobernador (creo que era arquitecto) que concretizó bastantes medidas y mejoras en planeamiento urbano y movilidad. Esta realización fue objeto de interés, inclusive fuera del país.
Esta ciudad la veo bastante parecida a Valencia, en población topografía y temperaturas. El nivel económico cultural y ético de la media de su población, es bastante mejor que el que se observa en los estados mas al norte. Creo que, fruto precisamente de su posición geográfica con respecto al clima, y su genética de colonización, (Alemanes, Ucranianos, Checos, Japoneses Italianos).
Implementar ahora planos sostenibles aquí, aunque exista alguno, lo veo prácticamente imposible, no solo por la pandemia, mas también por las precarias condiciones económicas que atraviesa el país.
Si tienes mas curiosidad estoy a disposición de comentar desde mi punto de vista muy particular.
Un fuerte abrazo.
martes 16 marzo, 2021 @ 10:12 am
Amigo Eduardo: Posiblemente tenga razón Miguel y también tú. Lo que he de admitir es que el virus va por delante de nosotros. Pero me pregunto si no tendrá un «talón de Aquiles», algo que le sea imposible mutar, que lo encontremos y que le demos matarile definitivamente con una maravillosa vacuna.
Respecto al aparato que propones, me parece una magnífica idea. Solo que no estoy de acuerdo con el tamaño. Bastaría una mínima y muy ligera presión superior a la ejercida por la atmósfera más la que ejerza la resistencia de la mascarilla (diría que puede ser 1/10 de la que propones). Para eso bastaría una pila como la de los móviles y un diminuto ventilador que podría situarse en el hocico de la mascarilla (o sea que pesaría poquísimo -unos gramos-). La pila, evidentemente, en el bolsillo superior de la camisa o un lugar así. Pienso que podría durar las suficientes horas como para hacer una vida normal: sean 8 y luego a recargar o poner otra pila que se lleve de repuesto. Con tu idea y esta miniaturización, por mi parte, estaría dispuesto a hacer una pequeña inversión de unos pocos miles de euros -unos 5000- en una S.A., conseguir la patente (que son una barbaridad de caras) y encargar un estudio de dimensiones, para luego pedir los menos posibles a los chinos (son los actuales fabricantes del mundo) a modo de prueba, y si sale como debe, realizar el gran pedido. Pienso que podría salir muy barata si, además lo que es la mascarilla, puede cambiarse manteniendo el muy sencillo mecanismo que podría durar años.
Es que no puedo evitar pensar en los negocios. Siempre he tenido alguno.
Ya me dirás.
martes 16 marzo, 2021 @ 10:15 am
Habría que contar con más interesados, naturalmente, para esa eventual S.A.
martes 16 marzo, 2021 @ 10:22 am
Es que, con esta porquería de políticos que tenemos en el mundo, lo veo difícil, pues no creo que se molesten en pensar en otra cosa que en SU política. O quien sabe si dirigiéndonos -o dirigiéndote (en este caso te ofrezco mi desinteresada ayuda)- a algún dirigente de los países del norte de Europa que me parecen los más decentes, se conseguiría algo. Como digo, puedes contar conmigo en la forma que desees.
Abrazos.
miércoles 17 marzo, 2021 @ 12:50 am
Queridos amigos Tomás y Eduardo:
No estoy totalmente al corriente, pero durante los primeros momentos de escasez de la pandemia hubo diversas propuestas de equipos de protección aérea, algunas de las cuales llegaron a usarse, y creo que ninguna fue homologada después. Yendo a lo práctico, habría que empezar por conocer los requisitos para conseguir dicha homologación, aunque es posible que esa información no se encuentre en Internet.
Abrazos.
sábado 20 marzo, 2021 @ 9:38 am
Sigo insistiendo en que en la evolución -que casi sustituye a Dios-, como en él, sus designios son inescrutables, además de contingentes (esto último para provocar, además de satisfacer, a Miguel).
domingo 21 marzo, 2021 @ 8:25 pm
He tenido bastantes ocupaciones esta semana, querido Tomás, pero a partir del martes estoy más libre. Si vuelves a hablar con Eduardo me gustaría que le preguntes que días y horarios son más propicios para que podamos coincidir por teléfono.
Un abrazo marcha hacia el Mediterráneo y otro a cruzar el Atlántico.
domingo 21 marzo, 2021 @ 8:38 pm
La norma que regula otras mascarillas distintas a las FFP3 es la «NIOSH-42CFR84», que se puede descargar en PDF.
Otra vez abrazos.