NeoFronteras

Un equipo de investigadores ha encontrado pruebas de cambios evolutivos en los últimos dos a tres mil años en humanos que viven en Europa.

No somos muy diferente del resto de los seres vivos de este planeta, por tanto evolucionamos del mismo modo que todos ellos. Estamos sometidos a las misma reglas de selección natural.

No hace falta que los humanos más inadaptados mueran para que la evolución se dé, basta con que los que estén mejor adaptados tengan una ventaja reproductiva respecto al resto. Al final sus genes beneficiosos se impondrán.

El caso más conocido de evolución humana reciente es el de la tolerancia a la lactosa en la edad adulta. Hace 10000 años, cuando empezamos a ser pastores y agricultores, la mutación que que proporcionaba esta tolerancia proporcionaba tales ventajas alimenticias, que la mutación se extendió rápidamente. Es un fenómeno reciente desde el punto de vista evolutivo y todavía no hay llegado a muchas partes de Asia.

Se han realizado pocos estudios con el objetivo de aprender más sobre los cambios evolutivos humos en tiempos relativamente modernos. Entre otras cosas porque encontrar ejemplos de evolución humana más reciente se antoja algo difícil. Sin embargo, un equipo de investigadores chinos ha encontrado pruebas de la existencia de cambios evolutivos en los últimos dos a tres mil años en humanos que viven en Europa.

El estudio que se basa en un análisis comparativo sobre humanos que viven en el R.U. y en Europa continental y ha dado lugar a un artículo que se ha publicado en una revista del grupo Nature (Nature Human Behavior).

En este caso, los investigadores diseñaron un análisis destinado a aprender más sobre cómo la selección natural ha impactado en los humanos que viven en Europa durante los últimos pocos miles de años. Para ello usaron el banco de datos genéticos y fenotípicos UK BIOBANK. También obtuvieron datos similares de otras entidades sobre humanos que viven en Europa continental. Como todos sabemos, la mayoría de los británicos tienen antepasados de Europa continental.

Luego, el equipo seleccionó 870 rasgos humanos o fenotipos que se han identificado como asociados o relacionados con ciertos genes. Más tarde compararon unos datos con otros y comprobaron cuáles de ellos habían cambiado recientemente.

Encontraron que la evolución había efectuado cambios en 755 genes y que los rasgos asociados habían sido seleccionados en los últimos 2000 a 3000 años. Estos genes incluían algunos relacionados con la pigmentación de la piel, con la dieta y con las medidas corporales. Además, se encontró que estos tres grupos de rasgos se encontraban bajo una presión de selección constante, lo que llevaba a cambios genéticos constantes.

Obviamente, se esperaban cambios en la pigmentación de la piel debido a las diferencias en la exposición a la luz ultravioleta. Se sabía que los primeros pobladores de Europa tenían una piel más oscura que la actual y que, con el tiempo, se volvieron más claros de piel.

También encontraron cambios relacionados con el consumo de vitamina D, con la regulación térmica y con las medidas corporales. Probablemente, tales cambios también fueron debidos al clima.

Quizás lo más sorprendente fue que los investigadores encontraron que algunos cambios que esperaban encontrar no se habían producido, pues no habrían sufrido presión de selección recientemente, como en los casos de los factores genéticos asociados con la enfermedad inflamatoria intestinal y la anorexia nerviosa.

De todos modos, el equipo de investigación reconoce que sus resultados siguen siendo preliminares, ya que se necesita realizar un trabajo más detallado.

Copyleft: atribuir con enlace a https://neofronteras.com

Fuentes y referencias:
Artículo original.
Foto: Wikimedia Commons.