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Un estudio evalúa la protección a lo largo del tiempo trascurrido desde su administración de las vacunas contra el COVID usadas en Occidente.

Estamos viendo cómo en los países en los que hay más antivacunas la pandemia sigue haciendo estragos, mientras que en los hay más personas vacunadas está más bajo control. La pregunta es, ¿hasta cuándo estaremos protegidos con las vacunas que nos han puesto? Un estudio trata de contestar precisamente a esa pregunta.

Saber esto permitirá a la autoridades sanitarias diseñar sus programas de vacunación o revacunación con dosis de refuerzo.

Obviamente el estudio se ha realizado con las variantes que se han descubierto y los resultados podría ser distintos si surgieran otras.

El estudio del Instituto de Salud Pública, el Centro Médico de Asuntos de Veteranos y el Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Texas, publicado en la revista Science, ha analizado la infección por COVID por estado de vacunación entre 780 225 veteranos de EEUU.

Los investigadores encontraron que la protección contra cualquier infección por COVID-19 disminuyó para todos los tipos de vacunas y que la protección general de la vacuna disminuyó del 87,9% en febrero al 48,1% en octubre de 2021.

La disminución fue mayor para la vacuna Janssen (Johnson & Johnson), con la protección contra la infección disminuyendo del 86,4% en marzo al 13,1% en septiembre.

Las caídas de PfizerBioNTech fueron del 86,9% al 43,3%

Las caídas de Moderna fueron del 89,2% al 58%.

Si bien la mayoría de los estudios anteriores se han centrado en las vacunas PfizerBioNTech o Moderna, el estudio de Science es el primero en comparar las disminuciones de la protección en los tres tipos principales de vacunas y el primero en mostrar la disminución dramática (en comparación) de la efectividad de la vacuna Janssen a lo largo del tiempo. Las disminuciones se evaluaron durante el período del 1 de febrero de 2021 al 1 de octubre de 2021, lo que refleja la aparición y el predominio de la variante Delta en los EEUU, determinante principal de la infección.

Es importante destacar que la vacunación de cualquier tipo protegió contra la muerte a las personas vacunadas que se infectaron. El beneficio relativo de la vacunación para la protección contra la muerte fue mayor para las personas menores de 65 años, pero también fue muy notable para las personas mayores de 65 años.

El estudio mostró que el riesgo de muerte por infección por COVID era mayor en los individuos no vacunados, independientemente de la edad. Si bien algunas infecciones importantes resultaron en muerte, la vacunación siguió protegiendo contra la muerte en aquellos que se infectaron durante el aumento de la propagación de la variante Delta.

Para los menores de 65 años, las vacunas en general fueron 81,7% efectivas contra la muerte. En este grupo de población se cumplió que:

La protección contra la muerte fue mayor para la vacuna Pfizer, con un 84,3%.

Moderna fue la siguiente más efectiva, con un 81,5%.

Janssen tuvo una efectividad del 73%.

Para los mayores de 65 años, la efectividad general de la vacuna contra la muerte fue del 71,6%. En este caso se cumplió que:

Moderna tuvo una efectividad del 75,5%.

Pfizer tuvo una eficacia del 70,1%.

Janssen tuvo una efectividad del 52,2%.

«Nuestro estudio proporciona a los investigadores, los encargados de hacer políticas y a otros una base sólida para comparar la efectividad a largo plazo de las vacunas COVID, y una posición adecuada para tomar decisiones informadas sobre la vacunación primaria, las inyecciones de refuerzo y otras múltiples capas de protección, incluida las obligaciones de usar mascarilla, distanciamiento, pruebas y otras intervenciones de salud pública para reducir la posibilidad de propagación», dice la Barbara Cohn de PHI, autora principal del estudio. Añade que, por ejemplo, la recomendación de que para todos los receptores de Janssen mayores de 18 años se administrara una dosis de refuerzo está respaldada por sus resultados.

«Dadas la disminución en la protección de las vacunas y el predominio de la variante Delta más infecciosa, instamos a que se tomen medidas rápidas para promover la vacunación primaria, dosis de refuerzo y se fomente también el uso de mascarillas, el distanciamiento social y otras sistemas de protección contra la infección. Esto se ve respaldado por nuestro hallazgo de que las infecciones irruptivas no son benignas, pero también por la fuerte evidencia de que la vacunación todavía protege contra la muerte incluso para las personas con infecciones irruptivas, en comparación con las personas que se infectan y no se vacunan», sostiene Cohn.

La FDA autorizó las dosis de refuerzos de Pfizer para algunos grupos en septiembre y para Moderna y Janssen en octubre. Se han hecho recomendaciones similares, incluido el apoyo a un enfoque de «combinación» que permite a las personas elegir cualquiera de los tres vacunas de refuerzo quieren ponerse independientemente con cuál se vacunaron inicialmente.

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Artículo original.
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