Encontrado el fósil de un dinosaurio bicéfalo
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Un equipo de paleontólogos ha descubierto en China el fósil de un reptil de dos cabezas de hace unos 120 millones de años. Según los científicos se trata del ejemplo más antiguo con una de estas malformaciones, que aún hoy en día son relativamente frecuentes entre serpientes y otros reptiles.
El fósil encontrado, que se encuentra en un estado de conservación muy bueno, era de un coristodero, un reptil acuático que vivió durante el periodo Cretácico, hace entre 144 y 65 millones de años. Los ejemplares adultos llegaban a medir un metro de altura, y una de sus características más destacables era un largo cuello. Sin embargo este ejemplar neonato, que no vivió mucho, sólo mide 7 cm.
El fósil, hallado incrustado en una roca en el yacimiento de Yixian, al noreste de China, permanece ahora en el museo Shenzhen. En los restos encontrados se puede ver la columna vertebral del animal presenta una clara bifurcación axial, se divide en dos en el punto en el que el cuello se separa de la espalda, lo que da lugar a dos cuellos y dos cabezas. Debido a la buena conservación del fósil no hay dudas al respecto. A veces dos o más organismos pueden fosilizarse a la vez uno encima de otro y producir problemas de interpretación, pero no es este caso.
Este tipo de malformaciones son relativamente frecuentes en los reptiles modernos. Hasta la fecha, los científicos han catalogado unos 400 casos de serpientes nacidas con dos cabezas.
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El nacimiento de un animal bicéfalo se produce por la fusión de dos embriones durante algún momento de la gestación. La mayoría de estos animales no logran sobrevivir mucho tiempo y tienen serios problemas de salud muriendo poco después de su nacimiento. Sin embargo, los científicos han documentado casos de lagartijas, serpientes, iguanas o tortugas ligeramente tolerantes a esta circunstancia.
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El problema fundamental de los adultos que sobreviven es cómo dos cerebros manejan un solo cuerpo. Operaciones muy sencillas como el desplazamiento se pueden complicar bastante. En casos extremos una de las cabezas intenta comerse a la otra.
El artículo con el descubrimiento está en Biology Letters, revista publicada por la Royal Society.
Referencia: Artículo en National Geographic.
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