¿Producirá la explosión de Tonga calentamiento?
La explosión del volcán Tonga fue inusual, incluso podría calentar la Tierra, pero sus consecuencias no están claras.
Cuando un volcán submarino hizo erupción en Tonga en enero pasado, su explosión fue enorme e inusual y lanzó mucha agua a la estratosfera. Los científicos aún están tratando de comprender sus impactos y no hay consenso al respecto.
El volcán, conocido como Hunga Tonga-Hunga Ha’apai, lanzó millones de toneladas de vapor de agua a la atmósfera, según un estudio publicado recientemente.
Los investigadores estiman que la erupción elevó gran cantidad de agua en la estratosfera, la segunda capa de la atmósfera en alrededor de un 5%. La estratosfera se extiende desde alrededor 12 km a 50 km sobre la superficie de la Tierra y suele ser muy seca, por lo que una cantidad de agua relativamente pequeña puede cambiar mucho el porcentaje de humedad de esta región de la atmósfera.
Ahora, los científicos están tratando de averiguar cómo toda esa agua podría afectar la atmósfera y si podría calentar la Tierra en los próximos años, lo que se sumaría al efecto de los gases de efecto invernadero ya emitidos por el ser humano.
Las grandes erupciones suelen enfriar el planeta. La mayoría de los volcanes expulsan grandes cantidades de compuestos de azufre que al final forman un aerosol que bloquea parcialmente los rayos del sol. Inspirados por este hecho algunos han llegado a proponer como «solución» de geoingenería al calentamiento global el vertido intencionado de este tipo de compuestos a la atmósfera.
La explosión de Tonga comenzó bajo el océano, por lo que disparó una columna con mucha más agua de lo habitual. Y dado que el vapor de agua actúa como un gas de efecto invernadero que atrapa el calor, la erupción probablemente elevará las temperaturas en lugar de bajarlas.
Pero no está claro aún cuánto calentamiento extra podría haberse producido. Algunos, como Karen Rosenlof (NOOA), sostienen que los efectos serán mínimos y temporales, por lo que esta cantidad extra de agua podría calentar la superficie terrestre solo un poco durante un corto período de tiempo.
Sin embargo, el vapor de agua extra permanecerá en la atmósfera superior durante algunos años antes de llegar a la atmósfera inferior. Mientras tanto, el agua adicional también podría acelerar la pérdida de ozono en la atmósfera, que a duras penas se está recuperando de nuestras emisiones de fluorocarbonados.
Es difícil para los científicos estar seguros de estas conclusiones porque nunca han visto una erupción como esta y la ciencia siempre va muy lenta, pese a lo que aparece en las películas.
Un grupo de investigación analizó la explosión usando un instrumento en un satélite de la NASA. En su estudio estimaron que la erupción fue aún mayor. Se habrían agregado alrededor de 150 millones de toneladas métricas de vapor de agua a la estratosfera, tres veces más de lo que encontró el estudio de Holger Voemel (Centro Nacional de Investigación Atmosférica en Colorado).
Voemel reconoció que las imágenes de satélite podrían haber observado partes de la columna que los instrumentos del globo no pudieron captar, lo que hizo que su estimación fuera más alta.
De cualquier manera, la explosión de Tonga no se parece a nada visto en la historia reciente, por lo que es pronto para asegurar nada. En todo caso, estudiar sus consecuencias puede proporcionar nuevos conocimientos sobre nuestra atmósfera.
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Fuentes y referencias:
Artículo original I.
Artículo original. II
Sobre la erupción de Tonga.
Foto: Japan Meteorology Agency.
5 Comentarios
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lunes 3 octubre, 2022 @ 11:09 am
La cantidad de agua en la biosfera viene a ser de 1,4e9 km3, suponiendo que conocemos -más o menos- el monto de las aguas subterráneas, renovables y fósiles. Del calor desprendido por la erupción misma no tengo datos, pero supongo que no será tan exagerado que influya en el clima; al menos de una forma duradera. En cuanto al agua disparada, se nos dice que totaliza unos 150 x 10e6 m3, o sea, 1,5e5 km3. Si sacamos el %, resulta ser de menos del 0,011 %. No parece preocupante. Es como si te clavas una pequeña espina. Pero claro, depende de donde te la claves. Tuve un amigo de la adolescencia, fuerte, sano y bien alimentado -lo que no era común en la larga posguerra- que tomó en oficio de tornero y tuvo la mala suerte de que el torno rompiese un pedacito de la widia que usaba y que le fue directo al corazón, matándolo instantáneamente .Se llamaba Valentín y este recuerdo apenado se lo ofrezco a su hermano del que no tengo noticia desde hace, lo menos, cuarenta años o más.
Es decir, que tan pequeño % puede ser muy dañino o no tener importancia. Eso nos lo pronosticarán nuestros científicos, y lo comprobaremos dentro de algún tiempo un tanto indefinido y que habrán de ser capaces de discernir, qué está causado por el calentamiento antropogénico y cuánto se debe al Tonga.
Con perdón por si he errado en el cálculo y por el «toque» de «Abuelo Cebolleta» concorde con mi edad, os saludo con cariño.
miércoles 5 octubre, 2022 @ 12:18 am
Pues yo estaría por culpar al Tonga de los fenómenos climáticos extremos por lo menos de Europa: altas temperaturas y sobre todo sequía que creo extraordinaria en el norte del continente. Aunque cualquiera sabe.
miércoles 5 octubre, 2022 @ 8:30 am
Me apunto y alabo ese «cualquiera sabe». Ciertamente, no lo sabemos, pero, por la latitud de Tonga, unos 21º S, mientras que podemos considerar la parte europea más afectado, sobre los 40º N, es decir una diferencia de más de 60º, yo no creo que la sequía que estamos padeciendo en los países mediterráneos se deba en un alto % a la explosión del volcán. Quizá haya contribuido algo, -me estoy refiriendo a las consecuencias tras los maremotos inmediatos y todo eso- pero no exageradamente. Pienso que es más consecuencia, especialmente, de nuestra labor antropogénica acumulada desde la revolución industrial. Otra cuestión son las consecuencias futuras, las que involucran al agua que alcanzó la estratosfera, porque, aunque es una pequeña cantidad de toda el agua atmosférica, está en un lugar muy delicado, muy sensible para el clima de toda nuestra biosfera.
Un cordial saludo, amigo «apalank.ator.
viernes 7 octubre, 2022 @ 7:27 am
¡Perdón, querido amigo! No me di cuenta de que te referías al norte de Europa y yo lo hice a los países mediterráneos.
Pero, siendo así, mi argumento es todavía más razonable, la que podemos pensar en una latitud de, por ejemplo, de Londres, redondeada a 50º N, y dejamos Tonga a 20º S, la diferencia es de, nada menos que 70º. Además hay que tener en cuenta que la «línea del Niño» marca una importante separación entre hemisferios -al menos en el inmenso Pacífico (tan influyente) y países ribereños-, y que las «corrientes en chorro» norte y sur, están muy separadas. Yo diría que estas han tenido mucho que ver con ese calentamiento europeo, pero no tengo nada de meteorólogo, así que mi opinión se basa sólo en intuición.
De todas formas, quédate con el saludo.
lunes 10 octubre, 2022 @ 11:45 pm
Con ayuda o sin ayuda de Tonga, la metereología que lleva aparejada el calentamiento es cada vez más extrema:
El Mediterráneo se ha calentado mucho este verano y se sabe que eso podía generar precipitaciones violentas cuando llegasen las DANAs: en un pueblo, creo que de Valencia, ha llovido en un solo día la mitad de lo que suele llover en un año entero.