Mundo clásico a partir del cuántico
Según dos físicos austriacos podríamos percibir los efectos cuánticos en el mundo macroscópico si fuéramos capaces de aumentar nuestra precisión en las medidas.
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Las partículas que constituyen todo lo que vemos obedecen a las leyes de la mecánica cuántica. Según estas leyes tienen comportamientos contraintuitivos y raros a nuestros ojos. Así podemos comprobar que una partícula puede atravesar una barrera de energía aunque la partícula tenga menos energía que dicha barrera, o que la observación de una partícula puede colapsar instantáneamente el estado de otra situada a distancia. Todos estos efectos, y otros más extraños que nos recuerdan a un mundo como el de «Alicia en el país de las maravillas», se pueden medir para partículas en el laboratorio sin ambigüedad. Pero en el mundo macroscópico cotidiano no vemos este tipo de efectos. Es como si tuviéramos dos explicaciones para el mundo, una cuántica para el mundo microscópico y otra clásica para macroscópico, es decir, como si cada «mundo» tuviera sus propias leyes físicas. Esto constituye una gran paradoja. La explicación que dan los libros de texto a esta aparente contradicción es que la Mecánica Cuántica se aplica a escalas muy pequeñas y sus efectos extraños se suavizan hasta desaparecer completamente por algún mecanismo en las escalas cotidianas que nosotros percibimos. (leer más…)