Se puede sobrevivir al vacío espacial por un tiempo
Basándose en experimentos hechos en los sesenta en animales y en accidentes ocurridos a humanos se puede afirmar que un ser humano podría sobrevivir a las condiciones del espacio exterior por un tiempo breve sin que le quedaran secuelas.
La posibilidad de que Dave Bowman de la película «2001: Una odisea en el espacio» o que Douglas Quaid de «Desafío total (Total Recall)» pudieran sobrevivir al vacío nos parecen muy bajas. En estas películas sobreviven, pero en otras algunos personajes son inyectados en el vacío espacial y mueren de manera rápida y silenciosa. En otras como en «Atmósfera cero (Outland)» incluso podemos «disfrutar» viendo las vísceras humeantes.
En realidad los experimentos con animales y los accidentes con humanos indican que las personas pueden sobrevivir a las condiciones del vacío al menos un par de minutos. Aunque eso no significa que estén conscientes todo ese tiempo y puedan rescatarse a sí mismos. Pero si un astronauta tuviera un accidente de este tipo los demás miembros de la tripulación podrían rescatarlo y presurizarlo con escasas secuelas para la víctima.
Jay Buckey, profesor de medicina en Dartmouth Medical School y astronauta de la NASA ha escrito un libro sobre fisiología espacial en el que habla de este tema entre otros. Según él siempre es posible que haya un accidente y en esos casos se depende del resto de la tripulación. En los paseos espaciales hay una comunicación continua. Si hay un problema es de esperar que los demás rescaten a la víctima.
El vacío espacial es letal. Bajo esas circunstancias el aire contenido en los pulmones se expande desgarrando los tejidos, siendo especialmente grave cuando se intenta contener la respiración o se inspira profundamente cuando la presión baja. El agua de los tejidos del cuerpo se evapora, aunque la piel impide que el cuerpo reviente. Algo parecido le pasa a los globos oculares. El escape de vapor de agua de las vías respiratorias y la boca hace que estas se enfríen y congelen.
Además el vapor de agua y el gas disuelto de la sangre forma burbujas en venas y arterias que bloquean la circulación. Después de un minuto la circulación sanguínea se para. La ausencia de oxígeno en el cerebro hace que se pierda la consciencia en 15 segundos y finalmente mate al individuo más tarde. La ausencia de oxígeno es el mayor problema en esas situaciones.
En todo caso la muerte no es instantánea. En un estudio de 1965 realizado en Brooks Air Force Base (Texas) con perros expuestos a condiciones cercanas al vacío durante 90 segundos se comprobó que siempre sobrevivían. Durante la exposición estaban inconscientes y paralizados. El gas expelido de su cuerpo los hacía proyectar vómitos, heces y orina. También sufrían ataques cerebrales. Sus lenguas se recubrían de hielo y sus cuerpos se hinchaban como odres de vino. Pero una vez represurizados volvían a respirar, al cabo de 10 ó 15 minutos volvían a caminar y después de unos minutos más recuperaban la vista. Sin embargo, los perros sometidos a una exposición de dos minutos o más no solían sobrevivir.
Los chimpancés pueden sobrevivir a las condiciones de vacío un poco más. En informes de la NASA de 1965 y 1967 se informa que pueden sobrevivir 3,5 minutos en condiciones cercanas al vacío sin aparentes daños cerebrales, aunque en un caso el chimpancé experimentó cambios en su comportamiento, y otro murió de un ataque al corazón.
Aunque la mayoría de los estudios se basan en experimentos con animales hay alguna información sobre accidentes de este tipo en humanos. En 1965 un técnico que estaba dentro de una cámara de vacío del Johnson Space Center en Houston fue accidentalmente despresurizado hasta una presión mitad de la normal a nivel del mar. El hombre comentó que su último recuerdo antes de perder la consciencia fue que los fluidos de su lengua empezaron hervir. También relata que perdió el sentido del gusto durante los cuatro días posteriores. No tuvo otros problemas de salud.
Fuentes y referencias:
Noticia en Scientific American.
Foto: fotograma de la película «Desafío total (Total Recall)».
Nota: sólo recordar a los radicales que están en contra de la experimentación animal que sus comentarios serán eliminados antes de salir publicados, sobre todo si vienen cargados de insultos como otras veces.
7 Comentarios
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martes 19 febrero, 2008 @ 2:56 am
No creo que haya que ser muy radical para estar en contra de experimentos de ese tipo…
martes 19 febrero, 2008 @ 9:45 am
Según las explicaciones de este articulo parece que las posibilidades de sobrevivir a un accidente en el que hay despresurización son realmente bajas.
Parece dificil que se pueda introducir en la nave a un astronauta en menos de tres minutos.
También parece imposible represurizar una nave en menos de ese tiempo, máxime cuando en menos de medio minuto estan todos los astronautas inconscientes. El ponerse un traje espacial es un largo proceso que lleva mas de una hora.
martes 19 febrero, 2008 @ 9:47 am
Aunque es evidente que una despresurización produce un cierto daño en cualquier tejido interno, surge la pregunta de ¿qué pasa con los tejidos más delicado que tienen los mamíferos como el Cerebro o la Médula Espinal? Entiendo que el cráneo evita que se desintegre, pero las cavidades naturales (ventana oval, nervio óptico, etc) serían un embudo por donde la presión sanguínea (glóbulos rojos cargados de oxígeno) escaparía al desaparecer la presión exterior ejercida por la hipodermis debido al estiramiento de la piel.
Lo del accidente del técnico no lo veo como tal. La cámara de vacío se despresuriza a cierta velocidad, pero en el espacio no es así. Un traje espacial es una bomba de aire muy delicada y al sufrir un desgarre la presión interna (aunado al vacío casi completo del exterior) escapa violentamente y tal acción produce un desgarre mayor en el traje. La parte del organismo donde se produce la rotura taponará el traje y si se produce un corte en la piel el tejido escapará al vacío.
Es una opinión personal, pero al conocer los accidentes donde personas pusieron sus manos sobre el bloque abierto de los motores de autos y las heridas causadas al bajar los pistones me imagino lo que haría la despresurización rápida en un astronauta.
Saludos.
martes 19 febrero, 2008 @ 2:53 pm
Exactamente, es sentido común de cualquier persona que valora la vida (no sólo la humana). No hay que ser radical para pensar de esa forma. Falto poner el ejm. cuando Homero y su hijo Bart Simpson salen eyectados de la nave espacial al vacío y sus cuerpos sufren las deformaciones descritas en el artículo. Je. Saludos.
martes 19 febrero, 2008 @ 7:20 pm
Respecto al comentario de César, obviamente el cerebro es delicado aunque vaya bien encerrado. En los experimentos con monos se estudió el cambio en el comportamiento para ver si efectivamente había lesiones cerebrales. En un caso se dieron esos cambios, aunque por obvias razones la muestra estadística tuvo que ser baja.
Sin aporte de sangre y con vasos sanguíneos llenos de burbujas no creo que el cerebro de todos modos sobreviva más tiempo que el señalado.
En cuanto a la velocidad de descenso, ésa es precisamente la clave. En la cima del Everest la presión es menor a un tercio de la que hay a nivel del mar. Los montañeros se pueden ir adaptando a esas condiciones y sobrevivir por encima de los 8000 por algunas horas. Es de suponer que en el caso del accidente relatado la presión bajó súbitamente.
viernes 22 febrero, 2008 @ 5:17 am
Lamentablemente los experimentos con animales son necesarios, aunque no sean simpáticos o muy amables con los organismos vivos. Es de esperar que con el avance de la realidad virtual se puedan crear réplicas virtuales de organismos vivos perfectamente idénticas a dichos organismos, recién ahí se podrá dejar de lado una práctica necesaria muchas veces. Es la vida de las cobayas o nuestra vida, ya que de los experimentos con animales se obtuvieron medicinas y vacunas que han salvado la vida de cientos de millones de niños. Obviamente, en el caso concreto, se busca salvar la vida de decenas de astronautas con la experimentación, para saber los riesgos que se tienen en el espacio y el daño que se puede esperar si un astronauta sufre la rotura de su traje, así se equiparán convenientemente los botiquines de primeros auxilios en las estaciones y naves espaciales.
Hay que tener una visión integral de los experimentos científicos antes de juzgarlos en forma apresurada y radical.
sábado 23 febrero, 2008 @ 11:27 am
Recordemos que han muerto bastantes astronautas y personal técnico desde que se empezó a acceder al espacio. Muchos más que los cuatro monos y perros que se utilizaron.
No obstante no veo inconveniente para que unos supuestos amantes de los animales, que ni siquiera son ecologistas, sino más bien radicales religiosos, se presten a ser cobayas humanas. Si en el proceso mueren entonces no se pierde gran cosa y la humanidad avanza. Además así se salvarían la vida de unos chimpancés que son probablemente más importantes e interesantes que ellos.
Perdón por la broma, pero no se puede prescindir de la experimentación animal, como bien dice el comentarista anterior. Aunque la crueldad gratuita no es para nada ética. En este caso creo que este tipo de experimentos estuvo justificado en la época.