NeoFronteras

Percepción y lenguaje

Área: Neurología — jueves, 13 de marzo de 2008

Los colores del mundo exterior deben de ser vistos de distinta manera por los bebés, que los ven sin la interferencia del centro cerebral del lenguaje. Quizás otros aspectos de la percepción estén condicionados igualmente por el lenguaje.

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Los bebes y los adultos procesan los colores en regiones opuestas del cerebro y este cambio se debería a la influencia del lenguaje. En los adultos la percepción del color es procesada predominantemente por el hemisferio izquierdo del cerebro, que además procesa el lenguaje. Distintos estudios muestran que la lengua que uno habla tiene un impacto sobre los colores que uno ve.
Paul Kay de la universidad de Berkeley y sus colaboradores querían saber si este papel del hemisferio izquierdo estaba ya predispuesto antes de adquirir el lenguaje o si por el contrario se establecía una vez se adquiría éste. Así que hicieron pruebas con bebés de 4 a 6 meses de edad con una determinada metodología. Se les mostró un objeto de color en una localización arbitraria sobre diferente fondo coloreado mientras los investigadores vigilaban si los bebés fijaban su atención sobre él.
Los adultos reaccionan más rápido si el blanco aparece en el lado derecho del campo visual, ya que ese lado es procesado por el hemisferio izquierdo. En bebés, el patrón era el contrario según las pruebas, siendo más rápidos cuando el blanco estaba al otro lado.
La conclusión obvia, según Kay, es que el lenguaje está condicionando la percepción del color. Pero otros expertos no están del todo de acuerdo con esta explicación controvertida.
Sin embargo, las conclusiones encajan con otro estudio de un equipo diferente de científicos. En este caso se usaron imágenes por resonancia magnética nuclear funcional para estudiar la actividad de los voluntarios.
A éstos se les mostró diferentes cuadrados coloreados. Aquellos colores que eran fáciles de nombrar en su lengua materna provocaban una actividad más intensa en áreas cerebrales relacionadas con la búsqueda de la palabra que aquellos más difíciles de nombrar.
Según Kay esto se debe a que el lenguaje es una parte integral del procesamiento de los colores. Uno esperaría que la actividad más intensa se diera cuando es más difícil encontrar la palabra correspondiente a un color, por eso otros autores no ven clara la conexión.
Hay una larga tradición sobre cómo el lenguaje afecta la percepción que tenemos sobre el mundo. Muchos experimentos han mostrado que el lenguaje puede moldear la percepción que tenemos del mundo, pero sólo ahora se empieza a poder estudiar directamente este efecto sobre nuestros cerebros.
Kay quiere estudiar la percepción del color de los niños según éstos crecen. También está interesado en la percepción de otros conceptos además del color y su posible condicionamiento por el lenguaje.
En otro estudio, llevado a término por Chiyoko Kobayashi de Cornell University, se sugiere que incluso el concepto de «teoría de la mente», que está relacionado con el entendimiento de cómo la gente piensa, también estaría influenciado por la lengua de la persona que habla.
Kobayashi estudió sujetos bilingües mientras resolvían tareas que requería esta habilidad, como leer una historia y responder preguntas acerca los personajes. Por ejemplo, si en la historia Alicia colocaba una canica en una jarra y se iba de la habitación y otro se la lleva, se preguntaba a los voluntarios qué dirían el resto de los personajes sobre dónde cree Alicia que está la canica.
Los sujetos bilingües (en inglés y japonés) que resolvieron estas tareas mostraron distintos patrones en su actividad cerebral dependiendo de la lengua que estaban usando. En promedio había más actividad cuando resolvían las tareas en japonés que en inglés. Los japoneses usan más comunicación no verbal e indirecta que los norteamericanos y esto podría marcar la diferencia, según Kobayashi.
Como se puede apreciar, es demasiado pronto para hacer afirmaciones categóricas en este campo, sobre todo si tenemos en cuenta lo confusas que pueden ser las explicaciones e interpretaciones. Y es que estudiar el funcionamiento íntimo de la mente humana con la misma mente humana quizás no sea sencillo.

Fuentes y referencias:
Artículo en PNAS.
Artículo original.
University of California, Berkeley.
Noticia en Nature.
Foto por Usually Blue, vía Flickr.

Salvo que se exprese lo contrario esta obra está bajo una licencia Creative Commons.
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1 Comentario

  1. Juan E. Díaz:

    Para estudiar la mente humana, el funcionamiento holístico del cerebro, se requieren procesadores de información y contar con experimentos sobre variables cruciales. Esto no bastaría ya que es en exceso analítico, requiriéndose, por tanto, teorías sintéticas, de las cuales hubo muchas pero sin base empírica suficiente, como las de Piaget o Hebb, etc. Un investigador puramente teórico, en la actualidad, dedicado a procesar pappers en función de un ambito circunscripto por revistas especializadas de neuropsicología, a diferencia de los del pasado siglo, contribuiria enormemente a coordinar «datos» experimentales transversalmente. Por eso estas brillantes páginas de divulgación no creo sean meramente didácticas, sino que abren también fronteras transdisciplinares.-

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