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Similitudes entre humanos y pingüinos

Área: Psicología — lunes, 14 de abril de 2008

Al igual que los pingüinos y otros animales el ser humano intercambia regalos y recursos por sexo.

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Los pingüinos macho entregan piedras para el nido a cambio de sexo. Foto: David Moir, National Geographic.

Las hembras de los pingüinos se emparejan con los machos que les traen piedras para construir el nido. Las colibríes se emparejan para tener acceso a las flores más productivas que están guardadas por grandes machos.
Según el investigador Danile Kruger, de University of Michigan School of Public Health, incluso los estudiantes universitarios ricos que no necesitan recursos intentan intercambiar sexo por provisiones.
El intercambio de recursos por sexo (que los expertos del campo denominan regalos nupciales) ha sucedido a los largo de la historia de numerosas especies, incluida la especies humana, según Kruge. El macho de la especie ofrece protección y recursos a la hembra y su descendencia a cambio de los derechos reproductivos. Así por ejemplo, los matrimonios concertados pueden considerarse un contrato de intercambio de recursos.
Sin embargo, resultados recientes sugieren que este comportamiento está muy arraigado y persiste independientemente de lo rico que se sea o de los recursos y seguridad que la gente tenga.
Según este investigador es impresionante hallar este patrón en los estudiantes de la investigación, ya que se ha encontrado con este comportamiento en personas que no tenían necesidad de él, pues esta tendencia se puede ver en personas que ya están sobradas de recursos.
Además, hay diferencias sexuales predecibles en el tipo de intentos de intercambio. Los hombres son más proclives a invertir para obtener sexo, mientras que las mujeres tienden más a dar sexo a cambio de inversión.
Para el estudio los investigadores entrevistaron a 475 estudiantes para descubrir si intentaban intercambios en la apropiada «moneda reproductiva» fuera del sistema de citas románticas convencionales o de las relaciones formales, y si eran conscientes de los intentos de los demás en este mercado.
Según Kruge, aunque el estudio estaba limitado a estudiantes universitarios este tipo de intercambios suceden a los largo de todo el mundo en diferentes culturas y especies.
La mayoría de los estudiantes eran muy conscientes de sus propios intentos de canje en moneda reproductiva, dijo Kruger. Sin embargo, si tenían una relación estable no veían la relación de pareja como un intercambio en moneda reproductiva.
El estudio encontró que, en general, el intento de intercambio de inversión por sexo tiene éxito solamente en alrededor del 25 por ciento de las veces.
Los alumnos que participaron en el estudio tenían entre 18 y 26 años de edad. En cuanto a los intentos de intercambio hechos, el 27 por ciento de los varones y el 14 por ciento de las mujeres informaron de intentos de canje de inversión por sexo; el 5 por ciento de los varones y el 9 por ciento de las mujeres informaron de intentos de canje de sexo por inversión.
Acerca de los intentos de intercambio iniciados por otros, el 14 por ciento de los varones y el 20 por ciento de las mujeres dijo que alguna otra persona había intentado canjear inversión por sexo con ellos, y el 8 por ciento de los hombres y el 5 por ciento de las mujeres indicó que alguna otra persona había tratado de canjear sexo por sus inversiones.
Un grupo de individuos de más edad, especialmente uno que sea más representativo de la población general, probablemente daría cuenta de frecuencias más altas de estas experiencias, dijo Kruger. La suposición es que una población de mayor edad tendría más necesidades insatisfechas y sería más activa sexualmente.
Kruger dice que las conclusiones del estudio son importantes ya sólo por el hecho de que se hayan obtenido informes de canjes, sobre todo si consideramos la juventud y el estado económico de los jóvenes. En otras palabras, aunque no necesitan demasiados recursos son, sin embargo, receptivos a los intentos de intercambio.
«La confirmación de las predicciones en relación con estos canjes demuestra, una vez más, el poder de un marco evolutivo para la comprensión de la psicología y comportamiento humanos», dijo Kruger.
El artículo «Young Adults Attempt Exchanges in Reproductively Relevant Currencies» se publica en la edición de abril de la revista Journal of Evolutionary Psychology.

Fuentes y referencias: Nota de prensa.

Salvo que se exprese lo contrario esta obra está bajo una licencia Creative Commons.
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2 Comentarios

  1. Jose M Piñeiro:

    Va a tener razón Torrente, que aseguraba que todas son unas pu***.
    Ahora en serio, parece algo lógico que las hembras se inclinen por un macho dispuesto a repartir sus recursos con ella y con sus hijos. A fin de cuentas esto mejora las posibilidades de supervivencia de sus hijos.
    Seguramente en especies que no reciben cuidados paternales este tipo de intercambio no funcione.

  2. Juan E. Díaz:

    Las conductas de intercambio son parte de un sofisticado ritual, en distintas especies. Rituales de apareamiento y territorialidad. Rituales de caza y comvivencia. El universo simbólico de la especie, su lenguaje, esta filogenéticamente ordenado según ritos de posible base genética, y en los cuales la imitación temprana juega un papel. Un paralelo con la antropologia evolutiva, y con los actuales pueblos originarios, en sus conductas de intercambio y cooperación, seria una linea esperable de investigación en ecologia natural y humana.

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