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Genética y sueño

Área: Genética — miércoles, 4 de septiembre de 2019

Algunas personas que portan otra rara mutación en un gen en concreto sólo necesitan dormir 6 horas por la noche para estar descansadas y despiertas al día siguiente.

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Se ha podido comprobar que las sociedades de cazadores y recolectores trabajan unas cuatro horas al día o menos. El resto es ocio para disfrutar de la vida y de los demás.

Sin embargo, en la vida moderna se suele trabajar mucho y se tarda mucho en ir al trabajo, por lo que el tiempo de ocio se resiente y mucho. Tiempo de ocio que incluso se dedica a comprar productos de consumo, por lo que se sigue alimentado al sistema.

Al final terminamos sacando tiempo por la noche, por lo que no se suelen dormir las preceptivas 7 horas, como mínimo, que el ser humano necesita para estar descansado y despierto al día siguiente. Dormir menos de esas horas tiene consecuencias negativas para la salud que incluso incluyen la obesidad. Si tratas de engañar al cuerpo durmiendo menos tendrás que sufrir las consecuencias.

Por otro lado, la ciencia empieza a averiguar que las horas que necesitamos para dormir o que seamos unos búhos nocturnos o unas alondras de la mañana depende de la genética que se tenga.

El ser humano no es genéticamente homogéneo. En 2001 Ying-Hui Fu (University of California, San Francisco) y su equipo descubrieron que una mutación en el gen Per2 hace que la persona que lo porte se vayan a la cama antes, aunque duerma las preceptivas 8 horas. Como consecuencia se levantan antes que los demás. A veces llegan a situaciones absurdas en las que se van a la cama a las 6 o 7 de la tarde y se levantan de madrugada. Hasta 60 familias con esta condición descubrieron los investigadores, por lo que es bastante más común de lo que en un principio se podría pensar.

En 2005 estos mismos investigadores descubrieron un madre y una hija que portaba una mutación en el gen DEC que les permitía tener la habilidad de necesitar sólo 6,25 horas de sueño mientras el resto de su familia necesitaba 8. El gen DEC2 es un gen regulador que codifica una proteína que ayuda a apagar la expresión de otros genes, entre los que se incluye el gen que codifica la hormona orexina, conocida por regular el estado de vigilia. En 2009 confirmaron el asunto gracias a ratones modificados genéticamente.

Estos ratones dormían una hora menos que los del control. Para el caso de moscas de la fruta con esta mutación, el tiempo de sueño se reducía en dos horas respecto a las no transgénicas.

Ahora se ha descubierto que algunas personas que portan otra rara mutación en un gen en concreto sólo necesitan dormir 6 horas por la noche para estar descansadas y despiertas al día siguiente.

Han estudiado una familia que también está compuesta por individuos que necesitan dormir poco y los investigadores se ha encontrado con una nueva mutación. Esta mutación estaría presente sólo en una de cada 100000 personas, más o menos. Los investigadores obtuvieron ratones transgénicos con esta mutación y, en promedio, dormían una hora menos al día que los ratones normales de control.

Esta mutación afecta a otro gen, el gen ADRB1, que codifica un receptor de la molécula noradrenalina, que es usada comúnmente en el organismo para enviar señales entre neuronas.

Pudieron averiguar que en el cerebro de los ratones las células con este receptor estaban activas durante la vigilia e inactivas durante la fase profunda del sueño (no REM). La estimulación de las neuronas con ADRB1 sacaba inmediatamente a los ratones del sueño profundo.

Los investigadores proponen que esta mutación hace que estas neuronas sean más activas, lo que podría explicar por qué los humanos que portan esta mutación se contentan con menos horas de sueño al día.

Si estudios futuros pudieran revelar formas de recrear los efectos de esta mutación o estas mutaciones con ciertos fármacos es concebible pensar en posibles tratamientos para diversos desórdenes del sueño, incluso para que personas que no duerman lo suficiente no sufran por ello en este mundo tan loco.

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Fuentes y referencias:
Artículo original 1.
Artículo original 2.
Foto: publicdomainpictures.net

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4 Comentarios

  1. tomás:

    Se habla de 60 familias, pero ¿de entre cuantas?. El dato de 60, sin más, no significa nada.
    Como curiosidad, conozco a una persona que solo duerme durante menos de dos horas cada día, tiene mucha energía y pasa las noches haciendo grandísimos rompecabezas (en terminología clásica). Hace unos siete años que no lo veo, pero debe andar por los sesenta y cinco.
    Yo mismo, antes, no dormía más de esas seis horas de noche, pero desde hace bastantes años ya me echo la siesta, aunque no duermo más de cinco por la noche. Tampoco mi padre dormía mucho. Una vez le calculé unas cinco o seis horas de media.

  2. Dr. Thriller:

    He leído en varias fuentes, que hasta la industrialización en Europa se dormía, términos generales, de forma muy rara. Esto es obvio en épocas invernales y a partir de 40° N, algo de lo que se libra gran parte de esta península. Básicamente, se iban a dormir cuando ya era inviable el trabajo fuera y no había más dentro de casa, pongamos media alrededor del solsticio de invierno las cinco de la tarde hora solar como ocaso, pues a la piltra a eso de las 7-8 (que por cierto son desde las 21-22h hasta las 21h40-22h40 hora oficial española según longitud), se despertaban a eso de las 3-4 de la mañana, hacían necesidades fisiológicas y, si eran alfabetos leían un rato o tocaban la dulzaina o algo así y luego dormían otro trechito hasta la hora de levantarse definitivamente que oscilaba bastante según climatología (me refiero dentro de una misma época del año). En verano los nórdicos de más oscuridad en invierno repetían el patrón en verano porque la luz molesta bastante para dormir y por lo visto era preferible sellar ventanas que ponerse antifaces.

    Todo esto cambió radicalmente desde 1800, de hecho el detergente Napoleón también estandarizó horarios, entre otras cosas.

    El tema es que sabemos que los genes tienden a ser muy elásticos si las circunstancias y la autoridad competente lo permiten, y el tema del sueño es complejo por sí mismo, casi diría que más que cualquier otra actividad metabólica. Con esto quiero decir que no tengo la menor duda de que nos estamos aplicando (otra más) una presión evolutiva artificial en gran parte, y evidentemente nos estamos adaptando a ella. A nuestro mundo burbuja, no a la naturaleza real.

  3. JavierL:

    Me queda la duda, se dice en el artículo que se sienten descansados al día siguiente. Pero son igual de sanos?

  4. tomás:

    Pues cualquiera sabe, amigo Javier L, porque el concepto de salud es muy subjetivo. Yo recuerdo a un hombre joven, de unos 30 años, de magnífico aspecto en ese sentido, ligeramente tostado por el sol, con unos suaves colores en la cara, como una manzana, que es la única persona que me ha hecho pensar: «es la salud en persona». Pues cascó en menos de un año y cuando me enteré quedé asombradísimo.

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