NeoFronteras

La lenta desecación del Sáhara

Área: Medio ambiente — miércoles, 21 de mayo de 2008

El El análisis de los sedimentos de un lago demuestra que el Sáhara pasó de ser un vergel tropical al desierto que es ahora a lo largo de 7000 años.

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Pintura rupestre de la cueva de los nadadores.

El Sáhara no fue siempre como es ahora. Hubo un tiempo en el que era verde y se parecía a las sabanas de la otra punta de África. Estaba habitado, y las pinturas rupestres, como las de la cueva de los nadadores que la película «El paciente inglés» hizo famosas, revelan un mundo poblado por hombres y animales ahora extintos en esa zona. Se ha llegado a creer que el proceso de desertificación fue muy rápido.
Ahora un análisis de los sedimentos de un lago africano desafía la idea de esta sabana africana tropical que una vez cubrió el desierto del Sáhara se secara rápidamente en lo que ahora es uno de los desiertos más inhóspitos del mundo. Un artículo publicado en Science afirma que el proceso fue más gradual y que necesitó de varios miles de años para darse.
Las lluvias monzónicas de verano comenzaron hace 12000 años y transformaron al desierto de aquel entonces en un paraíso verde y húmedo hace 10500 años, manteniéndose así durante miles de años, pero hace 7000 años las circunstancias cambiaron cuando la radiación solar debilitó el monzón africano. Cómo de rápida fue esta desertificación es un tema de debate entre los expertos. Los esfuerzos por estudiar el enigma sugerían que este fenómeno sucedió en un lapso de cientos de años, pero estaban basados en datos muy limitados de depósitos de polvo.
Stefan Kröpelin, geólogo de la Universidad de Colonia en Alemania, quería tener pruebas más precisas y se fue con unos colaboradores a África con la esperanza de tener datos más detallados de sedimentos de lagos. En esos sedimentos se podrían hallar restos minerales y vegetales de épocas anteriores. Pero la mayor parte de los lagos africanos de esa zona se secaron hace 7000 años, por lo que Kröpelin y sus compañeros tuvieron que llegar hasta el lago Yoa en al norte de Chad.

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Las pinturas rupestres de la zona nos hablan de una fauna de cocodrilos y otros seres ya desaparecidos del Sáhara.

Perforaron 9 metros de sedimentos en el fondo del lago y analizaron los testigos extraídos en busca de restos de vida animal o vegetal, deposición de polvo, y salinidad a lo largo de un tiempo equivalente de 10000 años. Los datos revelan un cambio gradual en los ecosistemas que se dio durante un periodo de 6000 o 7000 años, indicando que el Sáhara no se desecó tan rápido como se creía. Kröpelin afirma que las muestras no podrían ser mejores y cree que ningún otro lago de la zona puede tener un registro mejor que el Yoa.
Mirar los testigos de sedimentos es como mirar los anillos de crecimiento de los árboles. A mayor profundidad más atrás en el tiempo nos podemos remontar, y el polen, las algas, los insectos o los diversos minerales nos hablan del clima, fauna y flora de la época. Las distintas capas pueden indicar incluso los cambios estacionales.
Todavía había plantas tropicales y arbustos perennes hace 5500 años, pero empezaron a declinar durante los siguientes 1000 años. La desecación continuó hasta que hace 2700 años sólo quedaron pequeños parques de acacias.

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El árbol solitario del Teneré era el único árbol en 400 kilómetros a la redonda del lugar. Era el último superviviente de un grupo de acacias que creció allí cuando el desierto no era tan seco. Sus raíces llegaban a una profundidad de 36 metros donde podía obtener agua para sobrevivir. En los años setenta un conductor libio borracho chocó contra él con su camión (como si el desierto no fuese lo suficientemente amplio) matándolo en el acto. Foto: Peter Krohn.

La causa de todo fue una disminución de las lluvias sobre la región, cosa que se puede saber a través de la medida de salinidad de los sedimentos, que dicen que el agua del lago se volvió más salada hace 4000 años. Especulan que la salinidad del lago subió bruscamente a causa de que las corrientes que drenaban el lago de sal desaparecieron al disminuir las lluvias.
Todo esto mostraría cómo un evento brusco aunque pequeño, como una disminución débil de las lluvias, puede tener un gran impacto. Sería como si hubiera un dial para las lluvias, si se pretende sintonizar por encima de cierto umbral se pierde la emisora, es decir en este caso las lluvias.
Algo parecido está pasando ahora en el Sahel, una región semiárida al sur del Sáhara. Los expertos temen que haya entrado en un ciclo de retroalimentación que lo convierte rápidamente en desierto. El fenómeno se basaría, entre otros motivos, en que a menor número de plantas menos lluvias y por tanto menos plantas y así sucesivamente.
Aunque el Sáhara se desecó más lentamente de lo pensado todavía encaja con la definición de cambio climático abrupto, por lo que fue difícil para las especies vegetales y animales, o incluso para los humanos, adaptarse al cambio.
Este hallazgo puede ayudar a los expertos a elaborar mejores modelos para los cambios climáticos.

Fuentes y referencias:
Noticia en Scientific American.
Noticia en Science
Artículo original.
Entrevista al autor del estudio (podcast en inglés).

Salvo que se exprese lo contrario esta obra está bajo una licencia Creative Commons.
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3 Comentarios

  1. Petrus:

    No dispongo de los datos pero se me ocurre preguntar si esa desecación no coincidirá con el final de la última glaciación. Al fin y al cabo, el cinturón de borrascas que suelen circular sobre los paralelos 50º al norte y al sur, ahora, con las debidas alternancias, bien podría estar mucho más abajo cuando las temperaturas globales fueron mucho más bajas. Esperemos que el proceso de calentamiento no nos afecte también a los del paralelo 40 ( Yo vivo en el 42 N).

  2. NeoFronteras:

    El comienzo del actual periodo interglacial comenzó hace unos 10.000 años, o lo que es lo mismo el último periodo glacial terminó en esa época. Hace 10.000 años el Sáhara era verde.

  3. Armando Hernández:

    Independientemente de la noticia central, que me parece interesante, no deja de ser descriptivo de la fatalidad cósmica y la estulticia humana el caso que se cita del árbol del Teneré. Vamos a ver, en un desierto donde no hay nada y hay un único árbol en 400 km a la redonda va un conductor borracho, ¡y se lo lleva por delante!

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