NeoFronteras

Bisfenol y síndrome metabólico

Área: Medicina — miércoles, 10 de septiembre de 2008

Un nuevo estudio culpa a un compuesto químico utilizado en la producción de plásticos de ser un factor importante en el desarrollo del síndrome metabólico.

Foto
Las botellas de policarbonato contienen bisfenol. Foto: University of Cincinnati.

En el estudio fue realizado por investigadores de la Universidad de Cincinnati. En los experimentos de laboratorio en los que se utilizó tejidos humanos descubrieron que el bisfenol o BPA, utilizado en la fabricación de plásticos duros, suprime la hormona adiponectina, que es responsable de la regulación de la sensibilidad a la insulina en el cuerpo humano. Esto pondría a los humanos en alto riesgo de padecer síndrome metabólico.
El síndrome metabólico es una combinación de factores de riesgo que incluyen baja respuesta a la insulina y altos niveles de azúcar y de lípidos (grasas) en sangre. Según la American Heart Association, cerca de un 25% de los norteamericanos tienen este síndrome. Si no se trata el síndrome deriva en diversos problemas de salud como enfermedades coronarias, diabetes de tipo II, ictus, etc.
Nira Ben-Jonathan y su equipo son los primeros en aportar pruebas del efecto sobre la salud en humanos del BPA para dosis equivalentes a una exposición medioambiental promedio. Los estudios anteriores se habían centrado en el efecto sobre animales.
Un artículo con los resultados se publica en la edición electrónica de Environmental Health Perspectives, justo unos días antes del congreso de la FDA sobre seguridad de los productos químicos en productos de consumo del 16 de septiembre.
Ben-Jonathan, es experta en cáncer y ha estado estudiando el BPA durante más de diez años. Afirma que la gente está seriamente preocupa por los potenciales efectos nocivos del BPA.
Los experimentos con tejidos humanos es lo más cerca que se puede estar de experimentar este tipo de asuntos en seres humanos. Esto es muy importante ya que los estudios epidemiológicos sobre los efectos del BPA son muy difíciles de hacer porque mucha gente ya ha sido expuesta al químico. Alrededor del 80% de las personas analizadas tienen BPA en la sangre.
Los tejidos se obtuvieron de operaciones quirúrgicas sobre diversos pacientes, procedían de distintas partes del organismo e incluían tres tipos de tejido adiposo: subcutáneo, visceral y mamario.
Las muestras fueron incubadas con diferentes concentraciones de BPA o estrógeno natural durante seis horas para observar cómo se veían afectados los niveles de adiponectina.
Pudieron comprobar que la exposición a BPA suprimía la hormona que nos protege del síndrome metabólico. La utilización de tejidos diferentes procedentes de distintas personas añade fiabilidad al las conclusiones.
No es la primera vez que se culpa a los plásticos de provocar daños sobre la salud humana. Incluso se ha relacionado la inmersión que los humanos tenemos en un medio contaminado por este tipo de sustancias con la alta incidencia de determinados tipos de cáncer.
Las moléculas que forman los plásticos, o que se utilizan para su confección, son complejas y en algunos casos tiene propiedades similares a las hormonas naturales, provocando efectos que finalmente pueden derivar en problemas de salud.

Fuentes y referencias:
University of Cincinnati.
Nota en JAMA.

Salvo que se exprese lo contrario esta obra está bajo una licencia Creative Commons.
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3 Comentarios

  1. Alejandro Sánchez:

    Hace tiempo se viene haciendo campaña por las botellas de vidrio. No hay de otra, es lo más saludable y ecológico

  2. NeoFronteras:

    Creo que muchos no son conscientes de la cantidad de plástico que nos rodean y en los cuales almacenamos bebidas y comidas, como todas esas botellas de agua mineral.

  3. RicardM:

    El estudio comentado viene a confirmar las sospechas de que el bisfenol es un disruptor endocrino en humanos (que interfiere en el sistema hormonal) y que, además, tiene potencial cancerígeno.
    El bisfenol es uno entre muchos disruptores endocrinos a los que estamos expuestos. Para cada una de estas sustancias químicas conocidas existen umbrales, como el TDE o Total Daily Exposure, por debajo de los cuales la sustancia se considera segura. Los niveles de bisfenol, que se encuentran en los productos que después ingerimos, deben estar (y normalmente lo están) muy por debajo de los TDE. Pero el problema está en que considerando la actividad de todos los disruptores endocrinos en su conjunto el nivel de riesgo a que estamos expuestos es considerablemente alto. Pensemos, además, que muchos plaguicidas son también disruptores endocrinos y/o cancerígenos.
    Especial relevancia tienen las sustancias con conocida actividad estrogénica. A este tipo de sustancias se ha atribuido la precocidad en la aparición de la pubertad en mujeres (la aparición de la menstruación) y la creciente infertilidad masculina, ambos fenómenos constatados en los países del llamado mundo desarrollado.
    La FDA (Food and Drug Administration) norteamericana y la Organización Mundial de la Salud prestan cada vez más atención a este tipo de contaminantes, pero el problema no se acaba de abordar con la suficiente seriedad entre otras cosas porque afecta profundamente a hábitos en el consumo. Deberíamos empezar a prescindir de cualquier envoltorio plástico para los productos alimenticios (aparte de minimizar la utilización de plásticos en general). Además están los intereses de las petroleras, ya que los plásticos son derivados del petróleo.
    Es de esperar que tanto los gobiernos como las instituciones supraestatales pongan limitaciones al uso de los plásticos en la industria agroalimentaria. Si no es así, todos lo pagaremos muy caro.

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