Imagen de un posible exoplaneta
Toman una foto en el infrarrojo de lo que parece ser una planeta extrasolar de gran masa que orbitaría muy lejos de su estrella anfitriona.
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Unos astrofísicos canadienses, utilizando el observatorio Gemini de Mauna Kea en Hawaii, han logrado fotografiar lo que parece ser un planeta extrasolar.
La estrella 1RXS J160929.1-210524 situada a 500 años luz de la Tierra parece tener un planeta gigante orbitando a su alrededor. La masa de este planeta se estima en unas 8 veces la masa de Júpiter y orbitaría a una distancia de 330 unidades astronómicas. Recordemos que la distancia de Neptuno al Sol es de 30 UA con lo que este exoplaneta estaría muy lejos de su estrella anfitriona.
Esta distancia tan enorme de 330 UA es la que probablemente posibilita la observación directa de este objeto, ya que a una distancia menor su imagen quedaría cegada por el brillo de su estrella. Además, un mayor ángulo de separación permite una mejor visualización debido al límite de resolución impuesto por la difracción y las turbulencias atmosféricas.
La estrella en cuestión es similar al Sol, pero en una etapa muy temprana de evolución estelar, es decir, a escasos millones de años después de su formación. Esta es la razón de que sea poco brillante.
aunque sabemos de la existencia de unos 300 planetas extrasolares no disponemos de imágenes de ellos, ya que son detectados indirectamente. Si se confirma la relación entre el candidato a planeta y la estrella sería el primer exoplaneta en ser observado. Se trataría de un planeta gigante gaseoso a medio camino entre un planeta y una enana marrón.
Aunque en el pasado se afirmó haber visualizado planetas extrasolares, los posteriores análisis no lo confirmaron. Para que se considere como tal, el objeto tiene que ser un planeta y no una enana marrón y estar ligado gravitacionalmente a una estrella. Las pruebas espectrales permiten discernir la primera cuestión con la tecnología adecuada. Lo segundo se debe de confirmar en el transcurso de los años y comprobar que el cuerpo en cuestión se encuentra orbitando a una estrella y no es un cuerpo independiente. Debido a la proliferación de objetos en el cielo a veces se producen alineamientos de cuerpos según nuestra visual, dando la apariencia de estar ligados gravitatoriamente. Se pueden necesitar años para confirmar este punto. Este caso es particularmente sospechoso debido a la gran distancia entre el supuesto planeta y la estrella.
La existencia de planetas orbitando a distancias tan grandes, como el candidato que consideramos, desafía los modelos de formación de sistemas solares que disponemos, pero quizás la diversidad de éstos es más rica de lo que previamente se había imaginado.
Para poder captar esta imagen los astrofísicos se han valido de un sistema de óptica adaptativa en el infrarrojo que compensa en tiempo real y en cada fracción de segundo las distorsiones ópticas que introducen las turbulencias atmosféricas de la Tierra.
El espectro del objeto confirma que es demasiado frío como para mantener reacciones nucleares, no siendo ni una estrella ni una enana marrón. Se le estima una temperatura de 1800 grados Kelvin (unos 1500 grados centígrados). La estrella sobre la que supuestamente gira es de tipo K7 con una masa de un 85% la del Sol.
Este descubrimiento forma parte de una campaña de observación sobre más de 85 estrellas en la constelación de Escorpio.
Una enana marrón es un objeto subestelar con una masa tal que, a diferencia de las estrellas corrientes, no le permite mantener reacciones de fusión de hidrógeno de manera sostenida. Las enanas marrones se sitúan entre los planetas gigantes gaseosos y las estrellas. Se encasillan dentro de las clases espectrales L y T. El límite de masa superior para uno de estos objetos se estima en unas 75 u 80 masas como la de Júpiter. Sobre el límite inferior hay cierta polémica entre los expertos. No obstante los objetos con masas iguales o superior a 13 masas como la Júpiter pueden mantener ya reacciones de fusión de deuterio en algún punto de su evolución.
Para poder distinguir enanas marrones de estrellas corrientes se recurre a pruebas espectrales. Entre otros test se busca litio o metano, elemento y compuesto que no están presentes en estrellas de baja masa y sí en enanas marrones. Asimismo hay otros tipos de pruebas espectrales para distinguir las enanas marrones de planetas gigantes.
El objeto ahora descubierto se encontraría justo por debajo de la categoría de enana marrón.
Este y otros descubrimientos astronómicos nos sugieren que la Naturaleza muestra un continuo de objetos y que somos nosotros los que nos empeñamos en clasificarlos dentro de ciertas categorías.
Fuentes y referencias:
Nota de prensa del observatorio Gemini.
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