NeoFronteras

Impresión artística de lo que se vería desde Plutón. El Sol es mil veces menos brillante y tras la bruma de la tenue atmósfera se ve a Caronte, el satélite natural de Plutón. Foto: ESO.

Hay mundos distantes más allá de la órbita de Neptuno. Uno de esos mundos es Plutón, que aunque ya no es un planeta, sigue siendo interesante. Plutón nos da lecciones de calentamiento global y sus causas a 40 veces la distancia de que hay desde la Tierra al Sol.
Plutón es muy pequeño, tiene un quinto del tamaño terrestre y los astrónomos creen que está compuesto por hielo y rocas. La distancia a la que se encuentra del Sol es tal que la temperatura de su superficie es de solamente 220 grados bajo cero.
En los años ochenta se descubrió que Plutón tenía atmósfera. Ésta es extremadamente tenue, de sólo 0.015 milibares, pero es igualmente interesante. Está compuesta de nitrógeno, metano y monóxido de carbono. La órbita de Plutón es excéntrica, e incluso se mete dentro de la órbita de Neptuno en su largo periodo orbital de 248 años terrestres. En la época en la que está más lejos del Sol la atmósfera se congela sobre la superficie y cuando se vuelve a acercar se sublima formando otra vez la atmósfera.
Por esta razón había un gran interés por lanzar la sonda New Horizon a Plutón lo antes posible, ya que durante las pasadas décadas Plutón estaba cerca del Sol y su atmósfera era significativa. Poco a poco se va congelando, pero los científicos implicados en esta misión esperan llegar a tiempo para estudiarla cuando la sonda llegue allí en 2015.
Mientras tanto habrá que conformarse con las observaciones desde la Tierra. Hasta hace poco se podían estudiar las altas capas de la atmósfera plutoniana mediante ocultaciones estelares, cuando da la casualidad de que Plutón pasa delante de una estrella. Gracias a estas ocultaciones se pudo determinar que estas capas tenían una temperatura superior a la de la superficie en unos 50 grados centígrados.
Ahora un equipo del ESO ha observado Plutón con el espectrógrafo infrarrojo CRIRES y el telescopio VLT. Han descubierto que la atmósfera de Plutón en su conjunto es mucho más cálida que su superficie.
Al contrario que la atmósfera terrestre que es más fría cuanto más arriba subimos (-6 grados por cada 1000 metros) la atmósfera de Plutón es cada vez más cálida y sube entre de 3 a 15 grados por cada 1000 metros que se asciende.
La razón por la cual su superficie es más fría que su atmósfera puede deberse a la sublimación. Al sublimarse los gases congelados se llevarían parte del calor, enfriando la superficie. Es similar a cuando sentimos frío al estar mojados y el agua se evapora de nuestra piel llevándose parte de nuestro calor. Plutón comparte algunas características con los cometas, como ésta de la sublimación. De hecho, tendría apariencia de cometa si su órbita fuera mucho más excéntrica y se acercara más al Sol como lo hacen los cometas. Se cree que los cometas de periodo corto proceden del cinturón de Kuiper, un disco de planetesimales cuyo borde interior está marcado por Plutón.
La temperatura superior de la atmósfera vendría dada en parte por el metano contenido en ella y que representa la mitad de las moléculas que hay en ella. El metano es un potente gas de efecto invernadero, que actuaría como tal incluso en Plutón. Parte del exceso de efecto invernadero que padecemos en la Tierra se debe a las emisiones antropogénicas de metano.
Se han propuesto dos escenarios para explicar la composición atmosférica de Plutón. La primera dice que la superficie estaría recubierta por una fina capa de metano que protegería al nitrógeno inferior de sufrir sublimación. La segunda sugiere la existencia de parches superficiales de metano puro sobre la superficie.
Serán necesarias más observaciones y la quizás la vista de New Horizon para desvelar más misterios sobre este distante y pequeño mundo.

Fuentes y referencias:
ESO.