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Esa lanza dos nuevos observatorios: Herschel y Planck

Área: Espacio — lunes, 1 de junio de 2009

La ESA lanzó con éxito dos telescopios espaciales para la exploración de la parte fría del Universo.

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Ilustración de los telescopios espaciales Herschel (derecha) y Planck (izquierda) en su viaje a L2. Foto: ESA.

Estos dos observatorios espaciales, los más avanzados construidos hasta ahora por la Agencia Espacial Europea (ESA) han sido lanzados juntos con éxito y se dirigen, a la hora de cerrar esta edición, hasta su punto orbital en el espacio: el punto de Lagrange L2, a 1.5 millones de km de la Tierra en dirección opuesta al Sol.
El lanzamiento fue perfecto: a las 15:12, hora peninsular del 14 de mayo, desde la Guayana francesa, mediante un solo cohete Ariane-5; ya en el espacio, a unos 1600 km de altura, los telescopios se separaban del cohete para iniciar su viaje en solitario: a los 26 minutos el Herschel y, algo después, el Planck. Llegarán a su órbita destino a finales de junio. El punto elegido (L2) está protegido de las emisiones del Sol, la Tierra y sus anillos de radiación electromagnética, que quedan todos hacia el mismo lado, en la dirección opuesta a la de observación.
El Herschel es un telescopio diseñado para estudiar los objetos más fríos del Universo, en el infrarrojo lejano, una frecuencia aún casi inexplorada, y ondas submilimétricas. Estudiará la formación y evolución de las galaxias elípticas y la parte central de otras galaxias en el Universo primitivo, mediante la observación del polvo y gas dentro de ellas. Tiene un ancho de 4 metros y 7.5 de largo, con un espejo de 3.5 metros de diámetro (el mayor en el espacio actualmente y mucho mayor que el del Hubble), construido en carburo de silicio. Sus detectores estarán enfriados hasta 0.3ºK, casi el cero absoluto, mediante 2000 litros de helio. Tuvo un coste de fabricación de 1000 millones de euros y una duración estimada en activo de unos 3 años.
El Planck es el sucesor del COBE y el WMAP, que obtuvieron grandes progresos en la observación de la radiación de fondo de microondas, pero con una resolución y exactitud 15 veces mejor que el último de ellos. Con unas dimensiones de 4.2 x 4.2m, y un telescopio de 1.5 metros, estudiará la banda de microondas, con sus detectores enfriados hasta 0.1ºK. Se estima que pueda tomar 500.000 millones de medidas del cielo para componer un mosaico de muchos millones de pixels. Tuvo un coste de unos 600 millones de euros y una duración estimada útil de 15 meses prorrogables.
Captará la radiación producida cuando el Universo tenía sólo 380.000 años y se cree que con sus medidas se podrán determinar la cantidad total de átomos del Universo, la densidad total de materia oscura y hacer algunos progresos en cuanto a la energía oscura.
En resumen, los dos satélites están destinados a observar el Universo más frío y constituyen el esfuerzo más ambicioso del programa científico de la ESA, en el que han participado unas 100 empresas e instituciones principalmente de Europa, Estados Unidos y Canadá. En España participan el CSIC y varias universidades y empresas.

Por Juan Antonio Bernedo.

Fuente: ESA

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1 Comentario

  1. lluís:

    A esperar con verdadera ansia los resultados de este par de satélites. Ahí es nada empezar tener algún conocimiento de la más que misteriosa energía oscura (un auténtico dolor de cabeza para bastantes teorías de la física moderna y lo mismo vale para la materia oscura).

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