NeoFronteras

Impacto en Júpiter

Área: Espacio — jueves, 23 de julio de 2009

Un cometa o asteroide cae sobre Júpiter creando un agujero en su atmósfera de un tamaño comparable al del planeta Tierra.

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Un evento astronómico ocurrió hace unos días: un cuerpo, cometa o asteroide, cayó sobre Júpiter creando un agujero sobre su atmósfera del tamaño de la Tierra. La noticia incluso ha sido cubierta por los medios de comunicación habituales. Desde NeoFronteras esperamos hacer un análisis más interesante que nos de pie a alguna reflexión.
El impacto no fue predicho y por desgracia no se estudió en directo. Al poco de ocurrir, eso sí, fue detectado su efecto por el astrónomo aficionado Anthony Wesley, de Murrumbateman (Australia), con su telescopio de 370 mm de abertura. Wesley vio que había aparecido súbitamente una mancha negra sobre las capas superiores de la atmósfera joviana (lo único que se puede ver de Júpiter con un telescopio). Este astrónomo aficionado dio la voz de alarma y rápidamente algunos profesionales apuntaron sus telescopios al gigante gaseoso.
Wesley dice que hacia la una de la madrugada de ese día ya se iba a ir la cama, entonces cambió de idea y decidió observar otra media hora o así. Entonces vio una nueva mancha oscura en Júpiter que no estaba allí dos noches antes. Al principio sospechó que estaba viendo una luna galileana o su sombra, pero su forma y tamaño le hizo rechazar esa posibilidad. Le pareció lo suficientemente interesante como para comunicarlo. Entonces, entre otros astrónomos profesionales, contactó con Leigh Fletcher y Glenn Orton del JPL, éste estaba por casualidad observando con una instalación infrarroja.
En estas instalaciones que la NASA tiene en Mauna Kea (Hawaii) encontraron pruebas de que efectivamente un impacto se había dado allí. Por un golpe de azar este evento ocurrió exactamente 15 años después de que los 20 fragmentos del cometa Shoemaker-Levy impactaran sobre este mismo planeta.
Las imágenes de infrarrojo muestran que la señal del impacto, que se produjo cerca de la región sur de plantea, tienen la forma de mancha oscura en el visible, mientras que en el infrarrojo cercano se puede apreciar el brillo producido por las partículas proyectadas a la alta atmósfera. También se aprecia en el infrarrojo el calentamiento de la alta troposfera y una emisión que se corresponde a la presencia de una cantidad extra de amoniaco, compuesto quizás eyectado desde las capas inferiores por culpa del impacto.
Glenn Orton dice que han tenido mucha suerte de observar a Júpiter a las escasas horas de producirse el impacto.

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Imagen infrarroja del impacto captada el 20 de julio. Foto: Infrared Telescope Facility Paul Kalas, Michael Fitzgerald, Franck Marchis, LLNL, UCLA, UC Berkeley, SETI Institute.

Orton y su equipo de astrónomos empezaron a observar el planeta enseguida y no pararon de hacer observaciones para así recolectar el máximo número de datos y poder estudiarlos más tarde.
Según él podría haber sido un cometa el causante del impacto, pero de momento no están seguros.
Esta es la segunda vez en la historia científica que se captan los efectos de impacto de un cuerpo sobre la atmósfera de un planeta gaseoso. Es algo altamente improbable que haya pasado tan poco tiempo entre ambos eventos.
Heidi Hammel, del Space Science Institute en Boulder (Colorado) y que observó los diversos impactos del Shoemaker-Levy en 1994, dice que este nuevo impacto es similar a los impactos de tamaño medio del cometa de hace 15 años, aunque dice que incluso en ese caso fue difícil estimar los tamaños de los diversos fragmentos que cayeron y que todavía no hay consenso al respecto. En este caso el cuerpo podría tener desde unos cientos de metros a un kilómetro y se estaría moviendo a muchos miles de kilómetros por hora (estimación bastante grosera).
La huella que el impacto ha dejado sobre la atmósfera de Júpiter no es un cráter (barbaridad oída en alguna que otra cadena de televisión estos días) y desaparecerá poco a poco. Se ha hecho una propuesta de observación de emergencia para el Hubble para estudiar la marca antes de que ésta se esfume. De momento en la web del Hubble no aparece nada al respecto.
Es de esperar que en un tiempo se publiquen resultados científicos acerca de este evento por parte de varios equipos.
Una vez más esta historia pone de manifiesto la importancia que tienen los astrónomos aficionados con su vigilancia de los cielos, ya que es algo que los profesionales no pueden hacer debido a su extremada planificación.
Una reflexión que podemos hacer es la inmensa casualidad de que este evento se diera 15 años después del de Shoemaker-Levy y en el 40 aniversario del alunizaje del Apolo XI.
También nos hace reflexionar sobre la suerte de que Júpiter, con su inmensa gravedad, haga de barrendero y elimine parte de este tipo de cuerpos del Sistema Solar. Cuerpos que podrían caer en otros planetas, incluyendo la Tierra.
Conforme la tecnología astronómica avanza vamos descubriendo que este tipo de eventos son más frecuentes de lo que imaginamos. No hace mucho tiempo un cuerpo como el que produjo el desastre de Tunguska pasó a dos veces la distancia de la órbita geoestacionaria de la Tierra, y no es el único caso de un cuerpo que haya pasado recientemente a menor distancia de la que está la Luna de la Tierra, algo que desde el punto de vista astronómico es extremadamente cerca. Sobre la superficie terrestre pese a la tectónica y la erosión se pueden apreciar más de 50 cráteres de impacto producidos en tiempos recientes. Sucesos que ocurrieron bajo la protección que brinda la atmósfera.
La extinción del Cretácico nos recuerda que una gran colisión de este tipo puede resultar catastrófica. Los sistemas que la NASA y el ejército norteamericano tienen para vigilar los cielos han descubierto muchos nuevos asteroides cercanos, cuerpos que hay que vigilar de cerca, pues sus órbitas son muy inestables. Pero no hay recursos para hacer una vigilancia más exhaustiva y para desarrollar métodos que eviten un eventual impacto sobre la Tierra. Si no hacemos nada puede que quizás la próxima vez exclamemos (los que tengamos suerte) lo mismo que cuando sucedieron los atentados del 11 de septiembre: «parece como en las películas».

Fuentes y referencias: NASA.

Salvo que se exprese lo contrario esta obra está bajo una licencia Creative Commons.
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5 Comentarios

  1. carlos santamaria:

    quiero felicitarlos por esta pagina la cual encuentro muy interesante

  2. lluís:

    La importancia de los astrónomos aficionados queda bien patente una vez más.Debería existir algún tipo de mención honorífica para ellos cuando se entregan los premios Nobel y hay alguno/a que lo merezca.Como sería el caso que nos ocupa.

  3. tomás:

    Amigo lluís: Totalmente de acuerdo, pero si fuera un Nobel, estaríamos atiborrados de ellos. Mejor una medalla que podría denominarse la Cruz del Sur, Osa Mayor, Osa Menor u otros nombres relevantes.
    Un saludo estrellado.

  4. Aun'el:

    Aqui teneis la respuesta por cientificos y astronomos independientes que han tenido los cojones de decir a la NASA, no mas mentiras e informacion sesgada a la poblacion.

    La Nasa trabaja para unos intereses que no son los de la humanidad y cada dia se constata mas, tenemos derecho a saber la verdad , tenemos derecho a la informacion y no a la manipulacion continuada por parte de algunos para continuar en este paradigma dañino para el medio ambiente y para nosotros tambien.

    http://starviewer.wordpress.com/2009/06/18/nuestro-sistema-solar-es-binario-evidencias-cientificas-i20/

  5. NeoFronteras:

    ¿En qué revista científica de prestigio se ha publicado eso que dice? Me temo que en ninguna.

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