Especiación sin barreras físicas
Un modelo predice especiación independientemente de de si hay o no aislamiento geográfico.
Mire a su alrededor, a la tremenda diversidad biológica que todavía alberga este planeta que es su casa y único sitio en el Universo donde puede vivir. En algunos lugares de la Tierra hay multitud de especies diferentes, sobre todo en las selvas tropicales o en los arrecifes de coral. Este fenómeno maravilló a los naturalistas del pasado, como Darwin, que intentó explicar el origen de tanta diversidad. Fenómeno que sigue maravillando a los naturalistas del presente o, simplemente a la gente con suficiente sensibilidad.
Basta con ser un poco observador para darse cuenta de que en las regiones aisladas del mundo hay una diferente de especies. La evolución, al ser un hecho contingente e histórico, produce un resultado distinto en cada sitio. Al haber barreras naturales las especies no se mezclan y en cada uno de esos lugares aislados se darán especies distintas en el transcurso de las generaciones, aunque en un principio contuvieran las mismas especies.
Ejemplos de esto hay muchos, como la fauna y flora de Australia, Nueva Zelanda o Madagascar que son únicas e irrepetibles. Como ejemplos cercanos podemos citar las islas Canarias y sus endemismos, y como ejemplo menos habitual la fauna de peces de los Grandes Lagos en África, especies todas descendientes de solamente una que se diversificó en poco tiempo en todo un conjunto de vibrantes y maravillosos seres, seres puestos ahora al borde de la extinción por la codicia y estupidez humana.
Como resultado de estos ejemplos se puede sacar la conclusión de que el aislamiento geográfico es uno de los factores que producen especiación (producción de nuevas especies). Sin embargo, es difícil explicar cómo otros lugares, como las selvas tropicales, tienen tanta diversidad si no hay demasiadas barreras geográficas que separen unas regiones de otras o unos grupos de individuos de otros. La tremenda diversidad de estos lugares ha estado intrigando a los expertos desde los tiempos de Darwin.
En un nuevo estudio publicado en Nature por Les Kaufman, de Boston University, y sus colaboradores se proporciona un nuevo mecanismo de especiación que no necesita de barreras geográficas ni de aislamiento geográfico. Consiguen demostrar mediante un modelo cómo, a lo largo de las generaciones, pueden surgir nuevas especies en un área dada gracias a la distancia evolutiva entre los diferentes organismos que se encuentran en sus diferentes regiones, aunque éstas no estén separadas físicamente de las demás. Los organismos forman grupos espontáneamente cuyos individuos no se aparean con miembros de otros grupos, formándose parches de distintas especies en todo el área original. Como resultado el número de especies se incrementa rápidamente en todo el área hasta que se alcanza un estado estable.
Las simulaciones computacionales realizadas muestran distribuciones de especies que forman patrones similares a los que se observan en la Naturaleza a lo largo de todo el mundo y demuestran que la biodiversidad puede obtenerse sin necesidad de barreras físicas.
Según los autores el modelo permitiría comprobar el papel de la selección natural y sexual, así como la complejidad del hábitat en la conformación de los patrones de diversidad biológica que vemos hoy en día. Además, el modelo puede ayudarnos también a evitar que nuestra actividad depredadora sobre la naturaleza pare este motor de biodiversidad.
Yaneer Bar-Yam, presidente del The New England Complex Systems Institute, dice que uno puede pensar acerca de la aparición de nuevas especies a nivel genético de la misma manera que estudiamos la aparición de muchos otros patrones, incluidos los atascos de tráfico. Aunque el ambiente espacial puede variar, las barreras físicas no son siempre necesarias. Al igual que en un atasco de tráfico puede formarse sin la necesidad de ningún tipo de accidente (se refiere a los atascos de tráfico fantasmas o “jamtones”
) o evento externo, la formación de nuevas especies puede darse según las generaciones evolucionan a lo largo del hábitat espacial de los organismos.
Según este resultado, la especiación también podría darse como un resultado evolutivo del propio sistema, que tendería a estructurase espacialmente de manera dinámica aún en ausencia de barreras físicas.
Fuentes y referencias:
Nota de prensa.
Artículo original (resumen).
1 Comentario
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jueves 23 julio, 2009 @ 8:44 am
En efecto, Maltus, que tanto influyó en Darwin, pensaba que un ser que evolucionase se encontraría peor adaptado que su antecesor y por tanto fracasaría. Afortunadamente, Darwin dedujo a la inversa.
Pidiendo excusas, creo que lo que este artículo dice era ya sabido: no es imprescindible una barrera geográfica; por ejemplo la deriva genética o ciertas mutaciones exitosas pueden dar lugar a nuevas especies sin que existan barreras e incluso sin que desaparezca la especie anterior. Por ejemplo, si algún individuo encuentra un nicho alimenticio que le satisfaga particularmente o porque minore la competencia con sus propios semejantes; algún otro puede imitarle y, con el tiempo, ir reproduciéndose entre ellos o simplemente si es una hembra, sus descendientes aprenderán a preferir ese alimento. Al final pueden dar lugar a una nueva especie.
Lo mismo puede suceder si un ritual de apareamiento novedoso o ligeramente distinto al original parece más atractivo.
Otra causa puede ser el propio cambio climático en el hábitat que hará que la especie se modifique en general, pero que algunos individuos podrán soportar sin cambios.
De todas formas, bueno es que se confirme con un modelo informático lo ya conocido.
Los caminos de la evolución son inescrutables. Bueno, mejor, impredecibles por su complejidad.
Un afectuoso saludo.