Generadores en casa para producir energía
Proponen en Alemania distribuir miles de generadores a gas natural por las casas particulares para así cogenerar energía.
En una nota de prensa de la AP que circula por diversos medios se explican los planes de instalar en los sótanos de las casas particulares generadores a gas natural que produzcan electricidad. Estas miniplantas térmicas producirían en conjunto tanta energía como dos reactores nucleares. La electricidad producida se inyectaría en la red eléctrica normal.
La idea proviene del grupo Lichtblick, una empresa relacionada con Volkswagen, aunque hace ya cuatro años se propuso en NeoFronteras la misma idea (obvia por otra parte).
Basta la termodinámica del siglo XIX para darse cuenta que estamos desperdiciando millones de julios de energía en nuestros sistemas de calefacción. Éstos generalmente consisten en una caldera de agua que es calentada por la combustión de gas natural o gasóleo. El sistema quema directamente el combustible y ya está, algo que es simplemente una barbaridad desde el punto de vista energético.
Sabemos que la energía puede adoptar distintas formas en cuanto a su “calidad”. Conforme vamos utilizándola ésta se va transformando o “degradando” hacia formas de energía de “calidad inferior” hasta que al final es simplemente calor inútil. La energía contenida en un combustible se libera al combinarse con el oxígeno, pero si somos astutos podemos extraer parte de esa energía y mover un automóvil, por ejemplo. Siempre hay tiempo para quemarlo y pasar su energía a forma de calor.
O bien podemos meter un motor de explosión interna dentro de la casa o comunidad de vecinos. Este motor movería un generador que produciría corriente eléctrica. El resto de la energía que no se puede aprovechar para producir corriente sería capturada en forma de calor por el sistema de calefacción o para el agua caliente sanitaria. Una red o sistema de miles de estos generadores podría producir mucha energía.
Según afirman los promotores de la idea este sistema permitiría a Alemania prescindir de algunas centrales térmicas de carbón o de alguna central nuclear, así como compensar la volatilidad en la producción de corriente que tienen las fuentes de energía alternativas.
La parte negativa es que estas minicentrales emitirían dióxido de carbono, pero estas emisiones se reducirían hasta en un 60% comparándolo con los sistemas tradicionales. Además podrían ser alimentadas con biogas para así mantener el equilibrio en las emisiones de CO2.
El programa planea instalar 100.000 de estos generadores, que producirían 2000 megavatios de electricidad (lo mismo que dos plantas nucleares).
Una de los puntos a su favor es que no hace falta un terreno grande para la instalación que haya que pagar (a diferencia de las centrales normales de cualquier tipo), ni se necesita una infraestructura eléctrica especial. Los generadores no serían visibles ni estropearían el paisaje. Y la gran ventaja es que con este sistema el calor generado, que normalmente se desperdicia en las centrales normales, puede aprovecharse para calefacción.
La flexibilidad es otro punto a favor, pues se puede poner en marcha un determinado número de generadores para así proporcionar sólo la energía que se necesita en cada momento. Si por ejemplo el viento cae y muchas turbinas eólicas dejan de producir corriente, esta red de generadores podría cubrir la demanda rápidamente.
Los dueños de las casas pagarían 5000 euros por el generador y el sistema de calefacción asociado a él, pero recibirían una bonificación por la electricidad generada.
El grupo Volkswagen sería el encargado de fabricar los motores de explosión interna a gas que muevan el grupo electrógeno. Un motor similar a los que se montan en los Golf.
Parece un negocio redondo, sobre todo para algunos.
5 Comentarios
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domingo 13 septiembre, 2009 @ 2:19 pm
El negocio es redondo para cualquiera que no sea el usuario, aun siendo una sistema que ahorra muchísima energía que ahora desperdiciamos.
Lo triste de todas estas «novedades», y lo digo así porque hay muchas de ellas guardadas en cajones desde hace años, es que nunca parecen estar pensadas para beneficiar a la mayoría, sino que como bien dice el artículo será muy beneficiosa para sobre todo algunos, pero nunca «nosotros»… ¿Por qué permitimos que ocurra esto? Creo que todavía no nos hemos dado cuenta de que en muchas ocasiones existe tal abuso en esto de los «negocios redondos» que utilizan recursos de todos, que esto seguirá por mucho tiempo propiciando que seamos esclavos que trabajamos para que unos pocos se enriquezcan.
jueves 1 octubre, 2009 @ 2:26 am
Constanza: Es la lógica de la actual civilización del egoismo ilimitado. Dentro de su contexto correspondiente, Carl Marx ya había expuesto dicha lógica en El Capital. Una lectura a dicha obra no estaría mal, obviamente con la correspondiente revisión y readaptación a la realidad del siglo XXI.
Lo que Marx no sabía es que el capitalismo es solo un reflejo de nuestra mentalidad atávica y primitiva, sumida en el guerrerismo, la competitividad por sobre la cooperatividad y el fanatismo hacia las jerarquías verticales, presente incluso en las «democracias» occidentales más antigüas.
jueves 1 octubre, 2009 @ 10:30 am
Efectivamente a Marx se le olvidó todo eso y mucho más, y lo que es peor esos condicionantes son biológicos y entán en nuestros genes así que son muy difíciles de cambiar.
El egoísmo es efectivamente ilimitado. Así que a ver si convencemos a un gran grupo de población para que no lo sea y así los demás tocamos a más con menos competencia. Eso que acabo de exponer de forma irónica es, de nuevo, una versión más de la tragedia de lo bienes comunales, el paradigma de los que estudian la cooperación.
Para no ser egoístas nos tienen que obligar a no serlo con castigos (multas de tráfico, etc.) o ser premiados con un incentivo. Es la razón por la cual algunos individuos se sacrifican convirtiéndose en bombas humanas. Creen que van a ser premiados con no sé cuantas vírgenes en el más allá. Incluso la cooperación tiene sus lados oscuros.
jueves 15 octubre, 2009 @ 10:58 pm
Cuando nos duchamos normalmente calentamos agua, la echamos por encima de nuestro cuerpo y finalmente al desagüe.
Reutilizar el agua del desagüe para llevarla otra vez a la ducha no parece buena idea, pero ¿por que no reutilizar el calor?
Supongo que poniendo un intercambiador de calor entre el agua del desagüe y el grifo de agua fría (que usamos para mezclar la caliente) se podria conseguir de forma facil y económica.
Se me acaba de ocurrir, pero ¿como no se le ha ocurrido a alguien antes?
viernes 16 octubre, 2009 @ 12:01 am
Ya existe, pero su uso no está todavía extendido.