NeoFronteras

El ser humano como generador de erosión

Área: Medio ambiente — lunes, 7 de septiembre de 2009

Un estudio pone de manifiesto que la actividad humana produce tanta erosión como los grandes ríos y glaciares del mundo.

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Supongamos que por arte de magia dejara de haber cambio climático y que de un plumazo elimináramos todo tipo de contaminación. Supongamos milagrosamente también que estabilizáramos la población mundial a los niveles que hay ahora y que no destruyéramos todas nuestras reservas pesqueras como estamos a punto de hacer. Incluso sin todos esos problemas la civilización moderna tendría los días contados.
Esto es algo que no es nuevo y ya ha pasado varias veces en la Historia, cuando varias civilizaciones no consiguieron administrar bien sus recursos ecológicos. Unos de los factores que más influyen en el éxito o fracaso de una civilización está el haber conseguido evitar la erosión.
El ser humano come, si es posible todos los días, y la comida le viene de los campos de cultivos (el ganado también necesita de esos campos o de pastos). Pero para que las plantas crezcan el suelo les debe de proporcionar una serie de nutrientes y tiene que tener la capacidad de retener la humedad y a las propias plantas que crecen en él.
El suelo en la Tierra es de las cosas más sofisticadas que hay, tanto desde el punto de vista físico-químico como a nivel biológico. En el suelo hay toda una comunidad de bacterias, hongos, protozoarios, ácaros, coleópteros, hormigas, nemátodos, miriápodos, colémbolos, rotíferos, larvas, lombrices y otros microorganismos que participan en fenómenos de increíble complejidad, dentro de redes tróficas para la transformación de la materia orgánica e inorgánica y permitir que sobre él crezcan las plantas. La simple desaparición de las lombrices resta mucha fertilidad al suelo.
Sobre el suelo crecen nuestras plantas y por tanto nuestro alimento. Si desaparece estamos perdidos. Hay procesos que crean suelo y que tardan miles o millones de años en producirlo y otros procesos que lo destruyen, como la erosión.
Pero el ser humano, por culpa de su actividad, es un factor más de erosión. ¿Cómo de importante? Parece ser que tan importante como los grandes ríos y glaciares. Aunque hay procesos naturales que erosionan ciertos lugares para crear suelo en otros, en general la actividad humana es sólo destructiva en este sentido.
Contrariamente a lo que se creía, un estudio publicado en Nature Geosciences realizado por investigadores de University of British Columbia y de University of Washington demuestra que el ser humano está remodelando el planeta a un ritmo comparable a la capacidad de erosión de los grandes ríos y glaciares.
Michele Koppes comenta que su intención inicial no era investigar este asunto, sino que era comprobar si eran o bien los ríos o bien los glaciares los agentes de erosión más importantes. Al explorar este problema se encontraron con que muchas áreas están experimentando altos niveles de erosión provocados por el cambio climático y la actividad humana, como la agricultura moderna.
En algunos casos los investigadores encontraron que la agricultura a gran escala está acelerando la erosión a un ritmo comparable a los ríos y glaciares en las cordilleras tectónicamente más activas. Los altos ritmos de erosión se dan de manera natural a gran altura pues las fuerzas tectónicas levantan las rocas creando pendientes que los ríos y glaciares se encargan de erosionar.
Según Koppes el estudio muestra que los humanos están jugando un papel significativo en la aceleración de la erosión en áreas bajas. A esa baja altura no hay una actividad tectónica importante, pero la tierra está siendo desnudada a un ritmo no sostenible por culpa del hombre.
Otros factores que Koppes señala como causantes de erosión a baja altura incluyen la fusión de los glaciares provocada por el cambio climático y la actividad volcánica.
Koppes y David Montgomery han creado una base de datos actualizada en la que están registradas las tasas de erosión de 900 ríos y glaciares de todo el mundo. Base de datos documentada durante la pasado década gracias a nuevas técnicas geológicas de medida.
Contrariamente a lo asumido anteriormente encontraron que los ríos y glaciares en montañas activas son capaces de erosionar el paisaje a una tasa de 1 cm anual, cuando en estudios previos se indicaba que era diez veces mayor.
No deja de ser paradójico que precisamente nuestra manera de conseguir alimento hipoteque la capacidad de conseguirlo de las generaciones futuras. Es decir pan para hoy y hambre para mañana que inevitablemente producirá un colapso de la civilización como antes les pasó a Mayas, Indios Pueblo, Islandeses, Pascuenses, etc.

Fuentes y referencias:
Nota de prensa.
Artículo original (resumen).
Libro: “Colapso” por Jared Diamond.
Imagen: erosión del suelo (Iowa State University)

Salvo que se exprese lo contrario esta obra está bajo una licencia Creative Commons.
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10 Comentarios

  1. lluís:

    Más trabajo para los negacionistas del cambio climático.Ahora deberan encontrar ideólogos que combatan el «erosionismo antropogénico», para seguir con los cultivos y la ganadería intensiva. Parece cierto que eso de «crecimiento sostenible», es poco sostenible: o seguimos creciendo y desaparecemos, o paramos de crecer.Claro que el problema de dejar de crecer tampoco es pequeño.Creo que estamos ante un dilema de difícil solución.

  2. NeoFronteras:

    La crisis alimentaria dejará en ridículo la actual crisis financiera que no es otra cosa que el reflejo de querer vivir por encima de muestras posibilidades.
    Pero la crisis alimentaria puede ser mucho más grave, sobre todo para esos países en vías de desarrollo que además tienen poblaciones en rápido crecimiento. Es decir: más pateras, más hambrientos, más guerras, más destrucción del medio, más corruptos, más populistas salvapatrias, más dictadores, más locos en busca del arma nuclear, más epidemias…
    Además, la crisis alimentaria probablemente se junte con el agotamiento del petróleo barato. El mundo tal y como lo conocemos habrá desaparecido ya para 2050 (antes de que los efectos del calentamiento global empiecen a notarse ostensiblemente).
    El fin del mundo no pasará de un día para otro, pasará a lo largo de los años, poco a poco, caso sin darnos cuenta.

  3. Miguel:

    El artículo me parece demasiado negativo, en cuanto no toma en cuenta la existencia de aquellas iniciativas destinadas a contrarrestar la erosión causada por el hombre y un manejo sustentable del suelo. Mientras que en países desarrollados la taza de obesidad mórbida aumenta cada día, en muchos países del tercer mundo las personas llegan a matar por unos cuantos granos de arroz y comer un pedazo de carne es un privilegio, unos pocos tienen comida hasta para tirar por la ventana y otros duermen con la preocupación si mañana van a comer o no. ¿El mundo tal y como lo conocemos habrá desaparecido ya para 2050? ….. Acaso la tierra va a tener forma triangular, el mar se va a transformar en jalea NO, el planeta seguirá su curso por la galaxia y si a consecuencia de nuestro egoísmo y codicia desaparecemos como especie eso es problema nuestro, pero al planeta no le va a pasar nada, el planeta tiene 4500 millones de años y el homo sapiens apareció apenas hace 160.000 años y hace un poco más de 300 años que comenzó la era industrial con su emisión masiva de CO2…POR FAVOR!!!! NO SOMOS MÁS QUE UNA SIMPLE ESPINILLA para el planeta y eso es decir mucho.

  4. javier:

    Estimado Neofronteras:
    Esto aparece en un posteo de una pagina de divulgación científica y nada menos que «el editor» escribe: «…El fin del mundo no pasará de un día para otro, pasará a lo largo de los años, poco a poco, caso sin darnos cuenta…»
    … Parece que no hay ninguna posibilidad de vuelta atras, sobre la humanidad pende el peso de su irracionalidad respecto a los recursos y va derecho al precipicio, son estos intantes los anteriores a la debacle final, y nadie esta dispuesto a enmendar el rumbo, todos seguimos consumiendo recursos en esta fiesta final de la superabundancia.
    Dentro de 40 años o menos el mundo que conocemos «la civilización» será desbastada y nuestros nietos (si es que se salvan), vivirán en condiciones muy distintas a las nuestras.
    En definitiva nuestro comportamiento difiere muy poco que el de organismos unicelulares en un cultivo con recursos limitados.

    No hay motivos para ser pesimistas porque lo peor es ya la única certeza.

  5. NeoFronteras:

    Estimado Miguel:
    Obviamente se trata del mundo tal y como lo conocemos, el planeta en sí seguirá en su órbita al igual que le pasó en las anteriores extinciones masivas. Pero si acabamos en la barbarie o en la incivilización, ¿para qué hemos vivido?, porqué lo habremos perdido todo.
    En cuanto al pesimismo podemos tomar dos actitudes:
    Una es decir que no pasa nada o esperar que alguien lo arreglará en algún momento del futuro, eludiendo así nuestra responsabilidad. La segunda es alertar sobre el problema para que así ahora se tomen medidas antes de que sea tarde. Las cosas se podrían arreglar si se quisiera, y esto quizás sea lo más triste de saber.
    Esta web no tiene recursos para cubrir todas las noticias sobre informes científicos acerca del cambio climático, el medio ambiente o ecología, pero le aseguro que la inmensa mayoría son muy negativas. El panorama es desolador aunque no seamos conscientes y este problema de la erosión es sólo uno de los problemas que ya hay. Esta web también está alejada de fundamentalismos políticos o greenpeacianos o de la propaganda amarillista. Sólo se trata de concienciar acerca de los problemas, nada más.

  6. NeoFronteras:

    Estimado Javier:
    El fin del mundo tal y como lo conocemos ya está pasando. Sólo hay que confiar en la memoria de la gente que no es muy mayor y que no padezca amnesia de paisaje. Son los arroyos secos, los bosques que ya no existen, las playas tragadas por el mar, los cultivos que ya no se dan, el agua que ya no hay, los glaciares que se han fundido, las especies desaparecidas… Sólo hay que preguntar o echar un vistazo al archivo fotográfico. El plazo a considerar puede ser tan escaso como 30 años y no hace falta irse a regiones remotas del globo. El cambio está ahí, a escasos kilómetros de donde vivimos. Qué pasará en otros 30 puede poner los pelos de punta.

  7. ___Emilio:

    Me maravilla lo que es el ser humano:

    – Durante los últimos 30 años se ha estado negando que «algo malo está pasando» (fase de negación): si hablabas de ello te tildaban de loco ecologista y santas pascuas.

    – De un tiempo a esta parte, todos los que negaban, ahora lo aceptan y «algo así ya se sabía desde hace años» dicen. Es decir, sin NINGÚN conocimiento más, afirman saber lo que antes negaban. Curioso, además ya lo aceptan sin casi rechistar (fase de aceptación).

    – Hemos perdido la fase tan graciosa de fase de enfado: nadie se ha planteado la ira contra los que nos han vendido que «aquí no pasa nada y que Greenpeace son unos locos». Siguen mandando, siguen cobrando y haciéndose ricos.

    – Ahora quieren hacerse más ricos con la Geoingeniería: el punto final a nuestra civilización.

    – En fin: la historia de la tierra es la historia de una extinción.

    El último que apague la luz, de bajo consumo y comprada en El Corte Inglés, claro.

    Suerte!!

  8. NeoFronteras:

    Las soluciones de geoingeniería contra el cambio climático son absurdas además de ineficaces y carísimas. Al menos así lo revelan los últimos estudios (y dicho sea de paso los previos). Aunque siempre habrá un vendido que trabaje para los políticos de turno o los poderosos que diga lo contrario. Una pantalla solar espacial sería tan cara que ese mismo dinero se podría invertir en disminuir las emisiones de manera mucho más efectiva.
    Aunque para algunos gastar más parece ser la «solución» perfecta que lubrica el sistema económico. Si pagamos por emitir y por reducir las emisiones pagamos dos veces y de este modo la «tarta económica» se hace más grande para algunos, aunque las necesidades no crezcan.
    Es más fácil y económico emitir menos.
    Otro problema es el de la acidificación del mar, y que estas «ideas» no solucionan. Y la acidificación del mar es un problema gravísimo al que se presta poca atención fuera de los círculos académicos.

  9. Alejandro Sánchez:

    Lo que necesitamos es una avanzada en lo que Serge Latoche llama «catastrofes pedagógicas». La gripe a parecía que iba a ser eso, una buena catástrofe pedagógica que iba a ayudar a poner freno a la locura del actual modelo de progreso (de hecho el mes de junio hubo una profundización de la crisis financiera por el pánico que causó tal gripe) Lamentablemente la Gripe A no pasó de ser una gripe más, un poco más fuerte, pero una gripe mas (creo que ya la he tenido y se me presentó como un simple resfriado) Ojalá venga una segunda mutación realmente pandémica y mortífera, eso podría ayudar al cambio de conciencia y civilización.

  10. NeoFronteras:

    Introduciendo ironía en la cuestion:
    Una catástrofe de ese tipo, aunque fuera provocada por un loco, sería realmente fantástica. Disminuiría la población, aprenderíamos de nuestros errores, habría más recursos para los que quedasen… Siempre y cuando la parte mala les toque a los demás y a la familia y amigos de los demás, claro.

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