El secreto del acero de Damasco desvelado
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Los cruzados se las tuvieron que ver los los sables sarracenos que tenían una dureza y resistencia especiales. La leyenda dice que esas espadas eran templadas introduciendo la hoja al rojo vivo dentro de los cuerpos de esclavos y prisioneros. No se sabe como obtener las buenas propiedades del acero de Damasco (ahora en la actual Siria) del que estaban hechas estas espadas, pues el secreto de su fabricación se perdió en el siglo XVIII.
El acero a partir del cual se fabricaban las hojas se denominaba wootz. La forja era especial y producía un patrón característico de naturaleza y génesis conocida (ver foto). Pero el forjado no explica las características físicas tan peculiares de las espadas.
Ahora Peter Paufler de la universidad de Dresde (Alemania) ha usado la microscopía electrónica para intentar demostrar cómo se conseguía la dureza y resistencia de esta aleación. Al parecer depende de la presencia de nanotubos parecidos a los nanotubos de carbono que se utilizan en la moderna tecnología.
Para poder visualizar estas estructuras fue necesario disolver con ácido hidroclórico las microestructuras en forma de filamentos de minerales de cementita presentes en la aleación que le dan estas cualidades, y observar las muestras con el microscopio electrónico.
El mineral de hierro empleado incluye menas procedentes de India que contiene impurezas de metales de transición. Se creía que estas impurezas ayudaban a los filamentos de cementita en su formación, pero no estaba claro. Este investigador pensó que los nanotubos de carbono podrían ser la clave de este asunto.
Según él, a alta temperatura las impurezas del mineral de hierro indio catalizaría el crecimiento de nanotubos durante la fabricación del wootz gracias a la quema de la madera del horno. Entonces los nanotubos, una vez creados, podrían ayudar a la formación de los filamentos de cementita.
El resultado es controvertido pues otros expertos lo ponen en duda. Entre otras cosas el microscopio podría estar contaminado por nanotubos modernos. Los autores del trabajo, sin embargo, niegan estos problemas.
Lo interesante sería pensar que si este resultado se confirma los nanotubos de carbono ya estarían sirviendo a un propósito tecnológico más de 1000 años antes de ser descubiertos. Además esto nos podría servir para diseñar nuevos materiales y aleaciones. Se podrían utilizar los conocimientos actuales en la fabricación de nanotubos para reproducir estas famosas espadas. La idea de Paufler es precisamente recrear la fabricación de estas espadas. Esperemos que no utilice el cuerpo alguien para templar la espada.
Referencia: ReiboldM., et al. Nature, 444. 286 (2006)
3 Comentarios
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viernes 23 marzo, 2007 @ 5:57 pm
Muy buena la nota, me gustaría saber que paso con la investigación y si ya dio frutos donde se puede comprar una espada fabricada “a la antigua”. La verdad que el acero damasco es el mejor de todos y seria un honor tener una espada de este precioso acero. Gracias.
domingo 25 marzo, 2007 @ 2:54 am
Esto trataba de una investigación científica. Desconocemos si hay alguna empresa interesada en reproducir estas espadas y venderlas.
lunes 16 julio, 2007 @ 5:45 am
No soy un experto en el tema pero me gustaría saber si este acero de damasco usado en espadas antiguas es como las katanas y demás parientes de esta, o son aún más dura que por ejemplo aleaciones de metales utilizados en la actualidad, como las aleaciones de titanio realizadas para atravesar los blindajes de casquetes de tanques, o mayor resistencia mecánica que la misma aleación usada para la carcasa de un cohete espacial.