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Hongo aún más grande

Área: Biología — viernes, 12 de octubre de 2018

El hongo gigante de Michigan tiene mayor extensión de lo que se pensaba.

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Cuando pensamos en el organismo más grande de la Tierra podemos pensar en la secoya gigante o en la ballena azul. Pero desde hace unas décadas se conocen otros seres que superan en tamaño, masa y edad es esos dos.

Así, por ejemplo se conoce en Utah la colonia clonal Pando, un bosque de álamos temblones. Si se analiza el ADN de cada árbol se puede comprobar que los genes son los mismos para todos ellos. Cada árbol no es más que un brote de otro, aunque nosotros lo veamos con árboles individuales. Pando cubre 46 hectáreas, pesa 6600 toneladas y tiene 80.000 años de edad. En extensión es superada por otra arboleda similar en Utah de 80 Ha. En edad sólo es superada por una pradera de Posidonia oceánica cerca de Formentera, que se estima que tiene unos 100.000 años de edad.

En los ochenta del pasado sigo se descubrió otro organismos singular en este aspecto. Se trata de un hongo que crece en la península de Michigan y que cubriría 37 hectáreas de superficie. Naturalmente no se trata de una seta, sino del hongo propiamente dicho, que vive en forma de fibras bajo la tierra y que pertenece a la especie Armillaria gallica. Las setas, que las produce, son sólo sus órganos reproductores.

Ahora, un equipo de investigadores ha actualizado el estudio original y llega a la conclusión de que este hongo es cuatro veces más grande y es dos veces más viejo que lo que se pensaba.

Este hongo pertenece a los hongos filamentosos. El cuerpo de un hongo filamentoso tiene dos porciones, una reproductiva y otra vegetativa. La parte vegetativa está compuesta por filamentos llamados hifas. Un conjunto de hifas conforma el micelio. En este caso, cuando hablamos de extensión o peso nos referimos a las hifas. La parte reproductiva serían las setas que salen a la superficie.

Como otros hongos similares, Armillaria produce esas hifas, pero, a diferencia de otros, se funden unas con otras y se entrelazan hasta llegar a extenderse por una gran área mientras consumen madera muerta o material orgánico en descomposición.

En esta ocasión, los investigadores tomaron 245 muestras y analizaron los genes que las hifas que contenían. Como genes eran los mismos en todos los casos, por lo que concluyen que las hifas pertenen al mismo hongo, que debe haber estado viviendo allí por 2500 años.

Además, midieron las mutaciones que se han venido dando durante todo este tiempo y descubrieron un proceso lento de mutación en el que sólo se dan 163 cambios genéticos cada 100 millones de años. Esta tasa de mutación tan baja refleja lo lento que evoluciona este ser. Los investigadores no sabe la razón de esta tasa tan baja, puede que este hongo posea un sistema de reparación de ADN muy sofisticado o puede que, simplemente, mute poco por vivir bajo tierra fuera del alcance de los mutágenos rayos ultravioletas del Sol.

Pero este hongo ya perdió su trono. Otro caso similar descubierto en 1998 en Oregón es el organismo más grande del planeta, con 770 hectáreas. Se le estima una edad de 8000 años.

La verdad es que estos casos recuerdan a algunos relatos de ciencia ficción en los que un organismo constituye todo un planeta.

Así, que amigo lector boreal, espero que este otoño en ciernes recapacite sobre lo que sucede bajos sus pies cuando se encuentre con unas suculentas setas al pasear por algún bosque cercano.

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Fuentes y referencias:
Artículo original.
Foto: Dan Molter (shroomydan), Mushroom Observer.

Salvo que se exprese lo contrario esta obra está bajo una licencia Creative Commons.
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11 Comentarios

  1. tomás:

    Yo no sé si soy una mosca de esas que llamamos «eso», o es que las cazo al vuelo: En la explicación del título, ya sé que si es más grande pesará más, pero creo que se quiere decir «… es más grande de lo que se pensaba»
    Y perdón por ser ta mal pensado y tan pesado, simultáneamente.

  2. tomás:

    Lo cierto es que me ha encantado el artículo. Estas formas de vida podrían responder a la cuestión que plantea Dr. en su 10 del artículo «Sobre la antigua función de los genes Hox» al que respondo creo que incluyendo esto: una evolución lentísima durante esos tres eones previos.

  3. Dr.Thriller:

    Creo que no, Tomás. Poca competencia tienen estos hongos, como ves. Respecto a presiones evolutivas, no las conocemos bien (aún).

    El concepto que me saco yo es el de la percepción del tiempo, por qué no, por seres conscientes. Ese ser-océano de Solaris se parece más a estos hongos que a nosotros. Ocho milenios es una buena cantidad de tiempo (y estos seres no tienen cambios dramáticos, hormonales y fisiológicos, en lapsos signficativos de su existencia vital). Si estos hongos, permítaseme la licencia antropomórfica, pensasen e interpretasen el mundo de modo similar al nuestro, ¿cómo nos verían? Si es que pudiesen «vernos» en el sentido de resolvernos de nuestro entorno ¿Podría siquiera darse una comunicación entre ellos y nosotros? Iba a ser un poco lenta para nuestros cánones.

    Pero estas reflexiones probablemente son disparatadas. La velocidad de una transmisión nerviosa o análoga anda por (muy) debajo de la velocidad del sonido (800 km/h creo recordar), por tanto un ser que ocupa 0,55 km2 no puede autoconstruirse un autorreferente corporal (y sensorial) con semejantes demoras como iba a tener. ¿O sí?

  4. tomás:

    Aunque no es la misma en los diferentes seres con sistema nervioso, ni -creo- que en el mismo ser sea igual según los axones considerados, mis noticias son que en el hombre ronda por los 60 m/s, lo que nos lleva a tan solo 216 km/h. O sea que la conocida frase: «Es más rápido que el pensamiento» no tiene mucho sentido.

  5. Dr.Thriller:

    Revolviendo por internet he encontrado: 119m/s (muscles), 76.2m/s, (touch), 0.61m/s (pain), dando una velocidad tope de 420 km/h. El link es, lo pongo así para no dar trabajo a Neo, hache te te pe ese dos puntos barra barra hypertextbook.com/facts/2002/DavidParizh.shtml, hay un cierto consenso sobre ~100 m/s, que parece suficiente incluso para un dinosaurio mastodóntico, pero ya ves que depende del tipo de señal nerviosa. Parece sorprendente a priori que el dolor vaya tan lento.

    Lo que yo me refería y no he podido localizar es a un límite teórico basado en una estimación de velocidad de propagación máxima, asumiendo propiedades físicas y químicas que imagino serán en pura hipótesis. Entiendo que tal límite teórico debe existir, porque es inherente siempre a las propiedades de un sistema, en cualquier caso, 800, 400 o simplemente 250, creo que un ser descomunal tendría que desarrollar otro tipo de tejido neuronal o la capacidad de los cerebros animales puede que tengan muchas sorpresas. No obstante, aquí en la Tierra los seres con sistema nervioso parecen tener sus límites de tamaño más bien en límites anatómicos (presión sanguínea, estructura ósea, metabolismo, cosas así) que en problemas de cableado neuronal.

  6. tomás:

    Está comprobado que la velocidad es mucho mayor en los axones mielinizados. Los 100 m/s parecen muy correctos en mamíferos -creo que sobre todo en felinos-, pero los axones sin mielina solo dan 1 m/s.

  7. Dr.Thriller:

    Es que en el fondo, el Universo funciona con límites. Si p.ej. los humanos llegamos algún día a «gestionar» el Sistema Solar (lo digo a efectos de experimento mental), me parece obvio que el modelo centralizado tiene ciertos problemas. Si un robot investigando Urano tiene que esperar unas horas a una decisión que llegue de la Tierra, apaga y vámonos. Es claro que tiene que tener una autonomía y no precisamente pequeña. Los tiempos de respuesta siempre son claves en física. Dependiendo de qué señales se propaguen más deprisa, p.ej., podemos tener una falla parcial o un colapso estructural.

  8. tomás:

    Docto amigo: Más de dos horas y media. Un verdadero problema, pero no entiendo por qué en este artículo te vas a la astronomía, incluso teniendo por ahí una nave que viaja hacia el Sol de noche por pura precaución, cuando estamos hablando de hongos y olvidas el champiñón tramposo.

  9. Dr.Thriller:

    Porque lo que postulaba era si es posible que un ser del tamaño de un hongo (se entiende, en una ucronía evolutiva terrestre o una ET) podría desarrollar algo parecido a nuestra con(s)ciencia. Esto como forma de subrayar lo sesgado de nuestra percepción cultural, estamos habituados a «ver» como grandes individuos de, digamos, plan corporal complejo, y hasta una ballena azul o una sequoia se quedan diminutos al lado de este hongo.

    Dicho sea de paso, no se sabe que hayan existido medusas del tamaño de un zeppelin, aunque tenemos calamares de un tamaño de una avioneta.

  10. tomás:

    Hombre, un hongo aún más glande tiene su propia voluntad; no sé si consciencia porque puesto que al seccionarlo no se le halla cerebro, puede ser solo hormonal. Pero cualquiera sabe una vez comprobadas las respuestas del paramecio.

  11. Dr.Thriller:

    Pero, en cualquier caso, no podemos comunicarnos con el hongo, no en sentido amplio (cualquier interacción es una forma de comunicación), en el sentido como lo estamos haciendo ahora nosotros. La idea entonces es si este tipo concreto de comunicación tiene barreras. Por barreras me refiero p.ej. a que los antiguos egipcios, por decir algo, pueden hablar con nosotros (a través de lo que han dejado), pero va a ser que al revés como que no. Supongo que se le puede llamar barrera, aunque en este caso no es biológica, o sí, porque ya están todos muertos.

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