¿Es la ciencia de CSI correcta?
Un científico forense discute sobre la verosimilitud de la ciencia que aparece en las series de televisión sobre forenses.
En televisión abundan desde hace unos años las series dramáticas sobre forenses. Así, a las típicas series de abogados, policías y médicos se unió una mezcla de todas ellas con unas dosis de ciencia: CSI en tres versiones, NCIS, Crossing Jordan, Bones, Dexter, etc. Pero, ¿es precisa la ciencia que aparece en estas series? ¿Se representa bien el trabajo de estos profesionales? No son preguntas gratuitas si tenemos en cuenta que estas series están entre las más exitosas de televisión y los telespectadores pueden llevarse una impresión errónea de la ciencia forense que ven ellas.
En el pasado ya se señaló que esto puede ser un factor importante si hay telespectadores de estas series en los juicios con jurado, pues pueden confundir las pruebas aportadas o demandar una precisión que en la realidad no existe. Otra consecuencia ha sido que algunos criminales han aprendido de estas series y alguna vez han dejado pruebas falsas (colillas de cigarrillos con ADN de cualquiera, por ejemplo) en la escena del crimen.
Robert Shaler ha sido director del programa científico forense y profesor de Bioquímica y Biología Molecular de Penn State en el campus de Park desde 2005, pero ha sido un científico forense durante 40 años. Fue el encargado, entre otros casos, de dirigir el reconocimiento de los restos humanos encontrados en las ruinas de las torres gemelas de Nueva York después de ataque del 11 de septiembre.
Este investigador bromea sobre los tacones altos y la ropa de moda elegante que el personaje de Kathryn Willows usa en la serie CSI. Obviamente en la realidad se viste de una manera mucho más práctica en las escenas donde se ha cometido un crimen.
Según él este tipo de series perpetúan una serie de incorrecciones o errores entre las cuales la estética y los vestidos de moda son los menos egregios. En general estos errores que se muestran en pantalla llevan a la ciencia más allá de los límites reales o se utilizan gráficos de ordenador para hacer una ciencia que simplemente no pueden hacer.
Tomar un fotograma realizado por una cámara de vigilancia y ampliar sucesivamente una región de la imagen hasta ver detalles que la resolución de la propia imagen no puede dar es uno de los errores más obvios.
Como ejemplo de error Shaler recuerda un episodio de NCIS en el cual los criminólogos investigan un crimen en una pista de patinaje. Gracias a unas luces ultravioletas pueden ver un rastro de sangre que está embebido en el hielo. Hay métodos para hacer que la sangre se torne fluorescente bajo ese tipo de luz, pero por sí sola no lo hace. En la realidad hay que pulverizar los posibles restos de sangre con agentes químicos especiales para que lo haga.
Otro error típico son los análisis de laboratorio que estas series se tardan horas en realizarse, mientras que en la realidad se tardan días o semanas en completar.
Los métodos que se utilizan para asesinar a la gente en estas series suelen ser espectaculares, extraños o raros. Se puede, por ejemplo, contraer la rabia con un tatuaje o un ave carroñera puede dejar caer restos humanos en una taza de café. Según Shaler esto añade dramatismo a la serie y la adereza con ingredientes estrambóticos, pero contiene poca ciencia. Simplemente adorna la realidad para hacer que encaje con el guión, pero la realidad es mucho más aburrida. En los laboratorios forenses se trabaja con rastros de sangre, restos de ADN relativos a casos de violación, asesinato o robo más ordinarios y sencillos que los que aparecen en estas series.
Así que según este investigador si quiere ser forense con sólo ser un ardiente fan de estas series no le será suficiente para ser un buen forense científico. Lo que un futuro estudiante en este campo necesita es una buena base en Biología, Química, Física y Matemáticas. Los estudiantes que carezcan de buenas aptitudes para estas ramas básicas de la ciencia deberían de optar por una carrera en la abogacía o en la policía.
Y para aquellos que persiguen la ciencia forense, una clave importante es saber que la realidad no es como aparece en estas series de TV. “Yo he sido un tipo de laboratorio criminalístico, pero nunca fui la persona retratada en televisión”, dice Shale. “Esa persona no existe realmente”.
Fuentes y referencias:
Nota de prensa.
Nota de prensa.
Vídeo con entrevista al investigador.
Sudores en el CSI.
Foto cabecera: escena de la serie CSI.
8 Comentarios
RSS feed for comments on this post.
Lo sentimos, esta noticia está ya cerrada a comentarios.
martes 8 diciembre, 2009 @ 4:20 pm
Robert Shale tiene razón; pero como la realidad supera a la fantasía, los procedimientos de CSI serán la rutina del futuro.
martes 8 diciembre, 2009 @ 4:38 pm
Bueno, si una persona «persigue» la carrera forense y hay que explicarle que csi es un programa de televisión con casos ficticios, creo que persigue la carrera equivocada.
O sea, es evidente que si quieres desarrollar un espectáculo de una hora desde algunas técnicas científicas, deberás maquillar a los personajes, saltarse el tiempo de proceso de los análisis y el des transporte de evidencias también.
Yo más bien le diría a quién piense que viendo la serie csi se puede convertir en un csi, le diría que mejor se busque otra cosa que hacer porque no tiene pasta csi. Si no tiene olfato para entender este asunto es difícil esperarle un futuro investigativo.
miércoles 9 diciembre, 2009 @ 3:38 am
Al menos la distancia entre CSI y la ciencia forense real no es abismal como la distancia entre Star Trek y la NASA…
miércoles 9 diciembre, 2009 @ 5:53 am
Además del mal uso de la parafernalia científica, así como su lenguaje, para hacer una simple serie de televisión, estos programas hacen parecer a los forenses como «los tipos que agarran a los criminales», olvidando el enorme trabajo que se ha hecho entre fiscales, policías, jueces…
Simplemente, es exageración y si a alguna persona esto le cae de sorpresa: me compadezco de su inteligencia.
Saludos.
miércoles 9 diciembre, 2009 @ 10:59 am
«Tomar un fotograma realizado por una cámara de vigilancia y ampliar sucesivamente una región de la imagen hasta ver detalles que la resolución de la propia imagen no puede dar es uno de los errores más obvios.»
Pues precisamente eso es lo más factible: «resolución subpixel», que se obtiene apilando varias imágenes de la misma escena. La condición es que las imágenes no sean idénticas del todo. La mera vibración microétrica de la cámara puede llevar a cabo esta tarea. Así, se pueden interpolar valores intermedios entre dos píxeles contiguos.
miércoles 9 diciembre, 2009 @ 12:37 pm
A partir de un solo fotograma la resolución subpixel es, como mínimo, bastante complicada.
miércoles 9 diciembre, 2009 @ 6:15 pm
Que las películas de Holywood dañan la comprensión de la ciencia de los estudiantes, fue denunciado por unos profesores de física de la University of Central Florida en un artículo en el que entre otros ejemplos citaban la película “Speed” y el famoso salto de un autobús en un puente cortado, a más de cien kilómetros por hora. Según esos profesores muchos de sus alumnos creían realmente que eso era posible, obviando algo tan elemental como que para eso tuviera algún viso de realidad, al menos se precisaría una rampa para ajustar la dirección del movimiento. Uno de los coautores del artículo en cuestión dijo :” La gente suele decir que todos sabemos que las películas no son reales, pero mi experiencia es que muchos estudiantes creen lo que ven en las pantallas”. Y esto ocurre con gente que está en la universidad estudiando carreras científicas.
miércoles 9 diciembre, 2009 @ 8:52 pm
Lo curioso es que se han empleado las películas para todo lo contrario: como instrumentos de enseñanza (o como medios de captar un interés que cada día se torna más difícil de conseguir).
El problema no son las películas, es el analfabetismo científico del público y la escasa supervisión de los asesores científicos (si existen).
Una serie como «The Big Bang Theory», pese a ser de humor, es 100% correcta cuando se habla de Física porque tiene un buen asesor y se le hace caso.
Si la gente tuviera formación y no fuera analfabeta científica no pasaría nada y el director se podría tomar licencias acientíficas. De hecho existe un género llamado «ciencia ficción» que trata precisamente de lo que no es ciencia de verdad pero excita la imaginación. Lo malo es cuando se confunden deseos (películas) con la realidad porque no se sabe distinguir.
El tema de la licencias en películas se trató en un artículo en la página de opinión recientemente a propósito de la película Ágora.