NeoFronteras

Megafauna, ser humano y cambio climático

Área: Medio ambiente — jueves, 15 de julio de 2010

Según un estudio, el ser humano provocó un efecto dominó en el sistema trófico que extinguió la megafauna norteamericana. Otro estudio apunta a que esta extinción aumentó la temperatura global en todo el planeta.

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Megafauna. Fuente: Mauricio Anton, Oregon State University.

Frente a la amenaza del cambio climático y ecológico muchas personas usan el mecanismo mental de defensa de creer que nunca se producirá, que ya encontraremos una solución antes de que llegue el problema. Se olvidan (además de que el problema ya está aquí) que el ser humano ya ha cometido errores de ese estilo que han llevado a la extinción de civilizaciones como los indicios del cañón del Chaco, los habitantes de la isla de Pascua, los mayas, los vikingos de Groenlandia, etc. Muchas otras civilizaciones o países (Islandia, Ruanda, Haití, etc) también lo han pasado muy mal, aunque también hubo otras que supieron vivir con el entorno.
En un mundo cada vez más globalizado en el que al ser humano le es cada vez más fácil hacerse con armas cada vez más sofisticada, no es difícil llegar a la conclusión de que nos estamos sentando sobre un polvorín. Si se elabora una lista de los países con mayores problemas ecológicos y de desertificación resulta que se corresponde con la lista de países en permanente conflicto bélico.
Una vez más podemos echar un vistazo al pasado para intentar aprender algo sobre las relaciones ecológicas, el ser humano y el clima. Recientemente se han publicado un par de resultados sobre la extinción de la megafauna americana. Como ya saben los lectores de NeoFronteras, hace 15.000 años la población de mamuts empezó a declinar dramáticamente. Evento que coincide con la llegada del ser humano al continente. Se ha intentando explicar el hecho con varias teorías que incluyen (naturalmente) hasta el impacto de un meteorito. Sin embargo, la teoría que más parece estar convenciendo a los expertos últimamente es la que sostiene que fue precisamente el ser humano el que llevó a la extinción a estos grandes animales y sus compañeros.

Pero, ¿cómo puede una población humana relativamente tan pequeña crear tal desastre de extinción? Según el primer estudio del que vamos a hablar se debió a una “cascada trófica”. Estos animales cayeron víctimas de este fenómeno cuando en su ecosistema se introdujo un depredador que antes no estaba allí: el ser humano. Es el mismo tipo de fenómeno que los científicos sostienen que está pasando en la actualidad a nivel global con otros animales, como los lobos, pumas, tiburones, etc.
Según este estudio, por tanto, el origen de la extinción no fue la pérdida de algún animal clave en el ecosistema, o la caza intensiva llevada a cabo por el ser humano, sino la adición de un depredador nuevo hace 15.000 años: el ser humano cazador. El estudio, dirigido por William Ripple de Oregon State University, se publica en BioScience.
El ser humano de la época competía contra otros depredadores como el tigre de dientes de sable por las mismas presas. Esto introdujo un desequilibrio en la balanza ecológica. De golpe, un equilibrio que se había mantenido durante miles de años fue roto y dos tercios de los grandes animales de Norteamérica desaparecieron para siempre en relativamente poco tiempo.
Según Ripple y sus colaboradores, la extinción no se debió a una caza masiva de los animales hasta su extinción, como otras teorías sugieren, sino que la caza disparó un mecanismo que alteró el ecosistema de tal modo que se produjo finalmente la extinción.
En el Pleistoceno tardío los depredadores dominaban América del Norte en un precario equilibrio con otros animales, como mamuts, mastodontes, perezosos gigantes, camellos, caballos y varias especies de bisontes. Para avalar su tesis, estos investigadores mencionan estudios previos en los que se aportan pruebas de que no había problemas de falta de comida o presas entre hace 15.000 y 10.000 años. Muy al contrario, parece que las poblaciones de herbívoros crecían muy bien, pero rápidamente se redujo según aumentaba la población de los depredadores: leones, lobos y dos especies de felinos de dientes de sable. Había mucha comida para los herbívoros, el sistema estaba en equilibrio, pero estaba dominado por los depredadores. Cuando los humanos aparecieron en escena añadieron una nueva competitividad contra los carnívoros por las mismas presas.
Además, los humanos eran omnívoros y podían comer plantas si era necesario. Poseían además el fuego, vivían en grupos y tenían armas para defenderse de la depredación. Según este grupo de investigadores, todo esto disparó una secuencia de colapso no sólo sobre los herbívoros, sino también sobre los depredadores.
Por tanto, la fuerza que dirigió la extinción no fue el ser humano, éste sólo fue el responsable de disparar el proceso de extinción. Después de esto los depredadores, desesperados por la falta de comida, empujaron a las pocas presas disponibles hasta la extinción y después ellos también desaparecieron .
En sitios como el Parque de Yellowstone se ha podido observar este fenómeno de extinción en cascada en años recientes. Este fenómeno se ha producido debido a la eliminación o introducción de una sola especie depredadora. Con la eliminación de los lobos de Yellowstone el número de cérvidos se disparó, produciéndose la reducción de los bosques, y esto afectó a todo tipo de animales como castores, peces, pájaros, etc. Con la reintroducción de los lobos se está consiguiendo invertir el proceso.
Un fenómeno similar de cascada trófica disparado por el ser humano en tiempos recientes se está dando en Alaska. La caza de renos por parte de los humanos ha hecho que los lobos depreden sobre las ovejas, al carecer de presas naturales, y como resultando se ha dado una disminución de lobos, renos y ovejas.
La pérdida de especies durante el Pleistoceno fue notable. El 80% de las 51 especies de grandes herbívoros se extinguieron, así como el 60% de los carnívoros.
Los estudios sobre los colmillos de mamut evidencian que crecían adecuadamente debido a una abundancia de comida, así que no hubo un cambio climático de disminuyera el suministro de alimentos. Parece ser que la abundancia de depredadores mantuvo la población de herbívoros baja. Precisamente el estudio de los dientes de los depredadores revela, sin embargo, que no disponían de un suministro de presas adecuado.
Las cascadas tróficas iniciadas por los humanos han quedado demostradas ampliamente. Comenzó en Norteamérica hace 15.000 años, pero continúan hoy en día con la eliminación de lobos, pumas y todo tipo de depredadores en todo el mundo. La caza de ballenas hizo que las orcas tuvieran que cazar otras presas como nutrias y leones marinos y el declive de éstas ha hecho que explote la población de erizos de mar y colapsen los bosques submarinos de kelp. Según los autores del estudio los océanos terrestres son la última frontera para el declive y extinción de megafauna. Los mismos mecanismos de cascada trófica que el ser humano inició hace más de 10.000 años los está poniendo en práctica en el mar.

El segundo estudio que vamos ver trata de lo que sucedió precisamente tras la extinción de la megafauna: un cambio climático. Si este punto se demuestra, el ser humano sería el culpable del un pequeño cambio climático que se dio hace 10.000 años. Por tanto, no sería la primera vez que esta especie realiza acciones que tienen como consecuencia el cambio del clima de este planeta.
Antes de que se extinguieran los mamuts consumían retoños de árboles y los propios árboles, como hacen los actuales elefantes africanos. Su dieta incluía grandes cantidades de ramas y hojas. Sus hábitos alimenticios mantenían grandes extensiones de la superficie de Norteamérica sin bosques. En particular los mamuts pastaban en las praderas de hierba de Beringia, que era el puente que unía Siberia y Alaska hace 15.000 años. Una vez que los mamuts desaparecieron se produjo una explosión de bosques nativos de abedules (Betula).
Según Chris Doughty, del Carnegie Institution for Science en Stanford (California), y sus colaboradores, la proliferación de los bosques de abedules está conectada con la extinción de los mamuts.
Empezaron analizando los registros de polen en los estratos del suelo y lo compararon con el registro fósil de mamuts. Además usaron los hábitos alimenticios de los elefantes para inferir el efecto de los mamuts sobre los ecosistemas. Entonces usaron un modelo climático para ver el efecto de los mamuts sobre las praderas y el resultado de la proliferación de abedules y calcularon el efecto sobre la temperatura global.
Según sugieren los resultados que publican en Geophysical Research Letters, la desaparición de los mamuts hizo que los bosques de abedul cubrieran un cuarto de la superficie antes cubierta por las praderas de hierba. Las hojas de los árboles, al ser más oscuras que la hierba, absorben más luz solar, e incluso en invierno los troncos y ramas tienen el mismo efecto, produciéndose un aumento de la temperatura. Estos investigadores calculan que la desaparición de los mamuts contribuyó en un aumento de 0,1 grados centígrados la temperatura global promedio. En Beringia el efecto fue de 0,2 grados.
Según Doughty tuvo que haber un gran impacto sobre la ecología global y sobre la vegetación debido a la desaparición de estos grandes herbívoros.

Copyleft: atribuir con enlace a http://neofronteras.com/?p=3196

Fuentes y referencias:
Noticia en Science
Nota de prensa.
William J. Ripple and Blaire Van Valkenburgh. Linking Top-down Forces to the Pleistocene Megafaunal Extinctions. Bioscience, July/August 2010.

Salvo que se exprese lo contrario esta obra está bajo una licencia Creative Commons.
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13 Comentarios

  1. jahuma:

    Vosotros mismos lo habéis descrito: »Ser humano como depredador»
    Os vais al extremo contrario culpando al ser humano como »animal» dentro de la cadena trófica de ser capaz de adaptarse mejor al medio que otras especies que existían en ese momento, de haber producido tales daños.
    Y ese no es realmente el problema que planteo, si no el hecho de que no puedes comparar la etapa evolutiva en la que se encontraba el ser humano entonces, y los desastres que es capaz de ocasionar ahora, aún a sabiendas de qué él mismo es capaz de hacer ese daño, y aún sabiendo que podría reducirlo.

  2. tomás:

    Supongo que el título debería comenzar por «Megafauna»
    Algo que no me explico es la causa de la gran abundancia de bisontes todavía en el siglo XIX. ¿Quizá el hombre había disminuido mucho predadores como el lobo o el puma?. Pero si sólo fuese eso ¿por qué sucumbieron los caballos, de tamaño comparable, antes de la llegada de los españoles?
    Aparte de las similitudes que señaláis, con la consecuencia del fin de sociedades avanzadas, lo más preocupante es la actitud humana a que hacéis referencia al inicio. Hay muchos que prefieren no pensar en ello o, si lo hacen, confían en que la ciencia y la tecnología resuelvan el problema. O, lo que es más egoísta, dicen para sí: Después de mí, el diluvio. («El Diluvio que viene», claro, como el título del musical)

  3. Caro:

    «Frente a la amenaza del cambio climático y ecológico muchas personas usan el mecanismo mental de defensa de creer que nunca se producirá, que ya encontraremos una solución antes de que llegue el problema.»

    A mi esto me suena a ciencia planificada, cosa que ha padecido la humanidad antes de ahora. O sea, los científicos detectan indicios (más o menos sólidos, no importa muho esto en realidad) de un posible desastre. Con esto, los más concienciados se dicen que hay que hacer algo, elevan los indicios a la altura de la certidumbre e instan a ENCONTRAR soluciones. Naturalmente, de ahí salen políticos muy motivados con dominio sobre leyes y presupuestos y de ellos Lysenkitos dispuestos a dar una teoría que halague los oídos del césar.

    Estas admoniciones distan mucho de lo que es deseable en ciencia, donde si se descubre algo, se investiga más y nunca, nuca, en base a conjeturas fundamentadas a medias se pone en marcha una industria, es decir, una aplicación técnica. Con el cambio climático está exigiéndose a la ciencia que invente desarrollos prácticos de la teoría del CO2 como agente del efecto invernadero, una teoría que aún tiene que explicar cómo un componente atmosférico de un 0,04% de abundancia puede ser determinante en una catástrofe mal definida.

    Es muy fácil lo que hay que hacer frente a ese peligro plausible: jamás montar un robo a escala planetaria como es el protocolo de Kyoto, que desvía fondos de todos los lados, pero también de la investigación. Es imposible instar a la investigación cuando se le arrancan fondos a la industria que presuntamente tiene que solucionar los problemas. No se puede planificar la creatividad. No se pueden aplicar las rcetas socialistas de exacción para motivar a nadie. Se puede asustar a la gente para que dé poder a políticos como Al Gore, pero no se puede esperar la solución a nada.

  4. JORGE GONZALEZ:

    Solo una observacion neo, en el titulo dice mefauna y no megafauna

  5. NeoFronteras:

    Gracias por señalar el error. Ya está corregido.

  6. Fantomo:

    Claramente, a muchísimas personas la típica concepción mística del ser humano como ser separado de la naturaleza, como destructor de mundos, es el pensamiento más fácil ante los acontecimientos actuales.
    Ya en los tiempos egipcios los ancianos anunciaban cómo el mundo iba a acabar a causa de los desmanes de los jóvenes…Hoy no faltan los profetas que con certeza bíblica nos anuncian lo mismo, haciendo de la ciencia, religión.

    Hace algún tiempo, caminando por una playa que es parque nacional, acá en Costa Rica, un muchacho del grupo de amigos me dijo que tenía demasiadas ganas de defecar…Resulta que había comido algo que le hizo daño, provocándole una diarrea.
    Como es obvio, le dije que no había ningún problema, que simplemente se metiera entre los árboles y defecara ahí, que se limpiara con algunas hojas y que se lavara luego en el mar; luego de eso le di alcohol para que se frotara las manos.
    Una mujer del grupo, luego que mi amigo se hubiera aliviado de su calamidad, se quejó fuertemente: «Están ensuciando el parque, están contaminando»…
    No valió de nada el que fuese más que obvio que todos los animales del parque nacional defecan día a día al aire libre, que ningún mono, ave, venado, etc, se mete a un baño público a hacer sus necesidades y que las heces de un hombre no son más que las heces de cualquier animal más.

    Cuando el humano se empieza a ver como el destructor final, como un elemento maligno del ambiente, que se opone a la naturaleza (aunque sea parte de ella), entonces debemos comenzar a pensar que algo anda seriamente mal con estas personas, que son incapaces de reconocer en el hombre al animal cuyo triunfo evolutivo lo ha puesto fuera de la tierra.

    Ahora resulta, que todo lo malo viene de nosotros, que las especies se extinguen sólo cuando nosotros las extinguimos, y que existe alguna clase de equilibrio místico en la naturaleza que sólo el humano rompe…Aunque tal «equilibrio» mataría de risa a Darwin.
    Hoy esta forma de pensamiento no es más que teísmo de closet.

    El camino al socialismo y a las mágicas soluciones; las predicciones de tragedias futuras basadas en hechos dudosos, el señalar con el dedo a equis industria y decirle «hereje», el pretender que el mundo haga lo que se le ordena por medio de la fuerza y amenazar con un infierno a quien no lo haga…Hacia ahí va el mundo.
    Saludos.

  7. tomás:

    Estimado Fantomo: De que alguien, ignorante y estúpido, separe al ser humano del mundo animal hasta el punto de que, quizá, colocarñia un retrete con cañería hasta el mar, pero sin depósito de agua, en la selva virgen, no nos exime de responsabilidad ni da autoridad a tu comentario a partir del «Ahora resulta…»
    Somos, en efecto, culpables de superpoblar el planeta, de sobrealimentarnos hasta el punto de que la obesidad sea una epidemia casi mundial -el «casi» es para recordar a los millones cuyo hambre es diario-, para luego tener que fabricar medicamentos, inventar dietas, balones gástricos, dietas milagrosas y hasta promulgar leyes que impidan comer ciertas grasas y azúcares, lo que me parece delirante -esto se está legislando en España (lo bueno es prohibir)-.
    Esquilmamos los mares de forma que nos hemos comido casi todos los atunes -y otras especies- del Mediterráneo, de talar los bosques para fabricar muebles que pueden adquirirse a buen precio a costa de fulminar un buen número de especímenes con cada centenario árbol caído. Esto, patente a todas luces, mataría a Darwin, pero no de risa.
    Tu último párrafo no lo comprendo bien, pero esas «predicciones futuras basadas en hechos dudosos» parecen expresadas por el consejo de administración de la Shell. Su plataforma que se ha incendiado tras una explosión y no sé si hundido en el Golfo de México, ha derramado, me suena, algo así como cerca de un millón de toneladas de crudo y no está claro si ha logrado resolver el problema. Y todo eso tiene su causa en nuestro progreso para ir más aprisa y cómodamente; también para incrementar nuestro PIB, a lo que con afición desmedida se han sumado las naciones del sur de Asia que no tardarán en hacer turismo a tu maravilloso país. Espero que sepáis manteneros en una insobornable posición que permita mantener la virginidad de vuestros parques protegidos sin bidets, yakusis ni otros artefactos del absurdo. (La señora esa me llamaría guarro, seguro).
    Por si crees que vuestra envidiable política medioambiental os va a salvar del creciente y comprobado deterioro, lamento informarte de que la acidificación de los mares será más inmediata que el calentamiento -que también os está afectando, haciendo que los bosques se desplacen hacia las cumbres-, que los corales del Caribe están sufriendo pérdidas difícilmente reparables. Perdona, no quiero darte el día, pero sí ponerte ante la cruda realidad.
    Y, sin embargo, creo recordar algún comentario tuyo que nunca me pareció negacionista -¡esta manía de poner nombres a veces inapropiados!-. No toda culpa es del hombre, por supuesto. No todo lo malo viene de nosotros, pero nuestra contribución al desastre es determinante.
    Sinceramente, estoy pensando que no he sabido interpretarte. Otra cosa me parece difícil de creer.
    Un cordial saludo en la confianza de que mi anterior párrafo esté en lo cierto. ¿Y porqué no exportáis vuestro ideario y prácticas ecologistas, a ver si aprendemos los que estamos destrozando otros países donde la naturaleza no sólo se ignora, sino que se desprecia como si sólo el asfalto y el ladrillo tuviesen valor?
    Otro saludo y me despido.

  8. Fantomo:

    Sí, comprendo plenamente lo que quiere decir y realmente no estoy poniendo en duda nuestro impacto en el medio ambiente.
    Lo que dudo seriamente es el qué tan correcto sea poner al ser humano como el único ser vivo capaz de producir impacto, ignorando que fenómenos naturales más violentos han existido a lo largo de la historia (Para más información, preguntar a los dinosaurios).
    El hecho de que exista un riesgo intrínseco en las acciones humanas no puede ser negado, pero tampoco quiere decir que sea inteligente el creer que el ser humano sea Satán encarnado.
    Existen algunos daños con los que la humanidad ha de acostumbrarse a vivir a fin de conservar ciertas comodidades necesarias del mundo actual, sin que esto signifique que debamos comer y defecar hasta digerir el globo entero.
    Simplemente, el uso racional de los recursos no debe ser excusa para la satanización del hombre, a sabiendas de que las acciones cometidas por nuestra especie no son tampoco el gran evento planetario que las personas se imaginan, obviando el hecho de que es un enorme planeta contra unos cuantos monos con ropa, un planeta que ha pasado antes por peores desastres que la vida humana.

    La plataforma que está derramando petróleo pertenece a BP…Trágico accidente del que somos responsables todos los irresponsables consumidores de petróleo, que gastamos el precioso crudo en mover nuestros automóviles, cuando sabemos que lo necesitamos en cosas más importantes y menos mezquinas; yo sigo feliz como mi bicicleta y la libertad de disfrutar los viajes que sólo otorgan el autobús y el tren.

    Y nadie duda de que se esté dando un cambio climático, de lo que dudamos algunos es de la causa, no del hecho.

    Además, lamento tener que decirlo, pero es obvio me que mi país vende la imagen de protección medioambiental como medio de supervivencia…Ahora que la producción de tecnología desplaza al turismo, hay que ver si el gobierno decide seguir invirtiendo millones en la manutención de los parques…En lo personal, espero que sí; no sabe el placer que es perderse por tres días seguidos en selva virgen mientras se disfruta de una inimaginable belleza, placer que tengo gracias a mis giras de geología.

    Espero no confundir con mi posición, simplemente detesto que se mantengan tan serias posiciones ideológicas sin recurrir a una verdadera argumentación, ya que por un lado están los que quieren depredar y por el otro los que parecen ansiar la extinción del ser humano.
    Ante la falta de certeza, prefiero mantener una adecuada ambigüedad en el asunto.

    Saludos.

  9. tomás:

    Estimado Fantomo: Me agrada tu comentario aunque te agradecería, si fueras tan amable, que me tuteases y me permitieses hacértelo. De momento sigo y espero tus órdenes que prometo aceptar, como debe ser.
    Perdón por culpar a Shell. Ha sido BP. Bueno, eso no es problema; ya ocurrirá con ellos si no lo ha hecho ya; juegan con el mismo peligro y, si no se les imponen normas de seguridad muy estrictas, esto seguirá sucediendo como ha pasado con los barcos, enormes bañeras que deberían estar en la chatarra. En la costa de La Coruña, zona española de la que supongo sabes, ya van unos cuantos vertidos muy importantes.
    Dices que es «un enorme planeta» y en eso diferimos. Pero es cuestión subjetiva. De esa enormidad, aunque lo fuera, la biosfera tiene un espesor de tan solo 1´5 milésimas del radio terrestre. Sólo nuestra pequeñez como individuos, nuestra menguada fuerza, nos produce la impresión de estar ante algo imponente cuando contemplamos una cadena montañosa, el océano o la, al parecer, ilimitada atmósfera, las intimidantes tormentas, las devastadoras aguas desbordadas y todos los episodios en elos que la naturaleza exhibe su poder. Pero sólo es porque nuestra dimensión humana es mínima. y mínima es tambien la masa viva. Una vez calculé, a través del contenido en agua, que la biomasa total ocupa del orden de unas cinco diezmilmillonésimas partes del radio. Y eso es lo que importa, la relación, no lo absoluto.
    El planeta ha pasado por eventos terribles, como dices, sobre todo cuando ni los mamíferos existían, aunque la vida diversificada fuese floreciente. Quizá el más significativo fue la llamada «Gran Mortandad» del Pérmico-Triásico, de origen telúrico, cuando se formaron las «Trampas Siberianas», inundando millones de km2 de basalto y otros materiales magmáticos. A la atmósfera escaparon -según nuestra web en «Vulcanismo, extinción y medio ambiente» del 12-5-10- entre 13 y 43 -dejémoslo en 28- billones de toneladas de CO2. Pero esto sucedió durante 1 millón de años. Y nos informa de que nos quedan combustibles fósiles por el equivalente a 5 billones de este gas. Y ello lo vamos a poner en el medio en el curso de unas cuantas, muy pocas, generaciones -¿100-200 años?- si las energías renovables y nucleares no lo remedian. Ello significa una velocidad de emisión del orden de 1000 veces más rápido.
    Yo me temo, por mis nietos y por los de toda la humanidad, que ni siquiera vamos a llegar a eso. Antes, la explosión demográfica, unida al crecimiento económico, habrá acabado con nuestra civilización. Sólo espero que seamos capaces de disminuir nuestro número de una forma civilizada y controlada. Una humanidad menor y menos ambiciosa puede continuar milenios en la Tierra; la que ahora formamos es inviable desde hace decenas de años.
    Y, créeme, no satanizo al hombre. Intento comprenderlo en nuestro egoísmo, que nos llega desde que habíamos de luchar por la supervivencia. Es una herencia genética de la que no podremos librarnos sino a base de entender que la colaboración y la renuncia a lo mejor aceptando lo suficiente, es preferible a desaparecer.
    Un cordial saludo y perdona el rollo, pero es que no lo puedo evitar.

  10. NeoFronteras:

    Sobre soborno y falsedad por parte de petroleras va este artículo:
    http://www.elmundo.es/elmundo/2010/07/19/ciencia/1279534088.html
    Además:
    http://www.elmundo.es/elmundo/2010/02/12/ciencia/1265973046.html

  11. Fantomo:

    En este país (no sé si en más países de la región) el uso de «usted» es el común, por no decir el único.
    Siempre lo digo con respeto, pero no crea tampoco que es para marcar una innecesaria distancia.

    Usted se refiere a que la tierra es grande sólo en comparación con el hombre, pero no comprendo tal argumento: En ese caso, la velocidad de la luz equivale a una (1) vez la velocidad de la luz…¿Hace eso que no sea una velocidad enorme?
    No tendría sentido el evaluar qué tan grande es algo, grande, pequeño, caliente, frío, etc, son peldaños de una escala y sólo tiene sentido desde el punto de vista subjetivo.
    Como sería de pensarse, utilizo la escala humana para decir que el humano es pequeño y el planeta enorme, tanto así que nuestras ciudades no cubren toda la tierra y esta a su vez no cubre toda la superficie; los océanos están libres de ciudades.

    No niego que exista contaminación (ni espero ser tachado de negacionista), sólo pido que se comprenda la escala de la que se está hablando, que cien años para el hombre, no son nada para la tierra, que la ciudad de Nueva York no es más que una mota de polvo…

    Lo que quiero cuestionar es la información que se nos vende, y espero que comprenda mi punto con esta analogía de la vida real:
    Mi padre, a inicios de los noventa, compró una impresora Epson de cinta…Con el advenimiento de la tecnología de inyección de tinta, guardamos esta impresora (que todavía funcionaba) y nos cambiamos a estas impresoras modernas, las cuales nos dijeron que gastaban menos, duraban más, hacían menos ruido y eran más amigables con el ambiente.
    Desde entonces empezaron a deambular por mi escritorio innumerables impresoras «modernas»…Cada una duraba menos de seis meses, gastaban sus cartuchos en cuestión de días y no faltaba la ocasión para dar problemas. Hoy es tan común esto, que acá las impresoras son vendidas como cualquier producto más en los supermercados.
    ¿Cuánto le costó al ambiente el crear todas estas impresoras nuevas, más lo que le costó el tener que soportarlas en la basura?
    Hoy, tras 16 años de estar en el armario, he limpiado mi vieja Epson, le puse aceite e inmediatamente comenzó a trabajar sin peros…Cosa que sería un sueño con cualquier otra.

    Aparatos durables, capaces, resistentes. Por más materiales caros que se usen haciéndolos, valen la pena, porque al final son mucho más ecológicos que el estar comprando productos «verdes» que en poco tiempo acabarán en el basurero.

    Lo mismo nos venden con los autos, ahora que todos pregonan su «bio-diesel», sus autos eléctricos, sin humo…¿Saben al menos cuánto se contamina para crear una sola batería de iones de Litio?

    No se puede empezar a satanizar al petróleo, por ejemplo, cuando todas las demás opciones son peores…Quizá lo único sería el que la humanidad tenga los pantalones para aceptar que jamás se podrá tener un auto personal por cada familia de forma ecológica, si no que sólo el transporte masivo, por tierra o mar, es capaz de hacer las paces con el ambiente.
    Que los aparatos bonitos y «verdes» son sólo un truco publicitario para vender teléfonos móviles a la nueva generación de niños hippies y que, si ama el medio ambiente, deberá estar dispuesto a atacar a las grandes compañías; no en un foro en Internet, no exigiendo que se creen «controles», si no de la única forma coherente que existe: Boicot.
    Quien consume petróleo, patrocinó el desastre, quien usa celulares, patrocina la minería a cielo abierto, quien come carne de ganado vacuno, ayuda al calentamiento global.
    En definitiva, deberíamos extrañarnos de que todos estos problemas sean causados por «las malvadas compañías»…¡Qué curioso, una solución que no implica tomar responsabilidad alguna!…Demasiada coincidencia, diría yo.

    Mañana, mi estimado, parto a uno de los rincones de esta tierra que más me gusta: El Volcán Barca (le dejo el link de una foto)

    http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/b/b5/Volc%C3%A1n_Barva.jpg

    Sólo quiero ser realista, jamás querría que algo como esta lugar se perdiera.
    Saludos.

  12. tomás:

    Bien, Sr. Fantomo, acepto el Vd. y correspondo respetando su tradición. Aquí, cuando yo era crío, en el colegio, a los niños nos trataban de Vd. y Sr., lo que no sucedía en la calle. Era bastante complicado, pero la costumbre lo hacía sencillo. También iba por regiones. Así, en Madrid, el portero de mi casa era D. No-recuerdo, y en algún lugar del sur el «vos» era corriente. Me parece que todo ha cambiado mucho, porque ya hace algún tiempo me horrorizaba cuando mi hija menor trataba a su médico de tu. Sin embargo los ya mayores les suponemos el Dr. y así solemos tratarlos salvo confianza, aunque quizá hayan limitado su titulación a la licenciatura. Sin embargo no se adjudica ese trato en la calle a doctorados en otras ramas del conocimiento,aunque sí, a veces, en algunos ambientes académicos -conferencias y congresos p. e.-. Cuestión de modas y costumbres. Cuando estuve en Colombia me atizaban un «Dr.» que no soy, no sé si por el nivel de los que trataba, no especialmente sabio, pero bueno… Y agradezco en lo que vale el no marcar distancias a pesar del buen trecho entre España y Costa Rica. Es broma. Pero vayamos a lo sustancial.
    Sí que me asombra su primera argumentación, porque parece intentar rebatir mi subjetividad -que reconozco y lo digo en el párrafo 3 de mi 9- con una obviedad. Comparo al hombre y a la biosfera con la Tierra y me resulta verdaderamente pequeña. Claro que c = 1. Y la Vía Láctea es «una» sola galaxia; ambas enormes cada una en su magnitud en comparación con el hombre. Pero si nos olvidamos de este, resulta que la luz tarda unos 100.000 años en cruzarla. ¡Ya c no parece tan grande! Y menos si consideramos la dimensión del cúmulo que nos acoge, al lado del cual nuestra galaxia es una nimiedad. Es decir, tarda todos esos años en recorrer una pequeñez. En resumen, que la comparación es fundamental para comprender y que debe hacerse con aquello con que tenga relación. Pero esto es una discusión sin sustancia porque ambos coincidimos en la subjetividad de la cosa.
    Espero que nuestro acuerdo continúe y nunca cubramos cumbres, desiertos y océanos con el asfalto de nuestras ciudades. Eso de que Nueva York es una mota de polvo… Veamos; entre 8 y 15 mill. de h., creo, según lo que incluyamos. ¡Pero si duplican o triplican la población de todo su país! ¿Sabe cuantos coches hay y cuanto combustible consumen cada día con esos motorazos que llevan gracias al bajo precio de la gasolina? Y no le digo nada si contamos aviones privados y yates, etc. El impacto ambiental de esa ciudad ha de ser descomunal, en proporción al hombre, claro, en proporción al mar y, lo siento, es mi parecer, en proporción a la biosfera. Y eso no es nada al lado de los 1500 mill. de chinos que quieren alcanzar ese nivel con irreflexivo derecho; por no mencionar India y todo el reto del mundo aún no PIBizado: total unos 7.000 mill.
    Ya sabe que no le cuento entre los negacionistas ni «negocionistas»; sé que 100 años no son nada para la edad de la Tierra pero… es que la mayor parte de sus 4500 Ma se los ha pasado sin vida humana. En aras de su permanencia sin la nuestra, ¿vamos a conformarnos con la situación?
    No me convence eso de «la información que se nos vende». Por si acaso me declaro enemigo del poder de las petroleras, de su política y de sus tejemanejes. Léase los envíos de Neo en su 10. ¡Vaya angelitos!.
    No es lo mismo el petróleo que las petroleras. El primero ha hecho mucho daños, pero se le puede sustituir por renovables y nucleares.Además no tiene voluntad. En las petroleras manda un consejo de administración formado por voluntades e intereses personales y pretenden agotar su mina de oro negro y, cuando no haya más, si aún estamos, se apropiarán -ya se están diversificando para ello- de las otras energías; entre ellas el carbón. De todas formas hay que ser conscientes de que más energía, aunque fuera absolutamente limpia, es un mal asunto, porque permite que seamos más y cada uno, más rico => más consumo.
    Y, dejando aparte la inocencia, el poder feudal ha sido sustituido por quien tiene la llave de cualquier necesidad, y la energía es, posiblemente, la mayor ahora. También por los políticos, por la banca y por las fuerzas militares o casi militares. De todos ellos somos súbditos si lo desean y es un grupo con fuertes vínculos, sobre todo el que les otorga compartir el poder, al cual, para más inri elegimos democráticamente. Democracia de risa, digo yo, pues pueden argüirme que yo los elegí. Aunque no haya votado mas que uno ya es el cien por cien. Pero no sigo por ahí.

    Eso de «…cuando todas las demás opciones son peores…», creo que requiere pormenorizar. Dándole vuelta a la conocida frase: «Con enemigos así, no se precisan amigos».

    Y sí, todos los que consumimos somos culpables. Yo también uso bicicleta, pero tengo un coche, aunque me lo quitaré en cuanto mi padre, próximo a los 98, pueda prescindir de él. ¡Qué forma tan elíptica de decir lo obvio!. Pero como tiene sentido del humor, incluso negro, amenaza con un buen pico tras los cien.
    Estoy con Vd. en sumarme al boicot. Yo lo hago por mi cuenta, pero si no me lo dece creo que no lo hubiera advertido. No era cosnciente de ello, pero es fifícil que supere los mínimos de agua, electricidad, tarifa plana, etc., ni como vacuno… Conduzco a 70 -nada en comparación con c (otra broma tonta) en la marcha más larga.

    Gracias por el link . Es envidiable. Vd. sabe disfrutar de una vida sencilla y paradisíaca. A mí me duelen demasiadas cosas. Pero he de reconocer con gusto que en España tenemos parajes bellísimos. Lo que no sé es cuanto durarán. Se ve que no soy optimista respecto al futuro. También las hay que causan horror. Aunque no tanto como los vertidos de petróleo al mar. Esos sucesos, por lo repentino, son más llamativos y realmente enemigos de la vida oceánica y, por tanto, de la humanidad.

    Espero de Vd. que, ciertamente, sea realista. Un cordial saludo.

  13. JAvier:

    Bueno, si nos ponemos pesados con el tema de escala uno siempre puede señalar que las bacterias a pesar de su diminuto tamaño no tienen problema en matar a una ballena.

    En realidad esto hubiera pasado, y ha pasado sin nuestra ayuda, con cualquier clase de depredador con una estrategia diferente a los locales a la hora de cazar o simplemente siendo más eficaz hubiera causado lo mismo. El ejemplo más grande que se me ocurre fue la unión de América del norte con la del sur. Ahora bien (siempre pensando en la edad de piedra claro) ¿qué otra especie es capaz atravesar cualquier barrera geográfica con relativa facilidad, adaptarse a casi cualquier medio ambiente y asumir cuando menos un papel «protagónico» en el ecosistema? Yo estudio biología y puedo asegurar que descartando a seres unicelulares la lista es bastante corta. Por eso es que tenemos mala fama, no solo somos buenos como depredadores sino que a la vez nos gusta viajar.

    Como sea, Fantono tienes razón en una cosa, las ciudades son como un grano de arena en nuestro planeta. Algunas son más bien Cascotes pero la idea es la misma, solo hay un ligero problema que veo que has captado: Pasto verde y árboles no es igual a ecosistema saludable, o sea capaz de sustentar a un gran número de especies diferentes (más o menos, es una historia larga que a ser sincero no me sé bien). La actividad humana no es muy buena para dejar las poblaciones de seres vivos tal cual estaban, desde construcción de casas, cría de animales y hasta materia fecal flotando mar adentro (por supuesto de mucho más de una persona). ¿Pero realmente es tanto? Solo recuerdo cifras de Uruguay pero entre la actividad agrícola y forestal se había modificado el 50% de la superficie del país y la población es de solo 3 millones. Además no es solo eso, los cultivos no están uno al lado de otro sino que están separados por tramos de suelo sin modificar, al menos directamente por esta actividad, pero ¿Qué tiene de malo esto? después de todo pueden hacer de refugio para la fauna local o algo por el estilo. Lo mejor es usar un ejemplo: ¿un puma (o león montañero como he oído que le dicen por otros lados) puede mantener una camada de cachorros con lo que haya para cazar en 1km cuadrado? Los recuentos de pumas dentro del Uruguay dicen que no. Solo un 10% de la superficie del Uruguay permanece más o menos sin tocar o fragmentar, y sin meter a otras actividades como la ganadería que para una pradera es otro dolor de cabeza.

    Sé que la discusión en realidad se centra en el uso del petróleo y el calentamiento global, lo que quiero dejar claro es que aunque inmenso, nuestro mundo no es invulnerable. Además esta es la forma que se usa para estimar cuantas especies, aunque desconocidas, se extinguen a nuestra causa. Se le llama error de muestreo, cuanto más pequeña sea tu muestra, en este caso una superficie, menos representativa es del total, número de especies que viven en ese lugar, o sea que cuanto mayor sea el área revisada más especies encuentras viviendo dentro de tu muestra (que revelación). Sin embargo a partir de cierto tamaño que depende de lo que estés estudiando y en donde el aumento en especies se detiene, nunca vas a encontrar más especies de las que hay. Usando esto se puede estimar cuantas especies de las originales sobreviven en un fragmento del hábitat original. Sabiendo esto y mirando el número de especies que se extinguen por día según los modelos uno puede hacerse una idea de que tan “grande” es el mundo para 6 mil millones de personas.

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