Mente a la deriva y felicidad
Según un estudio, soñar despierto nos produce infelicidad, por lo que en realidad no es un síntoma de bienestar.
¿Otra vez está imaginándose que está con Olivia Wilde en una isla desierta? Puede que entonces no sea muy feliz en este momento.
Según un estudio las personas gastan el 46,9% de sus horas conscientes pensando acerca de algo distinto a lo que están haciendo en ese instante y este comportamiento les hace más infelices.
Matthew A. Killingsworth y Daniel T. Gilbert, de la Universidad de Harvard, han usado iPhones para hacer un seguimiento de la felicidad de la gente. En el estudio se han usado 250.000 datos para relacionar los pensamientos, sentimientos y acciones de los individuos en su vida cotidiana.
Según Killingsworth, “la mente humana es una mente errante y una mente errante es una mente infeliz”. Y Gilbert añade que “la habilidad de pensar acerca de lo que no está ocurriendo es un logro cognitivo que viene acompañado de un coste emocional”.
A diferencia de otros animales, los humanos gastan mucho tiempo pensando acerca de lo que no sucede alrededor de ellos: contemplan eventos que sucedieron en el pasado, que pueden suceder en el futuro o que puede que nunca sucedan. De hecho la “mente errante” parece ser un modo de operación defectuoso de la mente humana.
Para hacer un seguimiento de este comportamiento estos dos investigadores desarrollaron una aplicación para iPhone y contactaron con 2250 voluntarios de entre 18 y 88 años de edad pertenecientes a una amplia gama de estratos sociales y ocupaciones, de los cuales un 77% eran estadounidenses. Estos voluntarios fueron seleccionados de entre las 5000 personas de 83 países distintos que respondieron al anuncio de la página web creada para el proyecto.
A intervalos aleatorios se fue preguntando a esos 2250 individuos si estaban contentos, qué estaban haciendo en ese momento y si estaban pensando acerca de la actividad presente o acerca de algo diferente que podía ser placentero, neutro o desagradable.
Este método permitía hacer un seguimiento instantáneo que no descansase sobre lo que los individuos pudieran escribir en una libreta acerca de cómo recuerdan lo que sentían en un momento dado del día.
Los sujetos podían elegir 22 actividades tales como andar, comer, comprar, ver televisión, hacer el amor, etc. para describir su actividad. En promedio, informaron que sus mentes estaban divagando el 46,9% del tiempo (y no menos del 30%) durante las actividades del día, excepto cuando hacían el amor.
Al parecer, según este estudio, la mente errante parece ser ubicua en todas las actividades, por lo que nuestra vida mental estaría dominada hasta cierto punto por el no-presente.
Según estos investigadores la gente era más feliz cuando hacían el amor, practicaban algún ejercicio o mantenían una buena conversación. Eran menos felices cuando descansaban, trabajaban o usaban el ordenador de casa.
Estar fantaseando era un buen indicador de la felicidad (o infelicidad) de la gente y según Killingsworth cómo de frecuentemente nuestra mente abandona el presente para fantasear en otro mundo es un buen predictor o vaticinador de nuestra felicidad que las actividades en las que estemos involucrados.
Los investigadores estimaron que sólo el 4.6% de la felicidad de la persona en un momento dado estaba atribuido a una actividad específica que estuviera haciendo, mientras que el estado de estar fantaseando daba cuenta del 10,8% de su felicidad.
El análisis de tiempos realizado por estos expertos sugiere que la mente errante era generalmente la causa y no la consecuencia de su infelicidad. El análisis estadístico mostró que si los voluntarios fantaseaban temprano un día, esto estaba correlacionado con estar más infelices más tarde, pero no al revés. Por tanto, la infelicidad con la actividad realizada en el momento no provocaba que la mente se escapara. Era la mente a la deriva la que causa de la tristeza.
Una mente errante entristecía a los sujetos durante las actividades más aburridas como limpiar la casa. Killingsworth está seguro que en algunas situaciones una mente a la deriva puede ser de ayuda pero que según sus resultados este caso se da muy pocas veces.
“Muchas tradiciones filosóficas y religiosas enseñan que la felicidad se encuentra en vivir el momento y sus practicantes son entrenados para resistir la tentación de errar con la mete para así estar aquí y ahora”, dicen estos autores en su artículo de Science. “Estas tradiciones sugieren que una mente errante es una mente infeliz”. Según los autores de este artículo esta investigación sugiere que esas filosofías están en lo cierto.
Según Lisa Feldman Barrett, de Northeastern University en Boston, este resultado desafía las bases de la Psicología. Los psicólogos asumen que la mente responde a los estímulos del mundo, pero según este estudio parece que los estímulos son irrelevantes.
Entonces, según este estudio, si usted quiere estar contento no debería soñar despierto y por el contrario debería centrarse en el presente, aunque éste sea desagradable. Pero si no le funciona quizás simplemente no pertenece a la gente que tiene un iPhone y que ha participado en el estudio.
Será mejor que deje de vivir en este momento y abandone este escrito, he quedado para cenar con Olivia Wilde y no quiero llegar tarde.
Copyleft: atribuir con enlace a http://neofronteras.com/?p=3299
Fuentes y referencias:
Nota de prensa.
Artículo original.
41 Comentarios
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lunes 15 noviembre, 2010 @ 2:46 pm
Tan interesante como cierto. Me llama la atención que algo tan obvio «desafía las bases de la Psicología». Esto dice mucho sobre esta supuesta ciencia. Pero me parece que el fantasear con lo que fue o lo que puede ser y no estar centrados en el aquí y ahora es algo poco menos que consustancial al cerebro humano y no se arregla con un esfuerzo de voluntad. El que lo dude puede probar para salir de dudas. Quizá haya que atribuirlo a la complejidad de la máquina cerebral, que está muy lejos del control del «yo», algo así como una pulga egocéntrica cabalgando en un caballo salvaje.
Saludos
lunes 15 noviembre, 2010 @ 7:37 pm
¿Quién es Olivia Wilde?.Porque su posible pariente, Oscar Wilde, dijo algo tan brillante como esto «Para recuperar mi juventud haría cualquier cosa del mundo, excepto madrugar, hacer ejercicio, o ser un buen chico».Algunos aspectos de este estudio me han recordado aquel colocón místico: «Vivo sin vivir en mí».Por otra parte no me parece nada extraño que la gente sea feliz haciendo el amor (que ya es hacer ejercicio)o manteniendo una buena conversación.Lo contrario me parecería bastante rarito. En mi caso los ratitos que me paso en este sitio también me hacen feliz,tanto por la calidad del material como por la de los comentarios.
Saludos.
lunes 15 noviembre, 2010 @ 7:46 pm
Lluís : Yo tampoco la conocía, pero si googleas un poco lamentarás no conocerla, como ya lo estoy lamentando yo mismo…
Saludos desde la ignorancia (donde, en este caso, no está la felicidad…)
lunes 15 noviembre, 2010 @ 7:56 pm
Estimado Lluís:
Olivia Wilde es una actriz. Basta usar Google para que aparezcan fotos.
En cuanto al estudio, pese a lo novedoso de su sistema de extracción de información, peca de muchos problemas.
La supuesta correlación no es creíble y las conclusiones conformistas desde el punto de vista vital.
Si uno se acuesta deprimido es normal que fantasee con otra vida a la mañana siguiente y que siga todo el día así de mal. La relación causa-efecto que, según los autores, dice que fantasear es igual a infelicidad no tiene por qué ser correcta siempre.
Lo de vivir el momento vale si lo que se hace es divertido o enriquecedor. Picar en un mina no creo que lo sea y fantasear con una vida mejor en ese caso es natural. Un trabajo rutinario o en régimen de explotación tampoco parece muy enriquecedor. Conformarse y «vivir el momento» es la receta para la inacción y así tener una sociedad aborregada que no reclame sus derechos.
Si la raza humana ha avanzado desde todos los puntos de vista es porque la gente ha soñado con una vida mejor, una sociedad mejor, un universo distinto, un mundo más justo, etc. Han soñado los literatos, los revolucionarios, los científicos, etc.
Las religiones se han dedicado a controlar a la población, a venderle futuribles imposibles para la otra vida. De este modo las masas eran más manipulables y servían mejor al poder político establecido.
Nuestro cerebro termina delegando las labores rutinarias en el subconciente, precisamente para permitir al consciente pensar en algo más interesante. Y nuestra mente está diseñada para pensar sin parar, para producir ideas, sueños y pensamientos.
Un matemático puede tener una buena idea paseando por el parque y eso no le hace infeliz, sino todo lo contrario.
Pensar o incluso soñar despiertos, imaginar otros mundos y realidades, nos hace humanos. Los monos no lo hacen.
Otra cosa es ser un idiota y soñar con una actriz o una modelo y encima frustrarse por no poderla conseguir. Hay que pensar y soñar, pero siendo sensatos y no unos niños.
lunes 15 noviembre, 2010 @ 8:27 pm
Otra cosa es lo de usar iPhones para recopilar información. Indudablemente están seleccionando un grupo de población específico.
La gente pobre, tecnófoba o que no le gustan los monopolios no tienen ese teléfono.
Y la gente sensata no participaría en un estudio en el que te pueden interrumpir incluso cuando haces el amor.
martes 16 noviembre, 2010 @ 1:51 am
Si coincido con neo en 4, esos tipos no tienen ni una sola mólécula que le entrege el impulso nervioso suficiente para desarrollar la casacada necesaria para saber que es lo que es el arte.
martes 16 noviembre, 2010 @ 2:38 am
jaja, 4 y 5 son mejores que toda la nota en si!
martes 16 noviembre, 2010 @ 4:20 am
Al contrario del artículo inicial…y en concomitancia a Neo…creo que SOÑAR DESPIERTO…y todo tipo de actividad cerebral…no sólo es ÚTIL…y necesaria…sino que además te acerca a la Felicidad. Encuentro que el artículo es muy ligth en sus conclusiones…y por supuesto que dependen de las condiciones de Vida de los participantes…no es lo mismo EVADIR LA REALIDAD en distintas realidades…
martes 16 noviembre, 2010 @ 8:12 am
Me extrañó mucho el contenido de la noticia. Parece aprobar una experiencia que no tiene muchos visos de la seriedad científica que aquí buscamos, aunque sea vulgarizada.
Neo, con sus comentarios, pone las cosas en su sitio.
Y es que existen ejemplos claros de «mala ciencia» y resulta muy conveniente destaparlos.
martes 16 noviembre, 2010 @ 8:32 pm
Estimados Joabbl y Neo: Picado por la curiosidad «googleé» y me encontré con una señora estupenda.Luego me pareció reconocer su cara, quizás de algún anuncio, no estoy seguro.Y tiene razón joabbl, hubiera sido lamentable no haber «googleado».Ah!, casi me olvido de comentar el 9 de tomás.Ni más ni menos, como en más de una ocasión Neo se encarga, con sus comentarios, de poner las cosas en su sitio.
Saludos cordiales everybody.
miércoles 17 noviembre, 2010 @ 2:51 am
La mayoria sois hombres en estos escritos. Se nota un monton, que haremos, vuetro cerebro nunca cambiará, al final solo tiene un objetivo que siempre es el «mismo», sexo.
miércoles 17 noviembre, 2010 @ 9:53 am
Estimada lament:
Si se refiere al estudio su susceptibilidad es elevada. Cámbiese el ejemplo de la actriz por un actor famoso y el resultado sería el mismo.
En cuanto al sexo, todos los estudios confirman que es una fuerza biológica que está ahí y que no puede ser ignorada. A alguna gente le gustaría que los humanos estuviéramos hechos de ectoplasma o alguna sustancia divida, pero no es así. Somos animales inteligentes, pero como todo animal tenemos el condicionante de tenernos que reproducir y la naturaleza nos proporciona las ganas de hacerlo. Una hembra con aspecto sano de estar en edad reproductora y un macho con buenos genes o capacidad de mantener a la prole son atractivos a unos y otras. Se puede reconocer o no ese condicionante.
En cuanto a los participantes son responsables de sus comentarios, pero al menos parece que los temas científicos les interesan. Tienen derecho a manifestar su opinión incluso cuando alguna vez se permiten alguna licencia.
Sobre las opiniones de las lectoras la verdad es que hay muy poca estadística, así que no se puede afirmar gran cosa, por eso su comentario es muy bienvenido, gracias por realizarlo.
miércoles 17 noviembre, 2010 @ 9:56 am
Lament,
1.- Los comentaristas varones no tenemos la culpa de ser hombres. La culpa la tiene el maldito cromosoma Y.
2.- El hecho de que la mayoría de comentaristas de este sitio-web seamos hombres es demostración inequívoca de que pensamos en otras cosas, además de las que tú mismo/a estas pensando.
3.- Si te molestan los comentarios festivos que interpretas como machistas, prueba a contrarrestarlos un poco tu mismo/a con un buen humor feminista, en vez de emitir descalificaciones generales pseudoprogres.
Saludos cordiales.
(perdón a todos por el off-topic)
miércoles 17 noviembre, 2010 @ 10:01 am
Hombre, pensamos en el sexo y también en otras cosas, como en ciencia, por ejemplo, no sé si se ha dado usted cuenta.
Cómo me cansan estos comentarios sexistas…
En cuanto al artículo, a mí sí me parece interesante lo que dice. Podríamos empezar por definir qué es la felicidad: ¿no podría decirse que es «la adecuación entre lo que esperamos de la vida y lo que realmente tenemos»?
Si os parece bien la definición, habrá que concluir que nuestras expectativas (lo que soñamos despiertos) forman parte importante de la ecuación de la felicidad. Eliminarlas supondría la desaparición del concepto mismo de felicidad (y, correspondientemente, del de infelicidad, que es en lo que se centra el artículo).
La capacidad de tener expectativas es algo que va asociado a un cierto desarrollo cerebral e intelectual. Por eso ha de ser algo exclusivo de los humanos, los únicos animales que tienen cerebro de sobra para «derrocharlo» imaginando cosas.
Recuerdo haber leído u oído por ahí una interpretación según la cual la bíblica expulsión del Paraíso sería un recuerdo ancestral del «despertar» de la conciencia y la imaginación humanas; el momento en que las cosas «dejaron de estar bien como estaban» para pasar a «poder estar mejor». El momento fundacional de la infelicidad y el sufrimiento moral. Me parece una idea sugestiva.
No sé si me he explicado bien; en todo caso, un saludo.
miércoles 17 noviembre, 2010 @ 10:32 am
Amigos, no soy feminista, ni mucho menos, pues las feministas extremas no me gustan, pero este comentario me salió del «cuore», perdon a quien haya molestado. Un saludo a todos.
miércoles 17 noviembre, 2010 @ 3:57 pm
Aunque nos hemos tomado con ligereza esta noticia, quizá sea debido a lo de la «ciencia con Iphone», me temo que, digamos, con un «Samsung» el resultado hubiera sido el mismo. Podemos decir que cuando estamos haciendo algo que no nos gusta está bien que la mente fantasee con estar en un lugar paradisíaco y que gracias a este fantaseo muy de vez en cuando algún genio descubre algo importante o incluso trascendental. Bien. Muy cierto.Pero yo preferiría ver esto como un problema que tiene la mente humana para concentrar la atención en algo, incluso aunque a veces ese algo nos parezca importante y nos gustaría poder centrarnos más en ello. En esas ocasiones a veces el cerebro humano parece una herramienta incontrolable. Si estamos aquí queremos estar allí, si tenemos algo que hacer preferiríamos hacer otra cosa. Concentrarse en un problema en concreto durante el tiempo suficiente a veces parece una tarea de titanes. Nos cansamos, pero solo en una parte del cerebro, el resto sigue a lo suyo. Creo que esto es algo habitual y seguro que su origen se puede rastrear en términos evolutivos, dado que la evolución se produce a «salto de mata», por así decir y sin ninguna finalidad misteriosa más allá de la supervivencia, para mantener la atención necesitamos una buena dosis de adrenalina, más que la necesidad de, digamos, resolver un problema intelectual. Quizá esto explique por qué las fantasías no siempre (ni mucho menos) tienen que ver con el placer, sino con las amenazas (reales o imaginarias) que nos rodean. Pero esto va mucho más allá de este «experimento».
Saludos
miércoles 17 noviembre, 2010 @ 4:52 pm
¿Por qué serán siempre tan científicamente endebles estos estudios psicológicos de las universidades americanas?. El diseño del propio experimento condiciona sus resultados, del mismo modo que la redacción de las encuestas fuerza las respuestas de los encuestados. Parece como si los autores del estudio hubieran partido de la idea preconcebida de que hay una relación entre infelicidad y pensamiento errante y diseñado el experimento bajo esa premisa. Las condiciones me parecen muy forzadas, e incluso interferentes con el propio objeto de estudio. Me imagino la situación: estoy realizando una determinada actividad más bien aburrida y, a la vez que pienso en ella, mi «mente errante» divaga, llena de melancolía, pero entonces suena el pitidito de la app del iPhone que me avisa de que tengo que rellenar el cuestionario, con lo que dejo de divagar por unos momentos, aparco mi pensamiento errante y pienso en la pantallita y en mi grado de satisfacción. O estoy montando en bici, un poco triste porque no estoy pensando en lo bonito que es el camino, y con la mano derecha selecciono mi grado de tristeza en el iPhone mientras con la mano izquierda hace malabares con el manillar para no dejarme los dientes contra el asfalto.
Y luego se quejan de que las «social sciences» tengan poco prestigio y venga el Sokal de turno a reírse de ellas.
Yo creo que la mente errante es como el ralentí del cerebro, consecuencia inevitable de que un gran porcentaje del tiempo nuestro está infrautilizando su capacidad, pues la mayoría de las actividades cotidianas no requieren demasiado esfuerzo intelectual. Puestos a aventurar, se me ocurre que debe de ser una especie de refresco permanente de conexiones neuronales que sirve para mantener engrasadas las sinapsis con un flujo más o menos regular de neurotransmisores, del mismo modo que las erecciones matutinas son un mero mecanismo fisiológico para mantener oxigenado el tejido peneano (con perdón de lament, es que soy hombre y al final mi cerebro errante siempre está pensando en lo mismo).
miércoles 17 noviembre, 2010 @ 5:33 pm
Ramonmo tiene razón en lo que afirma sobre el Génesis. El árbol del paraíso no es un manzano, sino el árbol de la ciencia del bien y del mal. Aunque se habla de moral, de inocencia y de pecado, a cierto nivel se habla de conocimiento como si éste fuera malo. Parece que siempre tengamos miedo a ser libres o simplemente a pensar.
Otros mitos como el de Prometeo beben del mismo miedo.
Hemos creado toda una serie de sistemas de control de pensamiento, a través del concepto de pecado y otras restricciones sociales. Hemos creado cuerpos dogmáticos a los que hay que pertenecer como la nación, el partido político, la religión o incluso el equipo de fútbol que nos restringen el pensamiento.
Parece como si nuestro propio pensamiento nos pesase, que quisiéramos escapar de nosotros mismos. Hemos creado programas de televisión y entretenimientos escapistas para así huir. En Asia incluso se inventaron la meditación para así escapar y no pensar.
Huimos de nuestra naturaleza, pero en un individuo sano todo pensamiento es bueno, contribuye a nuestro yo, a cambiar nuestro entorno.
miércoles 17 noviembre, 2010 @ 6:14 pm
«En Asia incluso se inventaron la meditación para así escapar y no pensar.»
Una vez más, das en el clavo. Siempre he pensado que todo el rollo orientalista de la meditación como desactivación deliberada del pensamiento consciente para alcanzar esa supuesta plenitud o paz interior no es más que una manera de evadirse de nuestra propia naturaleza, algo así como cortarse la pierna porque te pica el dedo gordo. Prefiero ser del todo humano y pensar hasta donde dé de sí mi atormentado cerebro que buscar esa supuesta felicidad en la anulación del pensamiento. Además, el propio concepto de «felicidad» es engañoso, porque se confunde a menudo con la euforia. Yo no quiero ser «feliz» todo el rato como en un cuento de Walt Disney. Me conformo con evitar el sufrimiento en la medida de lo posible, y disfrutar con fruición de los escasos momentos de euforia que nos regala la vida cuando vengan. Creo que este estudio equipara la infelicidad a la ausencia de preocupación, cuando es precisamente la preocupación (por nuestro futuro, nuestros semejantes, o nosotros mismos) el principal motor del progreso humano, y una condición necesaria para nuestra supervivencia como especie. E incluso quizás para nuestra salud mental. Sólo algunos locos están permanentemente felices.
Saludos
miércoles 17 noviembre, 2010 @ 6:20 pm
Perdón, quería decir «…equipara la infelicidad a la preocupación…»
miércoles 17 noviembre, 2010 @ 7:05 pm
Parece cierto que está en nuestra naturaleza el que una parte del cerebro siempre esté fantaseando, pero eso a veces interfiere en la atención y la concentración tan necesaria en algunos trabajos. Se diría que una parte del cerebro está permanentemente distraída y fuera de control. Supongo que esto tiene que ver con nuestra herencia evolutiva. Nada nos hace estar más atentos, más «aquí y ahora» que una descarga de adrenalina como consecuencia de un peligro real o imaginario. Quizá por eso buena parte de las fantasías de la mente tienen que ver más con peligros reales o imaginarios que con el placer. Cuestión de supervivencia.
Saludos
jueves 18 noviembre, 2010 @ 10:39 am
Me ha gustado la iniciativa de Ramonmo en su 14 intentando definir la felicidad. Sí que definir es limitar, pero resulta positivo para poder separar lo que es de lo que no es, por lo que es una acción necesaria y útil. Si no te importa, Ramonmo, me apoyo en ti y añado algo obvio: «Desde felicidad a infilicidad media la variación de la sensación entre la mayor adecuación y la total divergencia entre lo que esperamos de la vida y lo que realmente tenemos.»
Quizá pueda ser algo así. Pero pienso que serviría sólo para mentes muy «normales». Hay personas cuya psique les lleva a la infelicidad permanente. Sufren sin motivo externo aparente. Me refiero, por ejemplo, a los que sufren depresión. Son muy infelices. No están insatisfechos con lo que tienen. La sensación de infelicidad les llega desde lo más íntimo de sus ser.
Creo que fue ayer cuando vi en la tele la noticia de que unos electrodos implantados bajo el codo superior del cuerpo calloso permitían evitar ese estado restringiendo la actividad en esa zona, que parece ser excesiva en los afectados. Ello me lleva a pensar que el futuro de la psicología y la psiquiatría está en auxiliarse de las neurociencias y no sé si el diván acabará en el trastero.
Respecto a Lament, quisiera decirle que echamos de menos comentarios femeninos que no se distingan de los masculinos. Por mi parte es así e imagino que también sucederá con otros. Creo que esta web puede preciarse de estar dirigida a mentes abiertas y no discriminatorias. Leo que en las facultades de medicina -y en algunas más- las mujeres son mayoría y sin embargo no aparecen por aquí salvo ocasiones muy aisladas. Y no lo entiendo.
Estimado RicardM: ¿Por qué llamar maldito a nuestro pobre cromosoma Y? Es más bien escuálido y birriosillo, pero procede de otro mejor dotado, más hermoso, y este, según creo, de un degenerado X. Pienso que su éxito sobre su competidor inmediato se debió a procurar alguna afición culinaria al hombre en el amor de la lumbre cavernaria, a una mayor sensibilidad: nada de cogerlas por la melena y arrastrarlas como bárbaro galanteo, sino alguna tendencia a la caricia y la dulzura. Con esto compensó su menor tamaño. Pero es sólo una opinión porque sé que, en España al menos, dicen que todos tenemos complejo de un Y pequeño y la opinión de que las mujeres lo prefieren mayor. Espero que mis palabras no molesten al moderado feminismo de Lament.
jueves 18 noviembre, 2010 @ 12:26 pm
tomás, la definición de felicidad de Ramonmo me parece acertada, pero en tu corolario, cuando dices «la sensación de…», introduces un matiz muy importante: la percepción del individuo acerca de su felicidad, que no siempre concuerda con la definición indicada por Ramonmo. Sin llegar a estados patológicos de depresión, conozco muchos casos de personas a las que les cuesta mucho sentirse felices aunque en apariencia la vida les sonría, y también otras con una gran divergencia entre lo que tienen y lo que desearían y que, sin embargo, manifiestan una actitud positiva que les hace ser razonablemente felices. Lo del codo superior del cuerpo calloso que citas parece una explicación plausible. Tiene sentido que la mayor o menor actividad congénita de una zona del cerebro que influye en las emociones condicione nuestra actitud ante la vida. Si es así, las fuentes de la felicidad estarían tanto en el exterior (nuestro entorno y nuestras condiciones) como en el interior (nuestra bioquímica personal). En lo primero puedes influir hasta cierto punto, pero lo segundo viene de fábrica.
Saludos
jueves 18 noviembre, 2010 @ 7:14 pm
Y también se dá el caso de que gente que no tiene ningún motivo para ser feliz (al menos por lo que uno ha visto)y encima le llueve del ¿cielo? toda clase de desgracias, y ellos tan panchos,y no se dan por vencidos y vuelven a luchar y se muestran siempre optimistas.Bueno, se podría pensar que estan un poco alelados.Pero, ya digo, uno que conoce a gente de este tipo sabe que de «lelos», rien de rien.En defintiva, esto de la felicidad me parece que, como todo, es cuestión de química.Otra cosa serían pequeñas satisfacciones cotidianas, la consecución de algunas metas o logros que te has propuesto, y pequeñas cosas por el estilo…es que la palabra «Felicidad» la encuentro muy gorda.Casi un «taco»
En cuanto a lament,desearle que modere aún más su feminismo,y que se prodigue con sus comentarios por aquí.Es interesante conocer las opiniones de las mujeres en cuestiones que aquí se suelen plantear.
Saludos a todos y toda(s).
viernes 19 noviembre, 2010 @ 11:42 am
Para mi la felicidad es ir aguantando el día a día sin ir a peor, pues tal com estan las cosas a nivel mundial ya es mucho pedir «poder subsistir», o sea lo que de «moderado feminismo», o lo de «calificaiones generales psudoporogres», «ni moderar más mi feminsmo», actualmente no vienen al caso.Yo soy yo, y no me atengo a mormas feministas, o demás sandeces por el estilo, hago y pienso lo que quiero ( o sea no me atengo a normas impuestas),hago lo que me dicta la conciéncia.
En cuanto a poder evadir la mente o soñar despierto, yo creo que es necesario, sobre todo para las mujeres que estan todo el día trabajando (fuera y dentro de casa), dejarse ir un rato es beneficioso y relaja, siempre está bíen «soñar» un poco ¿no?, aunque para ello no sea ni siquiera necesario recurrir a un «George Clooney» o «Johon Malkovich» y no tener que «googlear», tan solo algo más real y dejar ir la mente.
Esta es mi opnión sobre el tema.
Saludos a todos y ya sabeis la opinion de una femina, la de otras yo por supuesto no la se.
Saludos.
sábado 20 noviembre, 2010 @ 3:19 am
En las filosofías asiáticas lo que se quiere demostrar es que la causa de la infelicidad es el DESEO, no se ve malo soñar despierto, de hecho, la meditación es una forma de soñar despierto, solo que controlada, es como si fijaras la mente mente en una sola cosa y no dejarla ir a cenar con Olivia Wilde, de hecho me ha resultado muy útil usándola para reforzar una tormenta de ideas o incluso para estudiar para un examen. Poner la mente en blanco y no pensar en nada es apenas el primer ejercicio de meditación.
Claro que todo en exceso es malo, un monje budista es como si escapara de la vida real y deja de soñar en nada para no desear nada. Esa es la razón que vivan sin progreso tecnológico y científico, pero sumidos en una «felicidad mayor».
Si no soñáramos con un mundo mejor, estaríamos todavía en áfrica bailando alrededor el fuego, Lo malo es sufrir porque la realidad es distinta a tu sueño. Cosa que como seres humano nos cuesta mucho, y que por su puesto no esta en este estudio.
Si añadimos eso, aquel científico que por estar soñando despierto encuentra una teoría cuántica de la gravedad va a ser muy feliz, por el contrario hay quienes sueñan con la misma teoría y eso los motiva a trabajar en ese tema, y finalmente hay quienes se sientan a llorar porque no andan ni cerca y abandonan el tema sumergidos en una gran tristeza.
Como dijo neo «Hay que pensar y soñar, pero siendo sensatos y no unos niños»
Saludos
PD: lament, no es malo que sueñes con que los hombres pensáramos en algo mas que no fuera sexo, malo es que sufras porque la realidad no sea así. jeje
sábado 20 noviembre, 2010 @ 1:45 pm
No hace falta ir a las filosofías orientales para señalar como causa de infelicidad el deseo.Las miserias del cristianismo y otras religiones también ven en el deseo el origen de todos los males.De manera muy especial si el deseo consiste en la indagación de la realidad de la naturaleza.Ese sí es un pecado gravísimo según los filósofos de la nada(la auténtica nada).Y ya me disculparás pero eso de la meditación me parece un rollo macabeo.¿Cómo se hace para dejar la «mente en blanco»?.Las ideas y los pensamientos te asaltan cuando menos lo esperas.Es como si la mente no quisiera estar en blanco.Quizás haya alguna técnica para lograr la blancura mental.Desde luego no la domino.En cuanto a los científicos dudo bastante que «sueñen despiertos»,más bien lo que suelen hacer es estrujarse las meninjes para dar con teorías clave que permitan avanzar en el conocimiento de la realidad (Quizás sueñen con la gloria que eso les pueda reportar..pero diría que eso tiene poco de sueño en sentido estricto).
Lament desde luego como todo el mundo tiene derecho a «soñar», pero el problema con los sueños es que como sabemos suelen ser deseos y eso ¿no habíamos quedado en que produce infelicidad?.
En el asunto del feminismo hay una clase de tal objeto, que me cansa un poco.Me refiero a las feministas que se sulfuran porque chicas jovencitas y guapas se dedican a posar en exposiciones de automóbiles,en anuncios publicitarios, o hacen de «cheer-leaders» en equipos de basket.Algunas de ellas se pagan incluso estudios universitarios con esos menesteres.Se diría que tales indignadas feministas piensan que el hombre es un obseso sexual y que a ellas el sexo no les produce ningún tipo de placer.En definitiva, estas feministas suelen preferir señoras con el «burca» que en bikini, lo cual podría ser una alegoría de algo más profundo.
Saludos.
sábado 20 noviembre, 2010 @ 3:32 pm
A esas religiones se les olvida un punto importante en eso de denostar el deseo.
La mente humana es «volitiva», necesita de la «voluntad», de una dirección a la que se quiere ir y en definitiva de unos intereses o deseos.
Quizás podamos crear un computadora que piense y sea autoconsciente, pero si no le dotamos de voluntad simplemente no pensará en nada que no provenga de una orden dada por alguien. Dejada a su aire simplemente no procesará nada. Pero lo más probable es que algo así sea imposible y se necesite cierto grado de voluntad (sin meternos en conceptos como el libre albedrío innecesarios en este punto) para ser inteligente.
Si renegamos de nuestros deseos renegamos a nuestra naturaleza y a nuestra inteligencia.
Otra cosa es dejarse llevar por la influencia social y desear a toda costa un ferrari (u otro bien material superfluo) y frustrarse por no poder conseguirlo. No se trata de no desear, sino de no desear cosas improbables e inútiles. Otra manera de enfocar el problema es que aunque se deseen esas cosas que eso no nuble la vista de la realidad y que si no se consiguen que no te afecte.
Después de siglos de meditación el Tibet sólo produjo un sistema feudal de gente en semiesclavitud. Pero lo podemos adornar como queramos.
sábado 20 noviembre, 2010 @ 3:56 pm
Estimado Lluís:
El feminismo, en época, como movimiento político, cumplió su función de dar justicia y libertad al 50% de la población mundial. Ahora parece que sirve a otros intereses y, a veces, sólo permite justificar cargos políticos y subvenciones a determinados sectores apoyados por mucha tontería.
En cuanto a las animadoras, modelos que posan junto a autos de lujo y otras «mujeres florero», son denostadas por las feministas quizás por simple competitividad.
Una mujer atractiva (o un hombre atractivo) lo tiene mucho más fácil en la vida para a la hora de alcanzar sus metas y negarlo es negar la realidad. Ya se demostró que en promedio los guapos tienen salarios mejores.
Cuando en un país musulmán se mete a las mujeres en el burka no solamente se intenta coartar su libertad sexual, sino quitarles el poder que su belleza pueda proporcionarles.
Una mujer bonita compite con las demás en mejores condiciones y es denostada por las menos agraciadas. Y esto independientemente de las frustraciones personales de cada cual. Está a veces tan interiorizado que se da en gente ya emparejada a la que lo le tenía que afectar eso.
No deja de ser la ley del embudo. A nadie le gusta ser discriminado por su aspecto, pero a todos les gusta una película protagonizada por actores guapos o ver telediarios con comentaristas atractivos.
Es como las actrices famosas que se quejan de que al llegar a mayores no les dan papeles y todos se los llevan las nuevas, pero en realidad cuando empezaron en ese mundo lo hicieron por ser simplemente bonitas (y malas actuando).
Esto también se ha dado en personas que en su día disfrutaron de mucha libertad en todos los sentidos, usaron su juventud y belleza como pudieron y ahora, cuando ya son mayores, intentan coartar esa misma libertad en las demás ahora que no pueden competir con las mismas armas.
Intentar quitar del panorama a la gente guapa además de ridículo es imposible. Quizás sea injusto juzgar a alguien por ser un agraciado o desafortunado de la lotería genética. Pero somos nosotros los que los premiamos todos los días, no nos quejemos si a nosotros no nos toca.
La belleza está ahí, en muchas partes, incluso en el aspecto exterior humano. Nos condiciona y controla nuestros instintos. No podemos negar nuestra realidad biológica, guste o no.
No se puede echar en cara a un hombre porque desee a las mujeres y se sienta atraído por las más bonitas. Lo mismo si las mujeres se ven atraídas por hombres atractivos.
Lo enfermizo sería si sólo se sintieran satisfechos/as estando con los más atractivos/as.
Lo malo del sentido común es que es el menos común de los sentidos.
sábado 20 noviembre, 2010 @ 8:37 pm
Referente al tema de las religiones orientales recomiendo el libro «Karma Cola», de Gita Mehta, que es divertido y pone las cosas en su sitio. Me parece que el auge de las filosofías orientales en occidente simplemente indica el hundimiento del cristianismo y el deseo de encontrar algo que lo sustituya y a lo que agarrarse para seguir yendo a la deriva pero supuestamente felices. Todo un área de negocio que invade las librerías con libros de autoayuda. Lo que más abunda son los gurús y por lo que he oído ligan un montón. Hay un refrán que dice que ningún árbol crece hasta el cielo sin que sus raíces alcancen el infierno. Es lo más parecido a una religión que me merece respeto. Un auténtico dogma verdadero.
Saludos meditativos
sábado 20 noviembre, 2010 @ 8:38 pm
Neo: Damn Right!!!
sábado 20 noviembre, 2010 @ 9:00 pm
Joabbl, ¿conoces al Historiador Gibbon?, en su libro «História y Decadencia del Imperio Romano», vino a decir más o menos lo que tú has dicho en tu 29.Lo dijo así: » Tan apremiante es la necesidad del vulgo de creer, que la caída de cualquier sistema de mitología,sería sucedido, muy probablemente, por la introducción de algun otro medio de superstición.» El sr.Gibbon hizo su predicción en el siglo XVIII.Su teoría se ha demostrado correcta.
Decaidos saludos.
sábado 20 noviembre, 2010 @ 9:42 pm
Lluís: Conozco a Edward Gibbon y tengo un volumen abreviado de su Historia… que leí en su día. En estos temas no puede haber originalidades porque todo está dicho. Como dijo alguien: Todo está dicho, pero como nadie escucha hay que repetirlo continuamente. Vivimos en una época de decadencia pero un poco rara porque nunca ha habido otra igual en la historia. Somos una especie extraña y no sabemos si a la larga acabaremos como los dinosaurios o como los neandertales (risas amargas). Mucho se ha escrito sobre esto y mucho se escribirá, pero preferiría no estar por aquí para verlo.
Saludos neandertales
domingo 21 noviembre, 2010 @ 10:32 am
JavierL, eres muy gracioso, que risa que me das, JA,JA,JA, ya lo ves.
domingo 21 noviembre, 2010 @ 5:57 pm
Creo que el asunto del feminismo se está haciendo un poco pesado, en cuanto a lo que la belleza abre caminos en la vida y que hay muchas «Monadas» que se pagan sus estudios haciendo anuncios de coches y otras cosas, me parece bién si no caen en las mafias que hay detrás de todo esto (que como todos sabemos son un hecho real actualmente, en todos estos campos de la belleza), posiblemente sea mejor pagarse los estudios (si no hay mas remedio) haciendo de dependienta o cuidando niños y no meterse en lios que al final no van a ninguna parte y puden acabar destrozandote los propios estudios y llegar a ser el día de mañana un cero a la izquierda.
Y volviendo al tema «mente a la deriva y felicidad», creo que soñar despierto es una costunbre que no se debe abandonar nunca. El mundo se ha hecho a base de los sueños, ya sean dormidos o despiertos.
Mejor despiertos, ya que muchas ideas o proyectos que soñamos dormidos, luego no aparecenen la memoria.
Algunos pensadores refieren que la mayor manera de estar despierto es estar soñando.
Por ejemplo los mayores descubrimientos de Eistein se debe a que soñaba despierto. «La posibilidad de realizar un sueño es lo que hace que la vida sea más interesante». Paulo Coelho dice: Sin sueños, la vida será aburrida. Y todas las películas de ciencia ficción antiguas fueron sueños hoy hechos realidad.
Si tu tienes sueños puedes lograr ir muy lejos, las imágenes se pueden pruyectar, si no tienes asapiraciones te quedarás en dónde estas ahora para siemre.
Saludos elementales.
domingo 21 noviembre, 2010 @ 6:11 pm
Me extrañaría mucho que en el mundo de la belleza haya más mafias y más peligrosas que, digamos, en el mundo de la economía o de la política. Las mafias están donde está el poder y el dinero. Desde este punto de vista la belleza no es más que un premio más que se puede comprar, como una casa o un coche. Que se lo digan a Berlusconi…
Saludos
lunes 22 noviembre, 2010 @ 6:46 pm
¿Un mundo de sueños?.Esto me recuerda al antropólogo Weston Le Barre, quien aseguró que podría defenderse perfectamente bien la idea de que gran parte de la cultura humana es alucinación.Y aunque los sueños no son exactamente alucinaciones, en algunos supuestos se les pueden parecer, en especial los «sueños despiertos».
Einstein no «soñó» su carrera.La estudió bien despierto.Y tenía su hipótesis sobre el universo, así que se esforzó en sacar adelante «su sueño».Aunque finalmente no lo consiguió del todo porque no pudo elaborar lo que perseguía.Una teoría del campo unificado.
En cuanto a Paulo Coelho, me parece que es más un gurú que un escritor.Aunque sobre gustos no hay disputa.
Saludos saludables.
lunes 22 noviembre, 2010 @ 9:20 pm
Estimado amigos, no me malinterpreten, cuando menciono lo del deseo, lo hago para aclarar lo que realmente dicen estas religiones, no era mi intención decir si esta bien o no.
Si me preguntan que opino, creo que si es correcto, pero que la solución que ellos ponen es muy exagerada. Lo mas que se puede sacar de ahí, en mi punto de vista, es no darse tanta mala vida con tus deseos, si quieres un ferrari y no lo has tenido, no debes sufrir por eso. Si lo tienes bien, y si no, busquemos otro sueño. ¿Pero cuantas personas no se suicidan porque no obtuvieron lo que deseaban?.
Lo de dejar la mente en blanco, si se puede hacer, hay muchas recetas, la mas simple es imaginar que miras al fondo de una caja blanca, y con concentración y al poco tiempo ¡ya esta!. Pero no me quiero desviar del tema del articulo. Solo lo comento para contestar.
Los sueños son parte fundamental de lo que nos hace humanos, y el deseo y la infelicidad también lo es. Son cosas que nacen automáticamente, y de las que no vale la pena escaparse. Es mejor arriesgarse a querer las cosas, a luchar por ellas, ¿si no, para que vivimos?, una solución como la de los budistas es como quien dice que no se quiere volver a enamorar para no sufrir otra vez.
Otro detalle es que en sueños un científico no va a encontrar sus soluciones, el sueño es una motivación a intentarlo una y otra vez, disculpen si no me supe explicar.
Y para finalizar, me alegra, estimada lament, que te halla dado risa mi comentario, esa era mi intención… Creo igualmente que no debe importar si esas mujeres se pagan la carrera modelando o cuidando niños, al fin y al cabo cada quien interpreta la vida a su manera y que para ti no este bien, es algo tan natural como que para ellas sea lo máximo salir en una revista al lado de un carrote. Esa diversidad que existe hace al mundo como es. Cuando nos empeñamos en que todos piensen como uno lo hace, estamos actuando como cualquier religioso.
Saludos a todos y disculpen lo extenso, es que me conecto cada dos o tres días y me encuentro tantos buenos comentarios…
martes 23 noviembre, 2010 @ 11:33 am
Estimado Lluis, creo que no has interpretado bién mi comentario sobre que «Einstein, soñaba despierto», en cuanto a «Paulo Coelho», no deja de ser un escritor, si quiere ser gurú alla el,
solo he hecho un comentario sobre una frase suya.
JavierL,las religiones me sacan de quicio, yo no obligo a nadie que piense lo mismo que yo, solo comento, porque actualmente creo que aun queda (dentro de lo que cabe) libertad de expresión.
Saludos cordiales.
martes 30 noviembre, 2010 @ 9:41 am
lament:
Veo que han pasado varios días sin comentarios sobre este tema, por lo que parece que se ha dicho cuanto se tenía que decir.
Deseo añadir mi más entusiasta bienvenida, aunque con ello te quite la última palabra. Ojalá te mantengas en este foro aportando el buen juicio que has demostrado.
Así pues, gracias por tu presencia y a ver si hay suerte y cunde tu ejemplo.
Creo que nos hacían y hacen falta mentalidades variadas.
Un saludo muy esperanzado.
martes 30 noviembre, 2010 @ 11:19 am
He opinado que todo estaba dicho para un artículo que no parecía de gran sustancia, aunque sí ameno. Pero he vuelto a releerlo y me ha agradado la variedad de puntos de vista, las acertadas puntualizaciones, incluso la broma de JavierL, tan acertadamente contestada por lament. -Por cierto, JavierL, te aconsejo (y espero no me lo tomes a mal), que no uses mucho la doble negación porque dificulta la comprensión, al menos para mi cada vez más renqueante capacidad de entender-.
En lo que me concierne, atendiendo al 22 de Manuel Baselga, modifico y acorto mi pretensión de definir felicidad. Podría ser algo así como «la sensación que proporciona la adecuación entre lo esperado y lo conseguido, cuya autovaloración íntima resulta muy subjetiva».
Pretendo con tanta redundancia «autovaloración íntima…subjetiva» resaltar precisamente esa tremenda subjetividad que varios, como lluís han apuntado de forma casi directa -«lelos felices» o algo así, creo recordar-.
En fin, obedezco así a mi manía de condensar en una definición cualquier cosa, por compleja y evanescente que sea. Perdóneme quien pueda.
Un saludo cordial.