NeoFronteras

Percepción, evolución y drogas

Área: Neurología — viernes, 25 de noviembre de 2005

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Un gen ligado a la percepción y que nos hace susceptibles al consume de drogas se expresa más en humanos que en otros primates. Además esto coincide con el patrón evolutivo de nuestra especie.
Cientificos de la universidad de Indiana y de otras instituciones publican este resultado en la revista Public Library of Science Biology. El gen en cuestión está presente tanto en humanos como en primates, pero se expresa en mayor medida en los primeros. La expresión del mismo produce una proteína denominada prodinorfina. Esta proteína esta implicada en la anticipación y experimentación del dolor, además de en los lazos sociales, la memoria y el aprendizaje.
Por tanto, la cuestión no es la existencia del gen en sí la que nos hace humanos sino su expresión en mayor medida, siendo su regulación lo que le haría importante desde el punto de vista evolutivo y contribuiría a nuestra capacidad mental superior.
La prodinorfina es el precursor molecular de diversos neurotransmisores como la alfa-endorfina, dinorfina A, dinorfina B, denominados colectivamente opiáceos internos por su efecto estimulante que es similar a los opiáceos como la heroína o morfina.
Los humanos tienen unas capacidades mentales superiores a las de los primates, pero el número de genes que nos diferencia es muy pequeño. Los genes, que por ejemplo, controlan el desarrollo del cerebro son casi idénticos y la prodinorfina es casi la misma en chimpancés. Sólo un 1% o 1,5% de nuestros genes son diferentes a los de ellos.
Quizás la diferencia radica en la expresión de ciertos genes, y esta mayor o diferente expresión sería la responsable de nuestra “explosión” evolutiva. La prodinorfina se expresa un 20% más en nosotros que en los chimpancés.
Empieza a haber un consenso entre los antropólogos evolucionistas sobre la divergencia de los homínidos de los grandes simios, que estaría motivada no por la aparición de nuevos genes sino por la mayor o menor expresión de genes ya existentes.
Los investigadores han analizado la expresión de esta proteína tanto en diferentes seres humanos de diferentes regiones (China, Papua Nueva Guinea, India, Etiopía, Camerún, Austria e Italia) como en primates no humanos.
Sorprendentemente encontraron variaciones genéticas dentro de la especia humana en el promotor de esta proteína. Además secuenciaron y clonaron genes de prodinorfina de chimpancés, gorilas, orangutanes, macacos y babuinos comprobando que esta variación genética alta es propia de los humanos. Sin embargo, los otros primates son muy homogéneaos bajo este punto de vista.
No se conoce del todo cómo la prodinorfina afecta la percepción humana, pero por ejemplo en estudios previos encontraron una correlación entre altos niveles de prodinorfina en el cerebro y susceptibilidad a la dependencia a la cocaína.

Referencia: El artículo en PLoS.

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