Falcon 9 reutilizable
Space-X planea desarrollar un cohete completamente reutilizable basado en su Falcon 9.
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No es la primera vez que mencionamos en esta web a una compañía como Space-X, empresa que ha conseguido lanzar cohetes privados con prestaciones bastantes aceptables a un precio muy asequible. El coste del Falcon 9, por ejemplo, está entre 50 y 60 millones de dólares con la configuración actual. Un reciente estudio sostiene que el coste de desarrollo de cohetes por parte de la NASA es el doble que en las compañías privadas. Quizás se deba a la política errática de la NASA y a los políticos que la dictan o quizás a los contratistas, que en el fondo sólo les importa el dinero. Probablemente nunca lo sepamos.
El caso es que mientras la NASA propone un cohete con las mismas prestaciones que el Saturno V unos 60 años después de que el mítico cohete dejará de volar, Space-X planea ahora la construcción de un cohete completamente reutilizable. Según el fundador de la compañía, Elon Musk, este nuevo sistema puede proporcionar un método para que la humanidad llegue al planeta Marte.
Como todos sabemos un cohete completamente reutilizable reduciría dramáticamente los costes de lanzar carga y personas al espacio. La alternativa actual sería como comprar un automóvil de usar y tirar cada vez que quisiéramos viajar. Lo difícil es la construcción de un sistema reutiliza, sobre todo si es al 100%. Con la lanzadera norteamericana se intentó hacer algo así y al final el coste de cada lanzamiento era tremendamente caro. Algunos expertos sostienen que esto se debió a los recortes económicos en el programa de desarrollo de la misma, que impidieron hacer de la lanzadera un sistema realmente reutilizable de bajo coste.
Los planes anteriores que tenía Space-X para recuperar la primera etapa del Falcon 9 usando unos paracaídas y haciendo que cayese al mar no parece que funcionaran, por lo que esta idea fue abandonada. Entre otras cosas el agua salada es demasiado corrosiva en este contexto y la primera etapa se rompía durante la caída.
El nuevo proyecto de Space-X es mucho más modesto que la lanzadera y es más ambicioso que colocar unos simples paracaídas, pero no está exento de dificultades. Básicamente el sistema es un cohete Falcon 9 modificado de dos etapas casi indistinguible a simple vista del cohete normal. La primera etapa, al desprenderse, se deja caer controladamente hasta que toca el suelo lentamente gracias al uso de los motores principales, algo de combustible de reserva no usado en el lanzamiento y unas patas retráctiles. El sistema de la segunda es básicamente el mismo, pero como efectúa una re-entrada en la atmósfera está provista de un escudo térmico.
La cápsula Dragón (no parecen tener sentido del ridículo respecto a los nombres) que está desarrollando esta misma compañía podría ser lanzada con este sistema. Esta cápsula, que es configurable tanto para carga como para tripulación, sería también reutilizable, pero no el módulo de servicio de la misma. Recordemos que a principios del año que viene esta compañía enviará (si los rusos finalmente dan su beneplácito) una de estas cápsulas Dragón hasta la estación espacial con un Falcon 9 convencional, operación que incluirá la maniobra de atraque, aunque se tratará de una misión de carga no tripulada.
Si finalmente desarrollan completamente este sistema reutilizable, incluso la cápsula Dragón podrían aterrizar verticalmente en tierra gracias a unos retrocohetes.
Musk dice que “veremos si funciona”, pero si lo hace confía en que el impacto de un sistema así será tremendo. Sostiene que Space-X podrían mandar astronautas a Marte en 10 o 20 años.
El problema de un viaje a Marte es que, independientemente de cómo se haga, se necesita poner en el espacio mucha cantidad de masa y con los costos de lanzamiento actuales es casi inasumible.
Musk especula que con este nuevo sistema el costo de lanzamiento se reduciría a 250.000 dólares, 200.000 en combustible y 50.000 en el cohete (¡si se usa mil veces!).
De momento el proyecto está solamente sobre el papel y esperan que se pase a la fase de simulación para ver si un cohete así es factible.
Copyleft: atribuir con enlace a http://neofronteras.com/?p=3616
Fuentes y referencias:
Space-X
16 Comentarios
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lunes 3 octubre, 2011 @ 6:07 pm
En lugar de «Dragón», y ya puestos a olvidarse del sentido del ridículo,le podrían haber puesto «La escoba voladora», que incluso parece más apropiado.Por cierto,no estaría nada mal que en 10 años (20 ya me parecen demasiados, aunque nunca se sabe)nos vieramos en Marte.Muchos lo harían servir para demostar que lo «privado», funciona mejor que lo «público».
Saludos.
lunes 3 octubre, 2011 @ 6:31 pm
Efectivamente, Lluís, esto tiene algo de pelea ideológica entre lo público y lo privado. Un tema muy de moda. Yo no creo que una empresa privada vaya a llegar a Marte, ¿para qué? ¿dónde estaría el beneficio? Otra cosa es que colabore, pero eso siempre ha sido así. La Nasa no fabrica los cohetes o los satélites, sino las empresas privadas. Pero lo que hay que hacer, el camino a seguir sí que lo decide la Nasa, o mejor, no la Nasa sino los políticos. Y ahí está el problema. El tema público/privado se podría resumir en la metáfora de la cama redonda donde todos negocian con todos… Dejemoslo aquí. En fin, saludos.
lunes 3 octubre, 2011 @ 6:37 pm
¿Acabaremos viendo cohetes como los que imaginó Ray Bradbury?
lunes 3 octubre, 2011 @ 9:34 pm
Lo privado que se quede en lo privado, pero que no intervenga en le gobierno de una nación/estado/república/etc por se convierte en una catástrofe total, lo hechos están a la vista en todos lados, por donde nos demos vuelta.
Lo privado que siga manejando empresas y que no se valla mas allá por que se «pudre» todo.
lunes 3 octubre, 2011 @ 9:38 pm
Si quiere participación en la conquista del sistema solar me parece de 10!.
Que tome la explotación mineral del sistema de 10!
Que participe en la construcción de colonias, si pero, con participación mixta con el estado.
En ciertos aspectos de la realidad lo privado es esencial y sumamente necesario, pero no en absolutamente todo.
lunes 3 octubre, 2011 @ 10:16 pm
No se trata de la dicotomía público-privado. Se llegó a la Luna con fondos públicos. De la misma manera se ha financiado el programa científico: Mariner, Voyager, Venera, Galileo, Hubble, Huygens, Cobe…
Sin embargo la NASA ahora, tal cual, no funciona bien, entre otras cosas porque los legisladores no delegan y quieren meter las narices en cada detalle y colocan a gente no adecuada a mando de la institución. A los contratistas, por otro lado, sólo les interesa el dinero. No hay la ilusión que todos ponían durante el programa Apolo. Y sin ilusión es difícil acometer ciertos proyectos. Space-X funciona porque probablemente Musk tiene esa ilusión.
lunes 3 octubre, 2011 @ 10:23 pm
El privado hace lo que le piden tratando de maximizar ganancias.
El político es el que debe decidir lo que hay que hacer y controlar que esté bien hecho. El problema está en la naturaleza humana.
lunes 3 octubre, 2011 @ 10:55 pm
En la época del neoliberalismo, cualquier cosa hay que ponerla en cuarentena. Yo no dudo que la NASA sea más ineficiente que en el pasado, pero de ahí a que la empresa «privada» salga por la mitad que la NASA, eso directamente no me lo creo, porque todo apunta precisamente a lo contrario (cfr. el sistema de salud de los EEUU, que es diez veces más caro que cualquier sistema público al uso, incluyendo su vecino más próximo, el canadiense, el americano todo él industria privada). Todo esto es igualmente aplicable a la industria que más toca de cerca a la NASA (que la solapa, realmente), el conglomerado militar-industrial USA, que se ha vuelto la ineficiencia en persona y el despilfarro por definición, a fuer de privatizar y de no tener a políticos metidos por el medio (que en realidad, están a sueldo de ellos), los míticos F tal y F cual son hoy las peores unidades de combate del mundo disponibles en el mercado, las más caras, y los Raffale franceses de Dassault, aparte de más baratos, son mejores, en fin, nada muy distinto entre cohetes americanos, franco-europeos, rusos y chinos.
La decadencia es del sistema en general, y en particular política de los propios EEUU.
Dicho todo lo cual, yo todas estas noticias las archivo como pura propaganda. A día de hoy es China la que acaba de poner una estación espacial en órbita y puede ponerse sus propios astronautas. EEUU no puede hacer ni lo uno ni lo otro, y la cosa irá a mucho peor en el futuro inmediato y a medio plazo.
martes 4 octubre, 2011 @ 8:29 am
Ya que nos metemos en ese campo, expondré que el verdadero problema es que lo privado procura manejar lo público y este se deja corromper. Y ninguno de los tres poderes de la democracia se resiste a ello, porque le va mejor así. Esa es la naturaleza humana. Las armas las hacen los trabajadores que forman la parte mayoritaria del pueblo, pero los vende el capital y con ellas se mata al pueblo. Cuando hay crisis se entrega dinero al capital; dinero que es público, es decir, del pueblo, pero no se obliga a nada a quien recibió el dinero: connivencia provechosa para el gobernante y el capitalista. Los verdaderos sacrificios los volverá a hacer el pueblo, sufriendo recortes en los salarios, las pensiones y las condiciones de trabajo; mientras tanto los que manejan cualquier poder se subirán los sueldos o las pensiones (recuérdense las Cajas o los nuevos presidentes de alguna comunidad -los anteriores ya hicieron su labor-), pero si un pobre ciudadano no puede pagar su hipoteca se le echa a la calle, a pesar de que con su trabajo y su dinero se han podido pagar todas esas injusticias. Mi opinión es que la mala gestión, la malversación y todo abuso, debe tener responsabilidad penal.
Nuestra democracia es muy imperfecta y hay que mejorarla sí o sí . A mi no me sirve el poder castigar a quien fue mal gobernante, a quien se metió en política para forrarse, a quien legisló para proteger su despilfarro, con no votarle al cabo de cuatro años; quisiera botarlo ya a través de un juez justo. Ese remedio es una tomadura de pelo.
Lo dejo porque no tendría fin mi indignación agobiada.
Un saludo y perdón por no tirar cohetes de felicidad en este tema.
Un cordial saludo.
martes 4 octubre, 2011 @ 12:44 pm
Creo que olvidamos una diferencia crucial entre lo «público» y lo «privado»: en principio las decisiones de lo «público» nos obligan por ley a todos, es decir, estemos de acuerdo o en desacuerdo con ellas, nos son impuestas. Por el contrario, las decisiones de un «privado» solo nos afectan si las aceptamos voluntariamente. Por ceñirnos al asunto de la noticia: cualquier ciudadano estadounidense se ve obligado por decisión pública a costear los programas de la NASA. Por el contrario, solo costeará los programas de Space-X si lo estima conveniente (en caso de que Space-X cotize en bolsa o acepte inversores privados, cosa que desconozco). Y esta, en mi opinión, es una diferencia crucial.
miércoles 5 octubre, 2011 @ 8:59 am
Estimado «pvl»: Lo que dices parece cierto y nos conduce a que, como nos organizamos en sociedad, decidamos qué debe ser público y qué privado. A mi entender debiera ser público todo aquello que, por fuerza va a afectar a todos: salud, educación, energía, agua, etc. Seguramente habría que añadir otras. Lo que sucede es que público no debiera ser sinónimo de ineficiente ni de corrupto, sino todo lo contrario. Habría que pensar de qué manera se podría lograr esa excelencia que a veces se da en algunas áreas. Todos hemos tenido la fortuna de tener profesores a los que recordaremos siempre y también médicos, como igualmente los hemos tenido catastróficos e indignos de ejercer esas profesiones. También, más raramente, hemos tratado con empleados de ayuntamiento y del estado solícitos y conscientes de que quien pedía su colaboración era quien, en definitiva, pagaba su sueldo; pero muchas veces hemos tropezado con tiranuelos merced a su ventanilla o a su gorra (no recuerdo si en una zarzuela o en una obra de teatro de autor español se decía «lo importante es la gorra», descartando el valor de lo que había bajo ella). Pero me desvío.
A lo privado debe ir lo voluntario y quizá sea más propio para lo original, lo arriesgado, etc.
Todo esto merecería la pena ser estudiado porque está claro que un escultor no puede ejercer su arte como funcionario. A mí así me lo parece. Tampoco un guarda que cuide los jardines del municipio puede ser privado. Pero, claro, entre estos dos casos extremos hay muchos intermedios que dilucidar.
Y no sólo me refiero a las personas; también a las empresas. Incluso es posible una administración y un mayor peso de lo público en una colaboración con lo privado cuidando que la fluida corrupción no establezca vasos comunicantes. Por ejemplo podría ser el caso de la NASA que quizá debiera ser obligada por el estado a soltar lastre funcionarial pero manteniendo sus objetivos y cediendo al sector privado la realización material de los medios necesarios sin que sean pagados por ella, pero proporcionando asesoramiento científico y de coordinación.
Un cordial saludo.
viernes 7 octubre, 2011 @ 2:24 am
El problema de la democracia es escoger a los lideres, ¿tenemos forma correcta de evaluar a los candidatos en una campaña electoral?, incluso es una regla de los políticos no dar muchos detalles de su proyecto político, todo se centra en el carisma, en tomarse fotos con viejitos y repetir que van a hacer aquello que la población quiere (lo que sea la opinión mas popular)
Al final se escoge al que tiene mas carisma, no al mas capaz. Las decisiones se toman pensando únicamente en no afectar su carrera política, el país se puede ir al infierno pero si nos les afecta su reelección no les importa.
Referente al sector privado lo mejor que tienen son los costos, como al dueño le interesa gastar lo menos posible y ser competitivos tienden a tener buenos costos de producción, y mantienen a raya la corrupción porque ¡es su dinero!, mientras que en la administración publica el dinero no es de nadie, y todos se preocupan de tener su tajada, los costos de producción son altos y las ganancias bajas. Esa misma diferencia la observamos en este articulo en comparación con la nasa.
De resto no le veo ninguna ventaja del sector privado cada empresa es un reino donde el dueño como rey tiende a terminar tiranizándose y creyéndose mejor, incluso como persona, que sus propios empleados, eso al final no debería ser el fondo de un país, el sector privado que se quede en su empresa, y ya habrá que buscar una forma de mejorar la democracia para que se escoja al mas capaz pero menos popular. Cosa que veo difícil.
Saludos
sábado 8 octubre, 2011 @ 3:02 pm
Estimado JavierL: Como bien dices, el problema de la democracia es escoger sus líderes. Hay algún artículo en esta web donde se expone que, estadísticamente, no hay diferencia entre la elección que haría un niño y la de un adulto porque ambos se basan en una imagen atractiva, es decir en ese carisma del que hablas. Pero hay programas e historia. Y debería haber responsabilidades por incumplimiento, por mala administración y por llevarse el dinero con vergonzosa impunidad. Digo esto porque esas palabras tuyas de que «el dinero público no es de nadie» ya la dijo un político -creo que política-. Y no. Ese dinero es tuyo y mío y de todo el pueblo. Por tanto el llevárselo no es encontrarse algo en un descampado; es un robo, un latrocinio de la peor especie, porque se hace aprovechando la confianza que las víctimas han depositado en ellos y aforádose muchas veces en leyes que han promulgado para protegerse.
Y si ves tan difícil la solución -yo también- es porque a pocos de los que ejercen un poder que no merecen, interesa que exista una educación política objetiva. Digo que no merecen porque les entregamos la capacidad de administrarnos, no poder sobre nosotros, salvo el de utilizar la violencia contra quien atente contra el pacífico vivir de la sociedad.
Pero mucha gente admite que el concejal o el ministro o el presidente sea superior a él por el mero hecho del empleo que ha conseguido con la papeleta del votante y las particulares artes del partido; porque lo de cargo es para nosotros que hemos de soportarlos pagándoles sus inmerecidos lujos.
Y ya vale por hoy que aquí deberíamos hablar de ciencia.
sábado 8 octubre, 2011 @ 9:22 pm
Estimado Tomás:
Es verdad que por aquí se mencionó esa frase de «el dinero público no es de nadie», que naturalmente se puso como crítica. El dinero público es obviamente de todos.
Fue dicha por la ministra de cultura Carmen Calvo.
Por lo demás totalmente de acuerdo. Una multa de 100 veces lo defraudado para delitos menores cometidos para políticos y cadena perpetua revisables para los delitos de corrupción política más graves sería lo mejor. La clave está en la desproporcionalidad de la pena, así la tentación es menor. Y a quien no le guste que no se meta a político. Lo malo es que son lo políticos los que lo tendrían que legislar.
Se puede tener un accidente automovilístico accidentalmente. Pero corromperse sólo se puede hacer conscientemente.
domingo 9 octubre, 2011 @ 4:50 am
Estimado Tomás,
Efectivamente el dinero publico es de todos, y debe ser castigada la corrupción, me refiero en mi comentario al pensamiento del político, y de la mayoría de empleados públicos, en comparación con lo que sucede en la empresa privada en general.
No conocía, lo había dicho esa ministra, yo vivo en Venezuela, pero por lo visto es un mal que existe en todo el mundo, quizás es la misma naturaleza humana.
Ya recuerdo ese articulo que mencionas, y efectivamente es así, y esa es la debilidad de la democracia, la elección de los líderes.
domingo 9 octubre, 2011 @ 7:58 pm
Es un problema del sistema, porque le llamamos democracia a algo que es muy imperfecto (lo es parcialmente, pero no plenamente: la realidad es que aunque teóricamente la soberanía reside en la ciudadanía en la práctica los poderes fácticos, de tipo económico tienen poder para manipular en su beneficio, aunque esto nos lleve a la autodestrucción, al menos de la cultura occidental), y tendemos a cargar las tintas en «los políticos» cuando realmente, lo que para mí más valor tiene del sistema democrático liberal occidental es precisamente su valor monitorizador, científico casi, de fotografiarnos cómo reacciona la sociedad ante unos estímulos determinados. Por otro lado decir que los políticos son algo especial, me rechina muchísimo, porque me resulta imposible de admitir como coherente que la sociedad escoja a corruptos máximos precisamente para los cargos de máxima importancia, más bien tengo que pensar que la corrupción es máxima a todos los niveles y que se nos vende lo contrario. Digamos, la mierda sólo se ve cuando sale fuera de debajo de la alfombra.
La democracia está conectada con el sistema socioeconómico, naturalmente, pero sólo eso: conectada, como está todo conectado. La democracia no nació con el capitalismo, para nada, y este sólo la ha entorpecido todo lo que ha podido (de hecho, las grandes revoluciones burguesas de finales del XVIII no tocaron para nada el sistema económico: capitalistas ya eran, y capitalistas siguieron siendo, ni se alteró el colonialismo europeo, ni se tocó la esclavitud siquiera en el inmediato corto-medio plazo, ni nada de nada. Y la revolución americana triunfó porque fue apoyada por los enemigos del RU, porque la polaca fue aplastada y el país desmantelado, y la francesa también salió adelante en gran medida por el puro azar).
Está claro que para poder escoger en libertad, para empezar hay que estar informado, no es un problema de tener más o menos cualificaciones profesionales, sino simplemente saber qué está detrás de cada cosa, algo que la mayoría de la gente (incluyendo supersabios) no lo sabe. En occidente la manipulación de la opinión pública es algo recurrente y archicomentado por analistas políticos y científicos sociales.
Tengo para mí que una de las razones de que la ciencia arraigara en occidente fue precisamente la incipiente democracia, un sistema de poder en equilibrio y colegiado y respetuoso hacia las minorías, no porque tengan un valor intrínseco en un ecosistema social en particular, sino por el simple hecho de serlo, por la carga de oposición que tienen, porque al poder realmente la ciencia no le gusta (ni al occidental, prefiere con mucho presentar la faceta de la tecnología, que ha llegado a ser una auténtica racionalización de nuestras supersticiones culturales). La incipiente ciencia colapsó en el imperio romano, y nunca pudo despegar en China a pesar de haber existido individuos de una brillantez histórica, en todos los campos: lo que hicieron se murió con ellos.
Parte de la decadencia de Occidente se debe a que la democracia se está precisamente destruyendo (porque todo se ha vuelto un tinglado polipasteleado, una masa informe sin separaciones claras, y todo son paripés), y eso es otra piedra más en la losa tecnológica y organizativa de la NASA, y del complejo militar-industrial. Por otro lado, el enorme empuje y la apuesta educativa científica en China (que si no lo están ya, en breve se van a poner en vanguardia de todo) no podrá seguir con un gobierno como el tienen: o cambian el sistema político, o esto será como tantas otras veces flor de un día, más concretamente, de una generación. Sí, seguirán teniendo grandes especialistas y profesionales técnicos (o no, que releyendo la historia es para echarse a temblar), pero el avance científico se va a estancar de una forma brutal. Cuando digo avance científico digo avance científico: Galileo, Kepler, Newton, Darwin, Pasteur, Einstein, Bohr… no pijadas tecnológicas ni juguetes.
Ahora, para los próximos 20 años, unos en barrena y los otros a pasearse por la Luna. Sería interesante que todos reflexionásemos, porque lo de repetir errores hasta la extenuación es algo tan humano…