NeoFronteras

Evocación a voluntad de recuerdos

Área: Neurología — martes, 27 de marzo de 2012

Un grupo de investigadores consigue provocar la evocación de recuerdos específicos a voluntad activando con luz unas neuronas determinadas.

Foto
Hipocampo de ratón transgénico. Fuente: Nikon Small World Gallery.

A Marcel Proust se le dispararon los recuerdos de la infancia cuando olió el aroma de una magdalena. A partir de ahí empezó a escribir compulsivamente sobre esos recuerdos del pasado. El caso de Proust se ha puesto como ejemplo para estudios de Neurología, Psicología e incluso para ilustrar cómo funcionan la redes neuronales computacionales.
Los humanos tenemos muchos recuerdos de nuestro pasado. Algunos son tan importantes y vívidos que, como la magdalena de Proust, desatan todas las sensaciones que experimentamos en ese momento. Los neurocientíficos llaman a estos recuerdos engramas.
Hasta ahora se creía que estos engramas eran meros entes conceptuales y que no necesariamente tenían que tener un reflejo físico en nuestra estructura neuronal. En un estudio del MIT se ha demostrado que esos recuerdos realmente residen en células específicas del cerebro.
Para demostrar este punto los investigadores implicados se han valido de una nueva técnica basada en la optogenética. Esta técnica permite estimular neuronas específicas que previamente han sido modificadas genéticamente para expresar proteínas sensibles a la luz.
En este estudio pudieron ver que una activación mediante luz de específicas pequeñas subpoblaciones de neuronas puede generar comportamientos de alto nivel cognitivo, como por ejemplo la expresión de recuerdos específicos.
Todo empezó cuando hace años el neurocirujano Wilder Penfield observó de manera accidental que se podían activar recuerdos de manera física. Este médico trataba a pacientes con epilepsia grave que querían dejar de tener ataques. En la epilepsia un pequeño grupo de neuronas puede ser el origen de esos ataques, así que este cirujano arreglaba el problema eliminando esa región productora de ataques. Lo malo es que no es fácil saber qué región es. Para asegurarse de que sólo destruía esa parte de cerebro, estimulaba con pequeñas descargas ciertas regiones del cerebro mientras que los pacientes estaban bajo los efectos de una anestesia local (y el cráneo abierto). Los pacientes informaban de las sensaciones que tenían en cada estimulación. Al parecer experimentaban evocaciones vívidas cuando Penfield estimulaba sólo unas pocas neuronas del hipocampo. El hipocampo es una región esencial el la formación y evocación de recuerdos episódicos.
Aunque los científicos han estado explorando este fenómeno desde entonces, hasta ahora no se había demostrado directamente que la activación directa del hipocampo fuera suficiente para provocar evocaciones.
Susumu Tonegawa, Xu Liu y otros investigadores del MIT pensaron que se podía utilizar la optogenética para estudiar el fenómeno. La idea era demostrar la hipótesis de la codificación y almacenamiento de la memoria a través de un experimento con un modelo animal (ratones) que simulara las condiciones de Penfield y activarían los recuerdos de manera artificial.
Primero identificaron un conjunto específico de células nerviosas en el hipocampo que estaban activas sólo cuando el ratón realizaba un aprendizaje sobre un nuevo ambiente. Determinaron qué genes estaban activados en esas células y le acoplaron el gen foráneo ChR2, gen que expresa una proteína activada por la luz y usada en optogenética. Esto permitía marcar la red neuronal física asociada con un engrama específico para una experiencia específica.
Luego a estos ratones modificados les acoplaron unas fibras ópticas para así llevar pulsos de luz hasta una región específica del hipocampo. Esto permitía excitar con luz las neuronas con el gen ChR2. La clave estaba en que la proteína activada por la luz sólo se expresaba en las neuronas que estaban involucradas en el aprendizaje experimental de los ratones.
El ratón entraba en un ambiente específico y después de unos minutos de exploración recibía una descarga eléctrica en sus patas, con lo que asociaba ese ambiente con una mala experiencia y aprendía que ese ambiente le producía un daño. Si se volviera a meter al ratón en ese ambiente experimentaría miedo debido al recuerdo de su experiencia pasada con la descarga eléctrica. Incluso la sólo evocación de la experiencia debería de producir la misma reacción.
Pero en lugar de eso, los investigadores introdujeron pulsos de luz a través de las fibras ópticas mientras los ratones estaban tan tranquilos en un ambiente totalmente diferente. Entonces se activarían las neuronas etiquetadas con ChR2 produciendo la evocación de los recuerdos asociados con el primer ambiente. Observaron que el envío de luz provocaba que los ratones se pusieran a la defensiva guiados por el miedo.
Este montaje experimental no es más que un manera imaginativa de demostrar que los ratones recordaban su experiencia de ser electrocutados sin necesidad de que lo cuenten (hasta ahora no se han encontrado ratones que hablen). Los ratones experimentaban una evocación de un mal recuerdo y actuaban en consecuencia. Un recuerdo evocado a voluntad por los investigadores activando células específicas de su cerebro, aquellas en las que residía ese recuerdo.
Tonegawa afirma que, al contrario de lo que creía Descartes, este tipo de experimento demuestra que la mente puede ser estudiada por la ciencia y que fenómenos como la evocación de un recuerdo están basados en cambios de la materia.
Además del valor filosófico y de un mejor conocimiento de nuestra propia mente y de la esencia del ser humano, el resultado puede tener aplicaciones prácticas en el estudio de desórdenes neurodegenerativos y psiquiátricos.
Así que, amigo lector, ya sabe. Ese recuerdo de su infancia con su familia, su primer beso o el nacimiento de su hijo residen cada uno de ellos en un pequeño grupo de neuronas, nada más y nada menos.

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Fuentes y referencias:
Nota de prensa.
Artículo original.

Salvo que se exprese lo contrario esta obra está bajo una licencia Creative Commons.
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25 Comentarios

  1. r:

    «este tipo de experimento demuestra que la mente puede ser estudiada por la ciencia y que fenómenos como la evocación de un recuerdo están basados en cambios de la materia»

    Estimado Neo es un magnífico artículo…pero me pregunto que es lo que hay en nuestra mente que nos hace cualitativamente diferentes de toda otra forma de vida. Quizás una cuestión central es ¿Cómo produce pensamientos el cerebro? Como bien dices la ciencia tiene la última palabra…

  2. pvl:

    Interesantísimo el art.: viene a confirmar que los pensamientos concretos (en este caso ese tipo de recuerdos llamados engramas), en última instancia, son sencillamente el producto de la activación de ciertos «circuitos» de neuronas concretas, lo cual, dicho sea de paso, parece absolutamente lógico, con los conocimientos actuales del cerebro.

  3. chizon:

    «Y Dios vio que la luz era buena»

    A todo esto, no sera un efecto causal ?

    O sea por que no parece muy sensato que haya neuronas que estan adentro de un organo en la oscuridad, sensibles a la luz….

    Raro el caso. A menos claro que las neuronas pegen chizpasos de luz… pero nunca he visto eso

  4. tomás:

    Estimado «r:»: No tan cualitativamente diferentes. Hay niveles de pensamiento perfectamente reconocibles en bonobos, chimpancés, gorilas, elefantes, delfines, incluso en pulpos. Hay memoria en muchísimos más. Es más cuestión de cantidad, de complejidad.
    El cerebro produce actos mentales fisiológicamente, por medio de potenciales de acción que comunican unas neuronas con otras.
    La ciencia, en efecto, va progresando en el camino de conocer la mente, es decir el modo en que el sustrato material del cerebro vivo, se manifiesta. Desde que, en la antigüedad, se situaban las pasiones en el bajo vientre, el amor en el corazón, -más o menos- hasta los últimos años en los que es posible, actuando sobre la materia del cerebro, evocar recuerdos, inducir pensamientos, hacer que sientas un sabor que no estás probando, que alguien vea lo que no podría ver porque es ciego, oír lo que no suena, etc. no podemos negar que el avance reciente ha sido tremendo y en extremo significativo. ¿Y qué significa?
    Saludos.

  5. lluís:

    En definitiva, otra patadita en el trasero del «dualismo cartesiano».Así una vez más se hace patente que los procesos que conducen a la consciencia parten de lo «inanimado»,de la materia inanimada..quizá estemos ya más cerca de dar con las neuronas que originan esa consciencia.

    Este tipo de artículos me resultan especialmente gratificantes.Al interés que en aplicaciones prácticas puedan tener esos hallazgos, se suma el interés filosófico que implican.
    Saludos.

  6. r:

    Estimado Tomás: Tienes razón, muchas especies como el bonobo que mencionas poseen un nivel de pensamiento asombroso, así se puede mencionar el estudio realizado hace poco por expertos del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva en Leipzig que «filmaron a una madre bonobo llamada Ulindi moviendo la cabeza de lado a lado para expresar a su bebé que no aprobaba un determinado comportamiento» y de hecho ese gesto de desaprobación también fue observado en cuatro bonobos distintos y en 13 ocaciones.

    Pero ¿estas de acuerdo en concebir al hombre simplemente como un antropoide más sesudo? ¿Qué podemos decir de los productos del órgano pensante como la conciencia, la libertad o la moral? Opino que los aspectos cualitativos de nuestra mente, que nos diferencian de otros seres vivos son más numerosos e importantes que los cuantitativos por que en estos últimos la diferencia es sólo de grado.

    Saludos.

  7. tomás:

    Estimado «lluís»:
    Dices: «…quizá estemos ya más cerca de dar con las neuronas que originan esa consciencia».
    Creo, querido amigo, que la conciencia emerge de la complejidad del conjunto y no de unas neuronas determinadas. Es posible o seguro, que algunas zonas serán irrelevantes -o sólo casi, no sé- para eso, pero ha de ser el conjunto de grandes partes el que la haga emerger. Diría -por lo menos- que todo el lóbulo frontal, el sistema límbico y el hipocampo. Me hace pensar así la recopilada experiencia neuropsicológica en la que destaca conocido caso de Phineas Gage, que se atravesó el cerebro -precisamente por el lóbulo frontal- con una barra de hierro bastante gruesa. Asombrosamente, no murió, pero su personalidad cambió por completo. Hay más casos, pero quizá este es el más eminente. La referencia al sistema límbico está justificada por su gran relación con las emocionen y el sexo. Pero ni siquiera sólo el cerebro ha de estar involucrado, pues sabemos de la acción del sistema hormonal. Si gran parte de la personalidad depende de sensaciones tales como el hambre, el sexo, la agresión y la huida, deseos y aversiones, etc., es de sospechar que este sistema tenga mucho que ver con ella. Más alejado, indirectamente, todo nuestro organismo influye también. Y aún desde más lejos nuestro entorno, nuestra historia.
    En cuanto a la utilización de las palabras consciencia y conciencia, aunque creo recordar que el DRAE las iguala, son distintas y me parece que no es preciso que te lo aclare. En mi opinión, tú querías decir «conciencia» .
    Un fuerte abrazo.

  8. tomás:

    Estimado «r»:
    Procediendo nuestra estirpe y la de los bonobos de un tronco común que se escindió hace unos ¿7 Ma? creo recordar, es posible que ese gesto de negativa que mencionas pueda tener alguna relación con el nuestro. No lo sé.
    De todas formas hay otros hechos más significativos, como el que poseen una cultura importante, al igual que los chimpancés, que intercambian favores, como por ejemplo comida por afecto, que son solidarios, etc. Los chimpancés se coordinan magníficamente para la caza, emitiendo sonidos muy distintos según lo que pretendan comunicar para cercar y conseguir la presa. Que son autoconscientes, lo que se demuestra por la prueba del espejo. Esta da la medida en que un individuo es capaz de tener conciencia de sí mismo al verse reflejado. Esta prueba la pasan los niños-bebés entre los 8 y 10 meses -creo recordar-.
    En cuanto a las preguntas que me haces, sí creo que el hombre es sólo un antropoide mucho más complejo, con la complejidad que le otorga su mayor masa cerebral y su mayor número de neuronas y conexiones neuronales.
    La moral, en último término, es algo cultural, pero también evolutivo. Podemos encontrar sus primeras manifestaciones en la defensa de las crías, que en animales superiores se extiende a los más allegados, en la formación de niveles de estatus que no son fáciles de cambiar. Tanto de lo cultural como de lo evolutivo participan estos primates. Existe un gen relacionado con el altruismo que se da en otras especies sociales y que ha de ser muy antiguo: los ratones lo tienen. No quiere decir que en todos los animales cumpla esa función, pero sí en algunas especies. Porque para ser social es precisa una cierta dosis de altruismo. Puedes leer el artículo en neofronteras.com/?p=1049.
    En cuanto a nuestra libertad, creo que no tenemos libre albedrío, pero con el fin de no cansar mucho al personal, te ruego leas el artículo neofronteras.com/?p=3732, comentario 15.
    Saludos cordiales.

  9. Miguel Angel:

    No es cuestión de tamaño, hay cerebros mas grandes en la naturaleza, como el de las ballenas. El cerebro humano destaca por tener unos lóbulos frontales muy desarrollados y por haber empezado a especializarse en el «pensamiento abstracto». Digamos que le cerebro humano representa un apuesta por este pensamiento abstracto en detrimento, por ejemplo, del sentido del olfato o la audición que es bastante modesta en nuestra especie.

    Sin embargo ni siquiera el pensamiento abstracto es exclusivo de nuestra especie. Tomás ha puesto un buen ejemplo con la prueba del espejo. Pero hay muchos mas ejemplos, me viene a la memoria el loro «Alex» de Irene Pepperberg.

  10. Pocose:

    Con mis escasos conocimientos, intuyo que lo que nos diferencia mas claramente del resto de los seres vivos es que somos muchísimo más programables y reprogramables, aun bastante mas que bonobos y chimpancés, nuestros parientes mas cercanos.
    Que esta plasticidad pudiera ser debida a nuestra cada vez mayor dependencia evolutiva de la tecnología. Que plasticidad y dependencia tecnológica, irían en paulatino aumento, (provocando, o siendo potenciadas por el aumento de la capacidad craneal), probablemente desde que liberamos las manos de la marcha.
    Valgan como ejemplo las acrobacias de un gimnasta olímpico en los diferentes aparatos y el manejo que el honorable Dr. Stephen Hawking hace de su cerebro y de la informática.
    Saludos a todos.

  11. joabbl:

    Muy interesante. Todo está en el cerebro, ¿dónde si no?. Esto abriría la posibilidad de salvar recuerdos en un futuro remoto reconfigurando redes neuronales. Igual que hay memorias de semiconductores podríamos tener memorias de recuerdos. Así dejaría de ser cierto lo que decía el famoso androide de Blade Runner :

    «Yo he visto cosas que vosotros no creeríais. Atacar naves ardiendo más allá de Orión. He visto Rayos-C brillar en la oscuridad cerca de la Puerta de Tannhäuser. Todos… esos momentos… se perderán en el tiempo… como lágrimas en la lluvia. Es hora de morir. »

    Mientras tanto tenemos esto :

    http://www.bancoderecuerdos.es/

    Saludos

  12. lluís:

    Curioso ese link que nos facilita el amigo joabbl.

    «De la complejidad del conjunto y no de unas neuronas determinadas», dices en tu 7 amigo tomás, pues probablemente sea así, pero no es menos cierto que existen neuronas especializadas, y yo más bien quise referirme a un grupo de neuronas que estuvieran especializadas en la creación de consciencia, aunque luego como en el cerebro no hay un CPU, pues a través de redes neurales podría haber una especie de amplificación de los efectos de consciencia.Precisamente, despues de leer tu comentario, me he acordado de que el propio Francisc Crick,un físico que estuvo implicado muy directamente en el hallazgo de la molécula de ADN, como ya sabes,al hablar de la consciencia dijo que lo más probable fuera que «un grupito de neuronas» fueran las responsables directas de tal consciencia.

    Por lo que respecta a los términos «consciencia» y » conciencia», particularmente prefiero utilizar el término «consciencia», por que la veo más vinculada al conocimiento consciente, y dejo el término «conciencia», para cuestiones más ligadas al plano moral o ético.Por ejemplo, cuando decimos » este tío no tiene conciencia», nos referimos a alguien que no muestra excesivos reparos en su manipuleo cotidiano, pero ese «tío», es perfectamente consciente de su escasa o nula conciencia.No es muy frecuente oir decir » Este tío no tiene consciencia».De todos modos,no lo concedo demasiada importancia a esta «discusión».Y, por supuesto lo que yo piense al respecto,puede ser interpretado de manera diferente por otros.Supongo que nos adentraríamos ya dentro del territorio de la lingüistica o de la filología.No es lo mio.

    Un fuerte abrazo, tomás.

  13. r:

    “Fenómenos como la evocación de un recuerdo están basados en cambios de la materia” párrafo 14.

    A ver la mente es producto del cerebro, si el cerebro es materia no es difícil intuir que la mente también lo sea, pero ¿cómo evolucionó la materia en mente para analizarse así misma? Pues bien en el principio la materia se hallaba en un estado caótico y las cuatro fuerzas fundamentales de la naturaleza se movían (interactuaban) en un lugar tras otro, después esta (la materia) se organizó en el nivel inorgánico, tiempo después la organización alcanzó el estadio orgánico para finalmente rematar en sistemas autorregulados (algunos de ellos prototipos de la mente).

    Sí querido lector nosotros somos únicamente máquinas que automáticamente respondemos al ambiente. Todo converge a un materialismo reductivo que concibe a los seres humanos como unos ilusos que creen que están tomando sus propias decisiones por su propia cuenta.

    Es broma, queridos amigos…

    Esta conclusión que aparece en el artículo es muy interesante sobre todo, porque toda la evidencia disponible la avala sin duda alguna, sin embargo no soy capaz de establecer una relación entre materia e idea (o recuerdo si se quiere) es decir me cuesta un mundo imaginarme un paso tan extraño y a la vez obvio, desde mi punto de vista.

  14. tomás:

    Amigo «lluís»: Como dices, no vamos a meternos en discusión sobre ese tema, pero podemos exponer nuestros puntos de vista sin más. Al uso popular de «conciencia» y quizá al de «consciencia» le sucede algo parecido al de «teoría». Si nos gusta expresarnos con propiedad hemos de distinguir. Yo llamo consciencia el estado de alerta -por ejemplo de alguien anestesiado digo que está inconsciente, no «inconciente», aunque también lo esté-. En el bulbo raquídeo existe una zona llamada «formación reticular» que es determinante de los estados de sueño y coma y de los contrarios: despertar, atención, tono muscular, reflejos cardiacos, respiratorios y circulatorios. Otras zonas tendrán su influencia, pero esta que nombro es determinante y creo que es importante en las anestesias generales. Fíjate que en eso somos exactos a todo -como mínimo- mamífero. Pero si hablamos de conciencia nos estamos refiriendo a algo que implica conocimiento. El bonobo ante el espejo sabe, tiene conocimiento de si mismo. Realmente, debiéramos decir es conciente de si mismo. Porque consciente ya lo está aunque no tenga el espejo.
    En el uso «moral» de la palabra conciencia es distinto y se parece más a la terminología popular: De una mala persona suele decirse que «no tiene conciencia». Totalmente de acuerdo. Incluso podemos decir de alguien «no es consciente del daño que hace» para disculparle.
    Bueno, un fuerte abrazo.

  15. tomás:

    Estimado «r»: Eres cruel; podías haber dicho «párrafo antepenúltimo» y haberme ahorrado contar hasta el 14. Si en tu primero eres cruel, en el segundo deduces erróneamente: que el cerebro sea materia no implica que la mente lo sea, un poco similar a que el estómago es materia, pero no lo es el proceso digestivo. Y digo proceso porque, en mi opinión, la mente es un fenómeno emergente de la tremenda acumulación de complejidad, que quizá pudiera llamarse proceso, pero nunca materia. Otra cosa es lo que dices luego, que puede tener algún sentido si se explica.
    Más tarde noto una cierta tristeza e ironía. Estimado «r», no te abrumes. Quizá el descubrir que no existe algo así como el alma o el espíritu -no sé cual es tu caso- pueda doler al principio. Los reyes magos tampoco existen. Es que las cosas son como son y no como nos gustaría que fuesen.
    Recibe un abrazo y mi sincera comprensión.

  16. r:

    Estimado Tomás: Tranquilo, porque la idea de que exista una parte inmaterial que resida en el ser humano, llámese alma o espíritu si se quiere, no existe en mi cabeza. El segundo y tercer párrafo que escribí es una mezcla de disparates y verdades a medias en son de broma y en cuanto a los tres reyes magos tengo dudas que fueran “reyes” y “tres” a lo sumo las principales fuentes históricas se refieren únicamente a una cantidad indeterminada de astrólogos o magos.

    Pero bueno, ahora sí, a escribir con seriedad… Expuse que “me cuesta un mundo imaginarme” que exista una relación tan íntima entre materia e idea, no porque no la acepte sino porque me parece por un lado interesante y por otro casi inimaginable. Por ejemplo estoy de acuerdo contigo en que la mente es obviamente un proceso, sin embargo mi mente si es capaz de comprender con relativa facilidad gracias a que la ciencia ha explicado con detalles como el sistema digestivo (materia) se organiza para producir el fenómeno o proceso que llamamos digestión. Pero en el mismo sentido no me resulta fácil definir las ideas, los recuerdos, pensamientos, entre otros como simples impulsos eléctricos es decir me agradaría saber con lujo de detalle cómo diantres se pasa de ciertas configuraciones físico-químicas o neuronales del cerebro al pensamiento si suponemos que los estados mentales se pueden reducir a simples reacciones químicas.

    Supongo que por algo se dice que si el cerebro humano fuese tan simple que pudiésemos entenderlo, entonces seríamos tan simples que no podríamos entenderlo.

    Un cordial saludo.

  17. tomás:

    Estimado «r»:
    No puedes imaginar qué alegría me has dado con tu 16, pues me tomé en serio tu anterior.
    Creo que todos los que intentamos comprender la mente sentimos ese vértigo ante el salto entre proceso electroquímico y pensamiento. He meditado desde hace mucho sobre esa cuestión y creo que el habla tiene gran importancia. Prácticamente siempre pensamos en nuestro idioma materno, aunque alguna vez -lo recuerdo perfectamente por lo mucho que me extrañó- he soñado en otro. También muy raramente he tenido cortos pensamientos de esa forma. Digo esto porque creo que el poseer un lenguaje es como poner unos raíles al pensar de modo que le facilita el camino. Si me lo permites, te diría que es bueno espiar nuestro pensamiento. Muchas veces una palabra nos lleva a otra irremisiblemente y, en realidad, con ello llegamos a construir ese pensamiento. Al igual que hacemos una cosa y luego «queremos» hacerla y nos justificamos la decisión tomada que ya lo estaba antes, con el pensamiento sucede algo parecido. Nos llega en forma de palabras posteriormente a su construcción. Por tanto se ha hecho en el inconsciente.
    Cordiales saludos.

  18. Miguel Angel:

    Buen hilo y perfectamente dialogable lo que comentaban lluis y tomás acerca de si pudiese haber un grupito de neuronas que arrancasen la consciencia. El «sistema reticular activador ascendente» se activa al despertarnos y está situado en el cerebro primitivo («tronco del encéfalo») mas concretamente en el bulbo, pero para que surja una consciencia es necesaria la integridad de otras muchas estructuras (pero tampoco tienen porque estar todas las regiones cerebrales intactas, porque también podríamos hablar de «grados de consiciencia»).

    De todo lo que comenta «r» estoy de acuerdo en cuestionar el materialismo reduccionista si lo aplicamos a la mente humana. Me ha gustado el 15 de tomás al respecto, ahora bien el 17 en el que dice que la decisión es previa a la justificación, parece insinuar que siempre tomaremos la MISMA decisión que nace involuntariamente de las entrañas del cerebro y después la justificaremos con palabras y a partir de eso alguno deducirá que siempre acturemos de la misma forma…y esto último es completamente falso.

  19. tomás:

    Estimado Miguel Angel:
    Vamos al nudo de la cuestión y olvidemos a los alguien. Dices que «… siempre actuaremos de la misma forma» y supongo te refieres a que lo haremos ante las mismas condiciones ambientales, es decir, externas. En ese caso, no hay razón para afirmarlo, puesto que las condiciones internas es normal que sean diferentes. Si estamos hambrientos, o enfermos, o hemos dormido muy satisfactoriamente, etc. Si nuestra mente está en otro estado nuestra respuesta será distinta. Pero si el estado mental fuese absolutamente el mismo y el externo también, la respuesta sería la misma, con la única salvedad de la intervención de la MC, que estadísticamente, daría resultados en realidad iguales al ser tan alto el número de partículas que intervienen. (Si lanzo un altísimo número de dados simultánamente, la media tenderá 3’5; la misma que si los lanzo de uno en uno hasta totalizar los mismos). Ese es mi reduccionismo materialista.
    Hay un artículo revelador: «Decisiones cerebrales predecibles», neofronteras.com/?p=1175, que es ilustrativo: ¡hasta siete segundos antes!. Pero te aseguro que eso ya lo sabía o sospechaba, simplemente por deducción y espiando mi mente que es mi experimento favorito.
    Te pondré un caso muy elemental: en un momento dado te frotas la nariz. No has pensado previamente en hacerlo; sólo lo has hecho. Luego acaso puedas preguntarte por qué. Y te lo explicas: porque sentías un cosquilleo, p. e. Es un caso claro en el que ha actuado tu inconsciente sin mediar tu voluntad pensada. Luego te ha venido la ocurrencia -no la has llamado; ha venido sóla- de preguntarte la razón y has buscado esa pasible razón que quizá sea cierta, pero no la última porque ¿cual es la causa del cosquilleo?… Ya ves.
    Conforme va uno acostumbrándose a espiarse, la cosa se complica, pero se avanza.
    Un abrazo.

  20. Miguel Angel:

    Estimnado tomás:

    Eso es, hay tantos factores implicados que si queremos ahacer algún intento de abordaje tenemos que eliminar algunos (ahí está el reduccionismo). Y lo que es peor, aunque queramos considerarlos todos siempre se nos escapará alguno del que no tengamos ni siquiera conocimiento de que exista.

    Un ejemplo que entenderemos todos: durante las reacciones de ira o cólera pasamos por un periodo de tiempo en que somos totalmente incapaces de percatarnos de que el objeto o persona que nos ha provocado la cólera no es tan odioso como parece. Es te periodo ha sido estudiado por Paul Ekman en su libro «Emotions revealed». El simple hecho de que dejemos transcurrir el «factor TIEMPO» y no actuemos en caliente nos evitará tomar una decisión no razonada. Al dejar transcurrir el tiempo dejamos que se ponga en funcionamiento el lóbulo frontal izquierdo que empezará a poner orden y a sacar a la luz la racionalidad y la moralidad…si es que las tiene el sujeto en su lóbulo frontal izquierdo.

    Abrazos muyu sinceros para todos,desde la impredicibilidad.

  21. tomás:

    Estimado Miguel Angel:
    No tengo razón alguna para objetar tu comentario. Sólo punualizar: el reduccionismo es una forma de trabajar en filosofía, filosofía científica y ciencia. Por una parte significa que «reducimos», p. ej. la química a la física de partículas, o la biología a la química. Por otra, y quizá sólo para mí, el intentar prescindir de toda variable innecesaria para el fenómeno (con esto se llega, por ejemplo al PV = nRT de los gases perfectos que sólo nos dará aproximaciones). El reduccionismo en ambas formas tiene en su haber toda la historia científica. Pero es cierto que para explicar cada vez mejor los fenómenos, debemos admitir en ellos más variables; debemos tender hacia lo holístico, procurándonos medios de control. Uno de los más pujantes son los modelos por ordenador. Hemos de interiorizar que pocos fenómenos son lineales y aditivos y menos en evolución o en neurología, p. ej.. Pero porque nuestros ilustras antepasados no tenían más medios, «reducían» a fenómenos más simples lo que querían estudiar. Ahora intentamos llegar más lejos. Me parece perfecto.
    Abrazos deterministas aunque no sean determinables.

  22. Leonardo De Los Santos:

    No me animaría a aseverar que los recuerdos residen físicamente en el área implicada. Del experimento se desprende que la estimulación de la zona produce la evocación del recuerdo, pero la zona no está aislada del resto del cerebro, existen conexiones. ¿Podría ser que la estimulación de la zona activara en forma indirecta un recuerdo que reside en otra parte?¿Qué pasaría tras una ablación selectiva?¿Dejaría de existir el recuerdo?¿Sería imposible evocarlo, o sería posible a través de otra vía?

  23. tomás:

    Estimado Leonardo De Los Santos:
    En el párrafo 3º dice 2… se ha demostrado que estos recuerdos realmente residen en células específicas del cerebro». Para hacer esa aseveración, seguro que han llevado a cabo esa ablación de que hablas en animales de experimentación. Pero tratándose de comprobaciones tan difíciles de certificar -enagramas- posiblemente habrán estudiado casos clínicos humanos en los que se habrá dañado la zona por algún tumor o accidente.
    Por otra parte el artículo, en párrafo 9 dice: «Primero identificaron un conjunto específico de células nerviosas en el hipocampo que estaban activas sólo…» Imagino que si están identificando en el hipocampo es que ya han hecho una RM comprobando que no se activan otras partes del cerebro. Si residieran en otra parte, como preguntas, esa zona también se activaría.
    De todas formas, ya sabes que en ciencia nunca estará dicha la última palabra.
    Un saludo.

  24. nelson santos:

    si los recuerdos son celulas, las celulas tienen registros, las activaciones electricas en el cerebro activan las neuronas, los neurotransmisores producen luz y sonido.La boveda cerebral es una caja de resonancia, las persepciones sensoriales activan los interruptores sanguineos.La piel como receptor amplificado,redes entrelazadas, REM retiniano de activacion de memoria.
    Nelson

  25. tomás:

    Estimado «nelson santos»:
    No mencionaré aquello con lo que esté absolutamente de acuerdo:
    los recuerdos NO son células (no podemos cosificar un proceso o una organización); «las células tienen registros»: si quieres decir que guardan una determinada información en forma de organización interna, estoy de acuerdo; «los neurotransmisores producen luz y sonido»: no es así. La optogenética es una técnica neurológica que utiliza unas proteínas llamadas opsinas que reaccionan ante la luz. Se insertan genes de opsinas en las neuronas y entonces se las puede excitar mediante la luz; lo del sonido ya me supera y hasta es posible que el cráneo pueda ser una caja de resonancia si nos dan un golpe preciso sin romperlo; hasta puedo admitir que las orejas hagan de altavoces. Dices que «las percepciones sensoriales activan los interruptoras sanguíneos» y no consigo entender a qué interruptores te refieres. El resto ya no sé si es un breve poema surrealista sin metro ni rima.
    Saludos, enigmático Nelson.

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