El cerebro imagina el futuro recordando el pasado
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Tanto si se recuerda el pasado como si se imagina el futuro el cerebro usa las mismas regiones cerebrales. El cerebro humano parece que es capaz de planificar el curso de los acontecimientos futuros imaginando que tienen lugar en el pasado.
En nuestra vida diaria probablemente pasamos más tiempo planificando lo que vamos a hacer después o al día siguiente que recordando hechos pasados, pero conocemos muy poco de cómo logramos imaginar y visualizar estos planes. Ahora parece que ya hemos empezado a entender un poco estos procesos mentales.
Los neurocientíficos Karl Szpunar, Jason Watson y Kathleen McDermott de Washington University en St. Louis han identificado por primera vez las regiones del cerebro involucradas en la visualización de los acontecimientos futuros en lo que se llama viaje temporal mental (o la habilidad de imaginarse o verse a uno mismo participando en un acontecimiento futuro). Gracias a las imágenes proporcionadas por un escáner de resonancia magnética nuclear funcional (RMNF) pudieron visualizar las regiones activas del cerebro bajo determinadas tareas y comprobaron que las mismas partes del cerebro que se activan cuando imaginamos el futuro son las que se activan cuando evocamos el pasado. Esto significa que el cerebro aparentemente predice el curso de los acontecimientos visualizándolos como otros similares pero pertenecientes al pasado.
El experimento se realizó con 9 mujeres y 12 hombres, todos diestros. Se les dio 10 segundos para desarrollar una imagen mental vívida de ellos mismos o un personaje famoso participando en una gama de experiencias de la vida cotidiana.
Concretamente se les pidió recordar cosas de su propio pasado como pasar un rato con un amigo, asistir a una fiesta de cumpleaños, encontrarse perdido, etc., y que se imaginaran a sí mismos experimentando esa vivencia en el futuro. Además debían de imaginar a un famoso como el ex presidente Clinton participando en el mismo evento en lugar de ellos.
Esta tarea de imaginar a Clinton fue introducida en el experimento para establecer una línea base de la actividad cerebral para un evento cognitivo que fuera similar a las otras tareas pero en el que el individuo no se proyectará a sí mismo a través del tiempo. Se eligió a Clinton porque a los participantes les era fácil visualizarlo en situaciones variadas (los autores del experimento no dan explicaciones de por qué no eligieron al actual presidente de los EEUU).
Compararon la actividad cerebral a través de las imágenes de RMNF cuando estaban evocando una vivencia o visualizándose a ellos mismos en una futura y comprobaron que la distribución de actividad era casi la misma (ver imagen). Las mismas regiones cerebrales que se utilizaban en una tarea se utilizaban en la otra. Cada región relacionada con la evocación del pasado se usaba en la recreación del futuro.
Concretamente, mediante la cancelación de las regiones cerebrales asociadas con otros procesos no relacionados con la prueba (respirar, etc), los investigadores pudieron determinar que había 8 regiones distintas con actividad extra (o lo que es lo mismo con mayores flujos de sangre que es lo que mide la RMNF) cuando los participantes imaginaban el futuro y otras 15 regiones jugaban un papel tanto en la evocación del pasado como en la visualización del futuro que incluían aquellas que previamente se identificaron como las más importantes en el proceso evocativo.
En particular, este grupo de científicos estadounidenses ha establecido principalmente tres zonas cerebrales que se activan al pensar en el futuro: el lateral izquierdo del córtex, la posterior derecha del cerebelo y el precuneus, superficie intermedia del hemisferio cerebral izquierdo.
A los participantes no se les pidió durante la prueba de RMNF que describieran detalles o explicaran el origen de las imágenes mentales, pero en los cuestionarios de después de la prueba indicaron que tendían a imaginar escenas futuras en contextos habituales, en lugares como en casa o en la escuela y con gente familiar. Esto requiere de la reactivación de esas imágenes que pertenecen a las redes neuronales responsables del almacenamiento de recuerdos autobiográficos.
La red neuronal asociada con el viaje temporal mental de la persona mostró menos actividad cuando los voluntarios imaginaban a Clinton. La razón de esto según los investigadores es que los participantes no tienen recuerdos personales asociados a una interacción directa con Clinton, y las imágenes de él provienen de redes neuronales responsables de la memoria semántica (nuestro conocimiento descontextualizado del mundo).
El estudio demuestra que la red neuronal relacionada con los pensamientos futuros no está aislada en el córtex cerebral como antes se había especulado. Aunque los lóbulos frontales juegan un papel bien documentado en operaciones futuras de ejecución, como la anticipación y la supervisión, la «chispa» para estas actividades podría ser el propio proceso de visionado de uno mismo en un evento específico futuro, una actividad basada en la misma red neuronal distribuida usada para los recuerdos autobiográficos.
Dentro de esta red neuronal los patrones de actividad sugieren que el contexto espacial y visual para nuestro imaginado futuro es frecuentemente un mosaico de nuestras experiencias pasadas, incluidos los recuerdos sobre los movimientos del cuerpo y los cambios de perspectiva visual, datos que están almacenados y que podemos extraer según navegamos a través de similares escenas del pasado.
Estos hallazgos además ofrecen un fuerte apoyo a la teoría relativamente reciente de la memoria que afirma que el recuerdo del pasado o la visualización del futuro están construidos sobre muchos de los mismos mecanismos neuronales. Se propuso esta teoría basándose en anécdotas sobre la observación de niños muy pequeños o estudiando casos severos de personas con daños en zonas específicas del cerebro que les producían amnesia. Estas personas no pueden recordar el pasado, pero tampoco son buenas imaginando que van a hacer mañana o imaginando cualquier evento futuro, aunque comprendan el futuro en un sentido abstracto no pueden visualizarse a sí mismos en un escenario futuro. Esto es también similar en niños muy pequeños o en casos de personas depresivas con tendencias suicidas.
Los resultados de este estudio ofrecen por último una respuesta al interrogante largamente planteado sobre la aparente inutilidad evolutiva de la memoria. Podría ser que la razón por la que recolectamos un pasado con detalles tan vívidos es que dicha recolección consistiría en un conjunto de procesos que serían muy importantes para poder ser capaces de imaginarnos a nosotros mismos en escenarios futuros, y esta habilidad de visualizar el futuro sí tiene una clara ventaja adaptativa, pues así podemos planificar nuestras acciones futuras ya que la recreación del futuro puede que sea un prerrequisito necesario para muchos procesos de planificación.
Referencias y fuentes:
Nota de prensa en Washington University in St. Louis.
Artículo original en pdf.
Resumen.
3 Comentarios
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domingo 14 enero, 2007 @ 1:58 am
Hola, sólo quiero saber qué papel juegan los sueños, si podrían ser una visión del futuro o pequeños instantes de tu vida en el presente en el cual sientes que ese momento ya lo viviste.
domingo 14 enero, 2007 @ 12:52 pm
En este trabajo no han estudiado este aspecto de los sueños. Como en los sueños uno se ve a sí mismo realizando actividades cabe pensar que de algún modo podría estar relacionado con este resultado, pero es un aspecto que no han investigado, por lo que esto son sólo especulaciones de momento.
En todo caso imaginar el futuro no es «ver el futuro» o «predecir el futuro». Tampoco está relacionado con el típico deja vu.
sábado 30 mayo, 2009 @ 1:28 am
Es un interesante resumen, pero en la última parte del escrito pareciera que lo recreado no es el futuro como planificación, sino el presente recreado como proyectado por nuestra memoria hacia el futuro.