NeoFronteras

Sulfuro de hidrógeno y dieta de restricción calórica

Área: Biología,Medicina — domingo, 4 de enero de 2015

Se apunta a que la presencia de sulfuro de hidrógeno podría estar detrás de este alargamiento de la vida que produce la dieta de restricción calórica.

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Un coral cerebro caribeño o un estromatolito australiano puede vivir dos mil años. Muchas especies de árboles y algunos líquenes pueden vivir varios miles de años. Las yucas del Mojave o el bosque subterráneo sudafricano viven hasta los 12.000 años. La colonia de álamos temblones Pando de Utah lleva viviendo desde hace 80.000 años y una pradera de posidonia en la Baleares lo lleva haciendo desde hace 100.000 años. El ser humano está diseñado para vivir unos cincuenta años, aunque con cuidados médicos y buena alimentación los humanos pueden vivir más de setenta años. Y si se tienen los genes adecuados y mucha suerte se puede llegar a centenario, pero la realidad es que somos mortales.
Nos moriremos y los sabemos. El recuerdo de nuestra existencia quedará borrado de la memoria de las siguientes generaciones y nuestros genes diluidos en un mar genético. Podemos inventar un más allá que nos consuele, pero todo el mundo sospecha que su vida tendrá un fin definitivo y absoluto. Vivimos ignorando este hecho inevitable, pero buscamos cómo conseguir retrasarlo lo máximo posible. ¿Podríamos traspasar la frontera de los cien años con algún elixir de la juventud?
Desde hace unos años la ciencia ha estado buscando cómo alargar la vida. Lo ha conseguido en seres inferiores en los que la sucesión de las generaciones se da rápido, como en gusanos C. elegans, moscas de la fruta, levaduras o ratones.
Uno de los métodos más sorprendentes de alargar la vida en ratones es la dieta de restricción calórica, de la cual hemos hablado en estas páginas de NeoFronteras anteriormente. Si se da a unos ratones la comida justa para que no estén mal nutridos los ratones viven mucho más. Los experimentos realizados en este sentido con primates, y todavía en curso, llegan a conclusiones contradictorias. Pese a todo, algunos humanos se han autoimpuesto este tipo de dieta con la esperanza de vivir más.
El caso es que este tipo de alimentación dispara algún tipo de mecanismo que hace que el organismo prolongue su vida. Si se consiguiera saber qué mecanismo es, se podrían conseguir lo beneficios de una vida más larga sin necesidad de someterse a una dieta tan estricta.
Una de las explicaciones era que este tipo de dieta hace que el organismo genere más antioxidantes en respuesta del estrés oxidativo leve que provoca esta dieta.
Ahora, en un estudio reciente de Harvard School of Public Health se apunta a un factor bioquímico que podría estar detrás de este alargamiento de la vida: la presencia de sulfuro de hidrógeno. La restricción de dos aminoácidos, metionina y cisteina, produce un aumento de la producción de sulfuro de hidrógeno y protección frente a la isquemia durante el trasplante de órganos o un infarto.
El aumento de este compuesto ya había sido asociado con el aumento de esperanza de vida en dietas de restricción calórica en modelos animales.
El sulfuro de hidrógeno es un gas más pesado que el aire, inflamable, incoloro, tóxico y odorífero cuya molécula consiste en un átomo de azufre y dos de hidrógeno. Puede disolverse en agua generando lo que se denomina ácido sulfídrico.
Aunque el SH2 es un compuesto tóxico, se produce de manera natural en pequeñas cantidades en las células de los mamíferos. Su presencia había sido asociada anteriormente con beneficios para la salud, pero es ahora cuando se ha conseguido relacionarla con los beneficios que aporta la dieta de restricción calórica.
Este gas también se había usado en modelos animales para inducir un estado de “hibernación” que además protegía al cerebro frente a la falta de oxígeno, por lo que se había pensado en su utilización en operaciones quirúrgicas.
Al parecer, esta molécula sería también una de las responsables de la extensión de la vida en ratones y otros animales de laboratorio, según James Mitchell y sus colaboradores sugieren en este estudio.
Estos investigadores han demostrado que, efectivamente, en la primera semana desde que se sometiera a los ratones a este tipo de dieta se produce un aumento de la respuesta de antioxidantes y una mayor protección del hígado de la isquemia en ratones. Pero, sorprendentemente, el efecto protector se daba incluso sin la participación de los antioxidantes siempre y cuando se aumentara la producción de sulfuro de hidrógeno. Esto se conseguía con una reducción de la presencia en la dieta de los aminoácidos metionina y cisteina. Pero cuando se volvían a administrar los beneficios desaparecían, así como la sobreproducción de SH2.
Además, han descubierto que se requiere la presencia de los genes relacionados con la producción de sulfuro de hidrógeno para obtener los beneficios de la dieta de restricción calórica en varios modelos animales.
El hallazgo aclara cómo funciona la dieta de restricción calórica, lo que tendrá importantes implicaciones sobre lo que se debe comer o no antes de una operación importante para así evitar daños por isquemia.
Sin duda se conseguirá algún día que los humanos vivan por encima de los cien años de manera rutinaria. En un distante futuro puede que incluso vivan varios siglos. No hay límites biológicos a esto, pero también se puede ser mucho más susceptible al cáncer con el tiempo y la acumulación de mutaciones. En todo caso, si se da ese futuro se acordarán de nosotros como de esos pobrecitos que sólo vivían hasta los setenta, de la misma manera que ahora nos apena la vida del hombre medieval.

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Fuentes y referencias:
Artículo original
Imagen: Harvard School of Public Health.

Salvo que se exprese lo contrario esta obra está bajo una licencia Creative Commons.
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9 Comentarios

  1. Dr. Thriller:

    Bueno, lo de que apena el hombre medieval, nos apena a nosotros, claro… A mí lo que me da pena no es que vivieran 30, 40 años (los ricos siempre llegaron sin problemas a los 70 años, salvo excepciones naturalmente, no hay más que ver la longevidad de ciertos elementos del estamento nobiliario o eclesiástico), sino que vivían hundidos en la más p- ignorancia. Debe ser una pesadilla vivir en un mundo y no entender prácticamente nada de lo que sucede. O quizá no. En cualquier caso, desde que tengo uso de razón tengo claro que si viajo a la Edad Media iba a tener serios problemas de supervivencia, y no precisamente por su forma de vida (que también, yo ya habría muerto en esa época varias veces), sino porque su mentalidad sería totalmente extraterrestre para mí, y viceversa (supongo que si les enseño cosas, como no ande con tiento acabo apedreado o algo peor. A Pasteur le tiraron mierda, directamente, en la Academia Francesa por su teoría de los patógenos, y no hace 150 años de eso).

    Y viendo la cantidad de gente que se mata, actualmente, o que se arriesga de modo (en mi opinión) estúpido, cada día estoy más de acuerdo con aquello de Carl Sagan que la ciencia puede llenar de sentido la vida humana. De hecho, creo que saldremos de la ignorancia el día que sea así. Porque la vida no es sólo la cantidad, es como siempre la calidad.

    Y por cierto, porque es difícil argumentarlo evolutivamente, pero dado que los organismos pluricelulares son organismos acabados -es decir, que ya no pueden automodificarse más allá de cambios no constitucionales-, obviamente deben morir para dar paso a nuevos diseños. Si quieren un argumento de ciencia-ficción, la única manera de no morir sería la posibilidad de cambiar incluso genéticamente. Pero es que eso ya lo hacemos al reproducirnos xD (incluso los individuos que no juegan a eso).

    Esa novela tan chachi, del mundo río (de Philip José Farmer) donde unos extraterrestres resucitan a *todos* los seres humanos que han existido (en un planeta telúrico gigantesco)… bueno la idea es buena y tampoco está mal llevada, pero no se saca todo el jugo. Habría literalmente millardos de personas muy cabreadas de la vida que tuvieron que llevar y con muchas cuentas que ajustar xD

  2. tomás:

    Apoyándote, querido Dr. Thriller, en la última frase del artículo: «En todo caso, si se da ese futuro, se acordarán de nosotros como de esos pobrecitos que sólo vivían hasta los setenta, de la misma manera que ahora nos apena la vida del hombre medieval», afirmas que las gentes del Midievo «… vivían hundidos en la más p-ignorancia».
    Pero hemos de reconocer que ellos no lo veían así, sino que las grandes cuestiones las tenían resueltas con la religión, que solía responder a sus más difíciles problemas con la palabra del libro sagrado.
    Paralelamente, la ciencia nos responde ahora a muy difíciles y fundamentales enigmas; afortunadamente mediante el método científico.
    Pero ¿como sospechar que podrá existir algún método futuro más perfecto que haga que, de nosotros, sientan lástima intelectual generaciones de un par de cientos de años -si la civilización y la humanidad superan la actual coyuntura-?
    Es la relatividad de los puntos de vista que tú argumentas sin mencionarla.
    Un fuerte abrazo y el mejor 2015.

  3. Dr. Thriller:

    Bueno, hay una diferencia. Las respuestas que el hombre se da a sí mismo son una cosa, válida o inválida (eso es ponernos en funciones de utilidad), pero las respuestas que obtenemos de la naturaleza a la que pertenecemos es otra bien diferente. Durante mucho tiempo en muchos lugares en muchas épocas éstas eran menos válidas (o útiles) que las primeras.

    En general lo que pasaba en la Edad Media es que no había demasiado tiempo para el ocio. Teniendo la cabeza ocupada el 90% del tiempo, no queda mucho tiempo para preguntarse por las preguntas de siempre «Quis sum egomet memet? A quo venio egomet memet? Quanto tempore habent?» y más por las de «¿qué hay de comer aquí? ¿con cuántas bocas tengo que competir?». En estas condiciones tan drásticas cualquier cataplasma es válida, porque la profundidad de lógica y coherencia interna de las religiones mayormente deja muchísimo que desear. En realidad con un campo abonadísimo para el psicoanálisis, con o sin magufeo. Y el ocio que tenían, bueno, depende también de la época, la música o la poesía tan magníficas como cualquier otra, pero el deporte de quemar a la peña en la plaza o apedrearla… O lo de desenterrar a un muerto pariente tuyo y clavarle una estaca en el pecho (y sí, si no estaba muy putrefacto, lo normal es que emitiese un gemido, es un fuelle echando aire).

    Ahora, que se arreglaban perfectamente eso no está en discusión. Es más, estamos aquí gracias a ellos. Son parte de esos gigantes a los que estamos subidos, y deberíamos tener un sentimiento de agradecimiento hacia ellos (en lo que a esto respecta, no a las burradas varias). Es más, volviendo a la máquina del tiempo, dudo mucho que la mayoría de nosotros durásemos mucho en ese época, pero ellos en la nuestra durarían bien más. Hasta quizás se adaptasen y todo, al menos unos cuantos.

    Igualmente un muy feliz festival pagano con su barniz romanocristiano del nuevo cómputo del calendario juliano-gregoriano del año del enano que calculó mal la fecha de nacimiento de Brian de 2015. Me parece que me he liado, pero un abrazo :)

  4. NeoFronteras:

    Los expertos sostienen que los días festivos de los que disfrutaba la gente en la Edad Media eran un tercio de todos los del año. Esto dependía del país, con peor situación festiva en Inglaterra.
    Además, básicamente había épocas del año en las que no había que hacer gran cosa en los campos de cultivo.

    En el antiguo Egipto incluso los esclavos tenían mucho tiempo libre. Además de recibir un pago alimentación y alojamiento también se les daba una cantidad determinada de telas, ropas y aceite. Podían incluso comprar tierras. Está documentado que algunos trabajadores se vendían a sí mismos como esclavos para asegurándose así mejores condiciones de vida.

    En las mal llamadas sociedades primitivas el tiempo de ocio eran aún mayor. Un bosquimano recolecta o caza tres días a la semana. Lo mismo se puwde decir de otras culturas en otros lugares.

    Ahora, si tenemos suerte vivimos hasta los 70, pero el trabajo nos ocupa más de ocho horas al día (a las que hay sumar las horas destinadas para desplazar hacia y desde el lugar de trabajo) y además tenemos que comprar y hacer labores domésticas. Tiempo para nosotros hay muy poco. Todo para simplemente sobrevivir. Si contamos el tiempo neto de verdadera vida tenemos mucho menos que en el medievo.

  5. Dr. Thriller:

    Del antiguo Egipto no tengo tanto fondo, pero en la Edad Media tiempo para el ocio, no sé, no sé. Si no había que labrar o cardar o recoger, había que ordenar, recoger leña, coser, construir muebles, lavar, poner orden en los animales domésticos (quienes los tenían)… y obviamene acudir a los servicios religiosos (que, literalmente, duraban horas)… los medianamente acomodados se ve que sí tenían tiempo, al menos para pleitos (me he leído un buen lote de documentos jurídicos de la Edad Media, un pequeño misterio del gallego-portugués arcaico es la puta manía que tenían de poner «mí» por «yo» en estos documentos, no se entiende y no es etimológica). Supongo que también cabe preguntarse qué es el ocio, porque lo cierto es que la ciencia avanzó cuando hubo suficientes «ociosos» como para perder el tiempo con ella, y siempre empezó de la mano de gente muy acomodada (salvo alguna excepción que es precisamente rareza). De ahí que prácticamente toda la ciencia medieval venga de la mano de los eclesiásticos (por otra parte, podría venir de la nobleza igualmente, pero no fue así, o al menos ahora no me acuerdo).

    Otro detalle para la discusión es la esperanza de vida. Globalmente medida, dados los altos índices de mortalidad infantil, y juvenil, era muy baja, pero claro, siempre los que pasan la criba quedan en mejor posición, así que se pueden dar paradojas tales como tener gente (individuos) que viva más con menor esperanza de vida (a longevidad me refiero). El tema de la longevidad no es baladí, porque no es lo mismo a todos los efectos, incluída la memoria social y la sabiduría ídem, una sociedad con una edad promedio de 15 años que otra de 25, por decir cualquier cifra.

    Es difícil comparar cosas. El argumento de los días festivos fue muy utilizado en la contrarreforma (es cierto que la Iglesia Católica garantizaba muchos más festivos que las confesiones protestantes), pero al final imagino que no es lo mismo un día festivo en las montañas de Cerdeña, o los páramos de Castilla, que en una granja bien nutrida de los PPBB (que al final pudieron pagarse sus revueltas políticas) o de alguna república de la península italiana, estaditos que andaban a hostias entre ellos con mucha más virulencia para lo que era normal que ya es decir. O ya puestos, en una ciudad, focos de miseria para la época donde los hubiera, si bien es cierto que su peso demográfico era muy reducido para la época (pero su capacidad de generar residuos tóxicos ya descollaba).

    Es más, ni siquiera a veces se aprecia más producción artística (hay ramas del arte que también son careras, hay que tener fondo para pagárselas), ahí la política recicla mucho, hay más producción literaria en el reino de Galicia entre 1200 y 1400 que entre 1474 y 1800 (en cualquier lengua), y no se puede negar que en general hay mejora dado que la demografía se incrementa. En cualquier caso, hoy en día incluso un agricultor autónomo puede conectarse al servicio de meteorología o encargar un análisis edafológico (si al banquito de turno le parece bien), en la Edad Media que la cosecha fuese bien o mal dependía en sólo grado muy menor del esfuerzo personal, dado que había nula capacidad de predicción y análisis (por no hablar de otros factores), así que también es comprensible que gran parte del ocio (si se quiere entender así) se invirtiese en procurar la buena voluntad de los dioses. Que tampoco me quejo, nos han quedado desde las Cantatas de Bach hasta los cantos gregorianos o bizantinos, la verdad que todavía no he oído la ópera «Ondas contra Partículas» ni la Cantata «Hágase la Luz, dijo Isaac». Y no sé, espero que algún día existan cosas parecidas.

    P.S. En general hay como un halo de que no-se-vivía-tan-mal al menos al final de la Alta y principios de la Baja Edad Media, pienso que en realidad lo que sucedía es que la tolerancia social era más alta y la sociedad europea estaba menos fanatizada por la religión, algo que empieza a partir de las cruzadas albigenses y explota justo unos 100 años del Renacimiento. Esto degradó mucho todo por todas partes. Imagino que en realidad el problema viene del nacimiento de los estados nacionales (en sus estadios primitivos), debió haber un incremento generalizado de la violencia y con ella una reducción a fin de cuentas de la calidad de vida (incluso para los parámetros de la época), como se trata de fenómenos difíciles de separar (suponiendo que se pueda, teóricamente, claro), no es sencillo ver dónde está el centro de la espiral.

  6. Miguel Ángel:

    Un par de anécdotas al respecto de lo que hablamos (ambas de la mano de mi hermana, que ha estado colaborando con ONGs en diversos paises):

    La primera, en Guatemala: tras ensamblar conversacioón con una mujer, mi hermana le preguntó si tenían deseo de desarrollarse del mismo modo que los paises occidentales. La guatemalteca le respondió categóricamente que no:
    «¿Para qué?, ¿para estar todo el día trabajando como ustedes, llegar a casa cansados y de mal humor y no tener tiempo para estar con los hijos?»

    La segunda en un país africano, creo que en Nigeria o Camerún: los pozos de agua estaban muy lejos y las mujeres perdían varias horas al día en ir y traer el agua. Se instalaron unos pozos de agua más próximos, pero a los pocos días aparecieron cubiertos intencionadamente de tierra…y, ¡sorpresa!, habían sido las propias mujeres las que habían anegado los pozos. La razón era que estas mujeres viven en una sociedad en la que los hombres no dan ni clavo y son más un estorbo que otra cosa, y las horas que pasaban las mujeres yendo a buscar el agua eran muy valoradas ya que era el único momento en que podían librarse de los varones y hablar de sus cosas.

  7. lluís:

    Muy «romántica», la respuesta de la Guatemalteca, Miguel Ángel, pero luego, muchos de los que así opinan, vienen a Europa o van a los EEUU para poder tener una vida mejor. Precisamente uno de los nuevos problemas que afronta el mundo occidental es la inmigración desbordada que escapa de mundos en los que la subsistencia se hace casi imposible. Y no hace falta decir que en el caso de los latinoamericanos,o de los paises que fueron tomados por la URSS y ahora son libres, no eligen sus ciudadanos precisamente África, que será un continente todo lo » romántico» que se quiera,donde el tiempo parece no fluir, no hay estrés «occidental», ni otras «puñetitas occidentales», pero del que huyen hasta las moscas, desgraciadamente.

    – Por cierto, yo diría que el H2S es lo mismo que el H2Saq (donde aq, indica simplemente disolución acuosa).

  8. lluís:

    Por cierto, cada día hay más personas que llegan a edades longevas; hay bastantes centenarios y no digamos ya personas que superan fácilmente los 80 y 90 años de edad.Muchos de ellos nunca hicieron deporte alguno, ni dietas ni otras zarandajas modernas; incluso muchos han sido fumadores. Precisamente hace un mes escaso murió (neumonía) una parienta lejana mía con 107 años, en perfecto estado mental y con un estado físico muy aceptable para su edad. En todo este asunto de la duración de nuestra vida, creo que hay muchas cosas que estan poco claras.

  9. tomás:

    Asombroso y significativo lo de los pozos de agua. Lo cierto es que una sociedad de muchos hombres y muy pocas mujeres no es posible, mientras que con unos pocos hombres serían bastantes para un buen número de mujeres. En este caso supongo que los hombres acabarían prefiriendo los pozos bien alejados por muy agotados que estuviesen de tanta faena reproductiva.

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