Posiblemente no hay vida en Tau Ceti
La composición química de la estrella Tau Ceti no parece ayudar a que haya vida en sus planetas.
Sin observar bioindicadores en los espectros de exoplanetas no se puede decir gran cosa sobre la abundancia de vida en el Cosmos. Sólo serán meras extrapolaciones de lo que pasó aquí en la Tierra, único ejemplo que conocemos de vida.
Creemos que si un planeta de tipo rocoso como la Tierra, con un tamaño ni mucho más grande ni mucho pequeño que nuestro mundo, está a la distancia adecuada de su estrella, entonces el agua puede estar en forma líquida en su superficie. Esa zona de habitabilidad en la que ocurre eso es una condición necesaria, pero no suficiente para que haya vida tal y como la conocemos en su superficie.
Con miles de exoplanetas ya descubiertos tenemos unos cuantos candidatos a posibles planetas con vida si nos basamos solamente en esta circunstancia de que se encuentran en la zona habitable.
La estrella cercana Tau Ceti ha sido usada en la ficción científica como lugar alrededor del cual había planetas habitados, incluyendo la serie Star Trek o película Barbarella. Es una estrella de tipo G situada a sólo 12 años de nosotros y es similar al Sol, pero con un 78% de su masa.
Esta sugerente posibilidad recibió un gran impulso en 2012 cuando se descubrieron 5 candidatos a exoplanetas, dos de los cuales están en la zona habitable de su estrella. Estos dos planetas, denominados e y f tienen masa de 2,1 y 3,5 masas terrestres respectivamente.
A falta de más datos sobre esos posibles planetas se puede intentar extrapolar sus condiciones a partir de la composición de su estrella. Al fin y al cabo, los planetas no son más que los residuos de la formación estelar y se forman a partir de la misma nube de gas y polvo.
Un equipo de investigadores de Arizona State University ha hecho precisamente esto y, según sus resultados, no parece que se facilite la aparición de vida en esos planetas si se tiene en cuenta la geología. Aunque los planetas e y f estén en la zona habitable no necesariamente pueden albergar vida. El planeta e está en la zona de habitabilidad por lo pelos y sólo si se es generoso. Incluso el planeta f está en la zona habitable sólo porque Tau Ceti se ha hecho más luminosa recientemente (en los últimos 1000 millones de años), así que no le puede haber dado tiempo a tener vida compleja tan pronto. Recordemos que la vida en la Tierra necesitó 2000 millones de años para cambiar la atmósfera (condición necesaria para que haya bioindicadores en el espectro). Aún así, quizás sea posible la aparición pronta de vida y su rápida evolución.
Pero Tau Ceti tiene una composición inusual en la relación magnesio/silicio, que es de Mg/Si=1,78, un 70% mayor que en el Sol.
Como los lectores de NeoFronteras ya saben, todo está relacionado. La vida en la Tierra no está desligada de la geología del planeta. En este caso, una mayor presencia de magnesio frente a silicio en Tau Ceti implica que se da lo mismo en sus posibles planetas. Eso significa una mayor presencia de minerales como el olivino en el manto superior y de periclasas férricas en el resto del manto. Como las periclasas férricas son menos viscosas, el manto de estos planetas fluiría más que el terrestre, lo que tendría profundas consecuencias en su tectónica y vulcanismo. Procesos que tienen un gran impacto en la habitabilidad de la Tierra.
Concluyen que todo este factor no favorece la presencia de vida alrededor de Tau Ceti.
Quizás la vida sea inevitable o, por el contrario, puede que sea necesario, siguiendo la misma metáfora usada para los accidentes de avión, que muchas láminas (condiciones) dejen su agujero alineado con los de las demás para que una flecha pueda cruzarlas todas sin problemas. Lo malo es que esto es algo que no sabremos hasta que no tengamos mediciones de bioindicadores espectrales. Para esto sólo hace falta voluntad política.
Copyleft: atribuir con enlace a http://neofronteras.com/?p=4655
Fuentes y referencias:
Artículo original.
Ilustración: Joshua Gonzalez.
7 Comentarios
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miércoles 29 abril, 2015 @ 3:15 am
Cualquier conclusión, partiendo únicamente de la relación magnesio/silicio, sería un exceso de reduccionismo.
En nuestro planeta algunas de las grandes extinciones se han relacionado con periodos de vulcanismo intenso. Sin embargo, todavía no sabemos si la vida en la Tierra pudo originarse en las fumarolas de las dorsales oceánicas, de modo que el vulcanismo podría ser tan provocador de extinciones como necesario para que surja la vida.
Lo mismo diría sobre la zona de habitabilidad para los dos planetas que se mencionan: a la vista de los últimos resultados que hemos podido ver de actividad hidrotérmica en Encélado, creo que da en el clavo Dr. Thriller cuando denuncia que no tenemos mucha idea sobre los procesos que gobiernan el calor interno de los astros. Tampoco sabemos si esos dos planetas, con masas mayores que la terrrestres tendrán atmósferas más densas que produzcan más efecto invernadero.
Incluso en nuestro propio planeta, nos topamos con la paradoja del «Sol débil».
miércoles 29 abril, 2015 @ 11:10 am
Querido amigo Miguel Ángel:
La paradoja del Sol débil no lo es tanto si consideramos la atmósfera de Venus está formada por una tremenda cantidad de CO2. Posiblemente la Tierra tuvo muchísimo en sus inicios. Ni mucho menos como Venus ahora, pero mucho más que el que aquí, en estos momentos, nos acongoja.
Además, no puedes acusar de reduccionismo al artículo. Basta fijarse en la prudencia de sus afirmaciones: «La … química de … Tau Ceti no parece ayudar a que haya vida». «Como… todo está relacionado» (esto es muy importante).»Concluyen que todo este factor no favorece la presencia de vida…». Por no mencionar la «parábola» de los agujeros alineados y la flecha.
De todas formas, estoy muy de acuerdo con tu segundo párrafo.
Respecto a las posibles fuentes de calor interno de los planetas y grandes satélites, ciertamente estamos en mantillas, pero hay pocas opciones: calor residual de formación, reacciones nucleares, rozamientos y deformaciones en su interior como consecuencia de mareas o de resonancias. No sé si agregar alguna reacción química, pero eso sería -creo- de corta duración. Y, de momento, no se me ocurren más, pero, en todo caso, no hay muchas opciones entre las que elegir porque, además, el tamaño influye y prohibiría una reacción nuclear si la presión es insuficiente o los elementos disponibles inadecuados. O sea que en Encelado, por ejemplo, sería una tontería pensar en ella.
Un fuerte abrazo.
jueves 30 abril, 2015 @ 9:39 am
El calor interior en Encelado o Europa proviene de las fuerzas marea, resonancia con otros satélites o libración. En el caso de Encelado este calor fue predicho antes de descubrirse.
jueves 30 abril, 2015 @ 9:44 am
En cuanto a la vida por ahí fuera. Sí, quizás haya formas de vida exótica que no podemos ni imaginar, pero eso no es ciencia. No podemos basarnos en especulaciones acerca de vidas sobre las que no tenemos ninguna prueba ni información y sobre las que encima podemos decir que podría estar delante y no verlas. El único ejemplo de vida conocido es el de la Tierra y, hasta que no descubramos otro, la búsqueda de vida extraterrestre debe ser según esto, sobre todo porque a duras penas podemos todavía detectar planetas de tipo terrestre.
La situación es como la del borracho que al volver a casa de noche se le caen las llaves de su casa. Lo mejor que puede hacer es buscarlas cerca de la farola porque ahí hay luz y tiene posibilidades de encontrarlas. Si están en la oscuridad entonces no las encontrará, por mucho que busque.
viernes 1 mayo, 2015 @ 8:44 am
No comprendo en empeño en negar lo evidente. En la foto se ven perfectamente tres personas; bueno, sus sombras. La primera por la izquierda, claramente, está caminando; así que, al menos, tienen dos piernas, como nosotros. Y quizá sus caminos son de azufre -por el color-, en vez de asfalto como en la Tierra.
sábado 9 mayo, 2015 @ 4:37 am
Queridos Neo y Tomás:
Creo que deberíamos matizar lo de las flechas alineadas: si decimos «todas las flechas perfectamente alineadas apuntando en una misma dirección para que pueda tener lugar la vida», no veo diferencia alguna con el principio antrópico.
No podemos vernos completamente libres de prejuicios, los mismos que nos llevaron a presuponer que no era posible la vida en la Tierra hace 3.700 m.a. dado el calor reinante. Sin embargo, tenemos estromatolitos datados en esas mismas fechas.
Otro prejuicio decía que no podía haber pluricelulares independientes del oxígeno…hasta que los encontramos. http://neofronteras.com/?p=3092
En su momento, tampoco parecía factible encontrar formas de vida en el hielo de los glaciares; a más de 100 ºC en las dorsales oceánicas; a 5 km de profundidad en el subsuelo; o en la estratosfera.
En cuanto a Encelado, no deja de ser el primer ejemplo de actividad hidrotermal fuera de nuestro planeta. Sabemos los mecanismos que pueden ocasionarla pero…¿y cuantificarlos?
Abrazos
domingo 10 mayo, 2015 @ 8:40 am
Querido amigo Miguel Ángel:
Ya veo que al escribir el comentario acabas de realizar una guardia o algo así y lees demasiado deprisa. Los que han de estar alineados son los agujeros para que pase la flecha -no las flechas para que pase el agujero (es broma)-. Aunque, si lo pensamos bien, al estar perfectamente alineados -perfecto para un rayo de luz- la flecha no pasaría, porque sigue una trayectoria parabólica. Pero, de todas formas, el símil que tú pones también sirve.
Y, con imaginación, podría asimilarse al principio antrópico que según algunos enunciados resulta difícil de aceptar. Por ejemplo si me dicen que el universo necesariamente ha de haber evolucionado exactamente tal como lo ha hecho para que la humanidad haya podido ser aquí y ahora, yo les contestaría que por varios caminos puede llegarse al mismo lugar.
Por lo demás y, en general, todo incluido -también las flechas uliséacas, totalmente de acuerdo-.
Un abrazo muy fuerte.