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Desaparición de abejorros debido al cambio climático

Área: Medio ambiente — sábado, 11 de julio de 2015

Las extensión de las regiones en las que se pueden encontrar los abejorros en Norteamérica y Europa se ha reducido dramáticamente el los últimos años debido al calentamiento global provocado por el ser humano.

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Los lectores de NeoFronteras ya saben de la importancia de polinizadores como las abejas y los abejorros. A lo largo de los últimos años hemos cubierto noticias sobre los peligros que acechan a estos imprescindibles insectos. Los insecticidas o la destrucción del hábitat son algunos de esos peligros.
Muchos cultivos agrícolas dependen de estos polinizadores para sobrevivir.
La ausencia de estos insectos significaría la aparición de hambrunas y el colapso de muchos ecosistemas. La fruta que consumimos pasaría a tener el precio de la vainilla polinizada a mano. Este es un asunto de seguridad económica, además de ecológica.
En estos años las poblaciones de polinizadores están bajo escrutinio, dado el declive en el que se encuentran debido a los parásitos, las enfermedades virales, la agricultura, el uso del suelo y el empleo de insecticidas, en especial los neonicotinoides).
Ahora, un informe señala el impacto que el cambio climático tiene y va a tener sobre los abejorros. Según este informe, el calentamiento global está reduciendo las áreas de Norteamérica y en Europa en donde estos insectos pueden vivir. Este artículo constituye el estudio más amplio realizado hasta la fecha sobre este problema.
Los investigadores examinaron más de 420.000 registros históricos sobre diferentes especies de abejorros. Confirman que estos insectos están en declive a una escala continental debido al cambio climático.
“Los abejorros polinizan muchas plantas que proporcionan comida al ser humano y a la vida silvestre. Si no paramos este declive en la abundancia de abejorros nos enfrentaremos a altos precios de la comida, desaparición de variedades y otros problemas”, dice Leif Richardson (University of Vermont).
Se ha observado que algunas especies animales, como las mariposas, han expandido su territorio debido al cambio climático, pues en el hemisferio boreal se han movido al norte mientras mantienen posiciones en el sur. Otras especies de mariposas suben hacia el norte según se retiran del sur. Pero a los abejorros no les ha pasado esto. No emigran al norte mientras que el límite sur se aleja cada vez más del ecuador. El hábitat de estos insectos se está reduciendo, encogiéndose entre dos límites que tienden a acercarse.
Según el estudio, la razón principal de este fenómeno no hay que buscarla en los pesticidas, el uso de la tierra y otras amenazas ya demostradas contra estos insectos. El motivo es el aumento de las temperaturas.
Han podido observar que los abejorros sí han podido emigrar hacia arriba en las montañas. Pero este sistema de escape tiene el recorrido que tiene y algunas zonas montañosas no serán lo suficientemente altas en un futuro.
También han podido observar cómo algunas especies de abejorros bajan de la montaña hacia territorios más cálidos, presumiblemente siguiendo sus flores predilectas cuando estas son sustituidas por árboles en las alturas.
Para realizar el estudio se han basado en las bases de datos de colecciones de museos en Norteamérica y Europa sobre 67 especies de abejorros, datos que se remontan a hace más de un siglo.
En cada periodo de 10 años desde 1974 hasta 2010 el límite sur territorial de estos insectos ha subido hacia el norte. En el periodo total de 113 años el territorio de muchas de las especies analizadas los abejorros ha perdido 300 km de hábitat. El periodo de 1901 a 1974 sirve como línea base del estudio.
Los investigadores se quedaron sorprendidos de este resultado. “La escala y ritmo de estas pérdidas no tienen precedentes”, sostiene el líder del estudio Jeremy Kerr (University of Ottawa).
“Por cada especie de abejorro al que le va bien, una o dos especies están declinando. Las especies de abejorros están declinando a lo largo de Europa y Norteamérica,” dice Kerr.
Quizás los abejorros no se mueven hacia el norte porque, simplemente, el hábitat que necesitan no está ahí disponible. Aunque también hay varias explicaciones evolutivas que tratan de aclarar el enigma. Muchas otras especies de insectos tienen su origen en las zonas tropicales. Según aumentan las temperaturas su historia evolutiva les permite adaptarse mejor al cambio. Los abejorros, por el contrario, tienen su origen en el frío Paleoártico y no tienen el bagaje genético para adaptarse tan rápido al clima cambiante.
Se especula también sobre el efecto que tiene la temperatura en periodos críticos, como la cría o en invierno cuando están aletargados. Para ello se necesitarían realizar más estudios y experimentos.
Pero la realidad es que no se entiende todavía por qué los abejorros no están respondiendo de la misma manera en la que otros organismos lo hacen.
Los investigadores participantes en el estudio sugieren que para paliar esta situación tan dramática se podría plantear mover a algunos de estos insectos hacia áreas en donde puedan sobrevivir. Sería algo así como una especie de emigración asistida.
“Necesitamos nuevas estrategias para ayudar a estas especies a tolerar los efectos del cambio climático causado por los humanos, quizás ayudarlos a trasladarse a otras regiones,” sugiere Jeremy Kerr.
Añade que “necesitamos averiguar cómo podemos mejorar la presencia de polinizadores a escala continental, pero la cosa más importante que podemos hacer es empezar a tomar acciones seriamente para reducir el ritmo del cambio climático”.
Según Leif Richardson (USDA National Institute of Food and Agriculture), el mensaje más importante del estudio es la necesidad de parar o invertir el calentamiento global. “El hallazgo podría ser una maldición para muchas plantas, incluidos algunos cultivos como los arándanos, que dependen de los abejorros para polinizarse.”
A los insecticidas, pérdida de habitad y otras amenazas, ahora se suma el cambio climático. Todas estas presiones combinadas que se ciernen sobre los abejorros pueden tener un impacto devastador sobre estas especies en un futuro no tan distante. Está en nuestra mano evitarlo. La foto de cabecera corresponde a un abejorro polinizando una flor de zarzamora hace unas pocas semanas. A este paso las siguientes generaciones no podrán ver nada así… ni saber a qué saben las moras.

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Fuentes y referencias:
Artículo original.
Foto: NeoFronteras.

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1 Comentario

  1. tomás:

    No pretendo crear una angustia o alguna depresión ni desesperación, pero el problema es tan global que los abejorros son una pequeña, aunque logarítmica muestra del camino que llevamos. Desaparecen los peces, los glaciares, las especies…
    Pero la población no se da cuenta. Los gobernantes no dan una prioridad a esto en las escuelas; bueno, ni se menciona como no sea que el profesor esté concienciado y se atreva a salirse del programa. No hay nivel donde esto sea prioritario: desde el popular a las relaciones internacionales. Sólo los partidos ecologistas que siempre son muy minoritarios porque problemas acuciantes someten a la población y los partidos prometen soluciones que luego tampoco cumplen. Si fueran honrados y mínimamente cultos (a la vez) su problema principal sería el medioambiental.
    No veo salida. Bueno, algún parchecillo: encargar a una empresa, participada por el ministro de agricultura o equivalente, la fabricación de millones de drones polinizadores insensibles al calor. Un gran negocio.

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