Una cola de dinosaurio en ámbar
Encuentran un trozo de la cola de un dinosaurio conservada en ámbar en la que se aprecian plumas.
Paleontólogos de China, Canadá y de la Universidad de Bristol identifican la cola de un dinosaurio bípedo conservada en ámbar que presenta plumas.
En el artículo que publican en Current Biology exponen los detalles de este fósil, como la estructura 3D y evolución de las plumas encontradas. Aunque no es la primera vez que se encuentran plumas conservadas en ámbar, en los casos anteriores fue difícil establecer la conexión entre estas plumas y el animal al que pertenecían. En este caso parece ser claro que pertenecen a un dinosaurio terópodo.
La ventaja del ámbar es que conserva con una fidelidad muy alta. Aunque no se pueden encontrar animales grandes, sí se han hallado pequeños vertebrados enteros, como ranas y lagartos o incluso alas de aves. A diferencia de otros casos de fósiles de plumas de dinosaurios, como los de la biota de Jehol de hace 130 millones de años, en este caso no están aplastadas, sino que presentan una rica estructura tridimensional.
Esta cola conservada en ámbar consiste en la piel, carne, huesos y plumas. Consta de ocho vertebras y las plumas presentan una exquisita conservación tridimensional incluso a nivel microscópico. En este caso están seguros de que se trata de un dinosaurio y no de un ave porque en estas últimas (y los dinosaurios emparentados) unas pocas vértebras caudales finales están fusionan en una sola osificación denominada pigóstilo que sostiene las plumas y musculatura de la cola de estos animales, pero esto no se da en este fósil.
Por tanto, se trata de un dinosaurio y no de un ave o antepasado de estas. En concreto, creen que se trata de algún miembro del grupo coelurosaurio. Una curiosidad: los compsognathus ‘compys’ de la película Jurasic Park son miembros de este grupo.
El ejemplar fue encontrado en 2015 por Lida Xing (Universidad China de Geociencias de Pekín) en un mercado de Myitkyina en Myanmar, en el estado de Kachin. Los depósitos del norte de Myanmar contienen la mayor diversidad de vida animal del Cretácico. En un principio se pensó que la inclusión de 3,6 cm procedía de una planta y que sólo podría tener utilizad como pieza de joyería, pero Xing reconoció su importancia científica y sugirió al Instituto Dexu de Paleontología que comprara el espécimen. Una vez que se hizo con el ejemplar, Xing contactó con Ryan McKellar (Royal Saskatchewan Museum, Regina, Canada), quien lo analizó.
La cola emplumada perteneció a un joven dinosaurio terópodo del Cretácico medio que vivió hace 99 millones de años. Gracias a la tomografía computacional y a la microscopía fue posible analizar en detalle las plumas de este fósil. Todavía se conservan algunos pigmentos, la parte superior de estas plumas presentan un color castaño oscuro, mientras que la inferior es pálida o incluso blanca.
Además, las plumas tenían barbas y bárbulas. La estructura de las bárbulas es compleja, en forma de ramificaciones compactas distribuidas a lo largo de toda la longitud de la pluma, como en las plumas modernas. Sin embargo, carecían de un raquis rígido y robusto, que es el eje duro central de las plumas modernas. Su estructura sugiere que las barbas y bárbulas aparecieron por evolución antes de que lo hiciera el raquis rígido.
Todo ello sugiere que el ejemplar no era capaz de volar, aunque es plausible que pudiera planear. El hallazgo apoya la idea de que la aparición de las plumas no se hizo en el contexto del vuelo, sino en otros como el aislamiento térmico o como ayuda en los cortejos de apareamiento.
“Es maravilloso ver todos estos detalles de una cola de dinosaurio e imaginar cómo este pequeño individuo terminó con la cola atrapada en resina y presumiblemente murió porque no pudo liberarse”, dice Mike Benton (University of Bristol). No se cree que los dinosaurios pudieran desprenderse de su cola como hacen algunos lagartos y lagartijas.
El análisis químico de la parte de la cola expuesta en la superficie del trozo de ámbar revela que las capas de tejidos blandos que cubren los huesos contienen hierro, una reliquia de la hemoglobina que fue atrapada en su día.
Los fósiles encontrados en ámbar son un recurso complementario al registro fósil habitual, pues contienen instantáneas fieles de ecosistemas pretéritos. Los investigadores implicados están ansiosos por encontrar otros ejemplares similares procedentes de la misma región. Los nuevos hallazgos podrían cambiar completamente lo que sabemos sobre el plumaje y tejido blando de los dinosaurios y otros vertebrados.
Por último, no hace falta mencionar que, tras 99 millones de años, el ADN de estos tejidos (si es que queda algo) está tan degradado que no es posible clonar este dinosaurio.
Copyleft: atribuir con enlace a http://neofronteras.com/?p=5222
Fuentes y referencias:
Artículo original
Ilustración: Chung-tat Cheung
Fotos: Royal Saskatchewan Museum (RSM/ R.C. McKellar)
13 Comentarios
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domingo 11 diciembre, 2016 @ 9:14 pm
Recuerdo una novela de ciencia ficción (o ficción científica, anglicismo más propio y castizo aún) soviética donde el ámbar, de alguna forma retorcida, podía captar un holograma (lo que se imaginaba que era en los años 50, que es cuando fue escrtia la historia). No recuerdo exactamente qué es lo que podían ver en ese registro paleoóptico, pero tengo el vago recuerdo de que era un híbrido entre chabacanada y astracanada, ya se sabe que la SciFi soviética cuando le daba por la sal gorda era tremenda (la americana tiene una tendencia al gore enfermiza).
Bueno, pues como siempre, más asombroso aún que el relato de fantasía paracientífica, incluyendo la peripecia de la localización (y adquisición) del preciado objeto.
lunes 12 diciembre, 2016 @ 12:22 am
Pues querido Neo dices que no hace falta mencionarlo, pero si no lo aclarabas seguro que te lo estuviera preguntando en este momento.
Por lo demás, es asombroso descubrimiento, ¿quien sabe cuantos de estos estén decorando una casa en estos momentos?
miércoles 14 diciembre, 2016 @ 12:19 pm
Muy interesante descubrimiento, aunque de estos fósiles en ámbar está claro que no se puede obtener ADN, sí se pueden o podrán deducir otros parámetros como el color que se menciona, posiblemente el metabolismo a partir de por ejemplo el grosor de los capilares y muchos otros.
viernes 16 diciembre, 2016 @ 7:05 am
Lo más didáctico de todo esto es que certifica muy ostentosamente cómo una adquisición, el plumaje, que hubo de servir posiblemente para termorregulación o para la exhibición previa al apareamiento -quizá una dio pie a la otra- y acabó sirviendo para algo totalmente inesperado, el vuelo. Así de imprevisible es la evolución. Pero no mucho más que el acontecer de cualquier humano: sales de casa, casualmente topas con un amigo, ello te hace perder algún minuto y solo segundos, tiempo suficiente para que coincidas con el coche que te va a atropellar y que no lo hubiese podido hacer si no te hubieses entretenido unos instantes. Ello trae consecuencias importantísimas en la vida familiar… que afectan a todo un grupo, lo cual a su vez cambia los aconteceres de otros; y así sucesivamente.
domingo 18 diciembre, 2016 @ 4:38 pm
Si el conservado en ámbar es tan bueno, por que el ADN se degrada en ese medio conservante, con el paso del tiempo? Con parafina, como medio conservador, también? Si se conservara en nitrógeno liquido, también se degradaría el ADN con el tiempo?
domingo 18 diciembre, 2016 @ 4:51 pm
Si el conservado en ámbar es tan bueno, por que el ADN se degrada en ese medio conservante, con el paso del tiempo? Con parafina, como medio conservador, también? Si se conservara en nitrógeno liquido, también se degradaría el ADN con el tiempo?
La idea de Mikel Chriton, en su novela Parque jurásico, es muy atractiva. Pero si ni siquiera podemos traer a la vida al Dodo, al Solitario Rodrigez, o al Moa; mucho mas difícil sera traer de nuevo, a nuestro tiempo, un dinosaurio. Como no sea, en forma de un robot medio orgánico o con ingeniería genética, modificando un lagarto o ave no voladora. Pero por que atrae tanto los dinosaurios a las personas, que les ven? A los norteamericanos, les gusta mucho, al igual que los extraterrestres. Imagino que por el gran tamaño, y gran variedad de formas que tenían. Solo falta uno que fuese capaz de escupir fuego por la boca o de petrificar con la mirada, y ya tendríamos al dragón y al basilisco. Dos criaturas fabulosas.
domingo 18 diciembre, 2016 @ 9:55 pm
David:
Por favor, no juegue a las personalidades múltiples. Su IP es la misma: 88.24.132.143
En cuanto al ADN es una molécula frágil y estamos hablando de 100 millones de años a temperatura ambiente y eso es demasiado.
lunes 19 diciembre, 2016 @ 4:06 am
Pues christen, el comentario me hace recordar uno de Neo de que los humanos queremos traer de vuelta los dinosaurios pero no hacemos nada para salvar las Miles de especies que estamos extinguiendo.
¿Será por moda? Capaz que una década después de traerlos a la vida y luego de aburrirnos, los volvemos a extinguir.
Referente de volverlos a la vida sería interesante echar para atrás el ADN de las aves, sinterizarlo y clonarlo. Tal como comentas, ahí debe estar guardado ese ADN que tanto buscamos en fósiles
lunes 19 diciembre, 2016 @ 6:47 pm
El DNA no es una molécula aislada vulgar, con independencia de sus descomunales dimensiones, siempre forma parte de algún complejo molecular con más sustancias y estructuras, de hecho lo primero que hacen los cromosomas es fragmentarse, es decir, es un tinglado completo y que hablando pronto y mal, necesita estar «vivo» para mantenerse. No es muy distinto de un tejido o un órgano en ese aspecto, y lo que fosiliza de éstos son las estructuras porque el material original se ve sustituido de forma secuencialmente ordenada o porque su colapso no afecta a la estructura macro, en el DNA simplemente eso no es posible, no hay sustancia que pueda sustituir ni tampoco se puede mantener una macroestructura aunque colapsen las partes, porque la macroestructura son las partes.
Es tocar uno de los límites.
martes 20 diciembre, 2016 @ 1:23 am
Estimado Neo, creía que ya no me estaba permitido comentar mas notas científicas en este lugar. Y pensé que quizás, con una dirección e-mail desechable, quizás podría comentar algunas mas. De todas formas, tampoco he dicho tantas barbaridades. Puede que algunos errores de conceptos, ya que no soy experto en ninguna materia, y con unos estudios medios, pues tampoco da para mucho.
Sobre el ADN fósil, entonces, se degrada y pierde información. No ocurre como con los huesos que intercambia los átomos de C, por átomos de Si (por eso parecen de piedra grisáceos). Pero las partes blandas, como son mas delicadas, se pierden; a no ser que se congelen como se han encontrado restos de mamut en Siberiano. Pero los cristales de hielo parecen romper fibras y tejidos.
Lo que vi de pasada en un telediario, es que trasladando unos huesos fósiles, se quebró uno y del interior emano un liquido transparente (tuétano), que había quedado preservado en el interior. Siendo mas espectacular que el mosquito encerrado en ambar con sangre de dinosaurio de la película Parque Jurásico de Maiquel Gritón.
sábado 24 diciembre, 2016 @ 10:51 am
No te preocupes, David, que te queremos; aunque solo pueda hablar por mí, lo sospecho también de otros. Y me parece que también de Neo. Además no te chorrea más que por esconderte, no por otra cosa. Estoy convencido de que si continuas con tu ansia de aprender podrás llegar a ser un genio tan fenomenal como él. Además, por si te consuela, a mí ya me ha echado más de alguna bronca y una vez casi, casi, me despide. Son cosas de los genios. Pero ni me inmuto. Me pasa como -aunque en otro contexto- con RicardM. Yo los admiro y los quiero, y les entrego mi más sincera amistad. Si alguno no me corresponde es cosa suya. No le voy a obligar; es su problema.
Un fuerte abrazo y ¡ánimo!.
sábado 24 diciembre, 2016 @ 3:49 pm
Pues amigo David, no me parece que haya estado fuera de lugar tu comentario,
Y referente a errores de concepto yo también los tengo, y me parece que esta es una buena pagina para otros puliendo, pues no solo te lanza un nuevo descubrimiento, sino que siempre da una introducción muy buena que vas brinda muchos conocimientos que permiten entender mejor el artículo.
Otra de las cosas que me gustan y ayudan es la calidad de los comentaristas.
Yo creo que es bueno que tramitas tus opiniones, esa creo que es la idea de la divulgación científica, educar a la gente sobre ciencia. Quizás deberían tenerte más paciencia.
Y Referente a Neo, estoy de acuerdo con Tomás que te recriminó fue solamente el esconderte.
lunes 26 diciembre, 2016 @ 11:47 am
!Si es que too er mundo e güeno! Digo yo… Hombre, algún buen hijo de, hay, pero estos días se esconden y no se notan casi nada.