La investigación polar aporta más pruebas sobre el cambio climático
La investigación multidisciplinar realizada en el marco del Año Polar Internacional (API) 2007-2008 aporta nuevas pruebas sobre la generalización de los efectos del calentamiento global en las regiones polares.
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La nieve y el hielo están disminuyendo en ambas regiones polares, lo que afecta tanto a la vida humana como a la vida animal y vegetal local del Ártico, y a la circulación oceánica y atmosférica mundial y al nivel del mar. Estos son sólo algunos de los resultados que figuran en el documento «Estado de la Investigación Polar», publicado hoy por la Organización Meteorológica Mundial (OMM) y el Consejo Internacional para la Ciencia (ICSU). Además de dar una perspectiva del cambio climático, el API ha contribuido a que comprendamos el transporte de contaminantes, la evaluación de las especies y la formación de tormentas, entre otras muchas cuestiones.
Las conclusiones de gran alcance del API son el resultado de la aprobación de más de 160 proyectos científicos elaborados por investigadores de más de 60 países. El API se puso en marcha en marzo de 2007 y comprende un período de dos años que abarca hasta marzo de 2009 para permitir que se puedan realizar observaciones en estaciones alternadas en ambas regiones polares. En el marco del proyecto conjunto entre la OMM y el CIUC, el API encabezó las actividades destinadas a controlar y comprender mejor las regiones del Ártico y el Antártico, y contó con un apoyo financiero internacional de aproximadamente 1.200 millones de dólares de los EE.UU. durante este período de dos años.
«El Año Polar Internacional 2007 – 2008 apareció en un momento clave para el futuro del planeta», dijo Michel Jarraud, Secretario General de la OMM. «Las nuevas pruebas resultantes de la investigación polar consolidarán la base científica sobre la que se fundamentarán las actividades del futuro.»
Catherine Bréchignac, Presidenta del ICSU, añade que «la planificación del API fijó objetivos ambiciosos que se lograron, incluso con creces, gracias a los incansables esfuerzos, entusiasmo e imaginación de miles de científicos, que trabajaron conjuntamente con profesores, artistas, y muchos otros colaboradores».
El API dio un impulso decisivo a la investigación polar en un momento en el que el medioambiente mundial estaba cambiando más rápido que nunca en la historia de la humanidad. Ahora queda claro que las capas de hielo de Groenlandia y de la Antártida están perdiendo masa, lo que contribuye a la elevación del nivel del mar. El calentamiento en la Antártida está mucho más generalizado de lo que se pensaba antes del API y resulta que en Groenlandia cada vez hay menos volumen de hielo.
Los investigadores también descubrieron que en el Ártico, durante los veranos de 2007 y 2008, la extensión mínima del hielo marino durante todo el año disminuyó al nivel más bajo detectado nunca desde que empezaron a elaborar a registros satelitales hace 30 años. En las expediciones realizadas en el marco del API se registró también un ritmo sin precedentes de la deriva de los hielos en el Ártico. Debido al calentamiento global, cambiaron los tipos y el alcance de la vegetación en el Ártico, lo que afectó a los animales de pastoreo y a la caza.
Otras pruebas del calentamiento del planeta son las obtenidas por los buques de investigación del API, que han confirmado que el nivel de calentamiento del océano Austral está por encima de lo normal. El enfriamiento de las corrientes de los fondos oceánicos cerca de la Antártida es coherente con el aumento del derretimiento del hielo de la Antártida y podría afectar a la circulación oceánica. Por consiguiente, el calentamiento global afecta a la Antártida de formas que antes no se conocían.
La investigación realizada en el marco del API también ha identificado grandes reservas de carbono almacenado como el metano en el permafrost. El deshielo del permafrost amenaza con desestabilizar el metano -un gas de efecto invernadero- almacenado y enviarlo a la atmósfera. De hecho, los investigadores del API que se encontraban a lo largo de la costa de Siberia observaron emisiones sustanciales de metano procedentes de los sedimentos de los océanos.
En la esfera de la diversidad biológica, los estudios sobre el océano Austral han descubierto que existe una variedad notablemente rica, colorida y compleja de vida. Algunas especies parece que migren hacia los polos en respuesta al calentamiento global. Otros estudios realizados en el marco del API muestran interesantes tendencias evolutivas, como la de muchos pulpos que viven en el fondo del océano y proceden de especies comunes ancestrales que todavía sobreviven en el océano Austral.
El API también ha dado una nueva perspectiva de la investigación atmosférica. Los investigadores han descubierto que las tormentas del Atlántico Norte son las principales fuentes de calor y humedad de las regiones polares. La comprensión de esos mecanismos mejorará las predicciones de la trayectoria y la intensidad de las tormentas. Los estudios sobre el agujero de ozono también se han beneficiado de las investigaciones realizadas en el marco del API, ya que se han detectado nuevas conexiones entre las concentraciones de ozono por encima de la Antártida y las condiciones de viento y tormenta en el océano Austral. Esta información mejorará las predicciones del clima y del agotamiento del ozono.
Muchos residentes del Ártico, como las comunidades indígenas, participaron en los proyectos del API. Más de 30 de estos proyectos abordan cuestiones sociales y humanitarias, tales como la seguridad alimentaria, la contaminación y otros problemas de salud, y aportarán nuevos conocimientos para hacer frente a estos retos apremiantes. «El API ha sido el catalizador del desarrollo y de la intensificación de redes de vigilancia comunitaria en el Norte» dijo David Carlson, Director de la Oficina Internacional del Programa del API. «Estas redes estimulan el flujo de información entre comunidades y entre la ciencia y las comunidades y viceversa”.
El API deja como legado una mayor capacidad de observación, vínculos más estrechos entre disciplinas y comunidades, y una nueva generación dinámica de investigadores polares. «El trabajo iniciado por el API debe continuar», señaló Michel Jarraud. «En los próximos decenios seguirá siendo necesaria una acción coordinada internacionalmente en relación con las regiones polares», añadió. La Sra. Bréchignac coincidió con estas declaraciones: «El API ha intensificado aún más la relación entre el ICSU y la OMM sobre la coordinación de la investigación polar y debemos continuar ayudando a la comunidad científica a comprender y predecir los cambios polares y sus manifestaciones mundiales en este momento crítico».
El aumento de las amenazas que plantea el cambio climático hace que la investigación polar sea una prioridad especial. En el documento «Estado de la Investigación Polar» no sólo se describen algunos de los sorprendentes descubrimientos realizados durante el API, sino que también se recomiendan una serie de prioridades para la acción futura con el fin de garantizar que la sociedad esté mejor informada sobre los cambios polares en curso, su probable evolución futura y sus repercusiones globales. Una importante conferencia científica relacionada con el API tendrá lugar en Oslo en junio de 2010.
Para más información sobre el API, incluido el informe «Estado de la Investigación Polar», sírvase consultar el siguiente sitio web: www.ipy.org
Esta noticia es una transcripción literal de la nota de prensa del ICSU. NeoFronteras no posee los derechos de este texto.
Fuentes y referencias:
Nota de prensa de ICSU (pdf).
Galería fotográfica sobre científicos polares.
Para obtener información sobre las fotografías de los científicos trabajando en la región del Ártico, que se exponen en el Palacio de las Naciones en Ginebra, Suiza, entre el 16 de febrero y 23 de marzo de 2009, sírvase consultar el siguiente sitio web: http://www.wmo.int/artgallery/
3 Comentarios
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domingo 1 marzo, 2009 @ 7:37 pm
Esto de los estudios multidisciplinares, con participación de la comunidad, son los más completos, abarcantes y constructivos para lograr una civilización acorde con los límites y la sostenibilidad bioevolutiva de los seres vivos del planeta.
lunes 9 marzo, 2009 @ 8:03 am
Un solo comentario -dos con este- del asiduo y siempre acertado lluís para este buen artículo que trata sobre un tema tan importante y de permanente actualidad. ¿No será que ya nos hemos rendido ante lo que parece inevitable? Realmente no tendrá remedio si no logramos que se cree opinión.
Un saludo de ánimo.
lunes 9 marzo, 2009 @ 10:39 am
Estimado Tomás:
Asistimos estos días a un congreso de negacionistas. Esto es ya tocar fondo. Que una especie sea tan estúpida de anteponer sus mezquinos intereses a la supervivencia de la biosfera es señal de que tal vez sea justo que desaparezcamos.
Negar la evidencia científica nos retrotrae a otras épocas en las que se negaba la realidad. El listado podría ser este: la Tierra es plana, el sol gira alrededor de la Tierra, la Tierra tiene unos pocos miles de años de edad, la evolución no existe, el cambio climático es mentira. Aunque también se podrían añadir muchos más.
Probablemente en este asunto hay una batalla que está perdida de antemano. En el tercer mundo tienen tantos problemas que no harán nada y en el primero se ha gritado tantas veces que viene el lobo que ya no surte efecto. El ser humano no es capaz de modificar sus hábitos (y sobre todo comodidades) por algo que sucederá a largo plazo. La inercia de clima terrestre es tan grande que la escala de tiempo nos supera. No tenemos una perspectiva amplia de las cosas y la ignorancia buscada (a veces incluso se presume de ella) es a veces inconmensurable. Creemos lo que queremos creer, lo que nos gustaría que fuera y no necesariamente la realidad. A los demás los acusamos de aguafiestas pesimistas.
Se dice, aludiendo a la guerra nuclear, que ya se predijo antes el fin de la civilización y que no pasó nada. Se olvida que hubo «pesimistas aguafiestas» trabajando duro para que no sucediera y que estuvimos a punto de no conseguirlo.
Un sistema democrático con políticos corruptos dispuestos a perpetuarse en el poder no intentará solucionar nada con este tipo de población hasta que sea demasiado tarde.
Hay dos o tres científicos que niegan el hecho, al igual que en el XIX algunos científicos negaban la evolución. Entre los demás científicos hay dos grupos. Unos que dicen que ya estamos perdidos (eso no significa que nos animan a cavar más hondo en el hoyo en el que nos hemos metido) y otros que dicen que todavía podemos hacer algo. Algunos ni se atreven a publicar las negras perspectivas que prevén.
La primera cuestión es si hemos superado o no el punto o puntos de no retorno y a qué estado o situación climática nos llevará. La segunda es hasta que punto aguantarán los ecosistemas el cambio dependiendo de la magnitud de éste. La tercera es cómo los seres humanos nos enfrentaremos a un mundo sin recursos para todos.
Países pobres como India y Paquistán se odian desde hace tiempo, están condicionados por la religión, les ha explotado la mayor bomba demográfica posible y tienen armas nucleares. En el pasado, siempre que ha habido problemas de recursos se ha recurrido a la violencia y un intercambio nuclear entre esos dos países cambiaría también el clima.
El mayor y más caro experimento jamás concebido está ya en marcha.