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Supernovas y anillos de árboles

Área: Espacio — martes, 24 de noviembre de 2020

Proponen que las explosiones de supernovas del pasado habrían dejando huellas en los anillos de crecimiento de los árboles.

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Las supernovas deben ser un espectáculo tremendo de contemplar si se tiene la oportunidad, pues son muy brillantes. Son uno de los fenómenos más violentos del Universo. En el plazo de sólo unos meses una supernova libera tanta energía como el Sol en toda su vida y es tan brillante como la galaxia que la alberga.

Lo malo es que hay que esperar más de un siglo para poder ver una que explote cerca, en nuestra galaxia, y se pueda ver a simple vista durante el día. Sabemos de ellas porque se dan en otras galaxias y las podemos observar, de lejos, frecuentemente.

Pero las supernovas pueden ser peligrosas, si una explota demasiado cerca puede ser una amenaza para la vida en la Tierra. Y si está muy cerca la vida se iría esterilizando según este planeta girase sobre sí mismo y recibe la radiación de la supernova. Uno esperaría librarse si el fenómeno se da en otro hemisferio, pero no es así, pues destruiría la capa de ozono. Una vez destruida la capa de ozono la cadena trófica se vería arruinada y habría una extinción masiva que terminaría también con el ser humano.

Sin llegar a ese caso extremo, una supernova relativamente cercana alteraría la vida en la Tierra, algo que, según Robert Brakenridge (University of Colorado Boulder) podría dejar señales en los anillos de crecimiento de los árboles. A partir de esta hipótesis, Brakenridge y sus colaboradores recolectaron datos sobre crecimiento de anillos de árboles de los últimos 40 000 años para ver si, efectivamente, estas explosiones han tenido algún efecto sobre la Tierra.

De entrada, el carbono-14 está presente en pequeñas cantidades en la Tierra porque se va desintegrando. A la vez, se va generando y uno de los métodos de geberación es por bombardeo de la atmósfera por los rayos cósmicos. Esto genera una pequeña cantidad cada año que alimenta un nivel estable de este isótopo en las atmósfera. Las plantas, árboles incluidos, lo incorporan como dióxido de carbono hasta que forma parte de las sustancias orgánicas en sus tejidos

Algunas veces el radiocarbono que incorporan los árboles sube por encima de lo normal y puede quedar incorporado en los anillos de crecimiento de sus troncos. No se sabe a qué se deben estos picos de radiocarbono, pero se ha propuesto que se deba a fuertes tormentas solares que emitan partículas de alta energía.

Brakenridge cree que algunos de estos picos podrían ser la consecuencia de supernovas cercanas, que emitirían rayos gamma que generarían ese radiocarbono.

Brakenridge y colaboradores, después de estudiar esos datos de anillos mencionados antes, encontraron unos cuantos picos que compararon con los datos procedentes de remanentes de supernova conocidos.

Encontraron que para 8 remanentes conocidos había un reflejo en picos de radiocarbono de la época adecuada. De entre estos ocho candidatos estiman que hay 4 especialmente prometedores. Un caso de ellos es el remanente que hay en la constelación de Vela, cuya supernova generadora estuvo a 815 años luz de la Tierra hace 13000 años cuando explotó. El aumento de radiocarbono correspondiente en esa época encontrado en los anillos de crecimiento de árboles es de un 3%.

Los resultados no son definitivos, entre otras cosas por la barras de error correspondiente, que en el caso del remanente de Vela es 1500 años. Así que habrá que esperar a que estos resultados se confirmen.

No obstante, el resultado no deja de ser bonito. Estos picos de radiocarbono indicarían que la energía de una distante supernova habría viajado cientos de años luz hasta depositar parte de su energía en la Tierra en forma de carbono-14 embebido en los anillos de árboles que vivieron hace miles de años.

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Fuentes y referencias:
Artículo original.
Foto: Pixabay

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1 Comentario

  1. tomás:

    Pero las tremenda distancia a la que se produce el fenómeno de la supernova, en comparación con la cercanía del efecto de una tormenta solar, ha de ser muy difícil de distinguir, a no ser que produzcan efectos cualitativamente distintos. Además habrá que tener en cuenta si ambos se suman.

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